“Mudanzo” visitó la Casa de la Cultura de la Villa 21

Cuando la cámara se prende, comienzan los 15 segundos de libertad para que el cuerpo se mueva como le plazca. Bailar, danzar, saltar, bambolearse, jugar en la escalera, en el baño, en el medio de la calle, en la biblioteca, en el auditorio... en donde a cada uno le parezca. “En el proyecto Mudanzo, las y los participantes son las personas que se animan a bailar frente a la cámara y en el lugar que más le guste. No hay escenografía, no hay bailarines profesionales, sino todo aquel que tenga ganas de soltarse y bailar, siguiendo dos mínimas reglas”, explica Cecilia Meza, bailarina, docente, coreógrafa y una de las cuatro integrantes del colectivo Mudanzo.

Mudanzo es uno de los proyectos seleccionados en la convocatoria Factoría en Danza, que premió a las propuestas innovadoras que contemplaron el cruce de disciplinas y la hibridación de lenguajes artísticos. (Mirá la nota de los ganadores de la primera edición del concurso).

(Foto: el colectivo Mundanz está formado por Cecilia Mazza -Directora y Coreógrafa-, Adam Sosinski -Director y Realizador Audiovisual-, Constanza Zarnitzer -realizadora audiovisual y productora artística- y Melina Constantakos, Directora de Fotografía).

Otras de las integrantes del cuarteto, Constanza Zarnitzer, realizadora audiovisual y productora artística en del proyecto, y Melina Constantakos, directora de fotografía, agregarón que “en Mudanzo, se cruza el lenguaje audiovisual y el lenguaje de movimiento. Tiene un formato infinito, porque si bien tiene una apertura y un cierre, se va encadenando en la unión de una persona con otra, cada una generando un fragmento de videodanza, poniendo el cuerpo y las ideas en acción frente a cámara, y de esa misma idea surgen múltiples versiones. Su concepción es análoga a la de un cadáver exquisito”.

Mudanzo, en la Casa de la Cultura de la Villa 21

“Lo más importante es divertirse, tener sensaciones, que te salgan pasos de la nada, moverte como se te dé la gana”, comenta una de las participantes del Taller de Bachata, que se realizó en la Casa de la Cultura con Mudanzo como invitado especial.

Los disparadores parecían inspirados en María Elena Walsh: “imitar cómo baila un mono”, “caminar como un astronauta”, “bailar como si se estuviese dentro de un río”. Melina, Constanza y Cecilia entran en calor y se preparan para salir a escena. Entonces, cada participante elige su lugar y empieza bailar durante 15 segundos.

La única regla: mantener hasta el final el movimiento con las indicaciones de las talleristas. Luego, llegó el momento de los celulares, que registraron los movimientos, para que todos puedan replicar la experiencia y hacer sus propios mudanzos en sus casas, en su escuela, en su cuadra y en su barrio.

“Nos parece muy interesante hacer un Mudanzo en la Casa de la Cultura, porque muchas veces la danza o ciertas artes quedan en el “nicho” y no se abren a otros espacios. Poder desarticular esa idea, trabajar en un proyecto que no busca ningún tipo de cuerpo o movimiento específico, ningún tipo de edad o pertenencia, y que se realiza con elementos cotidianos, genera que aparezcan cuestiones más frescas dentro de una propuesta abierta, creativa, que no tiene un solo autor, sino una multiplicidad de intérpretes”.