¿Qué es la cultura para los que hacen cultura?
¿Qué es la cultura para los que hacen cultura?

¿Qué es la cultura para los que hacen cultura?

Arte
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Teatro
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En el Día de la Cultura Nacional, conversamos con referentes de diversos ámbitos para conocer cuál es la importancia de la cultura en sus vidas y qué pueden destacar de ella. Científicos, músicos, cineastas, dramaturgos y diseñadores de videojuegos cuentan de la cultura argentina
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En conmemoración al día que falleció el político e historiador Ricardo Rojas, en 1957, todos los 29 de julio se celebra en Argentina el Día de la Cultura Nacional. Este año, a manera de homenaje y con el objetivo de visibilizarla, conversamos con referentes de distintos ámbitos de las artes para que compartan sus sentimientos sobre la cultura argentina y sus predilecciones.

José María Sciutto

Director del Coro Polifónico Nacional y coordinador de los cuatro coros nacionales: Coro Nacional de Niños, Coro Nacional de Jóvenes, Coro Polifónico Nacional de Ciegos y Coro Polifónico Nacional. Responsable artístico-pedagógico del Programa Escuela de Canto Coral de la Secretaría de Cultura de la Nación.

¿Qué lugar ocupa la cultura en su vida?

-Para mi la cultura es una carta de identidad de las personas y de los países, de los distintos sectores del mundo. En mi caso es una posibilidad expresiva, una posibilidad de comunicación. Pienso que un artista, un músico, un bailarín, un pintor, un escultor, expresa siempre un mensaje en lo que hace, que es fundamentalmente comunicación.

Yo trabajé mucho con la idea de la Cultura para la Paz, porque el hombre que comunica expresivamente una riqueza, en este caso afectiva o espiritual, es imposible que vaya junto con una agresividad. Por eso la cultura como paz es el arte de la comunicación a través de obras, que pueden ser musicales, plásticas, expresivas y la posibilidad de transformar el mundo, de transformar la naturaleza, que es la historia del hombre por otro lado. El hombre fue el personaje viviente que pudo transformar el mundo y producto de esa capacidad de transformación es la cultura. En mi vida la cultura fue siempre un ansia y una preocupación por comunicar.

-¿Qué puede destacar de la cultura argentina?

-Los argentinos somos un pueblo muy comunicativo. Yo viví muchos años en Europa. En Argentina yo me encuentro solamente con amigos, con gente que conozco, acá, en poco tiempo uno ya estableció una relación afectiva personal. Eso no es así en todos lados, hay otras culturas donde el hombre habla de las cuestiones generales, pero no mucho de lo personal.

Argentina está llena de músicos. A mi me sorprende, después de tanto tiempo, cuando tomo el subte o veo por la calle tanta gente, muchachos que van con guitarras, violines. Yo viví muchos años en Centroamérica y allí las fiestas terminan siempre bailando, corren las mesas y bailan. En nuestra cultura se termina la fiesta y agarramos la guitarra y cantamos, ¿quién no sabe cantar una zamba? Un gran porcentaje de los argentinos sabe tocar acordes en la guitarra para acompañarse. Lo mismo que la danza, el tango. Pienso que somos un país que tenemos mucho mensaje que dar, en cuanto a la comunicación a través de la cultura del arte.

Gabriela González

Profesora de Física y Astronomía en Louisana State University, Estados Unidos, Gabriela González es líder y vocera de LIGO, un equipo de colaboración internacional de científicos que fue distinguido con el Nobel de Física 2017 por haber comprobado la Teoría de la Relatividad de Einstein al detectar, por primera vez, las ondas gravitacionales.

-¿Qué lugar ocupa la cultura en tu vida?

Gabriela: La cultura, entendida en su sentido más amplio, es parte integral de mi vida y mi carrera científica. En mi vida profesional, creo que la investigación que hacemos, creando y usando tecnología muy avanzada para descubrir señales de eventos astrofísicos, como colisiones de agujeros negros en galaxias lejanas, produce resultados que forman parte de la cultura general. Cuando los descubrimientos aparecen en las noticias, toda la gente (y no sólo científicos) se interesa y se inspira a hacerse preguntas -esto es parte de la cultura del siglo XXI-. La prueba está en la aparición de muchos productos de uso cotidiano (remeras, vestidos, gorras, tazas) que usan temas científicos en general, y ondas gravitacionales en particular. Yo misma tengo un vestido, una pulsera, varias tazas, muchas remeras y un colgante con temas de ondas gravitacionales, ¡y la mayoría han sido regalos de no-científicos!

