Un paraíso llamado El Chaltén: así se vive la Fiesta Nacional del Trekking
Un paraíso llamado El Chaltén: así se vive la Fiesta Nacional del Trekking

Un paraíso llamado El Chaltén: así se vive la Fiesta Nacional del Trekking

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La XXI Fiesta Nacional del Trekking se realizó en la ciudad de El Chaltén, provincia de Santa Cruz, del 2 al 5 de marzo. El evento ofreció un abanico de actividades deportivas, culturales y artísticas, y contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, a través del Programa Festejar
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Buenos Aires - El Calafate. Los altoparlantes anuncian el embarque. En la fila de se distinguen acentos e idiomas desconocidos. El avión se llena de turistas. El dress code parece ser el mismo para todos: zapatillas de trekking, pantalones térmicos, cómodos e impermeables, muchas mochilas, botellas de agua, anteojos de sol y bastones de senderismo. Por donde uno mire, guías y mapas preanuncian un paraíso de montaña.

Teresa Montenegro lee y mira de reojo. Sonríe. Es de Portugal, fanática del trekking y sobre todo de los rincones remotos del mundo. Cuenta su itinerario en un español simpático. Tal vez la cruce en el El Chaltén. Por las dudas intercambiamos los mails. Luego despegamos.

Del aeropuerto de El Calafate parten remises y combis hacia El Chaltén. Elijo otra opción: un colectivo que sale en dos horas desde la terminal de ómnibus. Almuerzo frente a un paisaje de película. El bar es muy chiquito. Suena la cubana Omara Portuondo y me ofrecen tapas y sándwiches. Mientras, hago cuentas: de El Calafate a El Chaltén hay 213 kilómetros y medio, unas 3 horas y pico, primero por la Ruta Nacional 40 y después por la Provincial 23. En el bar también reconozco idiomas del mundo.


(El imponente monte Fitz Roy o cerro Chaltén, una escultura de 3405 msnm)

El Chaltén, Capital Nacional del Trekking

El Chaltén asoma de a poco desde la ruta. Se abre paso lentamente. La inmensidad deja boquiabiertos a los pasajeros. El nombre del pueblo se debe a la mítica montaña que se destaca del resto de los picos que la rodean. “Chaltén”, término de la lengua aonikenk con la que los antiguos Tehuelches nombraban a la montaña sagrada que se agiganta a medida que nos acercamos. Su significado es “montaña humeante”, pero recién termino de entender el concepto cuando las nubes se encolumnan en la cima, empujadas por el viento.

Ubicado en los andes australes, dentro del Parque Nacional Los Glaciares, El Chaltén es un valle donde confluyen los ríos Fitz Roy y de las Vueltas. El cerro Chaltén, también llamado monte Fitz Roy, es la figura predominante del paisaje santacruceño: una montaña de 3405 metros sobre el nivel del mar, puntiaguda y piedrosa.


(Al son del viento patagónico, la bandera argentina flamea en el joven pueblo de El Chaltén).

Se dice que El Chaltén es el pueblo más joven de la Argentina. Fue fundado el 12 de octubre de 1985, a partir de una ley sancionada por el gobierno de Santa Cruz, como decisión geopolítica por un conflicto con Chile, por la demarcación limítrofe en la zona del lago del Desierto y el Hielo Continental Patagónico Sur. Más acá en el tiempo, el 24 de noviembre de 2011, la localidad se convirtió oficialmente en municipio, a través de la ley provincial N° 3.249. En 2015 se realizaron las primeras elecciones para intendente y concejales.

A casi 34 años de su fundación, este rincón remoto del mundo, en el que habitan unas 1400 personas, se convirtió en uno de los centros turísticos más importante del país. La villa, pintoresca y tranquila, se encuentra enclavada en el valle del río de las Vueltas. Flora y fauna sin igual, lagos de azul cristal, glaciares de un blanco desconocido, cerros, montañas y senderos inolvidables.

