Una aproximación al novelista alemán Thomas Mann
Una aproximación al novelista alemán Thomas Mann

Una aproximación al novelista alemán Thomas Mann

Letras
Efemérides
Nació el 6 de junio de 1875 en la ciudad de Lübeck, Alemania. Se transformó en escritor publicando novelas cortas, y en 1929 recibió el Premio Nobel de Literatura, luego de admirar a la crítica con Los Buddenbrook (1901) y La montaña mágica (1924). Con el ascenso de Hitler al poder se exilió primero en Suiza, donde volvería a vivir sus últimos años de vida, y después en Estados Unidos, país que le otorgó la nacionalidad en 1941
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Antes que Paulo Thomas Mann naciera, el 6 de junio de 1875, su madre había conocido a su padre en Lübeck, una ciuad al norte de Alemania, a 170 kilómetros de la frontera con Dinamarca, que se destaca por el gótico báltico de sus construcciones. Se llamaba Julia Da Silva-Bruhns, una brasilera que abandonó su patria a los siete años para vivir con su tía y sus hermanos en Europa; su madre había muerto un año atrás y su padre debía ocuparse de las tierras que administraba en Paraty, una civilización en la paradisíaca Costa Verde de Brasil. A pesar de añorar para siempre su primera tierra, Julia aprendió el idioma hasta el punto de transformarse en escritora, y contrajo matrimonio con Thomas Johann Heinrich Mann en 1869, propietario de una compañía cerealera que escalaría hasta trasformarse en senador del Estado. Ella tenía 17 y él 29. Tuvieron cinco hijos: Heinrich Mann (1871), el mayor, seguido por Thomas, Julia (1877), Carla (1881) y Viktor (1890).


(Foto: Lübeck, Alemania, ciudad donde se crió Thomas Mann. El casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad).

Mal alumno, ¡pero lector!

Hasta los siete años, y gracias a los ingresos económicos que gozaba la familia, la educación de los hijos del matrimonio Mann sucedió en su casa con institutrices, una tradicional educación privada a la que pocos podían acceder. Luego, ingresó en el liceo, en 1882, y siete años después en Katharineum, un prestigioso colegio de latín fundado en 1531. A pesar de su bajo rendimiento en las materias, su madre, amante de las letras, y su hermano mayor, Heinrich, ejercieron una gran influencia recomendándole autores como Schiller, Heine o Nietzsche, o bien, la música de Richard Wagner, haciendo del joven Thomas un gran lector con una sensibilidad especial para las artes.

Pero su vida cambió el 13 de octubre de 1891, cuando su padre murió a los 51 años. Su madre, por causa de una cirugía de la vejiga, debió trasladarse a Múnich con sus tres hijos menores, dejando a los mayores terminar sus estudios, objetivo que Tom no pudo conseguir.


(Thomas Mann. Fuente: elnacional.com)

Con 19 años, en marzo de 1894, volvió a reunirse con su familia en la capital de Baviera. Ese mismo año publicó su primera novela corta: La caída (1894).

Era una habitación extraña, decorada en un estilo único: el de las extravagancias de artista. Jarrones etruscos y japoneses, abanicos y dagas españoles, sombrillas chinas y mandolinas italianas, conchas africanas y pequeñas estatuas antiguas, abigarradas figurillas rococó y vírgenes cerosas, viejos grabados y trabajos surgidos del propio pincel de Meysenberg: todo ello diseminado por la habitación sobre mesas, estanterías, consolas y paredes; por si fuera poco, estas últimas, al igual que el suelo, estaban cubiertas por gruesas alfombras orientales y descoloridas sedas bordadas, dispuestas en combinaciones tan estridentes que parecían señalarse unas a otras con el dedo”. La caída (1894).

Primeras publicaciones

En su nueva ciudad, Thomas acudió como oyente a algunas clases en la Universidad Técnica de Múnich, y en julio de 1895, en compañía de su hermano mayor, emprende un viaje por Italia, permaneciendo en Palestrina y Roma. Durante esos años, tal como lo describe Hermann Kurzke en la biografìa del escritor, “Thomas Mann. La vida como obra de arte”. (2004, Barcelona: Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg), “comenzó su colaboración para la revista nacionalista y conservadora Das Zwanzigste Jahrhundert, en la que durante algo más de un año publicó ocho artículos, casi todos reseñas. Tras ver rechazadas varias publicaciones finalmente la revista Simplicissimus le aceptó La voluntad de ser feliz, relato escrito en diciembre de 1895 al que siguió un año después El pequeño señor Friedemann, la obra que le permitió comenzar a hacerse realmente un nombre como escritor”.