-¿Qué puede destacar de la cultura argentina?

Gabriela: Los argentinos somos muy curiosos y discutidores -eso es muy bueno para el progreso-, aunque no lo hayamos aprovechado muy eficientemente (no siempre llegamos a conclusiones constructivas después de largas discusiones). Tenemos una cultura intensa de familia y amistad que perdura a través de los años. Esto último me ha acompañado aún fuera del país; me ha ayudado a hacer nuevos amigos. El interés por el arte y la ciencia ha producido magníficos ejemplos (escritor@s, cantantes, director@s, médic@s, físc@s, biólog@s, etc.) por lo que nos conocen en el mundo entero.

BIFE (Ivanna Colonna Olsen y Javiera Diego Fantin)

Dúo de música independiente, formado por Ivanna Colonna Olsen y Javiera Diego Fantin. Potente y con personalidad, BIFE compone canciones de diversos géneros con un toque de humor y crítica a las imposiciones del amor y otras violencias culturales.

-¿Qué lugar ocupa la cultura en sus vidas?

-Javiera: En un sentido amplio siento que cultura y vida son sinónimos, y no lo digo por romantizar el sentido de cultura pretendiendo que es tan valioso como la vida, sino que literalmente, desde un punto de vista inevitablemente humano, todo es visto en y a través de la cultura. Incluso en un sentido menos amplio, los motivos de alegría o de pesar, las libertades y las opresiones, es decir, todo el contenido cotidiano de la experiencia tiene que ver con diversas formas de manifestaciones culturales. En un sentido más acotado y personalmente, para mí que hago de componer canciones un oficio de dedicación completa, para mí que la filosofía es una práctica cotidiana de formar sentido en torno a la conciencia, y al interior de ella, la cultura ocupa casi la totalidad del espacio en mi vida. Compartir las distintas formas de lenguaje en la indagación y construcción de mundos posibles, o del mundo, es para mí el sentido de la vida.

Ivanna: Me involucro siempre que puedo en diversas producciones culturales que me representan: películas, discos, teatro, radio, performances, con la intención de dejar una huella en el cotidiano, en lo que nos forma como sujetos desde mi punto de vista, desde mis privilegios y mis desdichas, quizá con un deseo de compartir una experiencia o una reflexión que abra el diálogo y acompañe, que arme comunidad.

-¿Qué pueden destacar de la cultura argentina?

Ivanna: Crecí en los '90. De la cultura argentina recibí influencias de Calamaro, La Bersuit, los Cadillacs, los Decadentes, Rodrigo “el potro”, mucha radio Mega, La 100, Cris Morena, etc. Tuve que investigar para llegar a Charly, Fito... Lo más accesible en mi juventud era MTV y la música extranjera. En el coro de la escuela hacíamos mucho Guastavino, eso fue lo más cercano que estuve del folclore. Mi rechazo a cantar en inglés en mi colegio bilingüe hizo que me pusiera a investigar tangos para cantar, los más tradicionales: Nostalgias, Malena, Los mareados, Sur...

Durante mi adolescencia tuve también una inmensa obsesión con Cortázar y de joven adultx empecé a investigar escritoras y poetas argentinas: Pizarnik, Irene Gruss, Juana Bignozzi, Hebe Uhart y María Teresa Andruetto. Mi artista argentina preferida es Juana Molina, como música y como actriz; fui muy fan de Les Luthiers, Enrique Pinti y Fernando Peña.

Ivanna: Me gustan muchas más cosas de otros países, cercanos o no; es muy raro aplicar ese límite. Mi padre era italiano, fui a un colegio inglés, y recibí todo tipo de influencias, pero tengo esa fantasía/sueño de ser un cantor popular, de llegar a estar en las fotos blanco y negro de las pizzerías, o de que una canción nuestra la canten en una cancha. Es algo medio grasa, medio argento. Me siento medio porteña -aunque no lo soy- teniendo ese sueño tan naif. Desde que vivo en la capital y desde que me dedico principalmente a tocar y estar de gira me resulta muy movilizante disfrutar de los encuentros ideológicos con otros artistas, otras bandas, las radios, y los contenidos, en la Ciudad de Buenos Aires y en todo el país. Creo que me hago fan principalmente de músicas que me interpelan y que puedo ir a ver en vivo y con quienes pueda generar intercambios.

