Para Elisa, historia de una partitura perdida
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A 296 años de su nacimiento, enterate cómo este descendiente de artesanos se convirtió en un pensador que influenció, desde el siglo XVIII, a todo el campo cultural e intelectual occidental.Como probablemente sucedió con muchas obras maestras que nunca fueron publicadas, Para Elisa parecía estar destinada a formar parte de este conjunto invisible de piezas que nunca conoceremos. Fue una decisión del propio autor, Ludwig van Beethoven (1770 -1827), el alemán que compuso la bagatela en 1810, y que por algún motivo decidió dejarla inconclusa. "A veces uno tiene en la imaginación que un compositor se sienta, escribe de principio a fin una obra y luego la publica, y no es así. Beethoven probaba mucho, tenía muchos bocetos", cuenta Marcelo Balat, solista titular de Piano y Celesta en la Orquesta Sinfónica Nacional y profesor de la Licenciatura de Piano en la Universidad Católica Argentina (UCA).
"La pieza se publicó en 1867, como cuarenta años después de la muerte de Beethoven. Llegó a nosotros a través de un jóven musicólogo, Ludwig Nohl, que encontró esta reliquia en los cuadernos del compositor", agrega el pianista argentino.
-¿Cómo se transformó en la melodía más famosa del mundo?
-Nohl encuentra los manuscritos cuando se estaba publicando la obra integral de Beethoven. Estaban en posesión de Therese Malfatti von Rohrenbach, una alumna y amiga del compositor, con quien aparentemente existió una propuesta de casamiento. Pero no se concretó y ella se terminó casando con otra persona.
Marcelo Balat, solista titular de Piano y Celesta en la Orquesta Sinfónica Nacional y profesor de la Licenciatura de Piano en la Universidad Católica Argentina.
Según nos cuenta Ludwig Nohl, ella tenía este manuscrito, con una anotación firmada el 27 de abril, que supuestamente decía: “Para Elisa, en recuerdo de Ludwin van Beethoven”. Esto es lo que llegó a nuestros días, aunque el documento que encontró el musicólogo se perdió, es decir que nunca se pudo encontrar ni nadie lo pudo siquiera ver. Así que únicamente sabemos lo que Nohl nos contó.
-¿Eso generó dudas?
-Generó conjeturas, porque la propia Theresa no recordaba a ninguna otra Theresa. Tampoco se sabía quién era Elisa, y entonces algunos especulaban que pudo haber sido un error de comprensión de lectura, porque Beethoven no era especialmente prolijo para escribir. Se decía entonces que quizás Nohl leyó mal, y en vez de Elisa decía Theresa.
También existía la posibilidad de que fuese un juego del músico. A Beethoven le gustaba jugar con el nombre de la gente y los daba vuelta. O tal vez era para Theresa, y Elisa era una forma cariñosa de llamarla. Hay varias posibilidades.
-¿Cómo sabemos entonces que la pieza pertenece a Beethoven?
-Mucha gente también especulaba con la posibilidad de que quizás esta obra no fuera de Beethoven. Pero sí sabemos que el material es suyo, porque lo que sí tenemos son sus cuadernos con ejercicios para pianos y bocetos de obras que iba escribiendo. Se sabe que él trabajó sobre esta obra alrededor de 1810, quizás un poco antes o un poco después, y que fue vuelta a revisar en sus últimos años, con la idea de agregarlo quizás a un set de Bagatelas, opus 119, tal vez para cerrar ese conjunto de obras. Pero bueno, tal vez por algún motivo descartó esta idea.
La prueba es un boceto con piezas, que son una especie de rompecabezas que incluía Para Elisa, pero no armada como la conocemos nosotros hoy en día.
Retrato hecho por Joseph Karl Stieler.
-¿Cómo llegamos a la pieza que hoy conocemos?
-Se especula con que Ludwig Nohl haya armado una composición con estas partes, que efectivamente son de Beethoven.
