Las bibliotecas populares, semillero de lectores
Las bibliotecas populares, semillero de lectores

Las bibliotecas populares, semillero de lectores

Un día como hoy, hace 121 años, nacía el escritor argentino Jorge Luis Borges. En su recuerdo, todos los 24 de agosto se celebra en nuestro país el Día del Lector. Como un regalo para los amantes de la lectura, las bibliotecas populares recomiendan títulos y cuentan historias de sus territorios de palabras.
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El nacimiento de las bibliotecas populares fue una iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento. La primera biblioteca popular de Sudamérica nació en San Juan en 1866: La Biblioteca Popular Franklin, en homenaje al estadounidense Benjamín Franklin quien, en 1727 en la ciudad de Filadelfia, creó los Clubes de Lectores que dieron origen al desarrollo de bibliotecas en las aldeas y ciudades.

Tras la iniciativa y gracias a la organización vecinal, con el tiempo las bibliotecas populares se comenzaron a esparcir por todo el territorio y se fueron nutriendo de la heterogeneidad de sus lectores y de sus comunidades. En la actualidad, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) registra 2000 bibliotecas y 30000 voluntarios y voluntarias que, a lo largo y a lo ancho del país, despliegan sus acciones.

Esos círculos de lectura iniciáticos se convirtieron en espacios sociales fundamentales en las dinámicas comunitarias. En ellas hay mates, talleres, capacitaciones, meriendas, una puerta que tocar ante cualquier problemática. También hay libros, hay escuchas, hay amigos y hay lectores que escriben la historia colectiva de cada territorio.

Bibioteca Popular Santa Genoveva, delta de San Fernando, Buenos Aires

"Los chicos que viven cerca de allí dicen que sus hamacas se mueven solas porque el espíritu de Genoveva, antigua dueña del lugar, protege esas tierras. Y algo de eso debe haber porque en este espacio, fiel a ese deseo, florecen un montón de actividades que hacen la vida en las islas menos solitaria", Mitos que cuentan.

La Biblioteca Popular Santa Genoveva queda en el delta de San Fernando, sobre el Arroyo Felicaria, a 2:30 horas del continente. Existe desde hace sesenta años y desde entonces solo se accede en lancha.

Marisa Negri y Gabriel Martino son quienes llevan adelante los servicios de lectura navegante. Durante la pandemia, un mensaje de whatsapp es suficiente para que la corriente lleve los libros a destino. Subidos a la "Bibliolancha", el colectivo de personas que partipa en la biblioteca, articulan programas de lectura y escritura con la comunidad que vive a la vera de los ríos y arroyos del delta. En 2018, con inmensa alegría lanzaron Ediciones Genoveva, la primera editorial de islas.

“Como isleños nos interesa la literatura y la poesía isleña que circula mucho por la zona. Siempre nos pareció que había una mirada del delta un poco bucólica que es la mirada del viajero que se fascina con el paisaje, pero faltaba la mirada de los que vivimos acá. La intención de Ediciones Genoveva es reflejar la voz de la gente que vive acá y que mira el delta fascinada pero con los ojos del que habita todos los días”, comenta Marisa.

En las comunidades pequeñas, las bibliotecas populares son las bibliotecas del pueblo que conocen sobre las inquietudes y gustos de cada lector y lectora.

"Nos piden muchos libros sobre permacultura porque hay un movimiento grande de huertas isleñas en la segunda sección del delta. Tenemos un lector en el Arroyo Chaná al que le interesa mucho la historia, a él especialmente le mandamos libros de Felipe Pigna. Tenemos otra lectora fanática de Agatha Christie así que a ella le vamos reservando los policiales. Somos pocos en el delta así que nos conocemos y cuando compramos un libro para la biblio ya sabemos a quién puede estar destinado".


Biblioteca Popular Santa Genoveva. Foto: BP Santa Genoveva

Bibioteca Popular Santa Genoveva recomienda:

Los Pájaros, de Ángel Otazo. Ediciones Genoveva

Los Pájaros es un libro que escribió Ángel Otazo, que es un vecino de la Isla. Ángel aprendió a leer y a escribir de adulto, en la biblioteca, acompañado por Guillermina Weil, actual presidenta de la biblioteca. Como a Ángel siempre le interesaron los pájaros escribió unos poemas mientras aprendía a escribir. A esos poemas los ilustró Gabriel Martino y los editaron en 2019 con el sello de Ediciones Genoveva. Marisa recuerda que fue un acontecimiento importantísimo para toda la comunidad.