Javiera: Realmente me resulta algo arbitrario el límite nacional aplicado a lo que pueden ser producciones culturales, cuando tal vez -si el caso es delimitar- otras formas de trazar empatías y distancias son más relevante, como ser el idioma, los climas, las distintas realidades sociales y económicas, etc.

Cosas que puntualmente me gustan y han sido y son importantes para mí y generalmente se asocian de algún modo a “lo argentino” son el tango, con músicos como Gardel, Goyeneche, Pichuco, Discépolo, Mores, Manzi, Expósito, y compositores del folclore como Atahualpa o el Cuchi Leguizamón. Borges es un autor que me influenció mucho sobre todo en sus ensayos y los prólogos a sus libros de poesía; Almafuerte y Alfonsina...

Por mencionar fenómenos reconocidos. Lo que puedo destacar en un sentido más experiencial parte de lo que es la vida cultural en Buenos Aires y su riqueza y proliferación de ofertas, no solamente en lo que se puede entender como mainstream, sino muy especialmente la casi infinita actividad artística under que habita y pulsa la ciudad. Gracias a los viajes que pudimos hacer con BIFE pudimos conocer en muchísimas ciudades de las distintas provincias del país una red cultural que unifica intenciones, ideas, intereses, producciones, preocupaciones y creatividades; una red que no se detiene en las fronteras sino que avanza como un fuego sobre el pasto también hacia los otros países de la región e incluso hacia otros más lejanos con los cuales compartimos el idioma.

Juan Villegas

Es cineasta, guionista y productor. Dirigió catorce películas y produjo dieciséis. Destacan Sábado (2001), Los suicidas (2005), Victoria (2015) y Las Vegas (2018). 


(Foto: otroscines.com)

-¿Qué lugar ocupa la cultura en tu vida?

Juan: Diría que la cultura no ocupa lugar, porque es algo con lo que uno convive cotidianamente, sin que eso implique una ocupación espacial. Pero sí ocupa mucho tiempo, pero es un tiempo muy valioso. Se demonizan habitualmente las redes sociales, porque supuestamente nos quitan tiempo vital. Sin embargo, yo siento que me han permitido, por ejemplo, un acceso a la cultura más ágil y fluido que en otras épocas.

Los materiales creativos generados directamente para o desde las redes ya son parte de nuestra cultura contemporánea. Las manifestaciones culturales encuentran todas las vías de comunicación que estén al alcance y está bien que así sea. Pero también a través a las redes uno llega a informarse de la oferta cultural más tradicional, que está muy bien que siga existiendo. Y algo más: en medio del barullo de banalidades, es posible encontrarse con discusiones (o incluso participar en ellas) muy interesantes. Creo que no puede haber una cultura viva y en movimiento si no hay discusión y debate permanente. 

-¿Qué podés destacar de la cultura argentina?

Juan: Aparte de ser el país en el que nacieron tres de los cinco más grandes futbolistas de todos los tiempos, la Argentina atesora otros dos milagros culturales: el tango y Borges. En un país periférico como el nuestro, haber tenido a un escritor del tamaño y la trascendencia de Borges es milagroso. Pero también el tango, cuya complejidad musical y literaria y el volumen de grabaciones extraordinarias a lo largo de tantas décadas nos permiten decir que es uno de los grandes fenómenos de la cultura popular del Siglo XX.

Y si nos tenemos que referir a la actualidad, creo que el cine argentino es muy destacable, por su diversidad y calidad, que lamentablemente se reconoce más en el exterior que en nuestro propio país. Otra área de la cultura que en los últimos años se ha mostrado especialmente versátil y destacada es la música destinada al público infantil. Y también creo que es muy destacable la tradición que tiene nuestro país en el humor gráfico, lo que no se suele remarcar lo suficiente. Es un ámbito que ha dado grandes creadores en toda su historia y sigue ofreciendo novedades.

