Pepe Biondi, de niño acróbata a humorista inolvidable
Pepe Biondi, de niño acróbata a humorista inolvidable

Pepe Biondi, de niño acróbata a humorista inolvidable

Efemérides
José "Pepe" Biondi nació en Buenos Aires el 4 de septiembre de 1909. El actor Claudio Gallardou, gran admirador suyo, recuerda al cómico y habla de sus personajes, la influencia en su carrera y su legado artístico.

Pepe Biondi, el querido y recordado actor cómico, escribió un capítulo muy importante en la historia del humor argentino. Hijo de los inmigrantes napolitanos José Biondi y Angela Cavalieri, y el tercero de ocho hermanos, se crió en el seno de una familia humilde, primero en el barrio de Barracas y luego en Remedios de Escalada, en Lanús.

En 1934 se casó con la famosa cantante Zita Mora y fue padre de Margarita quien, casada con el actor Pepe Diaz Lastra, integrante de la troupe de Biondi, le dio dos nietos.


Pepe Biondi con sus nietos

El circo, su escuela

El circo fue su escuela pero también marcó su infancia, desde un lado cruel. Pepe tenía siete años cuando el circo Anselmi llegó a su barrio. Un integrante, el brasileño Juan "Chocolate" Bonamorte, lo vio haciendo morisquetas y acrobacias y pidió a su familia incorporarlo como aprendiz de acróbata. En su entrenamiento, y durante cinco años, sufrió golpizas que lo marcarían de por vida.

Pepe Biondi fisicoculturista 

Trabajó un tiempo de canillita hasta que Napoleón Seth, un payaso legendario, le propuso incorporarlo a su rutina y formar un dúo. Siempre prefirió las acrobacias. Al tiempo se encontró con Peter, un acróbata de escuela circense con quien recorrió varios escenarios de Buenos Aires y Montevideo.

Biondi y Dick, éxito y secuestro en Cuba

Recorriendo los circos conoció a Dick (Bernardo Zalman Ber Dvorkin), un inmigrante ruso con quien  dúo artístico a lo largo de veintitrés años, y con quien parodiaban espectáculos de catch. Un accidente en la columna le impidió seguir haciendo acrobacias. El dúo Biondi y Dick recorrió Hispanoamérica y España.

Biondi y Dick

En 1952 debutaron en la televisión cubana con un éxito rotundo que perduró años hasta que el dúo se disolvió. Ya solista, el 23 de febrero de 1958, Pepe Biondi fue secuestrado por un comando revolucionario, en el marco de un festival, y bajo el lema la noche que Cuba no debía reír. Los secuestradores lo dejaron en manos de un sacerdote, con instrucciones de entregarlo en la Embajada Argentina.

Pepe Biondi junto al actor mexicano Cantinfas 

Viendo a Biondi, el programa que marcó una etapa en el humor

Pepe Biondi debutó en la televisión argentina el 7 de abril de 1961. Fue con su programa “Viendo a Biondi”.

Humor transparente y simple, sketchs breves con reminiscencias circenses y un elenco integrado por Luisina Brando, Carmen Morales, Carlos Scazziota, su yerno Pepe Díaz Lastra, Mario Fortuna (h), María Esther Corán, Armando Quintana, Mario Savino, Lita Landi, Leonor Onis, en una propuesta que permaneció en el aire durante once temporadas logrando el mayor nivel de audiencia de la televisión argentina.

Muchos de sus personajes perduran en la memoria colectiva de varias generaciones, entre ellos, Pepe Galleta, el único guapo en camiseta; Pepe Curdeles, abogado, jurisconsulto y manyapapeles; y Narciso Bello, beldad de fama universal, mostraban personajes de la sociedad acompañados por las frases ¡Qué suerte para la desgracia!, ¡Qué fenómeno, m´hijo! y la clásica ¡patapúfete!

Luego de diversas complicaciones en su salud, Pepe Biondi falleció el 4 de octubre de 1975 a los 66 años.

Claudio Gallardou: "El humor de Pepe Biondi hoy sería muy sano y curativo"

Claudio Gallardou, dramaturgo, director, actor y clown, fundador del grupo La Banda de la Risa y exsubdirector del Teatro Nacional Cervantes, considera a Pepe Biondi un inspirador en su carrera.

-¿Cómo se origina el debut de Pepe Biondi en la televisión argentina?