(Biografía de Thomas Mann, de Hermann Kurzke).

Durante todo el camino, Paolo se mostró excitado y casi relajadamente contento. Ahora, en cambio, mientras esperábamos a que nos abrieran la puerta, percibí en él una extraña transformación. A excepción de un tic nervioso en los párpados, parecía completamente sereno mientras estaba a mi lado: una serenidad violenta y tensa. Tenía la cabeza algo echada hacia delante. La piel de su frente estaba muy tirante. Casi parecía un animal aguzando convulsivamente las orejas y tensando todos los músculos al acecho”. (La voluntad de ser feliz, 1895).

Italia será un destino reiterado, volviendo ámbos entre 1896 y 1898, y teniendo la posibilidad de conocer ciudades como Venecia y Nápoles, escenarios que serán plasmados en su literatura. En Roma precisamente es donde el escritor comenzó una de sus obras cumbres: Los Buddenbrook, la historia cronológica del declive de una familia próspera de comerciantes instalados en Lübeck, entre 1835 y 1877.

Terminó de escribir la novela el 18 de julio de 1900, los editores le encomendaron acortarla y Mann se negó. Se publicó en 1901 con más de 900 páginas. Fue el primer empujón al Premio Nobel.

El primer amor, y los que siguieron

Siguiendo la biografía escrita por Hermann Kurzke, la literatura del teutón nos revela, a través de las páginas de la novela corta Tonio Kröger (1903), datos del primer amor de Thomas: Armin Martens, un compañero de secundaria que describía con el nombre de Hans Hansen: “Era sumamente hermoso y bien proporcionado, tenía unos hombros anchos y las caderas estrechas, y unos ojos azul brillante, que miraban nítidas y penetrantes”.

La verdad era que Tonio quería mucho a Hans Hansen, y que había tenido que sufrir mucho por su causa. El que quiere mucho, se halla las más de las veces en situación de inferioridad y ha de sufrir mucho... Su alma de solo catorce años había ya aprendido de la vida esta lección sencilla y dura, y por esto ya estaba acostumbrado a estas experiencias, a registrarlas en su interior, y, en cierta manera, le causaba satisfacción, sin que por ello ajustara la conducta a tales experiencias y sacara de ellas una utilidad práctica”.

En contrapartida, en la misma novela detalla el sentimiento que le despertó otra persona, y cuyo nombre nos llega a través de su ficción: Ingeborg Holm:

La había visto miles de veces, pero en cierta ocasión, por la noche, la vio bajo una luz especial, mientras hablaba con una amiga y ladeaba la cabeza sonriendo de una manera muy alegre, llevando su mano a la nuca de un modo singular, una mano de jovencita ni muy delgada ni muy fina, mientras con este gesto su manda de gasa blanca se deslizaba por debajo del codo; oyó cómo acentuaba una palabra, una palabra sin importancia, de una forma singular, en la que su voz tomaba un timbre agradable, y su corazón se sintió invadido de un encanto mucho más profundo que el había experimentado años atrás al contemplar a Hans Hansen, en aquellos días en que era todavía un muchacho pequeño y tonto” (Fragmento Tonio Kröger. Descripción de Ingeborg Holm).


(Portada en alemán de Mario y el Mago, una novela corta escrita en 1930). 

Katia Pringsheim

A finales de 1903, Thomas conoció a Katia Pringsheim, la hija de la actriz Hedwig Pringsheim y del matemático, intelectual y coleccionista de arte Alfred Pringsheim. Se comprometieron al año siguiente y se casaron el 11 de febrero de 1905. Tuvieron seis hijos: Erika (1905), Klaus (1906), Golo (1909), Monika (1910), Elisabeth (1918) y Michael (1919).


(Fuente: www.letraslibres.com)

La gran guerra

Al margen de su ascenso y fama como escritor, los años previos y posteriores a la Primera Guerra Mundial (1914 a 1918) no fueron del todo prolíficos para Mann, aunque dejaron una intrigante y fascinante novela corta: La muerte en Venecia (1912). La historia del famoso escritor Gustav von Aschenbach (él), está inspirada en su paso por el Grand Hôtel des Bains del Lido, cuando conoció al joven polaco identificado como el barón Wladyslav Moes, o Tadzio en la novela.