-¿Por qué se popularizó tanto?
-Para Elisa es una de las piezas más populares que hay en el mundo de la música clásica, o mejor dicho, en el mundo de la música de las piezas para piano. Creo que es difícil encontrar a alguien que no la haya escuchado alguna vez: el que no la escuchó en piano, o no la tocó, seguramente la ha escuchado alguna vez en una película, en una serie, en un ringtone de celular, en el sonido de espera de las llamadas telefónicas o incluso en dibujitos animados. Si uno busca en Tom y Jerry seguro la encuentra.
Pero más allá de eso, pienso que Para Elisa se hizo muy popular por ser una pieza simple para empezar a estudiar música, porque si bien es una pieza que tiene tres partes (y la más popular es la primera), es bastante simple de tocar porque se intercalan las manos, y al no tener que tocar las dos al mismo tiempo la cuestión se vuelve más simple.
Therese Malfatti, la supuesta Elisa.
Las otras dos partes de este rondó (el tema famoso es el primero, que vuelve en el segundo y también cierra en el tercero), son más complicadas de tocar, y por eso es problable que no sean tan conocidas. Pero además de esa simpleza, la pieza es muy bonita, y tiene atrás al gran autor que es Beethoven.
-¿Qué lugar ocupa Beethoven en el universo de la música?
-Es sin lugar a dudas uno de los grandes compositores de todos los tiempos. Quizás es difícil ponerlo en términos de que sea mejor que o igual a, porque hay otros compositores que también hicieron aportes fundamentales a la música. Sin ir más lejos Mozart (cronológicamente cerca) hizo un gran aporte con su estilo, lo mismo Bach y no hace falta irse para atrás, también muchos compositores que lo sucedieron.
Beethoven fue un revolucionario en todo sentido, a diferencia de muchos otros compositores de su tiempo, revolucionó muchas cuestiones ligadas a la música y también con sus ideales, era un revolucionario y creía en los valores de la Revolución Francesa.
Agosto de 2018. Marcelo Balat en el piano, acompañó a la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional José de San Martín, dirigida por Mario Benzecry.
En términos musicales expandió las formas que heredó del clasicismo, las llevó más allá. Un ejemplo son las sinfonías. Las nueve que compuso son muy conocidas y durante mucho tiempo fue muy difícil para otros compositores trabajar sobre la sinfonía, precisamente porque estaba el peso del aporte que había hecho Beethoven. ¿Cómo escribir una sinfonía después de Beethoven? Eso fue todo un tema para muchos compositores alemanes, incluso para Johannes Brahms.
Fue un adelantado en su tiempo, pienso que eso ha hecho que trascienda. Generó un aporte que permitió llevar más allá la tradición del clasicismo. Muchas veces se habla de que Beethoven es puente entre el clasicismo y el romanticismo, yo creo que algo de eso hay.
-¿Quedó algo por decir?
Beethoven es tan importante, más allá de lo histórico y todo lo expresado, porque su música interpela directamente al oyente y a todo nivel. Es una música totalmente sutil, que conmueve y nos afecta emocionalmente. Eso hace que sus obras sean tan cautivantes.
-¿Qué compositores argentinos recomienda?
-Compositores de música clásica argentina hay muchísimos y de diferentes estilos. Los más conocidos pienso que son, en el ambito internacional, Alberto Ginastera, con obras que forman parte del repertorio universal, y que lo conocen en todo el mundo; Carlos Guastavino, desde ya, Astor Piazzolla, sin dudas, y después Alberto Williams, y un montón de otros compositores de diferentes épocas.
Nuestro país es joven, así que nuestra música de alguna manera también lo es. José Castro se me ocurre también, y compositores de estos últimos tiempos que están haciendo una muy buena carrera y tienen una gran proyección, como el caso de Esteban Benzecry, que tiene muy buena música, o el joven Alex Nante. Pienso que son músicos sumamente interesantes.