Paula Hernández: “Los cortometrajes son como pequeños lugares de libertad donde puedo probar cosas"
Paula Hernández: “Los cortometrajes son como pequeños lugares de libertad donde puedo probar cosas"

Paula Hernández: “Los cortometrajes son como pequeños lugares de libertad donde puedo probar cosas"

Cine
Entrevistas
Directora y guionista de cine, Paula Hernández comparte su experiencia en la presentación online de "Las Siamesas" y las satisfacciones que le produjo que su film "Los Sonámbulos" haya sido seleccionado como representante de la Argentina en los Premios Oscar.

Paula Hernadez es directora y guionista de películas como Lluvia, Un amor y Herencias, que se pueden ver por CINE.AR PLAY. Su último film Las Siamesas, que cuenta con la actuación de Rita Cortese, Valeria Lois y Sergio Prina, fue presentado recientemente en la selección no oficial de la edición 35° del Festival de Cine de Mar del Plata. Además, su anterior película Los Sonámbulos, protagonizada por Érica Rivas y Daniel Hendler, fue premiada como Mejor Dirección y Mejor Película de Ficción en los Premios Sur de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina y elegida para representar al país en la categoría de Mejor Película Internacional de los Premios Oscar

A continuación, Hernández cuenta cómo fue que decidió dedicarse al cine, de qué manera desarrolla su narrativa, su percepción ante esta nueva modalidad de presentaciones online, y qué sensaciones le trajo la noticia de la elección de Los Sonámbulos para representar a la Argentina en los Premios Oscar. 

 

 

-¿Quiénes fueron tu inspiración a la hora de decidir estudiar la carrera de Cine? 

-Ninguna influencia ni inspiración. Creo que lo fui encontrando a medida que fui haciéndolo. En principio, cuando terminé la escuela secundaria, estudiaba Ciencias de la Comunicación, teatro y hacía un taller de escritura en paralelo. En un momento, me salió un trabajo de traductora, hablo muy bien inglés, y asistente de un director de arte inglés para una película llamada Naked Tango, que produjo GEA, la productora de Maria Luisa Bemberg y Lita Stantic. Ahí empecé a trabajar en cine como en un lugar así, corrido, más que nada traducía y estaba de asistente de esta persona. Entonces comencé a interesarme en lo que tenía que ver con el cine y decidí pegar el volantazo, dejar Comunicación; me anoté en la Universidad del Cine. Los primeros años trabajé en producción y después empecé a perfilar, a los veintiuno, a la dirección. Pero no es que hubo algo que me dijo "es por acá"; más bien fue como pasa los diecinueve años, que vas medio buscando, de golpe se te abre una luz y vas por ese lado.

 


Paula Hernández. Gentileza de goldenglobes.com

 

-¿Qué clase de historias querías contar cuando comenzaste y cuáles te interesa contar ahora?

-Lo que uno va haciendo, filmando y escribiendo corresponde a determinados momentos de la historia personal de cada uno. En principio, me parece que era más como la curiosidad de ver cómo se hacía para sostener un pequeño relato. Esos fueron los primeros años en los que hice cortos y cambió con el primer largo. Después de haber hecho varios cortos empezás a tener la necesidad de poder desarrollar las líneas argumentales con más profundidad donde no sólo sea una idea, sino que se pueda ahondar en algunas de esas cuestiones. La primera película fue una que escribí en el año '99 que se llama Herencia, que un poco surgió de esa necesidad y al mismo tiempo de dos cosas puntuales. Un disparador fue que se había muerto mi abuela, con quien yo tenía una relación muy profunda, y muchas preguntas que nunca le había hecho; y el otro disparador fueron los bares, espacios que yo habitaba mucho porque me gustaba la cotidianeidad que se daba en esos lugares. Las películas Lluvia, Un amor, Las Siamesas y Los Sonámbulos fueron correspondiendo un poco a problemáticas que tenían que ver con cuestiones que me iban pasando, con preguntas que me hacía, incertidumbres, en general relacionado con lo vincular o con la posibilidad de saber quién es uno en relación a la pareja, la familia, la identidad. Eso fue como acompañando el proceso. Creo que entre Un Amor, Herencia y Lluvia cierra un momento y Sonámbulos diría que habilita otro momento de la narrativa. 

 

-¿Cuáles son esos momentos que mencionás o a qué refieren?

-Vienen acompañados de cuestiones que van más allá de lo cinematográfico y que tienen que ver con la vida misma y con la maduración. Las primeras tres películas ahondan más en personas que están buscando quiénes son o cuáles son sus deseos y que tiene quizás una mirada un poco más luminosa. En el otro caso, habilita a lugares un poco más contradictorios, donde está lo luminoso pero también hay algo que tiene que ver con los pliegues más oscuros de los vínculos, de los secretos familiares, de las cargas de todo eso, que tiñe de alguna manera a los personajes. En las primeras tres películas, en general, son personajes más solos, son individuos; en las otras dos películas empieza a ahondarse un poco más el universo vincular y familiar. Además, viene acompañado de una idea más clara sobre qué quiero filmar, cómo filmarlo y con qué esquemas de producción. Salvo en Herencias, en las otras películas abandoné la producción. A partir de Los Sonámbulos y Las Siamesas vuelvo a ser productora de mis propios trabajos, por lo tanto eso moldea el esquema de rodaje, y el esquema narrativo donde me quiero mover. Hay decisiones que son puramente propias y que van acompañadas de una determinada forma de narrar. 

