Ralph Rugoff: “Desearía que hubiese más humor en el arte”
Ralph Rugoff: “Desearía que hubiese más humor en el arte”

Ralph Rugoff: “Desearía que hubiese más humor en el arte”

El curador -designado director artístico de la Bienal de Venecia 2019- estuvo de visita en Buenos Aires, invitado por el Fondo Nacional de las Artes. Con el charlamos sobre el desafío que implica la designación, su pasado como periodista y la importancia del humor. Conocé sus ideas en esta nota.
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Miércoles 14 de noviembre, media mañana, calor infernal en Buenos Aires. La cita es con Ralph Rugoff en la Casa Victoria Ocampo, al 2800 de Rufino de Elizalde, un ícono de encuentro y debate entre personalidades destacadas de la cultura argentina.

Su presencia responde a una iniciativa conjunta, liderada por el FNA, y de la que participaron la Fundación Proa, la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), la Dirección de Asuntos Culturales de Cancillería, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA).

La Casa Victoria Ocampo es silenciosa aunque los pasos indiquen que hay gente que la camina por todos lados. Tiene mucha luz y es muy cálida. Fotos, escritos, libros, un piano. Y el tiempo que confluye con la imaginación para que en un cerrar y abrir de ojos el visitante pueda imaginar a Victoria Ocampo, a su hermana Silvina, a Bioy Casares y a Borges andando por ahí.    

El curador estadounidense Ralph Rugoff, elegido como director artístico de la Bienal de Venecia 2019, estuvo en Buenos Aires para hablar sobre el desafío que implica este nombramiento y las ideas y proyectos que viene desarrollando. En este marco, visitó museos y se vinculó con artistas argentinos para evaluar su participación en el evento que se realizará en la ciudad italiana.

Rugoff vive en Londres y es director de la Hayward Gallery. En 2015 fue curador de la Bienal de Lyon y hace poco organizó un programa de charlas en Frieze London, enfocado en la habilidad de los artistas para romper con las ideas convencionales de lo real. Es el primer curador con base en Gran Bretaña que dirigirá la Bienal de Venecia.

En esta charla nos explicará de qué manera aspira a que la Bienal de Venecia, fundada en 1895, siga sorprendiendo al poner énfasis en la capacidad del arte para cuestionar.

¿Qué significa para usted haber sido designado director artístico de la 58ª edición de la Bienal de Venecia?
Es una gran oportunidad para aprender sobre el arte que se hace en diferentes partes del mundo. La designación me permitió recibir distintas invitaciones para viajar y encontrarme con artistas que de lo contrario no podría haber conocido, además de tener el tiempo para hacerlo. Realmente significa para mí un proyecto de investigación fantástico.

¿Por qué cree que lo han designado?
No tengo idea, yo apliqué y me eligieron. Creo que es una interesante coincidencia que sea la primera vez que eligen a un director artístico proveniente del Reino Unido; esta es la primera Bienal luego del Brexit. No se si tiene que ver o es pura coincidencia. Pero creo que hay cuestiones de Brexit que son muy importantes y que tienen que ver con Inglaterra y con Europa. Brexit estuvo rodeado de miedos relacionados con la pérdida de soberanía nacional, con las consecuencias de la llegada de inmigrantes, con miedos vinculados a perder el trabajo. Estos miedos están presentes en muchos países. Esto me lleva a la primera pregunta, que respondí haciendo referencia a la excelente oportunidad para vivir esta designación como una investigación. Pero en otro nivel, también es una oportunidad para compartir ideas en las que vengo pensando en el curso de los años y ofrecer estas ideas en esta plataforma increíble, que recibirá la atención de tantísimos visitantes.

¿Cómo describiría la Bienal? ¿Cuál es su principal aporte al mundo del arte?
Creo que cada Bienal trata de hacer una serie de cosas. Por un lado, de sondear y estudiar producciones razonables, y conocer puntos de vista. Además, en cada una de estas instancias se lleva a cabo todo un trabajo histórico, y un intento por traer al presente gente que ha sido olvidada. En estos tiempos creo que la Bienal, además de ser una muy buena exhibición, representa una buena oportunidad para pensar cómo desarrollar una exhibición. Es una plataforma única para hacer un manifiesto o una declaración general sobre el arte y el mundo de hoy. Esto es interesante para que luego de cada edición se debata y circulen ideas; esto tiene que ver con pensar a la bienal, además, como espacio de enriquecimiento.

El título de la 58º Bienal es “May You Live in Interesting Times" (Que vivas en tiempos interesantes), y responde al surgimiento de las Fake News (noticias falsas). ¿Cómo se vinculan ambos enunciados?
Las fake news son una de las cuestiones que hacen que los tiempos que corren sean tan interesantes. Creo que revelan algo sobre la naturaleza humana, que siempre lo supimos pero lo ignorábamos, y es que la gente es gobernada por creencias; que sus ideas y sus comportamientos siguen una creencia, aunque esto no siempre sea racional. Tendemos a buscar hechos que refuercen o confirmen nuestras creencias, opiniones o convicciones. Entonces, aunque alguien te diga que estás equivocado, que tu opinión sobre algo es errónea, o que tenés los hechos equivocados, y aunque te muestre cuáles serían los correctos, la gente no cambia de opinión. Es muy interesante, porque la comunidad intelectual y académica cree en el poder del pensamiento racional, y asume que los modelos que la gente sigue son racionales; pero no creo que funcione así. Las fake news evidencian que la gente es capaz de creer cualquier historia loca, si es que condice o reafirma sus sentimientos o ideas. Esto muestra que en algún sentido tenemos esa capacidad de vivir completamente divorciados de la realidad, porque solo queremos vivir en este mundo que confirme aquello en lo que siempre  creímos.

