Riendas Libres: “Nuestro móvil es la chacarera siempre”
Riendas Libres: “Nuestro móvil es la chacarera siempre”

Riendas Libres: “Nuestro móvil es la chacarera siempre”

Música
Entrevistas
Son familia y artistas con una fuerte herencia musical. Peteco Carabajal es el capitán de un proyecto que llegó para quedarse y que fue parte del ciclo Música Popular Argentina, que el Centro Cultural Kirchner estrenó vía streaming hace unos días.

El folclore está en buenos manos cuando hay detrás, no solo buenos artistas, sino músicos comprometidos en continuar un legado musical y familiar. Es el caso de Riendas Libres, un proyecto diferente y audaz que lo encuentra a Peteco Carabajal en su mejor momento, aportando experiencia y madurez a un trío poderoso que se completa con Homero Carabajal y Martina Ulrich, compañeros y familia en esta nueva aventura musical.

Riendas Libres nació hace pocos años pero ya grabó El amor como bandera, realizó una gira internacional, tocó en los festivales de música más importantes del país y proyecta nuevos desafíos a futuro cuando la pandemia cese y permita volver a los escenarios y a tomar contacto directo con el público.

Mientras tanto, fueron parte del ciclo Música Popular Argentina que estrenó el Centro Cultural Kirchner a traves de su plataforma digital y que se puede disfrutar, de forma gratuita, por streaming todos los sábados a partir de las 20 h.

Antes de su participación en el ciclo (saldrá al aire el sábado 14 de noviembre por el canal de YouTube del CCK), Peteco, Homero y Martina se refirieron a este regreso diferente a los escenarios, los proyectos por venir y el momento particular que atraviesa el sector de la cultura a raíz de la pandemiaa, entre otras cosas.

Peteco, Homero y Martina disfrutan tocar en familia.

-Riendas Libres es un proyecto que une música y familia, ¿cómo se inicia? ¿Por qué la elección del nombre?

-Peteco Carabajal: Es un proyecto que se inicia en un momento dado en el que estábamos ya trabajando los tres juntos pero con mi proyecto solista. Homero y Martina eran músicos de ese proyecto. En un momento dado sentí que ya estaba mi tiempo como solista y que necesitaba hacer otro tipo de cosas. Sentí que ellos dos estaban preparados para encarar un proyecto mucho más importante. Para mí trabajar en conjunto es mucho mejor, más lindo, más justo, entonces hablé con ellos y estuvieron de acuerdo en que arranquemos los tres ya bajo otro nombre y a partir de ese momento surgió Riendas Sueltas, que lo hemos usado al principio, pero el nombre ya existía y a partir de ahí optamos por Riendas Libres que, a la larga, nos pareció mucho más lindo y más completo.

-¿Cómo es trabajar en familia?

-Martina Ulrich: Trabajar en familia es un placer con Homero y Peteco que son muy libres a la hora de crear y de dejar que cada uno aporte lo suyo tan musicalmente como en la parte de la producción. Las exigencias son las mismas que cualquier trabajador porque nosotros mismos nos exigimos ser bastante responsables y consecuentes con el trabajo, pero no hay ningún tipo de tensión ni ningún problema entre nosotros, ya que tenemos mucha libertad y confianza para tratar cualquier tema que se nos pueda plantear ante el trabajo.

-Los tres vienen de herencia folclórica, ¿cómo lo incorporan en el repertorio? ¿Se toman alguna licencia para explorar otros géneros?

-Homero Carabajal: Nuestro móvil es la chacarera siempre. No en términos estrictos y limitados, sino en un sentido esencial. El pálpito si se quiere, de la chacarera, que es el pálpito de Santiago del Estero. Pero ese pálpito puede vibrar en distintas texturas musicales aún no exploradas y nosotros, amantes de cualquier música que sea buena, sin importar el género que la rotule, tenemos en nuestro trabajo el horizonte libre de la belleza. Cualquier cosa que nos haga vibrar en ese ideal es aceptada, considerada y explorada y esto significa que no hay restricciones de género a la hora de hacer música.

