Personas Mayores y Cultura. La flor de la vida en la tercera edad
Personas Mayores y Cultura. La flor de la vida en la tercera edad

Personas Mayores y Cultura. La flor de la vida en la tercera edad

En un encuentro federal organizado en el marco de "La Cultural", Carmen de Grado y Rafael Kohanoff apuntaron a responder la siguiente pregunta: ¿cómo generar iniciativas culturales para personas mayores y espacios intergeneracionales? Enterate en esta nota.
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El 18 de septiembre último se llevó a cabo en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires la lX edición de "La Cultural / Consultorio Cultural Federal: Cultura + Personas Mayores". Un encuentro para conocer la constelación de temas alrededor de cultura y personas mayores, y una ocasión para reimaginar ideas y prácticas, compartir experiencias y socializar herramientas conceptuales y metodológicas.

De las concepciones históricas sobre vejez a la cuarta edad, pasando por el desarrollo urbano y la soledad, las nuevas tecnologías como desafío y oportunidad, y la generación de vínculos y espacios comunes intergeneracionales.

Impulsado por la Dirección Nacional de Formación Cultural de la Secretaría de Cultura de la Nación en conjunto con la Secretaría de Integración Social para personas mayores de CABA, el Consultorio Cultural Federal de La Cultural promueve una serie de encuentros en diversos puntos del país para repensar los desafíos del campo cultural, a través de una metodología innovadora y colaborativa con los participantes como protagonistas.

El objetivo del programa es promover el fortalecimiento cultural a nivel nacional mediante una estrategia transversal de formación, reflexión y producción colectiva, federal e internacional, a lo largo de diversos ejes de acción complementarios.

Cultura + Personas Mayores

Miércoles 18 de septiembre. En pleno centro porteño, el Salón San Martín de la Legislatura porteña de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se colma de a poco. Y entonces un auditorio heterogéneo ocupa su lugar expectante. La apertura de Cultura + Personas Mayores estuvo a cargo del Director Nacional de Formación Cultural, Juan Urraco, y la Directora Nacional de Innovación Cultural, Alejandrina D´Elia. En sintonía con el espíritu del programa, Urraco señaló la importancia de La Cultural en tanto espacio horizontal para la construcción colectiva. En este sentido, y en tiempos vertiginosos y de grandes transformaciones, consideró de vital importancia pensar espacios de revisión de conceptos que se utilizan en momentos de definir las acciones que se desarrollan, en este caso, vinculadas con adultos mayores.

Por su parte, la Directora Nacional de Innovación Cultural, Alejandrina D' Elia, compartió algunos de los resultados de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, que realiza el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SINCA) cada dos años. A este respecto, D' Elia señaló: “es un insumo importante especialmente para diseñar políticas públicas y para entender cuál es el estado de situación de las distintas industrias creativas en el país”.

En una primera etapa la jornada incluyó una presentación general y exposición dialogada de los facilitadores con los participantes. Además, charlas introductorias con contenidos relacionados con los temas que se abordarían más tarde. En la segunda etapa se realizaron distintas actividades prácticas y talleres grupales en los que se debatió sobre los conceptos y las preocupaciones desarrollados durante la mañana.

“Tenemos que estar integrados a la sociedad, y eso se hace con trabajo. En esta etapa de la vida queremos trabajar en lo que queremos. Imagínense si en lugar de considerar un gasto atender a los viejos se lo considerara una inversión; la vejez es un pozo petrolero que tiene una riqueza de la gran siete, pero que si no saco el petróleo no sirve para nada. Hay un potencial tremendo en los adultos mayores, en su experiencia, su sabiduría”, dijo Rafael Kohanoff, uno de los facilitadores del evento. 

Los facilitadores y sus reflexiones más importantes

Carmen de Grado: "Cultura es cómo vivimos"

Licenciada en Psicología y Magíster en Psicogerontología. Docente en la Universidad Maimónides en la Licenciatura en Gerontología y en el Post Grado en Psicogerontología. Se desempeñó en el ámbito público y privado como coordinadora de talleres de arte para personas mayores. Autora de: Mi nieta Catalina, Psicogerontología, Arte y Futuro, La experiencia del tiempo en el sujeto envejeciente. Análisis de una obra del pintor Ticiano, Arte y Longevidad. La imagen del anciano en la pintura.


La exposición de Carmen de Grado mechó algunas presentaciones del público, que participó con energía joven. Entre los aportes, el compromiso por el otro, el seguir haciendo, el apostar al amor a los 80 tanto como a los 20, el sacarse de encima las limitaciones que impone el sistema, el ser activos creadores de lo que uno cree, de cómo lidiar con la soledad, cuando aparece.

Cálida y pausada al hablar, Carmen compartió una serie de reflexiones e ideas que abrieron el debate:

"Lo nuevo es atractivo para los más chicos y los jóvenes, pero para nosotros querer aprender es la clave de un crecimiento saludable. La cuestión es seguir conectados en un mundo muy cambiante, porque de verdad los mayores tenemos mucho que transmitir, y ese es el desafío. Los jóvenes nos necesitan con este bagaje que tenemos".

