Por qué Robert Louis Stevenson fue el escritor preferido de Borges
Por qué Robert Louis Stevenson fue el escritor preferido de Borges

Por qué Robert Louis Stevenson fue el escritor preferido de Borges

Letras
En un nuevo aniversario de la muerte del escritor escocés Robert Louis Stevenson, el 3 de diciembre de 1894, recordamos los comentarios que Jorge Luis Borges le dedicó y todas las apariciones del británico en sus escritos. "Su obra no contiene una sola página descuidada y sí muchas espléndidas", destacó el escritor argentino alguna vez.
Otros artículos que te pueden interesar
¿Qué leía Jorge Luis Borges?
María Kodama nos cuenta cuáles eran los autores favoritos del escritor y qué obras nunca faltaban en su biblioteca personal.

“Stevenson es una de las figuras más queribles y más heroicas de la literatura inglesa”, así describe Jorge Luis Borges a uno de sus colegas predilectos: el escritor Robert Louis Stevenson (1850- 1894), una de las figuras a quien el argentino dedica varios párrafos en su recomendable obra Introducción a la literatura inglesa, escrita por él con la colaboración de María Esther Vázquez en 1965. Pero esa es apenas la última línea de su descripción.

Para Borges, como explica en su libro, con Stevenson ocurre una injusticia basada en que “como a Kipling, la circunstancia de haber escrito para niños ha disminuido acaso su fama. La isla del tesoro ha hecho olvidar al ensayista, al novelista y al poeta”. Ese es uno de los principales objetivos de Jorge Luis Borges, destacar la versatilidad y la brillantez del británico en todos sus géneros; Stevenson es su modelo a seguir, uno de sus espejos.


(Foto de Jorge Borges por Tito Caula).

Un escritor de mundo

Robert Louis Stevenson nació en Edimburgo, Escocia, el 13 de noviembre de 1850; pero años más tarde se mudaría a Londres, ciudad que utilizaría para ambientar muchos de sus relatos e inspirar a una generación de escritores brillantes que nacerían en las mismas islas británicas. Así lo resume Borges en su obra:

“La breve y valerosa vida del escocés fue una lucha contra la tuberculosis, que lo persiguió de Edimburgo a Londres, de Londres al sur de Francia, de Francia a California, y de California a una isla del Pacífico, donde, al fin, lo alcanzó. Pese a tal asechanza, o tal vez urgido por ella, ha dejado una obra importante que no contiene una sola página descuidada y sí muchas espléndidas. Uno de sus primeros libros, Las nuevas mil y una noches, anticipa la visión de un Londres fantástico, y fue redescubierto mucho después por su fervoroso biógrafo Chesterton. Esta serie incluye la historia de El Club de los suicidas” (Introducción a la literatura inglesa).


(Londres, siglo XIX).

Esta aventura por la ciudad también de Londres es descripta en la clase número 25 del libro Borges profesor: Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, con edición, investigación y notas de Martín Arias y Martín Hadis. Dice así:

“Cuando Stevenson, muy joven, llegó a Londres, sin duda fue una ciudad fantástica para él. Stevenson concibió la idea de escribir unas Mil y Una Noches contemporáneas, basándose sobre todo en aquellas noches de Las Mil y Una Noches en que se habla de Harún el Ortodoxo, que disfrazado recorre las calles de Bagdad. Él inventó un príncipe, Florizel de Bohemia, y a su edecán, el coronel Geraldine. Los hace disfrazarse y los hace recorrer Londres. Y les hace correr aventuras fantásticas, aunque no mágicas, salvo en el sentido del ambiente, que es mágico”.

Y sigue sobre Las Nuevas Mil y Una Noches:

“Este libro, no es sólo importante por el encanto que pueda darnos su lectura, sino porque cuando uno lo lee, uno entiende que de algún modo toda la obra novelística de Chesterton ha salido de allí. Allí tenemos el germen de El hombre que fue jueves. Todos ellos, aunque más ingeniosos que los de Stevenson, tienen el ambiente de sus cuentos. Luego Stevenson hace otras cosas. Ya cuando escribe su novela policial, The Wrecker, hay un ambiente completamente distinto, todo sucede en California, luego en los mares del sur".

