"Senos", la nueva muestra del Museo Nacional del Grabado
"Senos", la nueva muestra del Museo Nacional del Grabado

"Senos", la nueva muestra del Museo Nacional del Grabado

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Con sede en la Casa Nacional del Bicentenario, inauguró “Senos”, una exposición que reúne 40 xilografías de cuatro notables grabadores argentinos: Albino Fernández, José Manuel Moraña, Víctor Rebuffo y Luis Seoane, para la edición de 1979 de la obra de Ramón Gómez de la Serna
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Exposicion “Senos”, en el Museo Nacional del Grabado
Xilografías de Albino Fernández, José Manuel Moraña, Víctor Rebuffo y Luis Seoane.

La nueva exposición de la Casa Nacional del Grabado, inaugurada el 14 de marzo de 2019, reúne 40 xilografías de cuatro notables grabadores argentinos: Albino Fernández, José Manuel Moraña, Víctor Rebuffo y Luis Seoane. Las obras fueron producidas por los artistas en cuestión en 1979, inspirados en los textos del escritor español, Ramón Gómez de la Serna, para el libro que lleva el mismo nombre de la muestra: "Senos".

Curada por la historiadora de arte, Marie-Jo Cardinal, la exhibición propone un recorrido por los senos femeninos. Senos que revelan erotismo, que esconden timidez e ingenuidad, que alimentan y acobijan y que trascienden la viudez. La curadora cuenta lo arduo que resultó el montaje, desde el origen de la idea hasta vestir las paredes del cuarto piso de la Casa Nacional del Bicentenario, sede transitoria del Museo Nacional del Grabado.

Marie-Jo camina junto a la cronista de la Secretaría de Cultura. Se para firme frente a una de las elegantes paredes que viste Víctor Rebuffo, sonríe y confiesa: “la muestra ha sido un desafío muy grande. Nos encantaron las imágenes y nos encantó que cuatro artistas tan disímiles pusieran su imagen al servicio de la escritura de Gómez de la Serna, quien fuera un personajón importante en la vida de Buenos Aires”.

-¿Cuál es la mayor diferencia entre Albino Fernández, José Manuel Moraña, Víctor Rebuffo y Luis Seoane?

-Creo que sus diferencias tienen que ver, sobretodo, con la cuestión estilística y el modo en que cada uno abordó su obra. A lo mejor Rebuffo es considerado el más clásico, con aproximaciones más conservadoras; Moraña tiene una mentalidad mucho más interesante, más afrancesada, es más rebuscado. Albino Fernández, un precursor de la cuestión, juega con las abstracciones, una constante en sus obras. Seone tiene una calidad plástica extraordinaria, probablemente el autor de las imágenes que la gente más ha disfrutado.

-¿Por qué?

-Probablemente porque es muy moderno y al mismo tiempo con una imagen bastante sucinta. Parecieran esbozos de dibujos pero luego utiliza todas las posibilidades que da el grabado.

-¿En qué consiste “Senos”?

-Teníamos tres ejes: Ramón Gómez de la Serna y su texto; Albino Fernández y su proyecto editorial; y los grabados de estos cuatro artistas. La exposición muestra imágenes de senos como malabares, senos de viuda, senos de niñas jóvenes, senos de madres. Esto es interesante porque el museo tenía ganas de usar el tema de los senos como disparador y está organizando charlas para que se hable de la lactancia, por ejemplo. De hecho, en la obra de Moraña uno de los senos habla de la importancia del amamantamiento, un tema importante en el mundo actual. Es importante destacar, al mismo tiempo, que la muestra dispara la posibilidad de hablar, también, de las enfermedades, de cómo cuidarse y de conocer los adelantos. En este sentido, vemos que el arte está metido con la vida. El arte se expande paredes hacia afuera del museo y es aplicable a muchas cosas. En este caso, aplicable a la salud.

- El libro fue escrito por Gómez de la Serna en 1917. Debió ser revolucionario hacer arte con el cuerpo de la mujer para los años que corrían, ¿no?

-Totalmente revolucionario.

-¿Cómo ha ido cambiando el modo de hacer arte con los cuerpos a través de los años?

-¡Uf! Creo que ha cambiado muchísimo, en múltiples aspectos. La obra de Gómez de la Serna fue absolutamente revolucionaria, escrita en 1917, en plena eclosión de las vanguardias y pleno apogeo de la Primera Guerra Mundial. Gómez de la Serna era una persona que estaba inserta en España, en Madrid, y organizabauna serie de charlas en el Café del Pombo, en la capital española. Eran charlas muy conocidas. A la vez, España era un lugar al que mucha gente se va iba refugiar, sobretodo de París, que era el centro del arte, en esta Primera Guerra Mundial. Las mujeres artistas llegaban de Rusia, y muchas eran musas inspiradoras para los artistas de las vanguardias. Estas mujeres van a empezar a tomar un lugar importante.

-Es decir, ¿que la inquietud por los senos surge en paralelo a este cambio de rol de la mujer en el arte?