No es que las fake news sean tan poderosas sino que es la gente que quiere creer en ellas.
Absolutamente. Las fake news serían irrelevantes si no hubiera quien elige creerlas. Creo que ciertas emociones producen en el cuerpo cambios químicos que son estimulantes: enojo y bronca, entre otros. Y entonces, por ejemplo, la gente puede volverse adicta al enojo y que este sentimiento la organice de alguna manera, porque se focaliza en un solo sentimiento. Entonces pensamos que en internet tenemos información libre al alcance de cualquiera, pero nos olvidamos que en internet también tenemos desinformación o información errónea libre al alcance de cualquiera. A veces no se puede advertir la diferencia, porque no hay filtro. La relación del arte con la verdad está en un lugar algo diferente. La clave, para mí, es que el el arte es el lugar donde podemos tener un espacio interesante para traer en convergencia distintos pensamientos, experiencias, sentimientos, placeres. El arte es el espacio del pensamiento libre y abierto. Y esto, para mí, es lo opuesto a las fake news, que tratan de reducir la verdad a unas pocas y simples ideas, y creo que las cosas en el mundo son bastante más complejas. Es necesario tener habilidad para lidiar con esa complejidad, por eso creo que en ocasiones el arte puede ser una guía. El arte no puede decirte cómo vivir, pero creo que es muy útil en estos tiempos si uno aprende a comprometerse con una especie de pensamiento y experiencia relacionados con el arte.

Usted es curador de arte y periodista. ¿Dónde se tocan sus dos profesiones?
Sí, arranqué como periodista, pero eso fue hace mucho tiempo. Siempre amé los diarios, desde chico. Y más tarde escribir en diarios, leerlos... Amo también la diferencia entre el periodismo y el arte.

¿Cuál es esa diferencia en la que piensa?
El periodismo trata de describir el mundo en el que vivimos; el arte, de brindarnos una experiencia sobre la que luego desarrollemos nuestras propias conclusiones. El arte tiene que ver con un modo de mirar, de observar, en lugar de atender a la descripción de un otro.

¿Qué importancia le adjudica al humor en tanto herramienta para derribar fronteras?
Me gusta muchísimo el humor. De hecho, desearía que hubiese más humor y más gracia en el arte. Hay pocos artistas que hacen reír con su trabajo. Con respecto a los límites, ¿en qué tipo de límites pensamos? Creo que en el arte los límites y las fronteras son conceptuales. Y que todo arte trata de ayudarnos a cuestionar nuestras fronteras conceptuales, nuestros límites, categorías y clasificaciones, con los que nos hacemos una noción del mundo. Con el arte podemos experimentar amor y odio al mismo tiempo. Por eso sostengo que el arte siempre trata de cuestionar nuestra comprensión y concepción de los límites, aún cuando estas fronteras sean de percepción. Un ejemplo: se juntan dos líneas de distintos colores y se pone un tercer color muy suave entre ellas. Los artistas que usan esta técnica lo hacen para mostrarnos cuánto de nuestro ver es generado ópticamente por el modo en el que opera nuestro cerebro, por un lado, y cuánto responde al reflejo de la luz sobre el objeto, por otro.

¿Cuál es el motor que impulsa a un artista a crear?
Hay muchas razones diferentes, pero creo que una de las más importantes es la curiosidad. La curiosidad te permite ver las cosas de diferentes maneras. Cuando una persona es curiosa y presta atención descubre cosas y ve conexiones donde otra gente no las ve. La curiosidad es tan importante...  

Una conexión con el periodismo, la curiosidad.
Sí, la curiosidad es fundamental y extremadamente importante para los buenos periodistas.

¿En qué consiste la labor del curador? ¿Cómo poner la propia mirada sin alterar la del artista?
Creo que se trata de un ajuste, de una especie de calibración. La raíz latina del término, de la extraña palabra “curator”, que significa “preocuparse por”, puede tomarse incluso como una figura religiosa. Creo que el cuidar, el preocuparse por, implica dos cosas: por un lado, cuidar físicamente un objeto, preservarlo; por otro, proveer el contexto correcto para la obra de arte, para que los visitantes la puedan ver desde perspectivas múltiples. En ocasiones esto se logra atendiendo al lugar físico donde se emplaza la obra, por ejemplo, cuán cerca o lejos se la ubica de otros objetos. A veces no nos damos cuenta de cuánto cambian nuestras obras de arte de acuerdo al contexto. Por eso creo que el contexto es uno de los puntos centrales en la tarea del curador.

¿Cuáles son sus artistas predilectos?
Es difícil; es como si me pidieran que mencione a mi familiares predilectos, que los tenemos, pero no lo decimos en público. Pero tener, los tengo.

¿Qué impresión le dejó su visita a la Argentina? ¿Qué pudo conocer del arte local?
Fue una visita corta, con lo cual no pude aprender mucho sobre arte contemporáneo argentino. Lo que me impresionó mucho fue la originalidad e integridad de las obras de arte; artistas que se dedican con curiosidad, entusiasmo, con rigor, sin preocupación por lo que pueda pensar un otro, o lo que debiera ser el proyecto correcto, de moda, o del mercado comercial. Estoy muy impresionado por el grupo de artistas serios y originales que conocí. Fue una experiencia grandiosa realmente. Conocí artistas con los que me gustaría trabajar en futuras exhibiciones.

¿Cuáles son sus expectativas de cara a la Bienal de Venecia 2019?
Espero que la gente que se acerque viva una experiencia en distintos niveles. Que la bienal se convierta en un escenario para sentir placeres profundos pero también desafiantes; placeres y desafíos a la vez. Y ojalá que sea un espacio en el que la gente pueda sentirse envuelta y comprometida con algún tipo de conversación sobre los tiempos que corren.