Mucho más que un policial

También en sus clases compartió sus opiones sobre los géneros y el estilo paticular que desarrolló el británico a lo largo de sus escritos. "Stevenson creía que el defecto del género policial que él cultivó es que, por ingenioso que sea, tiene algo de mecanismo, le falta vida. Dice Stevenson que en su novela policial él les da más realidad a los personajes que a la trama, que es lo contrario de lo que suele ocurrir en la novela policial”, Borges profesor: Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires (UBA).


Ilustración de N. C. Wyeth sobre La isla del tesoro.

Otro de los críticos literarios que se animó a hablar y a explicar la admiración que sentía Borges por el escocés fue George Steiner en Tigres en el espejo (1970). Según el profesor y filósofo francés, “los escritores más significativos para Borges, que sirven casi de máscaras alternativas de su propia persona, son De Quincey, Stevenson, Chesterton y Kipling. Sin duda estos son maestros, pero de carácter tangencial. Borges tiene toda la razón al recordarnos la prosa de De Quincey, que tiene la sonoridad de un órgano, y el puro control y economía de la recitación en Stevenson y Kipling”.

Borges leyó todo lo que Stevenson escribió, y lo admiró todo. “Sus ensayos y cuentos son admirables; de los primeros citaremos Pulvis et Umbra; de los segundos Markheim, que narra la historia de un crimen. De sus extraordinarias novelas solo recordaremos tres: La resaca, El señor de Ballantrae, cuyo tema es el odio de dos hermanos, y Weir of Hermiston, que ha quedado inconclusa. En su poesía alterna el inglés literario con el habla escocesa.”

Y resume: “La teoría y la práctica del estilo lo preocuparon siempre; escribió que el verso consiste en satisfacer una expectativa en forma directa y la prosa en resolverla de un modo inesperado y grato”, en Introducción a la literatura inglesa.


Tapa de El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde.

El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde tiene una desventaja, y es que la historia es tan conocida que casi todos la conocemos antes de leerla. En cambio, cuando Stevenson publicó El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde, en el año 1880 —es decir mucho antes de El retrato de Dorian Gray, que está inspirado en la novela de Stevenson—, cuando Stevenson publicó su libro, lo publicó como si fuera una novela policial: sólo al final sabemos que esos dos personajes son dos caras de un mismo personaje.

Stevenson procede con suma habilidad. Ya en el título tenemos una dualidad sugerida, se presentan dos personajes. Luego, aunque esos dos personajes nunca aparecen simultáneamente, ya que Hyde es la proyección de la maldad de Jekyll, el autor hace todo lo posible para que no pensemos que son el mismo”, Borges profesor: Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires.

La prosa de Stevenson

Pero además de elogios directos, el propio escritor argentino se encargó de que el nombre del escocés estuviera presente en su obra de distintas maneras. En "Borges y yo" (El Hacedor, 1960), cuando el narrador describe las cosas que le gustan a Borges, repasa cada una de las cosas que lo deleitan, y allí está Robert, a quién también describirá en un prólogo como "cierto amigo muy querido que la literatura me ha dado".

“Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson”, fragmento de Borges y Yo.

La muerte, un mito borgeano

El especialista y crítico literario norteamericano Daniel Balderston, profesor de la Universidad de Pittsburgh, director del Borges Center y de la revista Variaciones Borges, explica en su libro El precursor velado: R. L. Stevenson en la obra de Borges (Editorial Sudamericana, 1985), que “la muerte de Stevenson en Samoa se convierte, pues, en la culminación de su vida y la confirmación de su leyenda como héroe literario, una idea que también se encuentra en los versos que Borges dirige a Stevenson en su poema Blind Pew.

A ti también, en otras playas de oro,
te aguarda incorruptible tu tesoro:
la vasta y vaga y necesaria muerte.

Así alcanza Stevenson, con su vida y su muerte, la categoría de mito”.

Este poema, publicado en 1960 en El Hacedor, está dedicado a uno de los personajes más siniestros de La Isla del Tesoro, Blind Pew, un mendigo ciego y vicioso a quien Borges elige para seguir homenajeando a Stevenson, con un recurso que hoy llamaríamos spin-off.


Blind Pew, por el dibujante N.C. Wyeth.

El 3 de diciembre 1894, a los 44 años, Robert Louis Stevenson murió en Vailima, una ciudad a cuatro kilómetros de Apia, la capital de Samoa. Su legado son libros.