Verónica Parodi: “La canción de cuna es una forma de resistencia y de construcción de identidad"

Verónica Parodi trabajó como docente de nivel inicial durante veinte años. Desde el año 2014 es la directora socio educativa del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que las Madres de Plaza de Mayo llevan adelante en la ex Esma. Desarrolla proyectos pensados para el encuentro de grandes y chicos en donde la música, la literatura y las artes se entrelazan e hilvanan para compartir y disfrutar en familia. Es autora y compositora de canciones de cuna con ritmos latinoamericanos y una de las creadora del sitio web Avión que Va (www.avionqueva.com), especializado en literatura infantil y juvenil.  

Participó de ¿Escuchamos un cuento? con Crónicas de los esteros, relatos del litoral para chicos y chicas de todo el país, en la voz de Teresa Parodi.

A continuación, Verónica cuenta cómo fue la experiencia de participar de la iniciativa, la importancia de la lectura y la música en los más chicos, la vigencia y potencia de la canción de cuna, el abordaje educativo y pedagógico de la dictadura, y su mirada sobre las infancias de hoy. 

-¿Cómo fue la experiencia de haber participado de ¿Escuchamos un cuento? con Crónicas de los esteros?

-Fue una experiencia hermosa. Me encantó esta iniciativa, esta convocatoria, la idea, y que lleguen cuentos relatados por queridos y admirados artistas. Para mí fue muy emocionante porque se trata de mi mamá, Teresa Parodi, la que lee mis propios relatos, mis propias crónicas. Estas Crónicas de los esteros están dedicadas a mi madre, a Laura Devetach y Gustavo Roldán. Me conmovió profundamente compartir con ella esta propuesta hermosísima y que llegue a la casa de tantos niños, niñas, niñes, mi historia, mis relatos, en voz de mi madre. Me parece una iniciativa realmente necesaria para habitar estos días tan difíciles, tan diferentes, tan raros, tan extraños, con tanta incertidumbre. Acompañar con belleza, acompañar con literatura, creo que es la mejor propuesta.

Crónicas de los esteros- Ilustración Ernesto Navarro Moreno

-¿Cuánto pueden ayudar la música y la lectura a las infancias, en estos tiempos complejos e inciertos?

-Yo creo fuertemente en que la música, la lectura, la literatura, el arte, ayudan a mirar el mundo de otro modo, ayudan a transformarlo, a pensarlo, a habitarlo de otra manera. Fue imperioso, es imperioso, necesario, en este momento, habitar estos días a través del arte. Creo que el arte tiene que ser parte de nuestras vidas para acompañarnos, conmovernos, movilizarnos, para caminar, compartir con las futuras generaciones; creo que ahí está la clave de todo esto.

En este momento se hace imperioso encontrar este tiempo de una canción, de un poema, de jugar y reírnos con nuestros niñes. Lo bello se hace necesario para habitar este mundo y para mejorarlo. Durante este tiempo de cuarentena hubo un cambio muy fuerte con respecto a esto. Todos nos vimos conmovidos, necesitados y nos tuvimos que reinventar, volver a encontrarnos y disfrutarnos de otra manera. Estas propuestas alivian, acompañan, abrazan, nos ayudan a caminar la vida y a mirar la vida de otro modo.

-¿Cómo nace en vos el deseo de componer canciones de cuna?

-A la hora de componer elegí nuestros ritmos, los de la patria grande, los que me arrullaron en la infancia, con los que crecí y acuné a mi hijo, porque son parte fundante de lo que soy, de lo que tengo, y de lo que quiero compartir. En mis canciones podemos encontrar ritmos como el chamamé, que tiene que ver con mi región. En mis canciones, en mis historias, en mis cuentos, en mis relatos están también la vidala, el joropo, la cueca, huayno, la chamarrita, porque son identitarios, porque son parte de nuestra cultura, la que debemos defender, la que debemos transmitir. Allí está la voz de los pueblos, allí está nuestra voz, y yo creo fuertemente que las nuevas generaciones deben crecer con ellas, sin lugar a dudas.

Crónicas de los esteros- Ilustración Ernesto Navarro Moreno

Todo lo que soy está en mis cuentos, en mis historias, en mis poemas, en mis canciones. La maestra de más de 25 años de experiencia, la autora, la madre, la gestora cultural, toda esa experiencia, en este tiempo vivido, me permitieron componer. En estas Crónicas de los Esteros se escuchan el río y sus sonidos, que también están en mis canciones, porque ellos son mi patria. En cuarentena cumplí 50 años y en cuarentena seguí componiendo y seguí escribiendo y se multiplicaron las canciones, los poemas, los cuentos, que me llevaron a gestar dos libros nuevos, con canciones nuevas. El arte me ayudó a transitar estos días, a vivir estos días tan difíciles. El arte salva y viene trayendo ese abrazo que tanto queremos darnos, en este tiempo difícil y extraño, pero que, estoy convencida, debemos cuidarnos y cuidar a los demás quedándonos en casa. 

-¿Cuánto puede decir una canción de cuna, cuál es su potencia?

