"Movimiento Justicia Museal", un proyecto de acción artística con fines de intervención social
"Movimiento Justicia Museal", un proyecto de acción artística con fines de intervención social

"Movimiento Justicia Museal", un proyecto de acción artística con fines de intervención social

Museos
Nuevas realidades necesitan de nuevos proyectos para deconstruir la idea de que los museos son para un único tipo de público. La educadora de museos Johanna Palmeyro nos habla de su último proyecto, orientado a la ruptura de dichos mandatos.

Desde el Museo Casa Ricardo Rojas se vienen llevando a cabo proyectos y cursos para la diversidad de públicos, tales como Al museo en pijamas, Las personas marrones indígenas en el arte. Una mirada crítica a las representaciones y arquetipos, Repensando la cultura nacional: conversación con la Unión de Trabajadores de la Tierra. Además, continúa la convocatoria Dale vida al logo en conjunto con Identidad Marrón. Las obras que reciba el museo formarán parte de una intervención en la fachada durante este mes de noviembre. 

 

La co-coordinadora del Área de Museología y Comunidades en el Museo Casa de Ricardo Rojas, Johanna Palmeyro, nos cuenta sobre su nuevo proyecto personal, Movimiento Justicia Museal.

Palmeyro es Licenciada en Museología y Gestión del Patrimonio Cultural (UMSA), arte educadora y artivista. Obtuvo la Beca de Formación del Fondo Nacional de las Artes (FNA) para realizar una residencia en 2019 con el equipo de Educathyssen del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, donde se desempeñó en proyectos de géneros y accesibilidad. Previamente trabajó en la Dirección Nacional de Museos como asesora en proyectos educativos. Le interesan los proyectos que desdibujan los límites entre la curaduría, la educación, la museografía, la accesibilidad y el trabajo comunitario. 

 

 

-¿Cuál es el origen del proyecto "Movimiento Justicia Museal"? 

-Este proyecto de artivismo surge en pandemia a raíz del cierre repentino de todos los museos y la necesidad de reflexionar sobre la poca cantidad de gente que los frecuentaba cuando estaban abiertos. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumos Culturales (SINCA, 2017) sólo el 12,5% de la población frecuenta museos en Argentina. 

Empecé haciendo una intervención digital sobre una fotografía de la fachada del Museo Nacional de Bellas Artes con la frase “Los museos son para todes pero solo una elite lo sabe”, soñando con que algún día esa frase estuviera realmente colgada en la fachada. Inspirada en una frase de la artista Dora García, con el espíritu de la gráfica de los afiches de Juan Carlos Romero y con la desobediencia de Liliana Maresca me animé a este primer afiche digital. 

El artivismo, heredero del arte urbano, del situacionismo y del grafitti, es un término acuñado globalmente en el siglo XXI, basándose en la recuperación de la acción artística con fines de inmediata intervención social. 

 

-¿Cómo llega este proyecto al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires? 

-Después de conversar con el colectivo Identidad Marrón en un taller virtual que dieron en el canal de Youtube del Museo Casa de Ricardo Rojas, me quedó dando vueltas un concepto que mencionó uno de ellxs en referencia a las barreras invisibles que impiden el acceso a los museos. Llamó a esto “puertas de cristal” y así fue que hice una foto intervenida con la fachada del museo adentro de una caja de emergencia con la consigna “rompa el cristal”.

Unos días más tarde me llamó Ayelén Rodríguez, coordinadora del área de Comunidades del Museo de Arte Moderno. Junto con María Carri y Victoria Boulay me propusieron hacer una serie de afiches en el marco de la semana del racismo que estaba aconteciendo en las redes sociales del Moderno. Titulamos a esta acción “Por favor rompa el cristal”. Los afiches los pensamos para que puedan descargarse y circular por redes sociales, reuniones, espacio urbano. También forman parte de un cuadernillo específico para docentes y ya hay algunas docentes que me escribieron para usarlos con sus alumnxs. 

Podés descargar los afiches en este link.

 

-¿Cómo fue el trabajo con Taller Fina estampa?

-Tenía ganas de materializar los afiches digitales con la frase “Los museos son para todes pero solo una élite lo sabe” con la idea de ir y pegarlos en las calles, específicamente cerca de los museos más hegemónicos de Buenos Aires a modo de denuncia. La llamé a Mariana Gayoso, una artista increíble, con quien trabajamos con la convicción de que los museos y el arte son para todas las personas. A ella la conozco desde 2013 cuando trabajamos juntas en el área de educación del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires. Es artista visual especializada en gráfica y desde 2015 dirige su Taller Fina Estampa, ubicado en Chacarita. Es un espacio autogestionado que tiene como propósito el encuentro y el intercambio de artistas en torno al arte impreso. 

