Ramón Carrillo, el primer ministro de Salud de la Argentina
Ramón Carrillo, el primer ministro de Salud de la Argentina

Ramón Carrillo, el primer ministro de Salud de la Argentina

Efemérides
Entrevistas
Hace 115 años nacía en Santiago del Estero este médico que marcó un un antes y un después en la salud pública argentina. El médico sanitarista y docente universitario, Jorge Rachid, nos cuenta en esta nota algunos aspectos claves acerca de la política sanitaria de Carrillo.

"El mejor plan de salud es agua corriente y cloacas" repetía Ramón Carrillo, "el negro", a mediados de los años cuarenta cuando fue convocado para crear al Secretaría de Salud Pública de la Nación - luego  convertida en Ministerio-. Hasta ese momento no existía en la Argentina una estructura organizativa para el sistema de salud de la población.

Cuando Juan Domingo Perón lo llama para la tarea, Carrillo ya había terminado su formación profesional en Alemania y era un reconocido neurólogo y neurocirujano. Podría haber continuado con esa línea y ganar mucho dinero, sin embargo, se dedicó a servir al pueblo y a sacar a los hospitales de sus muros.


¿Quién fue Ramón Carillo?

Carillo nació en Santiago del Estero y fue el mayor de once hermanos. La buena posición económica de su familia -su padre fue diputado por la provincia en tres ocasiones- le posibilitó viajar a Buenos Aires a sus 17 años para estudiar Medicina. En 1929 se recibió con el mejor promedio y, becado, se fue a Europa por cuatro años para continuar su formación profesional.

A su vuelta, Carrillo se convirtió en jefe del Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital Militar Central en Buenos Aires. En el hostpital, entre otras tareas, Carrillo se encargaba de la confección de estadísticas de salud para el Ministerio de Guerra, experiencia clave que le serviría para elaborar en 1951 su Teoría del Hospital, una de sus investigaciones y obras más relevantes.

Los primeros acercamientos de Ramón Carrillo al peronismo se dan a través de su compañero de la escuela primaria, Homero Manzione, que pasó a la historia como Homero Manzi. En 1936, Manzi junto a Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche -entre otros- fundan la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA). Carrillo forma parte de línea de pensamiento nacional que pone en valor el sincretismo de los pueblos originarios, mulatos, criollos que definen a una América Latina mestiza, morena, profunda, y que más tarde, Perón, va a recuperar.

“Si se tiene en cuenta que son necesarias de 10 a 13 camas por cada mil habitantes, para atender a nuestros enfermos deberíamos contar, como mínimo, con 160.000 camas en todo el país, y solo disponemos actualmente de 70.000, es decir, menos de la mitad. He aquí el primer problema: construir nuevos establecimientos y darles el acento social que estamos propugnando”, analizaba Carillo, ya ministro, en 1951.

Durante su gestión, y con apoyo de la Fundación Eva Perón, se construyeron hospitales, centros sanitarios, hogares escuelas, hogares para ancianos, institutos formación en enfermería. Se estableció la atención gratuita para toda la población y se crearon políticas públicas como el Tren Sanitario, que llegaba a los lugares más recónditos del país para brindar capacitaciones en educación para la salud y atención médica en las diferentes ramas de la medicina. Las masivas campañas de vacunación llegaron a todo el país, un ejemplo exitoso fue la política pública implementada para combatir el paludismo que, en el marco de la campaña "Grandes Luchas Sanitarias", que redujo en cuatro años la cantidad de casos de 300.000 137 . Además, durante la gestión de Ramón Carrillo se creó EMESTA, la primera fábrica nacional de medicamentos, que funcionaba en el Instituto Malbrán y producía medicinas un 70% más baratas que las de los laboratorios privados.

La historiadora Charo López Marsano junto a la Universidad Nacional Arturo Jauretche compilaron las numerosas obras realizadas durante la gestión de Carrillo.