-Creo que gran parte de la transmisión de la música popular aparece a través de las nanas. La canción de cuna para mí es una forma de resistencia, es una forma de construcción de identidad, de transmisión de los sentidos. Casi sin darnos cuenta estamos transmitiendo toda una manera de ser y de ver el mundo que tiene que ver, a su vez, con lo que nos transmitieron a nosotros y estamos dándole a esos niñes la posibilidad de pensarse como seres poéticos. Les estamos haciendo la vida más bella; vaya entonces si no son necesarias las canciones de cuna en tiempos difíciles.

-¿Qué hace que una canción de cuna traspase generaciones?

-Estoy profundamente convencida de que nadie es el mismo después de cantar una canción de cuna, de decir unos versos, es un acto de amor tan íntimo, es acunar. Ni el niñe ni el adulto es el mismo. Esta voz cantada, susurrada, deja una huella en ellos para que puedan enfrentar el sueño de otra manera. Pero también el adulto con todo su cuerpo se prepara para acunar, para sostener, para acompañar.

-¿Qué le sucede al adulto con la canción de cuna?

-La canción de cuna es apego, crea un vínculo perdurable, hace huella en la memoria emotiva de cada uno y nos lleva a ese recuerdo tan profundo, a acordarnos esa canción que nos cantaban a nosotros cuando éramos pequeños. Nosotros la creíamos olvidada pero está ahí, la encontramos, comprobamos que está ahí, todavía acompañándonos. En este momento de la vida se hace imperioso encontrar ese tiempo para acunar, para sostener, para abrazar.

-Como una de las responsables del Espacio Cultural Nuestros Hijos, ¿de qué manera se explica la dictadura, lo siniestro, lo inexplicable de la naturaleza humana, a las infancias?

-Las Madres nos dijeron al llegar, al desembarcar al Espacio Cultural Nuestros Hijos: “aquí hay que plantar vida, aquí el amor vence el odio y la vida vence a la muerte”. ¿Cómo? A través del arte, pintando soles y flores en los muros, que en ese momento eran helados. Ellas desembarcaron en 2008. Hoy el Espacio Cultural Nuestros Hijos es un faro de resistencia ideológica y cultural, un faro de la cultura en donde atravesamos justamente todo lo doloroso y lo terrible del peso de la historia a través del arte. El arte ayuda a mirar el mundo de otro modo y te ayuda a transformarlo. A través del arte, de la literatura, de la música, de la belleza, podemos transitar lo doloroso y transformarlo. Ese es el ejemplo más grande del Espacio Cultural Nuestros Hijos, que me honra llevar adelante junto a grandes compañeros que aman y defienden este espacio con tanta fuerza, por las Madres de Plaza de Mayo, por la lucha tremenda, enorme, hermosa, conmovedora, revolucionaria que llevan adelante, que nos mostraron ese camino y nosotras seguimos su legado.

Es un espacio que se construye colectivamente. No solo los trabajadores que lo llevamos adelante sino también los docentes, los artistas, las familias enteras, la sociedad comprometida que lo defiende, lo acompaña, lo sostiene, también en tiempos difíciles. Ahora reinventándonos, de manera virtual, con ciclos, con propuestas virtuales, que también tienen que ver con la literatura y con la música, que acercamos para estar presentes, para abrazar y acompañar estos días, para ayudarnos a transitarlos. El ECuNHi siempre está presente desde ese lugar del amor, de la esperanza, de la historia, de la belleza, como solo las Madres pudieron mostrarnos, como solo las Madres pudieron pensarlo, como solo las Madres pudieron transformarlo. No hay nada más transformador que el arte y la apuesta sigue siendo la de la transformación colectiva, porque es una apuesta luminosa de futuro, porque como ellas nos dijeron, nos convocaron, nos invitaron a pintar soles y flores, nosotros seguimos pintando soles y flores por la vida y por la memoria, por la verdad y por la justicia.

-¿Cómo ves el mundo de los niños y niñas hoy?

-Es un tiempo muy difícil que nos permite reflexionar y repensarnos. Creo que es muy necesario y muy imperioso buscar todas las herramientas posibles, a través del arte, para acompañar a las infancias en estos momentos difíciles. Están alejados de sus pares, de sus lugares de aprendizaje, también muchas veces de sus seres queridos, para cuidarse y para cuidarlos. Es importante acompañar y abrazar este tiempo a través de estas propuestas. Por eso celebro que el Ministerio de Cultura haya encontrado esta manera de acompañar y sostener, como tantas otras, este tiempo tan complejo. Creo que esto es algo que hay que seguir construyendo, haciendo, pensando, que estas propuestas se sigan multiplicando para acompañar a las infancias. Hay que sostener, sostener, sostener y construir ese puente que los lleve a descubrir, a asombrarse, a pensar, a ser seres poéticos libres y con ganas de transformar el mundo. Me parece que en ese desafío tenemos que continuar todos los que desarrollamos este tipo de propuestas, ya sean culturales como educativas y pedagógicas.

Los relatos breves y poemas están disponibles, para escuchar en familia, desde la plataforma Compartir Cultura en este link