Javier Daulte

Es dramaturgo, guionista y director de teatro. Fue fundador e integrante del ya disuelto grupo Caraja-ji de Buenos Aires. Escribió y dirigió más de cuarenta obras a lo largo de su carrera e imparte seminarios de actuación tanto en nuestro país como en el exterior.

-¿Qué lugar ocupa la cultura en tu vida? 

Javier: La palabra cultura nunca me terminó de convencer. Me da la sensación de que CULTURA es aquello que ha sido consensuado de alguna manera. Es como la versión oficial del arte. Por otro lado creo que cultura es todo. Desde nuestra lengua hasta como están dispuestos los semáforos en una ciudad. Nuestra cultura, en ese sentido (y como la de cualquier región, país, ciudad) es inmensa y variopinta. Si nos queremos referir a esa porción pequeña de cultura que es el arte, y dentro de éste, a esa porción pequeña que es el teatro, debería decir que lo ocupa todo en mi vida (respondiendo a tu pregunta inicial). Creo que una persona ES aquello que HACE. En mi caso, mi ADN es el teatro. Qué relevancia tiene mi arte dentro del panorama cultural de nuestro país es una incógnita difícil de responder.

-¿Qué podés destacar de la cultura argentina? 

-Puede destacarse absolutamente todo. Porque dentro de la complejidad cultural de una comunidad se devanan los hilos que la entretejen de manera constante. Pero en lo personal, ¿qué destaco de la cultura argentina? Supongo que los contrastes. La riqueza cultural radica en eso. En los contrastes, en el mestizaje, en la convivencia de opuestos. Nuestra identidad argentina está plagada de contradicciones, algunas hermosas, otras dolorosas. Desentrañar esas contradicciones, bucearlas, desmenuzarlas es tarea de todos, artistas, políticos, docentes, etc. Mi tarea, como artista que cuenta historias, es, en muchos sentidos intentar desenmarañar e indagar a este extraño objeto que es el sujeto humano y sus vínculos.

Agustín Pérez Fernández

Es desarrollador de videojuegos independientes y artista multimedia. Estudió dirección de cine, teatro y aprendió a realizar juegos de forma autodidacta. Es el autor de varios videojuegos experimentales como “El Beso”, “Symphorophilia” y “Mantra”. Fue seleccionado para ser presentado en la Conferencia de desarrolladores de videojuegos en San Francisco (EEUU) como uno de los juegos experimentales más importantes del año 2011. También participó de la exhibición Game On en el Centro Cultural Recoleta con su videojuego artístico “Vestigios” y con su juego “Consecuencias” en el Centro Cultural de España en Buenos Aires. En el 2015, durante Game On en el Centro cultural San Martín presentó una obra personal de realidad virtual, Brain dump. Un viaje onírico virtual por su inconsciente. Tienen como clientes a Cartoon Network y Vorterix entre otros. Es administrador y uno de los fundadores de la comunidad de desarrolladores de videojuegos en español más grande del momento llamada DUVAL.

-¿Qué lugar ocupa la cultura en tu vida? 

Agustín: La cultura ocupa un lugar central en mi vida ya que como desarrollador de videojuegos soy productor de contenidos culturales que se consumen en todo el mundo. Además participo de eventos como Game On, donde se presentan juegos experimentales y artísticos, y miembro fundador de la Fundación Argentina de Videojuegos desde donde intentamos apoyar y fomentar la producción de videojuegos en el país para que sea lo más variada posible.

-¿Qué podés destacar de la cultura argentina? 

-Argentina es uno de los países de Latinoamérica que más se destaca con respecto a la producción de videojuegos. Podés encontrar estudios que hacen juegos que son megaproducciones, estudios medianos que hacen juegos para celulares hasta desarrolladores indies y hobbistas que hacen juegos sobre situaciones personales o de la actualidad. Estamos armando la próxima exhibición de Game On donde se van a poder ver y jugar muchos de los juegos artísticos, experimentales y personales más importantes de los últimos años.

Elsa Barber

Nacida en Villa Cañás, el 10 de junio de 1953, Elsa Barber se recibió en la UBA de Bibliotecaria, donde fue directora de la carrera y sigue ejerciendo como profesora. Es al mismo tiempo la primera mujer en dirigir la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y la primera bibliotecóloga en el cargo.