-Así es. Este tema de los senos tiene que ver con todo este nuevo lugar que empieza a ocupar la mujer; empieza a dejar ese lugar solo de mujer de su casa, para involucrarse en la cuestión artística, en la cuestión del trabajo. No nos olvidemos que Coco Chanel empieza su carrera prolífica como costurera en la alta costura. El rol de la mujer cambia. En la exposición, el tema de los senos está representado por cuatro artistas grabadores hombres. Lo que la muestra quiere rescatar es el seno como el signo de femineidad, pero no desde lo feminista, sino como el más atávico erotismo, que es la quintaesencia del encuentro entre dos personas, del amor, de lo que ese seno puede dar a otro ser, y todas las representaciones que hay acerca de la belleza con el seno femenino. Es un tema muy rico, y no lo queremos limitar a una cuestión solamente femenina de la mujer porque también el hombre participa. Y lo hace desde la admiración de la belleza, la admiración del amor que puede sentir por una mujer, o que puede sentir un hijo hacia su madre.

-Siguiendo esta línea, ¿cómo crees que sería una representación del seno femenino por artistas mujeres?

-Uh... ¿Hoy en día? Creo que lo trabajarían de una manera totalmente distinta, y de una manera muy interesante también. Creo que lo que tiene la mujer es la posibilidad de reírse de sí misma; dado que es algo que nos compete, podemos abordar el tema con aristas menos románticas, por ejemplo. Así como la selección que hizo Albino Fernández en su momento, de estos cuatro notables grabadores argentinos con un estilo propio cada uno, hoy, si lo tuviéramos que hacer con mujeres, podríamos pensar en cuatro mujeres con estilos distintos que fueran iguales desde el punto de vista estético y artístico, pero que lo pudieran encarar de maneras totalmente diferentes.

-¿Cómo fue el proceso de curaduría de la muestra?

-Fue muy interesante la lectura de los libros y ver la obra. Pero también sirvió mucho para la curaduría haber entrado en contacto con la familia de Albino Fernández, con Lino, Marina y Mariana, sus hijos. El intercambio fue muy rico porque nos permitió conocer la aventura de este señor Fernández que, siendo grabador, también había hecho el Club de la Estampa, a pulmón, tratando de llevar obras de arte a todo el mudo. El Club de la Estampa quería que la mayor cantidad de personas pudiera acceder a una obra original de un artista. Todo esto nos sirvió para ver el camino que transitó Albino Fernández y estos artistas que trabajaron el grabado. Por otra parte, fue muy interesante el trabajo que hizo todo el equipo del Museo. El área de catalogación del Museo del Grabado se puso a buscar obras dentro de su valioso acervo patrimonial de más de 12.500 piezas. Esa búsqueda resultó muy importante para completar la muestra.

-¿Puede elegir y describir una obra de cada uno de los grabadores?

-Víctor Rebuffo: elijo Los senos de la nadadora. Aunque Rebuffo es considerado el más clásico de todos, en esta obra se sale de su estilo tradicional y logra en una imagen mostrar a una mujer como si estuviese nadando, al tiempo que incorpora elementos de abstracción que tienen que ver con el movimiento del agua. Me parece lo más moderno desde el punto de vista estético de su obra.

Luis Seoane: me resulta muy difícil porque me gustan todas sus obras. Para variar un poco, elijo Los senos de viuda, porque me parece muy interesante esta idea de que uno puede ser viuda de alguien, pero sin embargo sigue siendo mujer; no se muere como mujer porque quedó viuda. Lo dejo a la libre interpretación.

José Manuel Moraña: un artista más místico; tiene muchas obras interesantes. Elijo El seno de las máscaras. Moraña siempre juega con esta dualidad, las máscaras, los ojos... Pudo graficar esta idea de que los senos, en el fondo, también son una manera de ver a la mujer, y una manera de presentarse ante el mundo.

Albino Fernández: tiene una vida... Hay algo que me impresiona de Albino Fernández. Resulta que era colectivero, y sin embargo llegaba a su casa y hacía arte. Albino fundó el Club de la Estampa. Indudablemente tenía la impronta del artista ya metido en su ser. Seguramente ser colectivero era su medio para comer, pero su vocación era el arte. Elijo Los senos de la elegante. En la obra los senos se transforman en flor, una flor que me recuerda a los grandes vestidos de Dior de la década del '50.

-¿Cómo resumiría las obras?

Son imágenes hechas por cuatro artistas, cada uno con su propio estilo, cuatro importantísimo artistas argentinos. No nos debemos olvidar de nuestros artistas. A veces en el fragor del mundo contemporáneo y la contemporaneidad parece que solo lo que existe es lo actual. Tenemos que preservar nuestro pasado y nuestro patrimonio para pasarlo al futuro y sobre ese patrimonio construir justamente nuestro futuro.

¿Cuándo? La muestra puede visitarse hasta el 31 de mayo, de martes a domingo, de 14 a 20.

¿Dónde? En la Casa Nacional del Bicenternario (sede del Museo del Grabado), Riobamba 985 4°, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Entrada libre y gratuita.