 

-Comenzaste tu carrera realizando cortometrajes, un formato que seguís eligiendo, ¿hay algún motivo en concreto para esto o simplemente se va dando así?

-En principio, los cortos son más fáciles de producir que las películas. Uno puede tener una idea y con poco, mucho o nada de dinero, resolverlo. Es menos tiempo y tiene un formato que te habilita a la experimentación, como a buscar lenguaje, a probar cuestiones que tengan que ver con la actuación, con la tecnología. Me parece que te da la posibilidad más libre sin el peso de una película, que requiere todo un entramado más grande de producción, realización, distribución y difusión; son muchos años de sostenerlo. Entonces los cortometrajes para mí son como pequeños lugares de libertad donde puedo probar cosas. Además me gusta mucho como formato, la idea de encontrar en poco tiempo una síntesis, es algo que me interesa también, tiene un lenguaje propio. 

 

 

-Tus relatos narran en gran medida el tema de la falta de comunicación desde una perspectiva de género muy pronunciada. ¿Fue cambiando la forma en la que decidís narrarlos?

-Creo que en Los Sonámbulos y Las Siamesas, puntualmente, uno puede encontrar estas cosas. Siento que habilitan un lugar distinto para mí, de pensar el universo familiar con todo lo maravilloso y lo pesado que también tiene la vida familiar. Una frase del escritor Fabián Casas que a mí me encanta, dice: “La familia es una patología que llevamos a cuestas”. Entonces creo que ese lugar habilita no sólo a pensar en la parte bonita que tiene una familia, sino todas las cosas silenciadas, que tienen carga, mochilas que uno va arrastrando, con mandatos y cómo uno empieza a nadar dentro de esas aguas. En Los Sonámbulos se habla de eso, de una familia muy ritualista, muy endogámica y muy patriarcal en algún sentido, en donde los distintos personajes de la familia están como desacomodados dentro de su propia historia y dentro del contexto. Hay dos mujeres, que son la madre y la hija, quienes llevan adelante este punto de vista y nos permite poder pensar la feminidad y la vida de una forma diferente. Eso es lo que ocurre entre silencios, acumulacion de tensiones y pequeñas violencia cotidianas. De alguna maneraLas Siamesas recoge algo de eso, también son una madre y una hija en donde hay muchas cosas guardadas, silenciadas, y pases de factura históricas. A veces no es tan importante lo que se habla, sino lo que se acumula, como algo del estado, de momentos, donde aparece la oscuridad del universo familiar en las películas. Creo que son protagonistas mujeres quienes están intentando poder verse de otra manera, repensarse en relación a lo masculino y en relación a ellas mismas.

 

-Tu nueva película Las siamesas se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. ¿Cómo experimentaste esta modalidad de ver historias mediante plataformas online?

-Las Siamesas sólo tuvo su estreno dentro del Festival, todavía no tuvo su estreno comercial. Lo ideal sería poder acceder a una sala. Así que ese es el objetivo, vamos a aguantarlo lo más que podamos. Lo online trajo cosas buenas; a muchas películas independientes les permitió una posibilidad de estar visible. Cuando estrenás en la sala durás una semana y quedás fuera de circuito. En ese sentido, se abre una gran puerta para muchas películas. Creo que vale la pregunta de si todas las películas son para ser estrenadas en el cine o si para algunas es mejor ir directamente a la plataforma. Las Siamesas no fue pensada de esa manera, fue pensada para las salas, pero veremos cómo encuentra su vida si le toca de forma online. Me pasó, por ejemplo, con Los Sonámbulos que veníamos de hacer un gran recorrido presencial y la última etapa, cuando todavía le quedaban muchas vueltas a la película, fue online y para mí fue una alegría porque fue la forma de que la película siguiera en circulación y estuviera viva. Toda esta situación de la pandemia nos obligó a ver cine de otra manera y, como todo lo que ocurrió en la pandemia, creo que sirve para repensar el futuro. Hay muchas cosas que funcionaron bien y otras que, de forma insoslayable, necesitan el cuerpo y la presencia. Me parece que todavía estamos revisando qué va a quedar y qué va a modificar todo esto. 

 

 

-¿Cómo recibiste la noticia de la selección de Los sonámbulos por parte de la Academia Nacional de Cine?

-Fue una alegría en principio sentir que se votó una película puramente independiente que no tiene una estructura grande atrás, ni de grandes productores, ni de distribuidoras, ni de canales de televisión, ni de plataformas. Eso fue como un reconocimiento al trabajo que hicimos todos nosotros, y me alegra muchísimo. Fue muy sorpresivo, justamente, por eso mismo, por lo que se vota en general. Y a partir de ahora es un camino a recorrer que estamos empezando a ver cómo se transita, que es bastante largo y difícil. Son muchas películas, pero esto ya de por sí abrió puertas para Los Sonámbulos, que estuvieron muy buenas. Estoy y estamos muy contentos con eso.