-¿Qué lugar ocupa la cultura en tu vida? 

Elsa: Cuando solemos hablar de cultura en general nos referimos a distintos aspectos del quehacer colectivo: tanto a las obras culturales específicas en torno a la literatura, la música, las artes visuales, la danza, etc., como también a aquellos hábitos, tradiciones y legados que conforman nuestra identidad común. Quizá sea el lenguaje, en sus diferentes formas, el que mejor representa esta segunda acepción recorrida en toda su ambivalencia: es herencia e invención y está sometido tanto a reglas formales como a la innovación que su uso determina.

Los bibliotecarios participamos activamente de la escena cultural. Sabemos que aquello que organizamos como datos expresa formas de vida y de creación tramadas por esfuerzos perseverantes y por la inteligencia colectiva del país. A la vez, es nuestra función preservar todas aquellas obras que forman parte del acervo común y darlas a conocer para que las futuras generaciones puedan acceder a ellas para su interpretación libre del pasado y para pensar la relación que el archivo del tiempo anterior tiene con los problemas del presente.  

-¿Qué podés destacar de la cultura argentina? 

-La cultura argentina ­–o tal vez sea más apropiado decir, para no pecar de “esencialistas”, la cultura en Argentina– ha logrado momentos de enorme trascendencia. Por un lado, en su aspecto institucional, hay que reconocer la enorme importancia de la universidad pública y gratuita. Una tradición académica signada por la Reforma de 1918, rápida y entusiastamente acogida en América Latina, que marcó su impronta humanista.

También la presencia de museos, teatros y bibliotecas populares pueden incorporarse a la rica historia cultural del país. Pero, todo este reconocimiento no sería justo si no mencionáramos todo el abanico heterogéneo de sensibilidades críticas que conforman la cultura autodidacta argentina. Una rica presencia de escritores y escritoras del siglo XIX y XX (Sarmiento, Hernández, Echeverría, Borges, Arlt, Pizarnik, Silvina y Victoria Ocampo, Martínez Estrada, Gombrowicz, Viñas, Walsh y Piglia, por mencionar sólo algunos) ha robustecido la literatura; una amplia y reconocida tradición filosófica y psicoanalítica; las artes plásticas y las huellas del movimiento muralista; los hitos musicales (de Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa hasta Charly  García y Spinetta) y la rica experiencia de lo que se ha traducido en el país y que ha sido clave para la difusión de obras esenciales de la cultura universal: Juan B. Justo, Borges, Ocampo y Aricó son solo algunos nombres de estos esfuerzos por abrirse al mundo cultural desde una perspectiva propia.

Y qué decir de la larga zaga editorial: Claridad, Jorge Álvarez, Boris Spivakow (Eudeba y Centro Editor de América Latina), Carlos Díaz y Arnaldo Orfila Reynal. O bien de la tradición de revistas y núcleos de pensamiento autónomo: La Moda, los salones literarios de la generación del 37, Sur, Contorno, La Rosa Blindada, El escarabajo de oro, solo como parte de un collage más amplio. Todos estos nombres e iniciativas son parte de un extenso e incesante recorrido histórico. La cultura está hecha de pliegues inagotables. Pero reconociendo estas experiencias, cuya arbitraria selección se debe a la imposibilidad de abarcar el conjunto, podemos aventurarnos en pensar que cuando repasamos la cultura en Argentina debemos hacerlo poniendo el énfasis en todo aquello que está en los márgenes: alimentando las instituciones, creando otras a partir de sus estilos, produciendo sensibilidades colectivas y alumbrando la oscuridad que cada época nos ofrece como desafío.  

Hilda Herrera

Pianista y compositora. Directora del programa Pianistas Argentinos.

-¿Qué lugar ocupa la cultura en su vida?

-Para mi cultura es educación y es tan amplio el concepto que no puedo sintetizar en tres palabras lo que significa para mi la cultura. Tiene tanto que ver con mi trabajo, con mi vocación como lo gran lectora que soy y lo que he tratado de aprender durante toda mi vida de lo importante, no de lo que uno vive cotidianamente sino de los grandes, de los grandes de la cultura universal y de nuestro país, por supuesto.