El día de la grabación del concierto en el Centro Cultural Kirchner.

-¿Mantienen proyectos individuales o dejaron todo para dar rienda libre a este trío?

-Martina Ulrich: Los tres tenemos, aparte, otros proyectos personales. En mi caso trabajo con Mavi Díaz y Las Folkies, pero desde que estoy con Riendas Libres es mi prioridad de trabajo y me organizo de acuerdo a la agenda de Riendas porque este proyecto es prioridad absoluta.

-¿Cómo sobrellevaron estos meses de pandemia? ¿Pudieron seguir trabajando y creando con las nuevas plataformas y modalidades?

-Peteco Carabajal: Estos meses han sido muy fuertes para cada uno en la experiencia porque nos hemos sabido mantener con ganas para seguir trabajando porque durante ocho meses que llevamos sin recibir una entrada de dinero para la economía familiar. Han sido y vienen siendo muy duros porque, incluso, las únicas propuestas que tenemos que vienen por el lado del streaming, no están dando los resultados esperados, pero estamos unidos y con la decisión de seguir. Ojalá que podamos pasar pronto todo esto y salgamos bien parados para volver a trabajar con normalidad.

-¿Cómo fue volver a los escenarios vía streaming?

-Peteco Carabajal: Volver a estar juntos para tocar fue una de las mayores alegrías que hemos tenido en este tiempo. El hecho de estar juntos nuevamente ha suplido todas las dificultades y nos sentimos muy bien ante las cámaras imaginando que estábamos cantando para mucha gente. Con nuestra alegría y más la ayuda técnica que nos ha hecho sonar muy bien, además de la imagen que fue de muy buena calidad, y el encuentro de los tres nuevamente sobre un escenario, hizo que el resultado final fuera positivo y una linda experiencia.

-Homero Carabajal: Creo que la experiencia tiene matices encontrados y un sabor agridulce. Por un lado, nos encontramos en una situasion atípica y no deseada, que nos sitúa en un ámbito de extrañeza que nos desarraiga de la comunicacion directa con el público. Cantar solamente para una cámara siempre ha sido, para mí, bastante descorazonante, como una suerte de simulacro, algo similar a lo que sucede en la televisión. El público es fundamental en la concreción del hecho artistico, tanto como lo es el lector en la concepción final de un libro. Por otro lado, tocar aunque sea bajo este nuevo formato, fue la posibilidad de volver a encontrarnos y poder tocar juntos, cosa que es una necesidad vital para nosotros tres. En ese sentido, fue un alivio, como un oasis en medio del desierto y creo que, por lo menos en el momento de tocar, tratamos de abstraernos de todo lo negativo para poder sentir a pleno la felicidad de estar juntos haciendo lo que amamos. Y por supuesto, que también alivia las heridas recibir mensajes de amor de la gente que ha podido vernos, y de alguna manera, esa felicidad, aunque diferida e interferida, nos llega y siempre hace bien.

Son familia y artistas con una fuerte herencia musical.

-El sector de la cultura fue uno de los más castigados durante la pandemia. ¿Cómo creen o imaginan que serán las nuevas prácticas artísticas?

-Homero Carabajal: Creo que la desazón proviene justamente del hecho de que no hay una respuesta clara ante la pregunta. El panorama es difuso y no pareciera haber señales de las que atenerse para esbozar un "futuro". No es nuestro deseo que la comunión directa entre público y artista mute en una relación virtual como nuevo paradigma de la comunicación. No es lo que necesitamos precisamente como seres humanos, en nuestra opinión. Eso en el plano espiritual, si se quiere, de la labor artística. En cuanto a la facticidad de lo económico y los modos de supervivencia, esta situación pone de manifiesto, con total claridad, el lugar que ha tenido el artista desde siempre, un poco desplazado de la sociedad, y considerada su labor como "prescindible" en contraste con aquellas labores imprescindibles. Mientras esto sucede, nuestro trabajo no se detiene, y seguimos componiendo y creando en nuestras casas, cosa que siempre hemos hecho y que no dejaremos de hacer. Ese es también nuestro trabajo, no remunerado.

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