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Mitos que viajan por agua. Relatos contados por comunidades de Argentina y Colombia. Ediciones Genoveva

Es el primer libro de Ediciones Genoveva y nació en Colombia, en el marco de los talleres de intercambio promovidos por CONABIP. En Mitos que viajan por agua comunidades rurales de Argentina y Colombia cuentan mitos y relatos oídos en fogones o mesas familiares y también recreados por los chicos en talleres de escritura propuestos desde las bibliotecas populares. El libro pertenece a la colección Chistifuí destinada a la edición de libros escritos por niñas, niños y jóvenes de las islas. El próximo libro de la colección se está preparando: será un bestiario fantástico de islas.

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La Islíada, de Carlos Enrique Urquía

Dicen que ningún poeta argentino le dedicó tantos poemas y tantos libros a las islas de Tigre y al Delta del Paraná como Urquía. Escribió La Cimbra, Rama negra, Amistad en las islas y Sintaxis del Ibicuy (póstumo). Las cuatro obras aparecen en sus versiones completas en La islíada.

“Carlos Urquía fue un poeta sanfernardino que tuvo mucho contacto con el delta y Ediciones en danza publicó una compilación de los cuatro libros que él escribió. Es un libro hermoso que habla mucho de las islas, de los paisajes y su gente”, cuenta Marisa.


La Bibliolancha. Foto: BP Santa Genoveva

Biblioteca Popular San Francisco de Bellocq. Tres Arroyos, Buenos Aires

San Francisco de Bellocq es una comunidad rural de 600 habitantes dentro del partido de Tres Arroyos. En una zona donde todos se conocen y los espacios de intercambio entre vecinos no abundan, la biblioteca es un lugar de encuentro multifunción, atento a las necesidad de las comunidades.

“El 2015 fue un año en el que particularmente había muchas mujeres embarazadas. Hicimos un trabajo previo con la Unidad Sanitaria para conocer a las madres y decidimos crear la bebeteca, que era un sueño que teníamos hace rato y justo ese año se dio todo el potencial que necesitábamos para llevarlo a cabo”, cuenta María Angélica Chamús, quién junto con Federico Barroso Lelouche -presidente de la biblioteca- y Laura Parraquini -terapista ocupacional- son los encargados del funcionamiento de la biblo.


Biblioteca Popular San Francisco de Bellocq. Foto: BP San Francisco de Bellocq

La bebeteca, además de tener una sección especial para bebés, niños y niñas de hasta dos años, una vez por mes realizan “encuentros de crianzas” donde participan las mamás, abuelas, madrinas o papás con sus bebés. Allí comparten canciones, cuentos, rimas, juegos de dedos y conversan sobre algún tema en particular: los miedos, las etapas de desarollo de los niños, los sueños, las experiencias del puerperio.

“Es un importante acompañamiento para las mamás porque no tienen otro ámbito de intercambio, entonces lo que hacemos es compartir experiencias. Un juego o una lectura son los disparadores para propiciar el compartir”.

La biblioteca nació el 30 de septiembre de 1993 y tienen entre 70 y 80 socios locales y de pueblos vecinos que contribuyen con una cuota solidaria mensual de 100 pesos. Siguiendo la máxima de que los únicos privilegiados son los niños, los bebés tienen su carnet de “socios al nacer” y su cuota bonificada.

“Los nenes que empezaron siendo bebés en 2015, 2016, este año egresan del jardín. La bebeteca trajo usuarios nuevos, ellos no vienen con la escuela sino que vienen por su cuenta con su carnet y eligen libros o nos escriben las mamás contando que los nenes quieren leer los cuentos que contamos por redes sociales. Hay un caminito hecho que para nosotros es valiosísimo”.


Encuentro de crianza en la biblioteca

San Francisco de Bellocq recomienda:

María Angélica cuenta que les encantan los libros-canciones y siempre los eligen porque son libros que los podés contar, cantar y hacer juego de dedos. Desde sus redes sociales, la biblioteca sigue interactuando con su lectores compartiendo sus cuentos preferidos. 