Jorge Rachid es un fiel seguidor de la escuela carrillista. Médico sanitarista y docente universitario cuenta que la obra de Carrillo es estudiada en todas partes del mundo y opina que hay que celebrar el el volver a poner en discusión el pensamiento de Ramón Carillo, un negro del interior del país; un santiagueño que fue candidato al premio Nobel de Medicina y se dedicó a ejerecer una medicina al servicio del pueblo.

“Carrillo nos dejó muchísimas enseñanzas a partir de la medicina social que en el mundo entero se estudian como epidemiología crítica, ¿que es eso? son las determinaciones sociales que afectan la salud, como el cambio climático, los salarios, los medios de producción, entre una larga lista. 'Mientras los médicos sigamos viendo enfermedades y olvidemos al enfermo como una unidad biológica, psicológica y social seremos simples zapateros remendones de la personalidad humana', decía Carrillo".


Foto:Agencia Paco Urondo


-¿Cuáles fueron los aspectos claves de la política sanitaria de Ramón Carrillo?

- Carrillo nos enseño a través de tres frases maravillosas que los médicos estamos para atender la enfermedad pero no somos los propietarios de la salud de los demás. Cuando nos dijo: "el mejor plan de salud es agua corriente y cloacas", ahí no estamos los médicos. Cuando dijo:"Frente a las enfermedades que produce la miseria, frente a la tristeza y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causa de enfermedad, son unas pobres causas", ahí tampoco estamos los médicos, están las políticas sociales. Y cuando nos dijo algo que tiene mucha vigencia hoy con el tema vacunas: "De nada sirven las conquistas de la técnica médica, si esta no puede llegar al pueblo por medio de dispositivos adecuados", ahí tampoco estamos los médicos, están los científicos que forman otra rama de los aportes a la medicina. Esto es el paradigma central de Carrillo que es el fortalecimiento de la salud, que es pensar que no puede haber política sanitaria sin política social y no el paradigma que instaló hace 50 años el neoliberalismo que es el tratamiento de la enfermedad y la cronificacion de las enfermedades. Por eso decimos siempre que el sistema hoy nos necesita enfermos y crónicos, no nos quiere ni muertos ni sanos porque no generamos lucro.

- Carrillo dijo también que "(...)un pueblo de enfermos no es ni puede ser un pueblo digno"

- No solamente un pueblo digno, no puede ser un pueblo feliz. No hay que olvidar que dos de los ejes estratégicos del peronismo son la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación. Esto lo dice Carrillo incluso cuando Evita lo increpa para que termine el hospital Eva Perón. Mi maestro Floreal Ferra contaba que Carillo que el hospital se terminará cuando llegué el granito para la construcción. '¿Cómo granito!? marmól de Carrara! Usted cree que mis negritos descamisados son menos que esos oligarcas de barrio norte? Mire Carrillo, los médicos se creen los dueños de la salud pero el dueño de la salud es el pueblo', le respondió Eva. 

“El Estado no puede quedar indiferente ante el proceso económico, porque entonces no habrá posibilidad de justicia social, y tampoco puede quedar indiferente ante los problemas de la salud de un pueblo, porque un pueblo de enfermos no es ni puede ser un pueblo digno”. (Ramón Carrillo)

- Podría haber existido un Carrillo sin el peronismo?

- No, porque tampoco podría haber existido una Evita sin el peronismo y esto hay que tenerlo presente. Cuando hay un conductor, estratégico, pensador, revolucionario y además, filósofo como Perón, es el que va gestando, rodeándose de personajes de una estatura incluso superior a la de él mismo. Perón siempre refería que Carrrillo era el ministro que mas le había enseñado, tanto es así que cuando Perón lo nombra a cargo de Salud, Carrillo le dice" 'como voy a ser su ministro si no hay Ministerio de Salud', a lo que Perón le responde: '¿Vio? hay ministerio para las vacas y no hay ministerio para nosotros'. Esta frase maravillosa define toda una concepción que la podemos llevar también al lenguaje escrito cuando las maestras les decían a sus alumnos que el tema de la composición era la vaca, después de Perón, el tema de la composición fue el trabajador.