-¿De qué manera se vincula el adulto mayor con la tecnología y la cultura?
Los grandes cambios tecnológicos atraviesan la cultura en general y la vida de los mayores, especialmente la informática personal que surge en las décadas de 1970 y 1980 e internet en 1990. La nanotecnología, disponer de un celular o una pequeña computadora, abre nuevas formas de comunicación con el mundo.

-¿Cómo influyen estas nuevas tecnologías en el día a día del adulto mayor?
La influencia positiva de la informática personal es que abre puertas a una enorme cantidad de temas, de información, de formas de entender y vivir en nuestro tiempo. Ello obliga a poner el acento en el futuro. Los mayores que quieran seguir comunicados con las nuevas generaciones para transmitirles un legado tendrán que aprender de ellas y ponerse humildemente como sus alumnos a la hora de iniciarse en el uso de los aparatos tecnológicos. El desafío es seguir juntos y vinculados con un medio sociocultural cada vez más diverso y más expuesto a grandes cambios. Se trata de agudizar la mirada sobre los problemas que se nos plantean y extraer del pasado los aprendizajes necesarios para vivir hechos inéditos. Los mayores saben de la necesidad de empatía, de solidaridad, del quehacer conjunto para afrontar dificultades.

-¿Cómo cambiaron las nuevas vías de comunicación los vínculos en y para la tercera edad?
En época de migraciones la tecnología, que tanto favorece la rápida sino inmediata comunicación, permite seguir en un contacto directo con quienes se han trasladado a otro lugar o elaborar acciones conjuntas para potenciar ideas, realizar trabajos y proyectarse en sitios que antes aparecían lejanos. Muchos de los integrantes de los talleres de mayores que coordino han empezado a usar la computadora cuando sus hijos o nietos se fueron del país para seguir comunicados con ellos. La población de mayores de 65 años es de gran diversidad. Es una población muy heterogénea en lo que hace a grados de salud, formas de insertase en su cultura, y modos de vincularse.

-¿Hay aceptación y apertura hacia estos nuevos canales de comunicación, o reticencia a ellos?
Hay distintas formas de envejecer y distintas vejeces. También es diferente el grado de aceptación o rechazo hacia las nuevas tecnologías de comunicación. Las personas mayores, que son quienes asisten a los talleres que coordino, no difieren mucho respecto de los alumnos de las carreras universitarias. Es común que cuando se da cierta información varios alumnos consulten su celular para ampliarla o cuestionarla. Vivencian la posibilidad de empoderarse que ello les brinda. Sin embargo, aproximadamente dos de cada diez, no usan celular inteligente ni tienen dirección de internet y ello marca una diferencia. Somos muy cuidadosos de que todos queden incluidos y de que la transmisión se realice también telefónicamente. No obstante, sabemos muy bien que en la vida cotidiana quienes no conocen la comunicación digital se quedan fuera de un lenguaje cada vez más difundido y necesario y ello favorece la exclusión y el aislamiento, enemigos de un envejecer saludable.

-¿Cómo generar iniciativas culturales para personas mayores y espacios intergeneracionales?
Los mayores que toman una postura crítica de su medio y que buscan empoderarse son los que mejor dispuestos están a realizar intercambios intergeneracionales. Se trata de no aceptar pasivamente los rechazos que la sociedad tiene hacia los mayores. Ello es expresión del miedo a envejecer de quienes exaltan solamente la juventud. La flor de la vida bien puede ser la tercera edad. La persona mayor con una identidad flexible, consciente del valor de estar siempre en la búsqueda de entender a los otros y de aprender, está en un camino beneficioso para él y su entorno.

-¿Cuál es su balance del encuentro Cultura + Personas Mayores?
Me gustó mucho compartir la coordinación con Rafael Kohanoff, escuchar el trabajo de investigación de Alejandrina D' Elía, la presentación de Juan Urraco y la presencia y colaboración de las personas de la Secretaría de Cultura y de la Ciudad conjuntamente. Los asistentes eran personas activas en el tema que nos convocaba. Se trató de un espacio participativo, cálido y de mucho compromiso. Creo que el arte, como expresión privilegiada de la cultura, contribuyó a esto. Ahondé en distintos términos para referir a la persona mayor como anciano, viejo, tercera edad, senecto, jubilado o adulto, utilizando grandes obras de la pintura. Vivenciamos el valor de la participación y del empoderamiento, y la importancia de tomar consciencia de que el envejecimiento es un proceso y debemos buscar la apertura y flexibilidad necesarias para disfrutar de los muchos años que se está prolongando la vida. Quedaron abiertas inquietudes sobre los temas centrales que se están discutiendo hoy en lo relativo a cultura y personas mayores: la interdisciplina, lo vincular, lo intergeneracional, la flexibilidad, el peso del cambio climático sobre la población mayor y el cuidado del medio ambiente como responsabilidad, el trabajo después de la jubilación, los 30 años de vida que le quedan al jubilado, el fantasma de la soledad, la diferencia según las culturas al afrontar el mal de Alzheimer, etc.