Andrea Torres trabaja en el área de Comunicación, Prensa y Protocolo de la Municipalidad de El Chaltén. Conoce el pueblo como la palma de su mano. Sobre su historia, cuenta que El Chaltén ha tenido un crecimiento muy importante desde su fundación al día de hoy. ¿Pero cómo empezó todo? “Mucho tiempo antes, en el inicio del 1900, el pionero Andreas Madsen llegó de Dinamarca por la Comisión de Límites, comandada entonces por Francisco Moreno. Los hijos de Madsen fueron los primeros guardaparques de la zona. El Parque Nacional Los Glaciares -fundado hace 82 años- era visitado por turistas del mundo en busca de una aventura en las montañas o los senderos. En 1985 el área protegida cedió parte de su tierra para crear al pueblo”, relata Torres. ¿Quiénes fueron los primeros chaltenenses? Al principio, agrega, “no era un lugar atractivo para las personas; se construyeron casas para que vinieran trabajadores estatales (gestión provincial y fuerzas del orden, como gendarmería), pero que se iban al poco tiempo. Se trataba de un lugar alejado y de difícil acceso (rutas de ripio, sin gas, agua y poca electricidad). Sin embargo, siempre se destacó por su belleza”.

La personalidad de El Chaltén, de una belleza y una potencia singulares, atrae turistas de todo el mundo. Su economía local se basa en el turismo y existe una gran oferta hotelera y gastronómica. La temporada alta de turismo se extiende desde octubre hasta abril. Aunque las visitas son constantes, en otoño disminuyen. Andrea cuenta que en esta estación, “el tiempo es más estable, bajan las horas de luz y el bosque andino patagónico se tiñe de naranja y amarillo”. El invierno es la época de las precipitaciones y hay una menor cantidad de horas de luz. La mayoría de los locales comerciales cierra sus puertas entre mayo y septiembre. Junio y julio marcan las vacaciones de invierno de las escuelas, por eso son los meses con menos personas en el pueblo. A pesar del frío y su hostilidad, “año tras año aumenta la cantidad de gente que se le anima al invierno”.

Glaciares, picos nevados, lagunas, ríos y áreas vírgenes. El Chaltén, un paraíso natural
(Glaciares, picos nevados, lagunas, ríos y áreas vírgenes. El Chaltén es un paraíso natural).

La mayoría de los visitantes que llega a El Chaltén lo hace para practicar deportes de montaña como el trekking, el montañismo, ráfting, kayak, cabalgatas, excursiones. Otro tanto llega a descubrir su flora, su fauna, o la pesca deportiva. Hay una amplísima oferta hotelera y una riquísima propuesta gastronómica que acompaña y complementa un lugar único. El Chaltén tiene 35 calles diferentes. A lo largo de ellas, todo por hacer y descubrir.

En el centro, por las avenidas San Martín y Güemes, inician todas las caminatas, hacia diversos espectáculos naturales con variados grados de dificultad y duración, entre ellos, el Mirador Margarita; Los Cóndores-Las Águilas; Chorrillo del Salto; Mirador del Torre; Laguna Torre; Laguna Capri; Laguna de los Tres; Loma del Pliegue Tumbado; y Glaciar Piedras Blancas. La cantidad de destinos, los paseos y la extraordinaria combinación de elementos para los deportes de montaña gestaron su idiosincrasia, y la Constitución hizo el resto. El 12 de enero de 2015, la Ley Nacional 27.055 declaró a El Chaltén “Capital Nacional del Trekking”. Desde entonces, el ambiente natural se mantiene prístino y protegido, con numerosos circuitos de trekking, decenas de rutas de escalada de variada dificultad técnica y una localidad de servicios que se desarrolla en función del turismo activo.

Sigo escuchando distintos idiomas. Respiro el aire helado de la Patagonia. Bienvenidos a El Chaltén.