-¿Qué puede destacar de la cultura argentina?

-Yo creo que la cultura argentina se ha destacado siempre, desde mucho tiempo atrás, con respecto al resto de América. Siempre tuvo un lugar predominante dentro de la cultura del mundo y lo sigue teniendo. Las manifestaciones culturales de Argentina, en todas las ramas del arte han sido y siguen siendo reconocidas en el resto del mundo con un alto nivel y creo que, no me equivoco al decir esto. Basta con ver, con conocer, los nombres tanto de escritores como de educadores, músicos, gente de teatro. Sigue siendo hoy señero lo que se conoce del movimiento, por ejemplo teatral argentino. No se si esto abarca todo lo que es cultura pero, en general, creo que es muy importante y que puede llegar a seguir siendo muy importante.

Julia Cohen Ribeiro

Activista del Movimiento de Mujeres Afro e integrante del Colectivo Artistico Afrofeminista Kukily


(foto:obra performática XTRÆNCESTRAL de Colectivo Kukily)

-¿Qué lugar ocupa la cultura en su vida?

Julia: La cultura es lo heredado, es la identidad, es lo que nos une a pesar de las singularidades. Creo que en la vida de las mujeres afro la cultura está tomando cada vez más fuerza, nos vemos cada vez más como un colectivo o como colectivos, nos sentimos cada vez menos solas y eso es porque estamos recuperando esa cultura en común, esos sabores, esas canciones, eso que veíamos a nuestras abuelas hacer y ahora nos damos cuenta que era parte de algo mayor, que sin importar de qué parte de África vinieron nuestros ancestros, compartimos una misma raíz y hoy en día eso resuena, de alguna forma hace parte de nuestras vidas, aunque a veces no somos conscientes de ello. Esa cultura es algo que se había perdido, en parte, la esclavitud nos despojó de todo, esa era la intención, dejarnos sin cultura, transformarnos en pura carne. Por eso, nuestra cultura es resistencia.

También creo que estamos consolidando cada vez más la cultura de las mujeres afro del presente y es una cultura de encontrarnos, de sentirnos hermanas, de cuidarnos y eso tiene una gran potencia social y política, se están dando muchos cambios, la idea de la mujer negra, de lo que es “ser afro” inclusive ya es otra, al menos, para nosotras.

Miriam Gómes

Es integrante de la comunidad de inmigrantes de Cabo Verde y militante de la Agrupación Todos con Mandela y Comisión 8 de noviembre.


(foto:Flashmob a 100 años del natalicio de Mandela)

-¿Qué lugar ocupa la cultura en su vida?

Miriam: Lo que nosotros entendemos por cultura, o lo que yo entiendo por cultura son las formas de estar y de ser de nuestras comunidades en este contexto sociohistórico que nos tocó vivir, sobre todo a partir del tráfico esclavista y la colonización. Nosotros somos pueblos trasplantados, extraídos violentamente de su tierra y trasplantados, esa es una realidad que no se puede negar. Nuestra cultura tiene que ver con la manera en que gerenciamos los medios a nuestro alcance en dónde nos tocó vivir. En ese sentido yo creo que hay tres pilares fundamentales de esta cultura o de esta forma de estar y de ser en el mundo que adoptamos los africanos y afrodescendientes en las Américas y sus tres pilares tienen que ver justamente con lo siguiente:

El primer pilar tiene que ver sin duda con el asociativismo, es decir con ese espíritu, con ese impulso de colectividad que tenemos los afrodescendientes, que es esa tendencia a unirnos, asociarnos en pos de uno, dos o tres objetivos. Siempre estamos juntos para decirlo de alguna manera simplificada. Nos asociamos, nos organizamos para fines determinados. Segundo lugar, pero no menos importante, la solidaridad. Yo le diría incluso solidaridad a ultranza, una solidaridad sin la cual no hubiéramos sobrevivido si tenemos en cuenta el contexto histórico que nos tocó transitar. Y el tercero es nuestra educación para la belleza, para la estética y no hablo de belleza física sino hablo de que nuestra cultura nos enseña a crear admirar y reproducir la belleza en todos los ámbitos; en el ámbito de la música, de la pintura, de la danza, de la lengua, de las comidas, de los perfumes.