-Nací en 1959, el año de la revolución cubana. Biondi estuvo muchísimos años trabajando en televisión en Cuba, haciendo Viendo a Biondi en la empresa de Goar Mestre. Cuando la revolución le expropia el canal de televisión a Mestre, se instala en Argentina y Biondi vuelve al país. Cuando Goar Mestre arma Canal 13 Proartel en nuestro país, vuelve a contratarlo para hacer Viendo a Biondi aquí. En Cuba él trabajaba con el actor José "Pepe" Díaz Lastra, que se casa con Margarita, la hija de Biondi. Vienen para Argentina y Diaz Lastra cumple el rol de maestro de pista de los sketches.

-¿Cómo surge tu admiración por Pepe Biondi y qué te atrajo de su humor?

-A los 6,7, 8 años veía Viendo a Biondi, cuando salía de la escuela. Yo vivía en Uruguay y, en esa época, el programa se veía allí. Siempre me gustaron los payasos y mucho más cuando esos payasos tenían la ingenuidad que tenía Biondi, además de ser graciosos. Biondi no era un payaso de nariz roja, no era el típico clown de circo, sino que era un cómico clownesco, un comediante que interpretaba personajes en sketches.

Hacía el jurisconsulto, el abogado trucho, Pepe Galleta, el novio que iba a pedir la mano de la hija, un montón de personajes. No era el típico número de circo de nariz roja, de un solo personaje que interpretaba las situaciones, sino que cada situación tenía un personaje que él interpretaba. Los libros los escribía él; eran de una enorme humanidad y eso era lo que más me atrapaba de su visión del clown. Me enamoraba su humanidad y su ingenuidad.       

-¿Cuál es el personaje que más recordás y el que te parece más popular?

-Sin ninguna duda Pepe Galleta. Me gustaba la desfachatez del personaje, la exaltación de su musculatura con esa remerita rayada, ese sombrero rancho al que se le levantaba la tapita y que decía patapúfete cuando terminaba. Era un engreído, y siempre esos personajes, de engreídos, me han resultado muy graciosos. El clown, su personaje, caricaturizaba criticando los errores, defectos, del hombre, del ser humano. Estaba Narciso Bello que se burlaba del ego y de la vanidad del personaje o el abogado trucho manypapeles que se burlaba, justamente, de lo incorrecto de esa clase social y esa cosa arrogante del hombre que entraba y le pegaba a todos; era como un superhéroe.

-¿Cuál es el legado que Pepe Biondi dejó a los cómicos de las generaciones que le siguieron?

-Tengo algunos líderes en mi formación como clown: Pepe Biondi; Luis Sandrini; José Marrone, con su impresionante picardía; y el "Negro" Alberto Olmedo, aún con sus transgresiones, con su machismo, que hoy sería horroroso ver la manera en que era tratada la mujer y la manera en que la mujer se dejaba tratar. Son esas cuatro banderas que siempre me han guiado hacia el humor clownesco y hacia encontrarme a mí mismo. En esa mezcla me fui buscando y me fui encontrando, entre esos también está mi papá, que era comediante y actor.

Pepe Biondi nos mostró una manera de humor que no conocíamos. Este comediante clownesco que interpretaba sketches, su honorabilidad, su oficio, el mensaje humanista en todo lo que hacía, en la crítica a todos los personajes que abordaba. Eso es una enseñanza para todos los que estamos en el tema. Sabemos que el género propio tiene esas características, que el clown observa los defectos del hombre y las virtudes del hombre. Para quienes estamos interesados en aprender de él, el legado es ver que exacerbó la humanidad del clown y siempre resaltó a nuestras figuras del deporte y la cultura. A sus programas iban invitados deportistas, actores, que participaban con él, era muy respetuoso con esa farándula seria y eso era bueno para el marco de su mensaje.

-¿Pensás que ese humor, inocente y payasesco, tendría la misma repercusión en el público hoy?   

-No sé si el humor de Biondi tendría la misma repercusión en estos tiempos, porque hemos cambiado. Pero podría lamentar que así no sea porque hemos cambiado pero no para bien. Tampoco me animo a decir para mal. El ejemplo está la vista. Si estamos encerrados, encuarentenados, escapando del virus, es porque hemos desbordado nuestra forma de vivir y nuestra manera de vincularnos.