 

Gracias a la acción de salir a pegar a las calles se empezó a correr la voz y me escribieron compañeros de distintas provincias, varios países hermanos latinoamericanos y compañeros de España para pegar los afiches por sus ciudades y ahora estamos viendo la forma de que el Movimiento Justicia Museal sea federal y transfronterizo. 

 

-¿Cuál es el mensaje que querés transmitir y cuál es tu destinatario principal?

-Los museos tienen una deuda social con el 90% de la población que no los frecuenta. Desde lo discursivo no se deja de repetir que los museos son para todas las personas, pero en la práctica los números no mienten. No basta con instalar rampas, poner carteles de baños unisex y audioguías en 45 idiomas.

Necesitamos incorporar una mirada decolonial y antirracista. Necesitamos escuchar lo que pasa en las calles y construir nuevas memorias. Dar la palabra. Mientras sigamos apelando a los intereses de una clase dominante, no vamos a dejar de ser lugares para élites.

Al mismo tiempo me interesa visibilizar una lucha que venimos teniendo desde adentro de las instituciones museísticas quienes trabajamos en áreas educativas, de accesibilidad y de comunidades -áreas históricamente invisibilizadas- que ponemos el cuerpo todos los días para revertir esta situación, que salimos de la endogamia y trabajamos de forma colectiva con poblaciones diversas, pero no es suficiente con voluntades individuales sino que es necesario tanto un acompañamiento con políticas públicas accesibles e inclusivas como el reconocimiento de nuestro trabajo.

-¿Qué acciones se están llevando a cabo desde el Museo Rojas para esta idea de “Decolonizar la mirada”?  

-En el Rojas estamos en pleno desarrollo de Voces de la Casa, en conjunto con la Asociación Civil Lengua Franca. Se trata de un proyecto de accesibilidad que abarca tanto la museografía como los programas públicos donde invitamos a la comunidad a través de distintas propuestas para participar de la construcción de un nuevo relato, en defensa de una sociedad más justa y diversa. Trabajamos en colaboración con distintas organizaciones, colectivos e instituciones como la Unión de Trabajadores de la Tierra, el Centro de Arte Sonoro (CASo) e Identidad Marrón. Todas las propuestas que desarrollamos están en lectura fácil y cuentan con interpretación en Lengua de Señas Argentina (LSA) para que más personas puedan acceder. 

Un gran desafío que vamos a tener para el 2021 es conservar el alcance federal e internacional que generamos con nuestras propuestas virtuales y accesibles. Logramos diversificar y ampliar nuestros públicos. 

 

 

-¿Qué opinás de las actividades que se están llevando a cabo en los museos del mundo, a partir del uso de las redes sociales y orientadas a un público joven que no suele ser el principal visitante?  

-Pienso que todo suma, pero que no hay que caer únicamente en el exitismo de las redes sociales ya que es efímero. El verdadero desafío está no sólo en captar la atención, sino en involucrar la participación activa de los públicos y promover espacios de intercambio, de sensibilización y de transformación. En este sentido destaco proyectos educativos a largo plazo que tienen algunos museos con adolescentes y jóvenes, como la Generación Benja del Museo Franklin Rawson en San Juan. 

 

-¿Qué tipo de políticas públicas te parece que deberían implementarse en nuestros museos en los próximos años?

-En una próxima reapertura, más allá de los protocolos de salud y cuidados necesarios, es importante que nos preguntemos ¿para quiénes vamos a abrir?  

En pandemia se logró una gran sensibilización de parte de los museos con los públicos. Empezamos a acompañar a las personas desde casa en un momento de mucha incertidumbre y dolor con propuestas significativas, pensadas desde el afecto y para no sentirnos solos. Estas son cosas que veníamos trabajando desde las áreas educativas pero que en pandemia cobraron relevancia en el resto de las áreas del museo. Creo que es importante no perder esto. 

Veo la necesidad de romper la endogamia y promover el desarrollo de proyectos en conjunto con diversos grupos sociales, instituciones educativas y comunitarias, trabajadores y militantes sociales, artistas, personas físicas, que amplien derechos, visibilicen otras voces y miradas y cuestionen la hegemonia cultural especialmente desde la práctica - teoría tenemos un montón-. 

Necesitamos saldar esta deuda que tenemos con casi toda la población incorporando políticas públicas que contemplen la accesibilidad y la perspectiva de género de manera transversal. Necesitamos trabajar con otres y de forma desjerarquizada. Lograr que las audiodescripciones, las interpretaciones en lengua de señas, los planos hápticos, las rampas, la lectura fácil, la no violencia y discriminación, el respeto hacia la diversidad cultural y sexual sean comunes en todos los museos y no eventos aislados. Entrecruzar saberes populares y académicos, que apelen a una gran diversidad de intereses y miradas.