Palo, palito, eh!, de Iván Kerner y mEy narran una historia a partir de los versos de esta canción. Editorial Pequeño Editor

Una historia a partir de los versos. Una historia de amistad. Una canción para cantar en todo el mundo. Escuchar cuento

Sapo de otro pozo, de Rodrigo Folgueira con ilustraciones de Poly Bérnatene. Editorial Casa de papel

No hay edad para la amistad, para compartir con amigos, ni para encontrarlos. Este cuento habla de eso, de lo lindo de sumar amigos. Un libro dedicado a la amistad.  Escuchar cuento

Shhhhhh! Como la lechuza, de Jaquelina Romero con ilustraciones de Pilar Centeno. Editorial Quipu

un grupo de animales aprende a convivir cantando y con mucho humor ¿Podrá una canción ayudarlos a hacer silencio? ¡SHHH! Escuchar cuento


También tienen una biblio biblio ambulante que recorre los barrios compartiendo lecturas.

Biblioteca Popular Rivadavia. San Jorge, Santa Fe

La Biblioteca Popular Rivadavia es una de las más antiguas de la localidad. Fue fundada en 1929 como iniciativa de dos jóvenes sanjorgenses: Lázaro Flury y Juan Zanettini. Se ubica en pleno centro de la ciudad, lo que la convirtió en un lugar siempre de paso y de encuentro. Por la historia que guarda es elegida por muchas personas para realizar trabajos de investigación, para leer un buen libro en el silencio o para recorrer las estanterías buscando nuevos autores.

“En los adultos el género más buscado es la novela y dentro de ella, las históricas, sobre todo de autoras argentinas. Las románticas, policiales y de suspenso también soy muy elegidas, como los libros de autoayuda, superación y crecimiento personal. Los adolescentes y jóvenes son asiduos lectores de sagas de literatura fantástica y novelas que tocan temáticas actuales. Y a los más pequeños, que están iniciando su formación como lectores, lo que más los atrapa son los libros álbum, cuentos con títeres, ojos móviles, de diferentes texturas y formatos”, cuenta Mónica Gordillo, integrante de la Comisión Directiva de la biblioteca.


Biblioteca Popular Rivadavia. Foto: BP Rivadavia

Mónica todavía recueda las sensaciones que tuvo cuando era niña y entró por primera vez a una biblioteca durante unas vacaciones de verano. “Llovía mucho, no había nadie y toda la biblioteca era para nosotras un refugio cautivador y misterioso a la vez. Desde allí comencé a construir mi camino como lectora”. Ese camino la llevó a descubrir, con el mismo asombro, la biblioteca popular de su ciudad y a conocer los gustos de cada uno de los lectores.

"Hay algunos 'remolones' que quieren leer muchas historias y pasan los días y por fin se deciden a comenzar con una lectura lenta, tal vez porque tienen un montón de obligaciones en su vida diaria. Algunos toman en préstamo más de un libro, a esos los llamamos “lectores voraces” de tan rápido que leen. También tenemos lectores exigentes de libros específicos, inclinados más por joyas literarias o clásicas que se toman su tiempo para leer reseñas y recorrer estanterías. Están aquellos lectores informados sobre la actualidad literaria que visitan constantemente la biblioteca en busca de las últimas novedades”.

La Biblioteca Popular Rivadavia recomienda:

Para la ocasión, le consultaron a un socio, Alejandro Nisnovich, de esos devoradores de libros.

"Entre la letra y la sangre", de Ernesto Sábato, son conversaciones con Carlos Catania, de Seix Barral. 

“La Chica Salvaje”, de Delia Owens. Una novela de misterio, una historia de amor, un drama jurídico, pero, ante todo, es una historia de supervivencia y sobre cómo el aislamiento afecta al comportamiento humano.

“El revés de las lágrimas”, de Cristina Loza, es una novela histórica y romántica excepcional, con un vivaz entretejido de personajes reales y ficticios. La autora seduce con su prosa, al tiempo que recrea desde la ficción una época crucial de la historia argentina y nos regala una heroína inolvidable.