Estoy seguro de que sería necesario para desinfectarnos un poco de la violencia de algunas plataformas. Tengo dos hijos, Nazareno, de cinco, y Amparo, de diez años, que están encerrados en mi casa y casi todo lo que hay en las plataformas para la edad de ellos es violencia. Me parece que estamos infectados de esa vanidad del hombre por ser más que el otro continuamente. Eso también tiene que ver, un poco, con el imperio que propaga ese mensaje.

Nos vendría bien que este humor de Pepe Biondi, que resalta y destaca defectos y virtudes del hombre, tuviera repercusión y que volviera su enseñanza. Está enmarcado en una ingenuidad que era acorde a esa época, donde la prohibición de la imagen tenía un nivel y hoy tiene otro. Hoy hay una especie de desborde. Su humor sería muy sano y curativo.

Motivado por su admiración por el cómico, Claudio Gallardou escribió el poema Viendo a Pepe, que recita así: 

"Viendo a Pepe" interpretado y escrito por Claudio Gallardou

*¡VIENDO A PEPE !  
¡Qué fenómeno, Mijo! 
Recuerdo las tardes después del colegio, un gran vaso de leche y un paquete de vainillas, 
la boca entreabierta de admiración, hipnotizado,  
y embelesado por la infinita gracia de quien estuve esperando todo el día.
Tan ansiado era que hasta me parecía cortito. 
Y ahí frente al televisor  ¡ lechuguita pa´l canario ! 
de guapo en camiseta a Narciso, de Curdeles al Andaluz
en un tour de caracteres entre cachetadas y cascadas 
brillaba el duende ingenuo de la risa que me mostraba un mundo igual, pero distinto. 
Lo simple siempre triunfaba y era el bueno el que ganaba.
Ni “Bonavena“  ni “Acaballo “ lo noquearon, 
ni “Díaz Lastra" ni “Zcaciotta “ lo acallaron. 
El, mejor que Batman, con su ingenio transgredía 
y de tantas piruetas que hacía, 
en un vuelo rasante y tiernamente a la “Brando“...Conquistaba 
 ¡ Anota Anita, Anita Anota ! 
Y en una esquina con farol y ramillete de piropos en lunfardo, 
verseaba creando carcajadas.  
Las chicas enamoradas suspiraban...
....suspiraban,
Y la suegra enfurecida con un palo lo aporreaba.
Y yo cosquillas en la panza y dolor en la quijada por la risa desbordada.
Otra vez el ángel poeta de aquel vagabundo que comía suela de zapato a la cacerola 
me hacía llorar, y ya no de risa, de amor ...me hacia llorar. 
Su poesía era simple pero verdadera, sencilla pero vital, ingenua pero indispensable.
Ahora se, que cuando el cielo ríe a borbotones, 
sos vos…  Pepe...!!
Que disfrazado de San Pedro o del mismo Tata Dios, 
dibujando el aire, patinas en una cáscara de banana 
que “el Capitán Piluso“ o  “Pepitito“ dejaron ahí tirada.
Y en un triple salto mortal te desparramas en una nube
y luego volas, levitas, te suspendes porque los payasos 
como los ángeles ...tienen alas.
Si todas aquellas cosas que nos forman a una edad temprana,
es nuestra historia. 
Si todo aquello que aprehendemos cuando niños 
es nuestra cultura.
Si todo lo que nos alegra de nuestro pasado es lo más genuino de nosotros mismos,
aprendamos a asumirlo y a protegerlo. 
Porque sino quienes seremos nosotros sin el recuerdo de aquel vaso de leche
de aquel paquete de vainillas después del colegio.  
Y de aquel genio, “El gran Pepe Biondi ”. 
Salía de su lámpara para hacer realidad todos nuestros sueños,
y ganar todas las batallas. 
Frotemos entonces... Frotemos esa lámpara amigos, 
y muy fuerte, a ver si algún día nos sorprende en una de sus humoradas
apareciendo otra vez  
Y nos regala un :          
¡ Patapúfete, Mijo...!
... ! Patapúfete ! 
¡ Gracias, Pepe...!
Por Tu Talento,
Por Tu Lealtad, 
Y por la “Margarita“ que plantaste en esta tierra.
¡Gracias, Pepe ...!
Autor: Claudio Gallardou
 
 
Fotos: Gentileza Claudio Gallardou . Archivo personal y archivo de la familia de Pepe Biondi.