Yamila Cafrune: “Mi padre siempre fue un cantor del pueblo porque nunca dejó de pertenecer a él”
Yamila Cafrune: “Mi padre siempre fue un cantor del pueblo porque nunca dejó de pertenecer a él”

Yamila Cafrune: “Mi padre siempre fue un cantor del pueblo porque nunca dejó de pertenecer a él”

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El público lo eligió desde un comienzo porque cantaba por las causas sociales. Afable, generoso y talentoso, Jorge Cafrune cumpliría hoy 84 años. Yamila, su hija mayor y también cantora, lo recuerda en esta nota.

Hoy hubiera cumplido 84 años Jorge Antonio Cafrune Herrera, “El Turco”, como se lo apodaba. Nació en Perico, Jujuy, el 8 de agosto de 1937 y murió muy joven en un accidente de tránsito cuando marchaba a caballo a Yapeyú, Corrientes, para depositar un cofre con tierra de Bolougne Sur Mer en homenaje a San Martín, el 31 de enero de 1978.

Su cercanía con la gente, su canción siempre ligada a la cuestión social, lo transformaron rápidamente en “el cantor del pueblo”.

Fue talentoso y generoso. Fue él quien presentó por primera vez a una ignota Mercedes Sosa en el escenario de Cosquín en 1965. Una jovencísima cantante tucumana subió al Atahualpa Yupanqui solo con su bombo y cantó "Canción del derrumbe indio", de Fernando Figueredo Iramain. El resto es historia. Pero fue Jorge Cafrune quien confió en “La negra” y la invitó al escenario más importante del folclore corriendo el riesgo de un reto o apercibimiento por parte de la comisión organizadora del festival.

En esos años, Cafrune, ya era toda una estrella, estaba en pleno auge y era parte lo que se conoció como “el tiempo dorado del folclore”. Cafrune fue, sin dudas, una de sus máximas figuras, representó desde el comienzo a las clases oprimidas. Fue el cantor social más importante de esos años. Se vestía con ropas gauchas y su infaltable sombrero de boca ancha. Figura imponente y voz profunda.


Jorge Cafrune fue y es recordado como "el cantor del pueblo".

Tuvo cuatro hijas de su primer matrimonio y dos hijos del segundo. Su primogénita es quien continuó el legado del padre y es hoy una de las cantantes folclóricas más reconocidas en la escena actual. Yamila Cafrune recuerda a su padre en el día que hubiese cumplido años.

-¿Qué recuerdos guarda de su padre?

-Los mejores recuerdos, pero pocos. No te olvides que yo tenía 12 años cuando él falleció. De todas maneras, al ser la hija mayor, he podido compartir más tiempo y más cosas que mis hermanas y hermanos menores. Recuerdo que íbamos a caballo hasta el pueblo, que me despertaba siempre a mí -por ser la mayor- para que lo acompañara a la Capital Federal cuando tenía que hacer algún trámite (ya que yo no le era tan demandante como podían haberlo sido mis hermanitas que eran chicas).

"Recuerdo también que, ya viviendo en la ciudad de Santa Fe capital, un día se apareció en mi escuela, la Escuela Nº 8 Cristóbal Colón y se puso a cantar para todos los alumnos sin que fuera ningún acto escolar", cuenta su hija.

Recuerdo también una anécdota que me gusta contar seguido: una vez que volvíamos del pueblo a caballo y él desmontó y cortó una flor de cardo, esas que son color lila. Recuerdo que se pinchó un dedo y le salió sangre y se llevó el dedo a la boca, como cualquiera hace en esos casos. Cuando pensé que se la iba a poner a mi caballo en su cabezal, me dijo que no, que esa flor era para mi mamá.


Mural pintado en El Carmen, provincia de Jujuy, por el muralista santafecino Lisandro Urteaga.


-¿Cuándo tomó dimensión de quién era su padre, Jorge Cafrune?

-Cuando era chica, sabía que el Papi era alguien importante: cada vez que salíamos a la calle, la gente lo saludaba, lo quería abrazar, le pedía autógrafos y nosotras teníamos que agarrarnos a sus bombachas de gaucho para que él tuviera las dos manos libres! Luego, cuando falleció, la fila interminable de gente de todos los colores que querían verlo, me hizo pensar en quién se estaba yendo. Y finalmente, cuando abracé el camino del canto, la gente me demostró que todavía sabían quién era Jorge Cafrune, cuando no dejaban de darme fotos, contarme anécdotas vividas con él y decirme lo mucho que lo querían y respetaban.

-¿Por qué era considerado el "cantor del pueblo"? ¿Qué lo distinguía del resto?

-Fue siempre un cantor del pueblo porque nunca dejó de pertenecer a él, por más fama y dinero que hubiera conseguido. Siempre se identificó con su gente: desde su vestimenta hasta la manera de comportarse. No le importaba si eran duques o trabajadores populares, se comunicaba con todos en la misma forma en que ellos y ellas se comunicaban con él. Por eso pasó a ser uno más de cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros pudo identificarse con una partecita de él.


Yamila Cafrune continuó el camino de su padre y es una destacada cantora de foclore. Foto: @descalzaporloscaminos

-Usted continuó con su legado, ¿qué significa mantener vivo el mensaje musical de su padre?

-La música, además de mi familia, significa todo para mí en la vida. El mensaje musical del papi es algo heredado para mí. Nunca copiado. De hecho, creo que nunca va a existir otro Jorge Cafrune. Para mí ha sido una gran responsabilidad llevar mi apellido. Me protegía -y lo sigue haciendo- de un montón de cosas pero a la vez, hubo gente a la que no le ha gustado mi contratación (esos son gajes del oficio). Al comienzo de mi carrera, mi herencia musical puede que haya sido seguida por mí como un mandamiento familiar, pero con el tiempo, lo hago por propia convicción.

-Al igual que Mercedes Sosa, usted es intérprete, ¿le gustaría componer?

-Mercedes fue y será única. Pero sí, soy una intérprete nada más y nada menos. No. A mí Dios no me dió el don de componer ni de escribir canciones. Escribo otra clase de cosas. Pero si pudiera escribir canciones, creo que tomaría todo aquello que se me viniera a la mente en ese momento; mi estado de ánimo, mis valores, la Patria... hay tantas cosas y tantas personas a quiénes dedicarles nuestra poesía!!

-En una entrevista dijo que su padre le diría “no cante lo que no sienta”, ¿qué es lo que le gusta y siente cantar Yamila Cafrune?

-Me dijo que "nunca cantara lo que no sentía". Yo soy romántica por naturaleza: el amor guió y guía mi vida desde la inocencia y el romanticismo más puro que te puedas imaginar. Pero los románticos somos rebeldes también y contestatarios. La revolución lleva implícito el romance. Y es por eso que a mí me encanta cantar una canción de amor, "No te puedo olvidar", por ejemplo, y de ella pasar a una totalmente revolucionaria "Milonga del fusilado. No quiero encasillarme a cantar sobre un determinado tema, ni sobre una región de la Patria, ni siquiera sobre un sólo género. Habiendo dedicado mi vida a cantar el folclore más tradicional, no he dejado por eso -a mi edad y con mi experiencia- de sacarme el gusto de cantar con la Tango Jazz Quartet, por dar un ejemplo.


Cafrune era un gran admirador de los caballos.
Foto de portada y fotos personales gentileza Yamila Cafrune.