Foto: CONABIP

Biblioteca Popular Cachilo. Rosario, Santa Fe

En agosto de 2020, la biblioteca cumplió 20 años. Ubicada en el barrio Villa urquiza, una zona urbano marginal de Rosario, fueron los trabajadores, desocupados y adultos que vivían en los barrios populares los primeros en acercarse. Fundaron la radio comunitaria “Aire Libre” y al tiempo, el entusiasmo de los vecinos que querían contar con otro espacio colectivo impulsó la creación de la biblioteca, que tiene una fuerte improna en comunicación popular.

Si bien al principio era un público adulto el que frecuentaba “La Cachilo”, los niños no tardaron en llegar. Claudia Martínez, una de las fundadoras de la biblioteca, cuenta que en determinado momento comenzaron a pensar en ofrecerles a los chicos algo más que material escolar, y así surgió la idea de difundir literatura infantil, y con ella, las actividades donde la biblioteca salía a la calle, plazas y veredas. Montada sobre un carrito, desde el 2008 "La Cachilo" recorre, todos los fines de semana,las barriadas con propuestas de lectura, actividades artísticas y juegos.


Biblioteca Popular Cachilo. Foto: BP Cachilo

“Cuando comencé a salir a la calle con La Cachilo Te Cuenta quedé maravillada por cómo los chicos se acercaban ansiosos por agarrar un libro. Y verlos a todos sentados pidiendo «leéme, leéme, leéme». Eso destierra el mito de que a los chicos no les gusta leer, eso es mentira”, contaba Mónica a un medio local en el marco del 20º aniversario de la biblioteca.

“La Cachilo” siempre anda por las calles y de visita por los barrios, hospitales, escuelas y cárceles rosarinas. Sus 20 años de trabajo son un ejemplo que se multilica. Hoy son más de 50 personas las que aportan al proyecto colectivo y gracias a su experiencia, que recorrió kilómetros, se crearon en la zona dos bibliotecas, una en un club y otra un centro comunitario, en el corazón de una villa; y también se replicaron iniciativas similares en pueblos vecinos.


La Cachilo Te Cuenta. Foto: BP Cachilo

La Biblioteca Cachilo recomienda:

Uno y otro, de María Wernicke. Calibroscopio, 2006 

Con personajes como Uno, Otro y Nadie y con la habilidad para jugar con los colores y las sensaciones que ellos transmiten, este libro nos pregunta quiénes somos y nos muestra que no siempre somos los mismos. En Uno y Otro, como en la vida misma, la verdad es relativa, no hay una verdad en singular, sino verdades en plural, todo depende de quién la diga, cuándo y dónde, para lo cual es importante tener los oídos –y los ojos– dispuestos a escucharlas – y a verlas –. Elogia la diversidad, y el derecho a ser distintos. Nos invita a volar, pero también a detenernos y mirarnos al espejo.


Mateo y su gato rojo, de Silvina Rocha y Lucía Mancilla Prieto. Ediciones del Naranjo, 2010 

Dentro del cuaderno de Mateo, como dentro de la cabeza de cualquier niño, suceden muchas cosas, sorpresas, sueños, deseos, preocupaciones, tristezas; surgen personajes y se viven historias, como la de un gato, un ratón y una sonrisa que se pierde. Con ilustraciones que utilizan solo el blanco, el negro y el rojo y con un texto sencillo y cercano, nos encontramos con un libro que nos hace sentir, imaginar, identificarnos y pensar en el otro y en lo que necesita para estar bien.

Tuk es Tuk, de Claudia Legnazzi. Ediciones del Eclipse, 2007 

Tuk habita un mundo variado, con leyes propias, lleno de personajes y objetos extraños. ¿Pero quién es Tuk? ¿Una persona? ¿Un animal? La autora e ilustradora – una de las más reconocidas artistas para niños en la Argentina – nos brinda una historia más allá del cuerpo formal del libro, nos la cuenta tanto a través de lo textual como de lo paratextual. Las palabras adoptan formas y, junto con la ilustración y el libro en su conjunto, nos muestran la importancia y la riqueza de ser diversos, y nos recuerdan que así como Tuk es Tuk, cada lector es único e irrepetible.

 

Foto portada: Biblioteca Popular Macacha Güemes, Salta. CONABIP