 

Rafael Kohanoff: "La tecnología tiene una deuda con la gente, especialmente con la gente más vulnerable"

Ingeniero Químico. Director del Centro de Tecnologías para la Salud y Discapacidad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Presidente del Comité Ejecutivo del Sistema de Centros de Investigación y Desarrollo del INTI, constituido como Unidad de Vinculación Tecnológica. Fundador del Centro Integrador de Políticas de Estado -C.I.P.E, la Asociación de Empresarios para la Responsabilidad Social, de la Academia Mundial de Empresas (World Business Academy, WBA USA) y de la Fundación Crecer con Equidad. Autor de libros y documentos vinculados a las pymes y la tecnología.

Lo que dice es consecuente con lo que hace. Utilizó la creatividad y las ganas de hacer para pensar cómo hacer más fáciles algunas cuestiones cotidianas en la vida del adulto mayor. Creó un soporte para el bastón, algo que parece tan sencillo pero que sin embargo no existía. Y vaya si con ello le brindó una mayor calidad de vida a quienes lo necesitan.

"La jubilación del pasado era la antesala de la muerte. La expectativa de vida era otra. Ahora no nos morimos nada, vivimos 30 años o más. Es una locura seguir pensando en asistir, en entretener. ¿Cómo entretener todos los días durante 30 años? Es una locura. Este cambio hace que tengamos que pensar en una población que hace un tiempo no existía, en la cual nadie pensó, que tiene que tener un rol en la vida. Treinta años es más que la infancia y la adolescencia juntas".

En unos días Rafael cumplirá 94 años, lo que no le impide asistir al INTI todos los días, salvo cuando viaja al interior a dar charlas y conferencias.

-¿De qué manera se vincula el adulto mayor con la tecnología y la cultura?
Nuestro objetivo principal desde el INTI es poner la tecnología al servicio de los adultos mayores y las personas con discapacidad. Nos hemos dedicado a las tecnologías para las industrias, pero luego empezamos con la discapacidad de los adultos mayores identificando problemas y buscando soluciones. Recorrimos 195 municipios mostrando e implementando nuestros programas, básicamente una serie de dispositivos muy simples y de uso cotidiano para las personas con discapacidad, como por ejemplo, un soporte para que no se caiga el bastón o un calzador largo para calzar el zapato más fácilmente.

-Dispositivos sencillos que pueden reducir grandes obstáculos.
De alguna manera estamos hablando de cuál es la situación real de los adultos mayores, de eso que llamo “la cuarta etapa de la vida”. Tenemos que tener la visión de que el Estado y la sociedad hagan todo lo necesario para que la mayor cantidad de gente en la edad post jubilatoria, que salió del rigor del trabajo, esté en condiciones de volcar su experiencia y su tiempo. Esto es una riqueza, es la etapa más linda de la vida, en la que uno puede volcar su experiencia y su tiempo para mejorar los problemas de los demás. De este modo, integrado en la sociedad, no vienen la soledad y la nostalgia, no viene todo lo que hace daño. Este es un rol sobre el que no se pensó.

-¿Cómo cambiaron las nuevas tecnologías de comunicación los vínculos en y para la tercera edad?
La gente que ejecuta se siente bien, se siente realizada, siente que su vida tiene un sentido. Entonces, el que lo recibe se siente bien, los familiares y el entorno también. Que las tecnologías se pongan al servicio de los adultos mayores o con problemas de discapacidad no tiene enemigos. Lo que hay que hacer es buscar los caminos. Al mismo tiempo esto alimenta la creatividad en la gente.

-¿En qué sentido?
Los adultos mayores empiezan a identificar problemas y a partir de ahí aportan ideas. La tecnología es una herramienta fundamental, pero tiene que apoyar necesidades reales, independientemente de que se la use para hacer negocios. La tecnología debería estar al servicio de la sociedad, mucho más si es financiada por el Estado.

-¿Cómo generar iniciativas culturales para personas mayores y espacios intergeneracionales?
Cada persona tiene una situación diferente en función de dónde se encuentra y en qué condiciones. La gente adulta llegó a esta altura con la cultura de su vida, entonces tenemos que identificar las distintas situaciones para saber de dónde arrancamos. La cultura incide en la vida de una persona, y puede facilitarle y abrirle las puertas para acceder a las cosas. Por otro lado, es importante ver cómo el adulto mayor puede transferir su cultura, aquello que vivió y aprendió.

-¿Cuál es su balance del encuentro Cultura + Personas Mayores?
El desafío de este taller, cuya idea es excelente, es ver cómo logramos superar un comportamiento de un mercado que no se interesa por lo que no es negocio y de un Estado que no tiene un sistema de continuidad de las cosas. Hay que llegar a toda la gente.