- ¿Qué importancia tiene la comunidad en el pensamiento de Carrillo?

- Tiene vigencia hasta hoy porque sin comunidad organizada no puede haber un fortalecimiento de los planes estratégicos de salud acá y ni en ningún lugar del mundo. Pero Carrillo no se refiere a la comunidad organizada informada sino a la comunidad organizada participando y gestionando los instrumentos de salud, porque nadie mejor que la comunidad para conocer sus prioridades. Y las prioridades no las conocen quienes están en el centro de salud, quienes están en los hospitales, porque muchas veces los médicos y las enfermeras que no son de la zona, no conocen el territorio entonces son como paracaidistas polacos. La comunidad organizada es la única herramienta que garantiza que los procesos de salud recuperen el paradigma del fortalecimiento de la salud frente a la oleada neoliberal que ha intentado destruir todos los sistemas solidarios de salud en la Argentina.


Teniendo en cuenta la campaña contra el paludismo que hizo Carrillo, ¿algunas de
esas ideas y acciones nos pueden ayudar hoy a pensar tanto la pandemia o algunos problemas sanitarios que tenemos como el dengue?

Carrillo inaugura la Teoría del Hospital que es la teoría de la centralización ejecutiva y descentralización operativa. Esto implicaba un proceso de complejidades hospitalarias en todo el país por regiones que después se trasladó a las fronteras con grandes hospitales de frontera en Jujuy, en Formosa, Misiones. Maravillosa gestión para evitar el desarraigo de los pueblos bolivianos o paraguayos que se tenían que trasladar a Buenos Aires para atenderse. Pero además, para vencer el paludismo, para vencer el dengue y a otras enfermedades que no tienen vacunas se necesita la comunidad organizada. Sí tiene vacuna la fiebre amarilla, pero no la tiene el dengue. Entonces es fundamental la comunidad porque el gobierno puede fumigar las calles, puede fumigar los árboles, puede fumigar la comunidad pero adentro de las casas nadie puede hacerlo si no se hace desde la comunidad. Para eso hay una herramienta central de la salud, la cual todavía tiene poca visibilizacion, que son los y las promotores de la salud, los y las trabajadoras sociales y todos aquellos que están en los territorios y que son los que realmente deben organizar las comunidades buscando los líderes naturales y permitiendo la derrota de esas enfermedades. La solidaridad social activa es lo único que nos permite vencer al virus a partir de la inmunidad comunitaria que vamos a lograr cuando la mayoría de las personas estén vacunadas. Cuando nuestros compatriotas este vacunados, tenemos que seguir evitando la circulación del virus cuidándonos y siendo solidarios el uno con el otro.

- ¿Qué batallas perdió Ramón Carillo?

- Perdió las batallas contra las farmacéuticas. Se tuvo que ir de su cargo un año antes, en 1954, porque en ese momento la relación de fuerzas ya no favorecía a Perón que atravesaba la crisis del segundo Plan Quinquenal. Las farmacéuticas y sectores de poder exigieron la renuncia de Carrillo porque él se metió con sus intereses económicos desarrollado la empresa de producción pública de medicamentos; se metió también con las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo, con lo cual se tuvieron que modificar procesos productivos que dañaban a los trabajadores. Carrillo se metió con temas que provocaban la reacción de sectores concentrados de poder que ni bien pudieron, provocaron su renuncia.  Carrillo se tuvo que exiliar en Brasil, con sus bienes embargados, y acusado de corrupto como siempre acusa la oligarquía a los procesos populares.

Ramón Carrillo murió en Brasil el 20 de diciembre de 1956, a los 50 años, tras un ataque de hipertensión. La dictadura de Eugenio Aramburu impidió que su cuerpo fuera trasladado para ser enterrado en el país. Recién en 1972 sus restos retornaron a la Argentina.

 

Fuentes y fotos: Charo López Marsano en Ramón Carillo, el "negro"/Archivo General de la Nación/ Museo Evita.