Catherine Millet y su visión sobre el arte contemporáneo
Catherine Millet y su visión sobre el arte contemporáneo

Catherine Millet y su visión sobre el arte contemporáneo

La escritora y curadora francesa ofreció una conferencia en el Centro Cultural Kirchner, a la que asistió la ministra Teresa Parodi

La escritora, crítica y curadora de arte francesa Catherine Millet brindó una conferencia el miércoles 23 de septiembre en el Centro Cultural Kirchner (CCK), con entrada libre y gratuita, donde repasó distintos aspectos de su trayectoria y ofreció algunas impresiones sobre arte contemporáneo, en diálogo con la historiadora María Teresa Constantín.

En la charla, que fue organizada por el CCK y la Embajada de Francia en la Argentina, estuvieron presentes entre el público la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi; su jefa de Gabinete, Verónica Fiorito; y la coordinadora general de Artes Visuales del CCK, Liliana Piñeiro; junto con otras autoridades diplomáticas.

Millet, figura clave en el campo de la cultura francesa e internacional, ha cobrado notoriedad en los últimos años por ser autora de novelas autobiográficas como “La vida sexual de Catherine M.” y “Celos”, que vendieron más de tres millones de ejemplares en el mundo y fueron traducidas a más de cuarenta idiomas.

Constantín, sin embargo, eludió el lugar común e invitó a Millet a contar sus experiencias en el mundo de las artes visuales, que conoce desde muy joven, cuando fundó con un grupo de amigos la prestigiosa “Art Press” en 1972. “La revista fue creada en una atmósfera cargada de sueños y utopías, luego del movimiento de mayo de 1968 –recordó la actual directora de la publicación–. Era un momento muy combativo”.

“Desde 1980 somos una revista autofinanciada –explicó Millet–. Somos bastante pobres, pero somos la revista más libre del mundo”.

La ensayista detalló que uno de los objetivos de “Art Press” es “seguir la actualidad con una mirada crítica”. Y agregó: “Hoy algunos coleccionistas son financieros y se rigen por criterios únicamente económicos. Por eso, desde nuestra revista, intentamos asumir un papel de cierta vigilancia crítica sobre el mundo del arte”.

Millet también se refirió a sus trabajos como curadora en la Bienal de San Pablo en 1989 y en la de Venecia en 1995, donde representó a distintos artistas franceses, como Yves Klein, Alain Jacquet o el escultor César Baldaccini.

En cuanto a la producción actual de arte contemporáneo, la entrevistada resaltó “la extraordinaria dimensión que han tomado el videoarte y el documental” y mostró algunas imágenes del trabajo de los artistas Anri Sala, Clarisse Hahn, Clément Cogitore y Eric Rondepierre. “Son jóvenes que toman riesgos y experimentan en el campo del cine, con medios que vienen de su formación como artistas plásticos”, apuntó.

“También hay una interacción interesante entre la literatura y el arte contemporáneo”, opinó Millet, quien destacó las performances de creadores como Jean-Yves Jouannais, Alexandre Singh, Thomas Hirschhorn o Dominique González-Foerster.

Luego, Constantín ofreció al público la oportunidad de hacer preguntas, y la primera inquietud hacia Millet fue su impresión sobre el arte argentino actual. La francesa explicó que hace pocos días había visitado una muestra en la Maison Rouge de París, donde se exhibieron obras de 60 artistas argentinos. “No soy especialmente feminista –aclaró– pero me interesaron las mujeres que trabajaron en esa exposición, como Nicola Costantino, Eugenia Calvo y Marisa Rubio”.

La autora francesa también intentó derribar ciertos mitos acerca de la idea del autor solitario. “Cada vez hay más artistas que necesitan trabajar con otros artistas –dijo–. Hace poco fui a un festival de marionetas, y los titiriteros me explicaron que ellos dependían también de quienes hacen los muñecos, los trajes, el escenario: hay todo un trabajo colectivo. Y eso está muy lejos de la imagen del artista aislado, encerrado en su estudio”.

Sobre el final, Millet entregó una última definición sobre el papel de los creadores en la actualidad: “No creo que el artista deba tener un rol educativo. Su tarea es enseñarnos a desaprender algo, a plantearnos dudas”.