La cultura como factor económico: debate en el MICA 2015
La cultura como factor económico: debate en el MICA 2015

La cultura como factor económico: debate en el MICA 2015

La directora nacional de Industrias Culturales y los economistas Aldo Ferrer y Andrés Asiain analizaron el valor productivo de la cultura

La mesa de reflexión "Cultura y economía", de la que participaron la directora nacional de Industrias Culturales, Natalia Calcagno, y los economistas Aldo Ferrer y Andrés Asiain, fue una de las actividades destacadas en la primera jornada del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA), que comenzó el jueves 3 de septiembre y se realiza hasta el domingo 6 en el Centro Cultural Kirchner, con entrada libre y gratuita.

El encuentro contó con la moderación de Gerardo Sánchez, investigador y coordinador de la Cuenta Satélite de Cultura, trabajo conjunto que, desde 2008, realizan el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y el Ministerio de Cultura de la Nación, con el objetivo de visualizar el valor estratégico de la cultura.

“Hace unos diez años, no se pensaba a la cultura como factor económico”, sostuvo Calcagno y agregó: “Venimos intentando pensar la política cultural desde el sector productivo, y este panel se propone reflejar esa reflexión”.

“Los análisis nos fueron llevando a un diagnóstico –reveló Calcagno–, donde se aprecia una concentración en el ingreso cultural. Pero también advertimos que lo que se comercializa es un derecho, que está atado a la diversidad. Y la diversidad es condición necesaria para el pleno ejercicio de la cultura”.

La directora nacional analizó que “en la concentración está la rentabilidad y en la diversidad parecería que no”. “Es entonces el Estado el que tiene que intervenir para regular y participar de un mercado, para garantizar a todos los ciudadanos la diversidad”, afirmó.

Por su parte, Asiain propuso que el desafío “es plantear el tema de las industrias culturales en términos de una política de desarrollo nacional, frente a lo que es la hegemonía de los centros mundiales”.

El director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz mostró su preocupación por la penetración cultural en América Latina. “Uno de los grandes ejes de discusiones económicas del desarrollo –aseveró– tiene que ver con que los países de la periferia, como la Argentina, que no dominan el mundo, tienden a importar pautas culturales y de consumo de los países del primer mundo”.

Por tal motivo, Asiain consideró que hay que plantear el debate en pos de un desarrollo de la industria cultural local a partir de dos ejes: “Por un lado, cómo enfrentar la concentración a nivel global, y todas las desigualdades que implica esto. Y, por el otro, cómo crear una industria cultural interna muy fuerte, que logre darle un mercado a la cultura nacional, pero que dé lugar a la diversidad popular, a la riqueza de la cultura en sus distintas formas”, desglosó.

En tanto, Ferrer se preguntó si las condiciones necesarias para las industrias culturales son muy distintas de las necesarias para el desarrollo de otras industrias materiales. “Creo que no, que son básicamente los mismos elementos condicionantes, por ejemplo, la inclusión social”, opinó en respuesta.

Para el economista, “no es concebible un gran desarrollo de las industrias culturales sin movilizar el talento creativo que hay en cada ser humano”. “Cuando las sociedades excluyen el acceso cultural a la mayor parte de la población, esto le quita un potencial de oferta fenomenal”, añadió.

El prestigioso economista aseguró, además, que en la medida en que el país no tenga una fuerte impronta nacional en la construcción de las industrias culturales, “se degrada lo que es una ventaja competitiva fundamental que tenemos en América Latina: nuestra extraordinaria riqueza cultural”. “En cierto sentido, podemos decir que en el campo de la cultura somos una potencia mundial”, razonó.

El exembajador argentino en Francia apuntó que otra condición para el desarrollo cultural “es la solidez de las instituciones: la libertad, la capacidad de expresarse en un sistema estable y democrático”.

“En la Argentina, estamos en un buen momento para el desarrollo de las industrias culturales” –manifestó el autor de “Vivir con lo nuestro”–. Hay inclusión social, tenemos la impronta de una identidad nacional y hemos afirmado la democracia. Y, por último, tenemos pensamiento crítico, del cual esta mesa es una expresión.

“Las circunstancias actuales abren un escenario muy rico para las industrias culturales”, concluyó Ferrer.

La tercera edición del MICA, impulsada por el Ministerio de Cultura de la Nación, organiza más de treinta mil rondas de negocios para emprendedores, además de conferencias magistrales, charlas, talleres, exhibiciones, tienda de productos, una jam de escritura, presentaciones artísticas y actividades infantiles, con entrada libre y gratuita.

Participan del encuentro unos 4500 inscriptos de todo el país y del exterior, entre compradores y vendedores de los sectores editorial, audiovisual, artes escénicas, música, videojuegos y diseño, cifra que duplica el número de participantes de 2013.

Las principales actividades programadas pueden seguirse en vivo vía streaming ingresando en www.cultura.gob.ar.