El Mayo Francés del 68: el mes de la revuelta y la reivindicación
El Mayo Francés del 68: el mes de la revuelta y la reivindicación

El Mayo Francés del 68: el mes de la revuelta y la reivindicación

Efemérides
¡La imaginación al poder! ¡Tomemos el cielo por asalto! Con estas y otras consignas se conoce al Mayo francés o Mayo del '68, una serie de manifestaciones iniciada por grupos de estudiantes contrarios a la sociedad de consumo, el capitalismo, el imperialismo y el autoritarismo reinantes. Así recordamos uno de los hitos sociales más recordados del siglo XX.

Consignas poético-revolucionarias como Seamos realistas, pidamos lo imposible, prohibido prohibir, Nosotros somos el poder, ¡Haz el amor y no la guerra!, La imaginación al poder, se continúan leyendo en las remeras de los adolescentes, en las paredes, en periódicos de izquierda, en postales callejeras. Las herencias de Mayo del '68 continúan vigentes a 52 años de la revuelta.


Gráfica usada durante el Mayo francés

El 3 de mayo de 1968 estudiantes de la periférica Universidad de Nanterre, ubicada a 11 km de París y en el corazón de un barrio obrero, se movilizaron hacia la Universidad de La Sorbona, la más prestigiosa de Francia.

Meses antes, en Nanterre y en respuesta al arresto de manifestantes que se oponían a la guerra de Vietnam, un grupo de estudiantes tomó la torre central de la Universidad y presentó un petitorio que incluía tanto reformas educativas como transformaciones políticas. Nacía de esta manera el Movimiento 22 de marzo. El rector decidió cerrar el establecimiento y sancionar mediante juicio disciplinario a los revoltosos. Ante los hechos, los jóvenes trasladaron la protesta a La Sorbona y de la Sorbona a las calles parisinas.

Guy Debord, Cohn-Bendit, Viénet, René Driesel, Raoul Vaneigem o Mustapha Khayati fueron algunos de los referentes que arengaban: "La humanidad será feliz cuando el último burócrata sea colgado con las tripas del último capitalista".

Para el 6 de mayo las calles de París eran un hervidero. Más de 400 estudiantes se encontraban acuartelados dentro de La Sorbona y otro tanto alrededor de la Universidad resistiendo la entrada de la policía a la institución. El presidente Charles Le Gaulle declaró el estado de sitio y las riñas con las fuerzas de seguridad se tornaron minuto a minutos más violentas.

La noche del 10 de mayo ocurrió uno de los episodios más recordados, la noche de las barricadas en el Barrio Latino. Las fuerzas especiales de la Compañía Republicana de Seguridad reprimieron en forma violenta y los estudiantes respondieron con adoquines, que se convirtieron en un ícono de aquellas revuetas.

Las centrales obreras y sindicales se habían mantenido al margen hasta el 13 de mayo cuando convocaron a una huelga general. No se habían sumando antes ya que consideraban a la revuelta estudiantil poco importante frente a las prioridades de la clase obrera, incluso historiadores consideran que si las revueltas no se hubieran originado en Nanterre, sino en La Sorbona, en el corazón de la riqueza parisina, dificilmente los obreros hubiesen apoyado a los estudiantes.

Representantes del Partido Comunista y del Partido Socialista salieron a las calles. Pararon los trenes, las fábricas, los aeropuertos, las industrias. Hasta ese momento, no había precedentes de huelgas tan masivas y en todo el territorio francés que lograsen reunir a más de seis millones de huelguistas.


 Foto: AFP

Aquella movilización estudiantil, que no pretendía hacer tambalear al poder de turno sino obtener más libertades en el ámbito privado, se extendió durante los meses de mayo y junio.

El historiador inglés Eric Hobsbawm sostiene que en el caso del Mayo francés "…la insignificancia del movimiento estudiantil se convirtió en el detonador más efectivo para movilizar a los trabajadores".

