Los pesebres y los niños adoradores de la Puna y la Quebrada de Humahuaca
Los pesebres y los niños adoradores de la Puna y la Quebrada de Humahuaca

Los pesebres y los niños adoradores de la Puna y la Quebrada de Humahuaca

Del 24 de diciembre al 6 de enero diferentes grupos de niños y jóvenes, con sus danzas e instrumentos andinos, recorren cada pesebre realizado en su comunidad. Conocé más sobre esta ceremonia de religiosidad andina.
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Miles de peregrinos suben cada año a la cima de los cerros, a más de 4.000 metros de altura, para celebrar esta ceremonia religiosa católica y prehispánica fundamental en la construcción de la identidad y del patrimonio cultural de mujeres y hombres jujeños. Conocé más en esta nota elaborada por el Museo Terry de Tilcara.

Para la religión católica, los meses de diciembre y enero son importantes porque se conmemora el Día de la Virgen María, 8 de diciembre; el nacimiento de Jesús, 24 de diciembre; y el Día de Reyes, 6 de enero. El ritual de armar el árbol de navidad, esperar a los reyes magos y celebrar la Navidad es una ceremonia que, por creyentes o no, se practica en casi todo el territorio argentino.

En Jujuy, la provincia más al norte del país, a estas ceremonias se suma la confección comunitaria de pesebres. Los pesebres, que representan la espera y el nacimiento de Jesús en un paraje en Belén de Judea, hoy Jerusalem, se representan con figuras que se montan en las plazas, en las iglesias y en las casas particulares. Durante esos 15 días, todas las tardes los pesebres son visitados por grupos de niños, niñas y jóvenes que danzan y tocan música alrededor del pesebre, en señal de adoración.

Foto: diario El Tribuno

“Los registros sonoros más antiguos de la ceremonia de los pesebres en la Puna y Quebrada de Humahuaca fueron compilados por el musicólogo Carlos Vega, alrededor de las década del 50. También hay escritos de los años '60, como los realizados por Armanini, quien basándose en las crónicas de la época y la tradición oral, dice que es posible situar el armado del primer pesebre en la localidad de Purmamarca, en el mismo año en que se producen la tercera y definitiva fundación de la ciudad de San Salvador de Jujuy, 1594", cuenta César Guzmán, investigador, músico y autor del libro Rezar adorando en la Quebrada de Humahuaca: los pesebres de Tilcara.

Los pesebres tienen un origen remoto ligados por una tradición religiosa franciscana, ya que fue San Francisco de Asís, en el año 1233, el primero en representar el nacimiento de Jesús en una ermita en un bosque de Grecia.

En la actualidad, la provincia de Jujuy conserva la tradición de “ir a adorar” y esa práctica está a cargo, principalmente, de los niños, niñas y jóvenes de la comunidad. De pequeño, César Guzmán fue un niño adorador. Los niños y niñas adoradores se juntan todos los días, entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, y van recorriendo cada uno de los pesebres elaborados en su comunidad, compartiendo su música y sus danzas nativas. Los villancicos clásicos españoles se ejecutan con quenas y sikus y una serie de coreografías establecidas se bailan alrededor del pesebre.

“Se adora brincando o saltando con el acompañamiento permanente de música andina en ritmo de villancicos que son ejecutados por bandas de queneros y sikuris. Se bailan danzas tradicionales como 'las cintas', el 'huachitorito', 'el borrachito', que tienen coreografīas clásicas, muy sencillas, por lo que la pueden realizar niños de cinco años como cualquiera que se quiera sumar en ese momento a adorar”, comparte Guzmán.

Foto: Ricardo Dubin

Los niños adoradores

Organizarse para “ir a adorar” implica ensayar con los instrumentos varios días antes y practicar algunas de las coreografías. Como no hay escuela que enseñe a adorar, los niños aprenden observando y copiando.

“Faltando dos semanas para empezar la adoración, el chico empieza a practicar con su instrumento. Los instrumentos los hacen ellos mismos o compran a otros músicos, o bien, las casas de familia que tienen los instrumentos y los prestan para la ocasión. Las bandas de sikuris, que suelen estar integradas por varias personas adultas, preparan cantos y los reparten entre sus integrantes y adoradores para que vayan practicando esas nuevas canciones que sacaron u otras que solo se tocan en esos días y no se vuelven a ejecutar hasta la misma fecha del año siguiente".

César Guzmán cuenta que la ceremonia de adoración fue teniendo modificaciones de toda índole a través del tiempo, tanto en los ritmos musicales como en la participación comunitaria:

“Desde sus orígenes que se ubicó en niños la transmisión de esa fe y devoción que se genera alrededor del pesebre. Pero en conversación con gente del lugar, muchos sienten que los niños antes tenían más devoción o creencia en las adoraciones, y actualmente la cantidad de chicos que concurren a adorar ha descendido y muchos, incluso, tienen vergüenza de adorar”.

De todas maneras, la participación de los niños sigue siendo central. Guzmán comenta que "en el paraje Huichaira, departamento de Tilcara, el pesebre pasó a llamarse 'pesebre del Niño Manuelito' a 'pesebre Antenor Sajama', en honor a uno de los niños que lo adoraba y que murió joven durante las batallas por los derechos de soberanía por la Islas Malvinas".


Foto: diario El Tribuno.

La confección de pesebres

Los pesebres se confeccionan en las casa particulares, en las plazas del barrio y, en algunos casos, en las iglesias. Son armados con el aporte de los vecinos y familiares que colaboran incorporando algún animalito, adorno o comestible. Estos pesebres no pretenden ser una representación fiel del relato bíblico sino que que son ofrendas que dan cuenta del espíritu comunitario y de la importancia de la transmisión generacional de las costumbres.