La Fiesta Nacional del Trekking

La Fiesta tiene su origen: conmemora el primer intento argentino por conquistar el monte Fitz Roy, un 18 de marzo de 1948. En su vigésima primera edición, del 3 al 5 de marzo, la celebración tuvo pruebas atléticas y encuentros culturales. Además, y por primera vez, la festividad contó con la asistencia artística del Programa Festejar, de la Secretaría de Cultura de la Nación, a través del espectáculo musical que ofreció Tonolec.

Francisco Cibrian es Secretario de Turismo de la Municipalidad de El Chaltén. Sobre la importancia de la Fiesta, dice: “se trata de un evento muy significativo e identitario para los chaltenenses. El público que recibimos viene a hacer trekking, y en este marco mostramos lo que somos como destino turístico y cultural”. Año tras año -continúa Cibrian, “tratamos de sumar nuevas propuestas. En esta XXI edición incorporamos un paseo gastronómico y shows de bandas nacionales, además de las carreras y caminatas deportivas tradicionales”. Las cifras hablan por sí solas: “entre 3000 y 5000 personas se acercan cada año para acompañar los festejos de la Fiesta”, remarca.


(Todo listo para el “Desafío de los Campamentos”).

Con el avance de las ediciones se suma más gente y competidores de la Argentina y de otros rincones del mundo. Perla Alessi es Directora de Deportes de la Municipalidad de El Chaltén. Repasa la historia y comparte: “estas carreras comenzaron hace más de diez años; al principio participaban más que nada los habitantes del pueblo, pero de a poco, gracias a la tecnología y la promoción, se convirtió en un clásico. Este 2019 sobrepasó todas las expectativas en la cantidad de inscriptos, que superaron los 200 corredores de todo el país; muchos, incluso, quedaron afuera porque se corre dentro de un Parque Nacional que exige respetar cupos”. El Chaltén, agrega, “es el lugar ideal para realizar este tipo de carreras de montaña, porque sus paisajes son únicos en el mundo”.

Este año la “Bajada del Torre”, la prueba deportiva más convocante, abrió el encuentro con un total de 120 participantes, que largaron desde la Laguna Torre para recorrer 11 kilómetros en descenso, hasta llegar al Gimnasio Municipal, en la villa de El Chaltén. Al día siguiente se largó el “Desafío de los Campamentos”, la frutilla del postre de la Fiesta Nacional del Trekking, que atraviesa 27 kilómetros de senderos con vistas insospechadas. Hubo tiempo para el concurso de hacheros y guiadas de trekking, impulsados también por Dirección de Deportes de la Municipalidad de El Chaltén. Luego de la actividad física, los participante pudieron disfrutar de acrobacia en telas, batallas de rap y los shows de Tonolec, Miss Bolivia y Roxana Carabajal.

“Desafío de los Campamentos”

Domingo 3 de marzo. 8 am. Hay traffics blancas en cantidad. A tan solo quince kilómetros de El Chaltén, la hostería El Pilar es el punto de partida para caminantes y escaladores. En el interior de la traffic, todo es entusiasmo. Afuera, un frío intenso sorprende a todos.

Alejandra tiene 56 años y corre hace 15. Está lista para encarar los 27 km del “Desafío de los Campamentos”. Pertenece a Los Huemules, grupo de aventuras formado en 2017, heterogéneo, tanto en lo que hace al perfil de sus integrantes como a los objetivos de cada uno de ellos. Salió primera en la “Bajada del Torre”, la carrera que se realizó el día anterior y cuyo cerro tiene 3.102 metros sobre el nivel del mar. “Para participar de este tipo de competencias es imprescindible hacer entrenamiento de montaña y saber observar el camino”, explica. Corre en pareja, con Oscar, su compañero de deporte. En este reto las categorías participantes son Individual (femenino / masculino) o Parejas (femenino / masculino / mixto). Las expectativas de Alejandra tienen un objetivo: “disfrutar por sobre todas las cosas”. Correr, para ella, “es tener la mente en blanco; es pensar, rever, y descubrir otras perspectivas”. Oscar tiene 55 años y corre hace 6. Es jubilado y confiesa que en el trekking encontró su “lugar”.