Luego de casi un mes de protestas y huelgas, el 27 de mayo las centrales obreras firmaron los "Acuerdos de Grenelle", donde acordaron un aumento salarial del 35%, la reducción de la jornada de trabajo, y más días de vacaciones, entre otras conquistas. La Sorbona se mantuvo ocupada hasta el 16 de junio.

Las chispas

Las atrocidades cometidas durante la guerra de Vietnam, la batalla de Argelia, la Revolución Cubana, el asesinato de Martin Luther King, de John F. Kennedy, la revolución cultural en China, el atentado contra el líder estudiantil alemán Rudi Dutschke, la reforma universitaria en Francia de 1967, las manifestaciones estudiantiles en Italia, Alemania, Estados Unidos, Japón, Turquía, Uruguay y Brasil: los años '60 tenían convulsionados a los pueblos de los cinco continentes.

Eric Hobsbawm destaca el carácter global de las revueltas: "Los mismos libros aparecían, casi simultáneamente, en las librerías estudiantiles de Buenos Aires, Roma y Hamburgo (...) los mismos turistas de la revolución atravesaban océanos y continentes, de París a La Habana, a São Paulo y a Bolivia (...) Los estudiantes de los últimos años sesenta no tenían dificultad de reconocer que lo que sucedía en La Sorbona, en Berkeley o en Praga era parte del mismo acontecimiento en la misma aldea global".

Las diversas reivindicaciones que abarcaban desde mayores libertades sexuales, educación igualitaria, movimientos antibélicos, feministas, ecologistas, se planteaban ante todo conquistas en el ámbito social y cultural, aunque partían de la certeza de que "todo es político". La heterogeneidad aglutinada en las revueltas de Mayo del '68 no buscaba hacer una revolución sino conquistar sus "propias vidas".

Daniel Cohn-Bendit, quién se convirtió en vocero de los estudiantes de Mayo del '68, recuerda años más tarde en una entrevista a un medio parisino, el sentido de la consigna "Queremos vivir como lo concebimos".

"(...) El movimiento emerge como un movimiento que quiere ante todo hacer énfasis en la autonomía y las opciones de vida de los individuos (...) El principio de los años '68 es, en realidad y ante todo, una revuelta por la vida cotidiana, la música, la relación entre hombres y mujeres, la vida, la sexualidad, la liberación. Esto es lo que hace el '68..."


Visita a los obreros en huelga de la fábrica Renault. Foto: AFP

En este sentido resulta verosímil pensar que uno de los motivos que encendió la revuelta fue pelear por lograr que en las residencias universitarias se permitieran las visitas del sexo contrario. Luego, le siguieron otros reclamos que proclamaban por una mayor libertad sexual, incluso pocos años más tarde, en enero de 1975, Francia promulgó la ley de despenalización del aborto.

Para el filósofo y escritor francés, Régis Debray, lo que mejor funcionó fue lo que nadie había previsto: la llegada del feminismo, las nuevas relaciones hombre-mujer, la anticoncepción, el reconocimiento de la interrupción voluntaria del embarazo como último medio de escoger libremente cuántos hijos quiere tener una mujer y cuándo los quiere tener.


Se calcula que se imprimieron 120 mil afiches durante la revuelta

Durante esas semanas millones de personas se movilizaron dejando un saldo de siete muertos y centenares de heridos. De a poco, y paradójicamente, la consigna "vuelta a la normalidad" sería casi un hecho. Charles De Gaulle llamó a elecciones anticipadas para el 30 de junio. Su partido, la Unión por la Defensa de la República (UDR), salió victorioso y George Pompidou, quién había sido su primer ministro durante la revuelta, asumió la conducción. Sin embargo las calles continuaron siendo, desde entonces y para el mundo entero, el escenario político por excelencia. 

 

Fuentes: Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX/Virginia Laurente,Mayo del 68, cuarenta años después.Entre herencias y controversias/Diario La Vanguardia