“El abuelo tuvo el pesebre y se lo da al hijo y el hijo a su hijo. Acá, en Tilcara, el pesebre de la familia Torrejón es el más conocido porque desde hace más de 50 años que siguen esta tradición familiar. En algunos pueblitos con pocos pobladores, las capillas tienen a cargo un pesebre y son ellas quienes lo organizan, pero en el resto de la Puna y la Quebrada son las mismas familias o los vecinos del mismo barrio los que lo confeccionan y lo montan en la plaza. En estos pesebres se van incorporando elementos de la zona: llamas, cardones, churquis, cuando en el pesebre clásico aparecen más que nada, una vaca o un burrito. Muchos animalitos son elaborados en arcilla, incluso he visto pesebres enteros elaborados en arcilla o barro cocido. Junto a las figuras se colocan ciertos elementos como una sidra, un pan dulce, turrón y otros alimentos, que tienen como motivo la abundancia, el compartir y la alegría”.

Para Guzmán los pesebres y las ceremonias de adoración son un fiel reflejo de la mezcla entre lo sacro, lo ritual y lo festivo. "Las diferentes manifestaciones propias de una región se fueron mezclando con las propias de la religión católica. Los cantos son elementos cristianos, lo mismo que la figura del niñito Jesús que ha sido implantada acá. Lo que hizo el hombre natural de la zona fue tratar de unir para no perder su cultura. Preservó sus instrumentos y hasta sus danzas".

Foto: Museo Regional de Pintura "José Antonio Terry"

Las danzas y las músicas

César Guzmán cuenta que las canciones que se entonan son los villancicos clásico como “Pastorcito de Belen” o “Ya vienen los reyes” pero que se han incorporado innovaciones en la música: “de repente tocás un huayno, carnavalito o una cumbia transformada al ritmo de las canciones de pesebres”.

En el caso de las coreografías se han modificado mucho las danzas, sobre todo en San Salvador, la capital jujeña, donde se confeccionan trajes, se realiza una coreografía diferente en cada pesebre e incluso los músicos bailan mientras tocan.

“Hace un tiempo se lanzaron los concursos de pesebres y eso ha generado que, en algunos lugares, se realicen unas puestas en escena más sofisticadas en cuanto al montaje, la música y el vestuario. En cambio en los pueblos es más espontáneo. Los adoradores van con la misma ropa que tienen puesta ese día, los pasos de los bailes son sencillos y los niños se juntan, adoran y se divierten nomás”.

Tanto los pesebres organizados en cada familia como en cada barrio tienen nombre, al igual que las coreografias que imitan aquello que se nombra o realizan una pantomima en relación. "La cadena", "el puente", "la estrella", "la cuadrilla", "el borrachito", "el huachitorito, son algunas de las más conocidas.

“'El pajarito' es una danza que pude observar en el pesebre 'Estrellita de Belén' de la localidad de Chalala, por la zona de Purmamarca. Ahí los pequeños alegremente saltaban con las manos abiertas como aletas avanzando y retrocediendo, algunos de ellos llevaban un pequeño silbato que lo llenaban de agua, provocando un sonido especial", narra Guzmán y agrega: "'el borrachito' es una danza de parejas que consiste en un avance y retroceso de una pareja de danzarines que llevan a un tercero, quien hace en este caso de borrachito y que se encuentra a los pies del pesebre, a este lo llevan de adelante para atrás y lo dejan al final de las diferentes parejas”.


Foto: Ricardo Dubin

César describe que antes de comenzar el tiempo de los pesebres, algunos niños o jóvenes comienzan a practicar melodías pero que esta incursión musical, por lo general, la hacen de manera solitaria. Y en los casos en que las melodías son más complejas, piden ayuda a músicos con más experiencia para que les enseñen diferentes melodías en quenas o sikus, que son los instrumentos más utilizados.

“Hay que tener el oído y mirar a los otros muchachos que ya saben, porque a veces ellos no saben explicar aprender un Sol o un Mí, te explican toca esto y sopla aquí y con el oído te guías. Durante los días de pesebres se aprende bastante y no solo se aprende a tocar villancicos, sino que ese encuentro genera otros encuentros para seguir tocando. Sin embargo, cada instrumento está abocado a cada festividad. El instrumentista que hace la adoración al pesebre puede que también toque para las celebraciones en Semana Santa, pero al menos que sea un músico profesional, es difícil encontrar un músico que participe en Semana Santa, Carnaval, Navidad, Día de los Muertos”.


Foto: Ricardo Dubin


6 de enero: pasacalle de los pesebres

Así se denomina a la festividad de cierre y desarmado de los pesebres. Históricamente, antes de la pandemia, cada 6 de enero de cada año, en la plaza central del pueblo, los grupos de adoradores se reúnen para realizar el tan esperado pasacalles, luciendo sus diferentes atuendos y demostrando diferentes coreografías preparadas para esta fecha. También se invita a participar a algún otro pesebre de localidades vecinas. Mientras los adoradores desfilan, los tres reyes magos inician una caravana en auto y van visitando todos los pesebres del departamento de Tilcara junto a algún grupo musical folclórico.

En las celebraciones religiosas del mundo andino se entremezclan rasgos prehispánicos con elementos católicos construyendo, de esta manera, las características propias de la religiosidad andina, en las que la música y las danzas son las protagonistas de las ceremonias.

 

 

Fuentes: Guzmán, César (2013).Rezar adorando en la Quebrada de Humahuaca : los pesebres de Tilcara / Vargas, Noemí (2010). "Entre el cielo y la tierra: danzas rituales en el norte argentino".
Agradecimientos: Juan Ignacio Muñoz, Museo Regional de Pintura "José Antonio Terry"