(Alejandra y Oscar, del grupo Los Huemules, listos para el “Desafío de los Campamentos”).

Iván está listo. Mira la hora; todavía faltan unos minutos para las 10. Salta cortito para aliviar el frío y mantener encendida la atención. “El running tiene mucha camaradería y quienes lo practican comparten una filosofía de vida, con la naturaleza y de amistad; estas cuestiones priman sobre lo competitivo”, asegura. Ganar no es un objetivo. Al respecto, confiesa que “la competencia es con uno mismo, de hecho, hay quienes participan para mejorar sus propias marcas”. En este sentido, “el otro es un amigo, no un adversario; se compite con uno mismo”.

El relato de Oscar, de Los Huemules, va en línea con Iván. “El nuestro es un grupo familiar, corren también nuestros hijos. Incluso cuando toca competir, si uno no tiene quién cuide a los chicos, siempre hay un Huemul ahí para tender una mano”. Se acompañan, se apoyan, se dan ánimo. “De alguna manera hemos conformado un gran grupo familiar. Nos acompañamos, no solo en el deporte, sino en la vida”, culmina.

Este es el segundo año que Iván Cepernic se inscribe para participar de la Fiesta Nacional del Trekking. “Las sensaciones que uno transita tanto en la “Bajada del Torre” como en el “Desafío de los Campamentos” son inexplicables y muy emocionantes; el marco natural te hace sentir pleno”. El “Desafío de los Campamentos”, suma, “es más exigente porque se atraviesa un paisaje muy rústico, inhóspito, difícil. Es una carrera de primer nivel”. En tanto que la calidad humana, tanto de los organizadores como de los participantes, merece un “reconocimiento aparte”, asegura.

Mientras Iván comparte su experiencia, Lucas entra en calor. Corre de una punta a la otra en una distancia de 500 metros, cerca de la línea de largada. Es alto, delgado y lleva boina, que ni se inmuta a pesar de la velocidad de sus piernas. Difícil momento para conversar, pero semejante personaje lo amerita. Como leyendo la intención, se presenta: “Soy Lucas Báez, me dicen 'el Gaucho Runner'. Tengo 29 años, soy de Chacabuco, provincia de Buenos Aires, y corro en montaña y calle. El año pasado fui el primer argentino en la Maratón de Nueva York y dentro de poco voy a competir de la tradicional Maratón de Boston”. ¿Sus expectativas? “Disfrutar. Vine de vacaciones con ocho amigos y nos sumamos a participar. Acá estamos todos esperando la carrera”. Su cábala es la boina, todo un “símbolo” para él.


(Lucas Báez o “El Gaucho Runner”, primer puesto en el “Desafío de los Campamentos” 2019).

El “Desafío de los Campamentos” se lleva a cabo dentro del Parque Nacional Los Glaciares. En esta edición se inscribieron 126 personas y largaron 90. Con los competidores ya en ruta, Camucha sube a la combi que la devolverá al pueblo. Cármen López Loyola tiene 48 años y trabaja en la Dirección de Deportes de la Municipalidad de El Chaltén. Es “Camu” para los viejos conocidos, y para los nuevos también. Fue la encargada del preparados, listos, ya. En la combi sus suspiros son intensos y evidencian el arduo trabajo de preparación previo.

La competencia tuvo momentos de temperatura agradable, otros de viento y frío. En 2h 3m “El Gaucho Runner” impuso su experiencia y fue el primero en llegar al mástil central del pueblo, el punto de finalización. Detrás suyo va llegando el resto. Algunos agitados por acá, otros respirando profundo por allá, otros aminoran la marcha y comienzan la recuperación, y hay quienes siguen a puro trote como si los kilómetros no hubiesen sido suficientes. Allá y acá, sonrisas, abrazos, satisfacción. Agua para hidratarse y toallas para secar el sudor. Terminó la carrera. Terminó la fase deportiva de la Fiesta Nacional del Trekking 2019.

