Cuáles son las fiestas populares más antiguas que se siguen celebrando
Cuáles son las fiestas populares más antiguas que se siguen celebrando

Cuáles son las fiestas populares más antiguas que se siguen celebrando

Verano
Enterate de cuándo y por qué nacieron las celebraciones que inauguraron esta costumbre argentina
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En la década del ‘60 –y un poco antes también–, un auge de los movimientos musicales argentinos dio lugar a la creación de festivales folclóricos, la mayoría en verano. Como herencia de ese momento histórico, todavía hoy podemos disfrutar de algunas de esas celebraciones, que en algunos casos se convirtieron en emblemas de la tradición de nuestro país. A lo largo de los años, se fueron sumando más y más fiestas populares en los pueblos y ciudades de todo el país –de hecho, hay 185 celebraciones elegidas en la última convocatoria de Festejar, el programa del Ministerio de Cultura de la Nación que busca apoyar y poner en relieve a esas festividades–. En esta nota te contamos cuáles son aquellas que dieron el puntapié inicial para la gran tradición de fiestas populares que tenemos hoy, y que podés disfrutar este verano.

  1. Fiesta Nacional de la Pachamama, del 23 al 28 de febrero en Amaicha del Valle, Tucumán
    La Fiesta Nacional de la Pachamama se realiza hace 70 años, en coincidencia con las celebraciones del Carnaval y en una comunidad del Valle Calchaquí. Sus orígenes se remontan a las reuniones de los pueblos para agradecer a la madre tierra, a través de ofrendas. En el cierre, una mujer, elegida entre las más ancianas del lugar, asume el papel de la “Pachamama”. Participan asociaciones gauchas, grupos folclóricos locales y nacionales y se seleccionan personalidades locales encargadas de cuidar a la madre tierra durante los próximos meses.

  2. Enero Tilcareño, del 7 al 31 de enero en Jujuy
    Es un encuentro cultural, social y deportivo, que se celebra desde hace 60 años. Comenzó en 1957, por iniciativa de la Asociación Amigos de Tilcara. Con el tiempo obtuvo trascendencia provincial y nacional, dada la participación de una gran cantidad de artistas locales y de otros puntos del país, con el objetivo de resaltar las tradiciones. Recitales folclóricos y de otros géneros, espectáculos juveniles, talleres culturales, presentaciones de libros, festivales de danza, ferias gastronómicas, desfiles de modas, fiestas gauchas, homenajes a personajes de la cultura y aniversarios de instituciones locales son parte de las actividades que se desarrollan a lo largo del mes. El Enero Tilcareño es uno de los más antiguos a nivel provincial, nacional y latinoamericano por su continuidad en el tiempo.

  3. Festival Nacional de Folclore, del 21 al 29 de enero en Cosquín, Córdoba
    El Festival Nacional de Folclore de Cosquín (Córdoba) nació hace 57 años, impulsado por un grupo de ciudadanos que querían proyectar el nombre de Cosquín a todo el país, con el fin de promover el turismo e incentivar la economía local. La Comisión Municipal de Turismo y Fomento (después denominada Comisión Municipal de Folclore), constituida por vecinos de la ciudad y con apoyo municipal, creó un espectáculo que todavía hoy abarcan los distintos matices del folclore nacional, como el canto, la música y la danza tradicionales del país. El Primer Festival Nacional de Folclore, con la participación de las delegaciones oficiales de casi todas las provincias argentinas y los artistas de mayor prestigio,  sobrepasó las expectativas creadas por sus organizadores. La popularidad y concientización de quienes visitaban Cosquín fue el incentivo definitivo para que los organizadores añadieran al festival la creación de un programa cultural, cuyo eje fundamental sería el ateneo folclórico, del cual derivarían seminarios y conferencias, realizados en forma paralela y la Feria Nacional de Artesanías y Arte Popular. Ante el crecimiento en importancia del festival, comenzaron a concurrir numerosas delegaciones y populares músicos y cantantes de países latinoamericanos, junto a  representantes de Francia, España, Italia, Alemania, Londres, Holanda, Canadá, Estados Unidos, Japón, China, como espectadores, para descubrir el verdadero espíritu de todo un pueblo.

  4. Festival Nacional del Malambo, del 8 al 14 de enero en Laborde, Córdoba
    En 1957, la llegada de Julio Barros y Aníbal Calderón, zapateadores de malambo, despertó en Laborde el interés por una expresión cultural que, hasta entonces, era casi desconocida en la zona. Años después, ese interés llevó a la Asociación Amigos del Arte a organizar un festival protagonizado por esa disciplina. Así nació, hace 50 años, el Primer Festival Nacional del Malambo, que contó con la participación de delegaciones oficiales de las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Buenos Aires, San Luis y Córdoba. Con el transcurso de los años, el festival ganó en popularidad y se hizo conocido en todas las provincias y también dentro de América Latina. Pasaron por su escenario figuras como Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Hernán Figueroa Reyes, Mercedes Sosa, El Ballet del Chúcaro y Norma Viola, Jairo, Víctor Heredia, El Chaqueño Palavecino, Peteco Carabajal y El Dúo Coplanacu entre otros. Desde y hacia Laborde, el intercambio cultural es mutuo con festivales de Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia.

  5. Festival Nacional de la Chacarera, que fue 6 y 7 de enero en La Banda, Santiago del Estero
    La chacarera es considerada una de las danzas más populares de nuestro folclore y Santiago del Estero es su madre tierra. Hace 46 años, en 1971, Agustín y Carlos Carabajal, miembros de la tradicional familia santiagueña y autores de temas clásicos del folclore, crearon el Festival de la Chacarera como una manera de rendir homenaje y destacar su importancia. Artistas nativos como Peteco Carabajal, Hugo Díaz, Sixto Palavecino y Los hermanos Ábalos pasaron por este festival que también dio lugar a representantes de otras regiones del país. Este festival es un espacio cultural de máxima identidad santiagueña, donde habita lo tradicional de la música con las nuevas propuestas. Es una ocasión para desplegar el arte santiagueño y mantener viva una tradición que continúa en el tiempo.