(El director italiano Luchino Visconti llevó al cine la obra del alemán en 1971, con su versión de Morte a Venezia. Dirk Bogarde interpretó a Gustav von Aschenbach y Björn Andrésen como Tadzio).

Otro dato imprescindible de esta época fue haber comenzado la escritura de La montaña mágica, obra maestra que culminaría en 1924, y que convencería al jurado sueco noruego en 1929 para otorgarle el máximo galardón en materia literaria: el Premio Nobel.


(Los dos ganadores del Nobel de literatura, Hermann Hesse, en 1946, y Thomas Mann, en 1929. La foto corresponde a febrero de 1932, en Chantarella. DEUTSCHES LITERATURARCHIV).

La montaña mágica

La obra narra la estancia del joven Hans Castorp en un sanatorio de los Alpes suizos, un instituto inspirado en el hospital Wald, de la ciudad de Davos, que Thomas conoció con su esposa y por donde caminó durante un par de meses. La propia Katia deja rastros de este lugar en sus manuscritos:

“Me visitó en Davos, y su llegada fue, sin duda, similar a la de Hans Castorp. Él también se bajó del tren en Davos-Dorf y yo me reuní con él, tal y como hizo el primo de Castorp, Ziemssen. Subimos al sanatorio, y ahí hablamos incesantemente, como los primos [...] Le señalé a los tipos varios que ya le había descrito, y luego los incorporó a su novela, simplemente cambiando los nombres”. (Carta citada en “El amor en tiempos oscuros (Y otras historias sobre vidas y literatura gay)”, de Tóibín, Colm).

Gran Depresión y exilio

Luego del obtener el Premio Nobel, en 1929, Hermann Kurzke explica que ante las posibilidades reales de que el movimiento nazi aspirara al poder en Alemania, Mann expuso públicamente su apoyo a Paul von Hindenburg en contra Hitler, quien fuera presidente desde 1925 hasta su muerte en 1934.

Tras ascenso al poder de Adolf Hitler, Thomas Mann renunció a la nacionalidad alemana y se fue de viaje, iniciando una gira por Ámsterdam, Bruselas y París que terminó en Suiza. Las vacaciones terminaron siendo un exilio definitivo. Vivió en Küsnacht, a orillas del lago de Zúrich, hasta 1938.
(Thomas Mann. Fuente: elnacional.com)

“El 19 de noviembre de 1936 Mann adquirió la nacionalidad checoslovaca y, durante 1937 y 1938, realizó frecuentes viajes impartiendo conferencias, entre ellos tres a los Estados Unidos, adonde se trasladó en septiembre de 1938 tras obtener un puesto académico en la Universidad de Princeton”. Kurzke, Hermann (2004). “Thomas Mann. La vida como obra de arte” (1ª edición). Barcelona: Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg.


(Foto en la casa del pacífico de Thomas Mann, año 1941. Photograph: Ullstein Bild).

En Estados Unidos vivió como una celebridad. Fue invitado a la Casa Blanca por Franklin Delano Roosevelt y su esposa Eleanor, y consiguió la nacionalidad de ese país en 1944. Sin embargo, sus últimos días de vida los viviría en Suiza, país al que retornó en 1952.

A los 80 años, por causa de una trombosis, Thomas Mann murió el 12 de agosto de 1955, en un sanatorio de Zurich.

¿Qué más escribió?

Además de muchos ensayos sobre artistas como Goethe, Tolstoi, Schopenhauer, Nietzsche, Freud, Schiller, Gerhart Hauptmann o Richard Wagner, Thomas Mann escribió, entre otras, muchas novelas cortas como El niño prodigio (1903), Tristán e Isolda (1923), Mario y el mago (1930), Las cabezas trocadas (1940) y La ley (1943). Además, obras maestras como Carlota en Weimar (1939), José y sus hermanos (1943) y Doktor Faustus (1947).


(Doktor Faustus, escrita por Mann durante su exilio en Estados Unidos, relata la vida de Adrian Leverkühn, un prodigio en la música). 

Fuente: Kurzke, Hermann (2004). “Thomas Mann. La vida como obra de arte” (1ª edición). Barcelona: Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg
Foto de portada: elnacional.com