Cae la tarde

En algunas horas comienza la etapa nocturna del día dos de la XXI Fiesta Nacional del Trekking. Las luces del Gimnasio Municipal se encienden. A modo de cierre de la jornada, es el turno de disfrutar de la música de artistas locales y nacionales, entre ellos, Tonolec y Roxana Carabajal. Antes, los Batalla de los Gallos calientan motores con su freestyle. El Gimnasio retumba al son de la música. Afuera, el domo de artesanos, el paseo gastronómico y las cervezas artesanales completan un escenario perfecto para seguir conociendo el alma de la ciudad.

Micaela y Damián venden sus artesanías en la carpa blanca que se levanta firme al costado del Gimnasio. Ellos son Cuervos en la ruta. Hace meses que recorren el país en una combi adaptada. La combi es su casa. Damián Carballo es contador y Micaela Antiñolo arquitecta; se conocieron en la cancha de San Lorenzo, y los unió su deseo de “cambiar un poco de vida”. Acondicionaron una Volkswagen modelo '83 y salieron a la ruta el pasado 22 de diciembre. Recorren el sur del país con “La Camboyana” y se sostienen económicamente a través de la venta de artesanías. Cuentan su historia, su recorrido, su apuesta. Por estos días están en El Chaltén.

De fondo se escuchan los primeros acordes; que de a poco, crecen en potencia. Suerte, Cuervos. Es la hora de Charo Bogarín y Diego Pérez, el dúo argentino que desde 2005 son Tonolec. “Como Tonolec, y artistas de nuestro norte argentino, de Chaco y Formosa, para nosotros es muy importante traer nuestra música hasta la otra punta de nuestro país. Creemos que sin un apoyo del Estado, y de tanta gente que pide este tipo de espectáculos de música con identidad y compromiso social, esto no sería posible”, considera Charo. Y agrega: “Para nosotros es un orgullo estar acá en El Chaltén, con Festejar, compartiendo nuestra música”. Diego subraya “la posibilidad que les brinda el Programa de hacer su música y conectar con la gente de cada lugar”. Los “Hermanos musicales y de la vida”, como Charo define al dúo que integra, están listos para tocar.


(De la mano de Festejar, Tonolec hizo vibrar a El Chaltén).

Hasta la próxima, El Chaltén

Ya de regreso en Portugal, Teresa Montenegro dice que adentrarse en las profundidades de El Chaltén fue “vivir la verdadera Patagonia”. Me lo cuenta por mensajes de whatsapp, con la misma tonada simpática. “El Chaltén me resultó una ciudad muy afectuosa. Al rato de llegar comenzamos una caminata de ocho horas con destino a nuestro campamento en Poincenot, donde acampamos durante tres días en un valle maravilloso, de una belleza difícil de fotografiar”. Durante su estadía, hizo caminatas de nueve horas en las que se topó con glaciares, lagunas, ríos y áreas vírgenes. La voz se le entrecorta y asoma la emoción, como hace unos días cuando el vuelo anunciaba el destino. Dice que no encuentra palabras para describir tanta belleza.
-“¿Hay algo o algún momento puntual del viaje que recuerdes por sobre todas las cosas?”, le insisto, y consigo lo que busco: “Por la noche, dentro de la carpa, escuchaba el viento poderoso de la Patagonia, la lluvia y los derrumbes frecuentes de las avalanchas... ¡Fue un sueño que nunca olvidaré!”.

Iván corre hace años y tiene como lema no repetirse. Sin embargo, su excepción es El Chaltén: “Participo del running por distintos rincones de la Patagonia. Evito repetir carreras y lugares, pero El Chaltén me puede. Pienso volver el año que viene a una nueva edición de la Fiesta Nacional del Trekking”, concluye. Ya con la cabeza en la próxima carrera, se despide del Fitz Roy y de la inmensidad de su presencia.

Hasta la próxima, El Chaltén.