Mark Twain: el autor de las aventuras del sur
Mark Twain: el autor de las aventuras del sur

Mark Twain: el autor de las aventuras del sur

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A 111 años de su fallecimiento, recordamos y homenajeamos en esta nota al autor norteamericano que deslumbró con sus cuentos, novelas y relatos de viajes, siempre llenos de aventuras, humor e ironías. Entre ellos, clásicos como "Las aventuras de Tom Sawyer" y "Príncipe y mendigo".

Escritor, humorista y gran aventurero, Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, abandonó su casa familiar a los dieciocho años para tener miles de vivencias que contar. Nacido en el Estado norteamericano de Florida, en 1835, todas las experiencias fueron material para su literatura. Incluso su año de nacimiento —como lo fue también el de su muerte, en 1910— son motivo de curiosidad: en ambas fechas, por la Tierra, pasó el famoso cometa Halley, el cual se acerca cada 75 años según los estudios astronómicos. 

Twain había perdido a su padre a los doce años de edad; abandonó los estudios y comenzó a trabajar como aprendiz de tipógrafo en una editorial. Más adelante, se enroló como aprendiz de piloto de un vapor fluvial que recorría el río Misisipi. Allí trabajó largo tiempo hasta que la guerra de Secesión de 1861 interrumpió aquella circulación marítima. Esta experiencia marcaría por completo no solo su vida, sino también gran parte de su obra literaria. No obstante, todavía estaba probando otros tipos de oficios. En el Estado de Nevada, se ganó la vida en campos mineros, pero allí no encontró ni oro ni fortuna. Un poco más tarde, finalmente, llegó el momento de la escritura.

“Ponerse a escribir fue el Plan B cuando fracasó el Plan A. El periodismo le dio dinero y alta exposición. En 1870 se casó, tuvo tres hijas y un varón que murió de difteria a los dos años. Con esas tres hijas y su esposa se mudó a un castillo en Connecticut, que pagó con las ganancias de su libro La edad dorada, donde retrataba la codicia de los millonarios norteamericanos. A partir de entonces comenzó su propia edad dorada”, comentó el escritor argentino Juan Forn, en un artículo sobre la vida de Twain quien, con el éxito cosechado de sus primeros libros, no dudó en fundar su propia editorial.

Forn agregó: “Publicó Aventuras de Tom Sawyer; Príncipe y mendigo, y Aventuras de Huck Finn (lo que llevó a William Faulkner a declarar, cincuenta años después: ‘Toda la literatura norteamericana viene de los bolsillos del chaleco blanco de Mark Twain’) y también dio rienda suelta a su falta de criterio comercial: además de dilapidar su fortuna financiando inventos que invariablemente fracasaban, llevó a la quiebra su propia editorial, algo que parecía imposible luego de los dos exitazos con que la había iniciado (su Tom Sawyer y las Memorias del general Grant)”.

Primero llegaron sus primeros artículos periodísticos en distintos periódicos de Filadelfia y Saint Louis. Sus textos, poco a poco, demostraron un estilo personal y, a partir de allí, se lanzó a la literatura. Su éxito literario se inició con el cuento corto "La famosa rana saltarina de Calaveras" (1865), publicado en un diario ya con el seudónimo de Mark Twain. Según algunos autores, se trata de una adaptación del nombre que los trabajadores cantaban al navegar por el río Misisipi, cuando Twain trabajaba en la embarcación. “Significa ‘marca dos’ (mark two, en inglés), en referencia a dos brazas (3,6 m), el calado mínimo necesario para una navegación segura”, expresó el cronista español Josep Gavaldà. 

Mientras tanto, Twain continuaba viajando y trabajando como periodista. En una de sus coberturas en la ciudad de San Francisco, conoció al escritor Bret Harte, quien le animó a no descuidar su faceta de escritor literario. Y así lo hizo: los distintos viajes que realizó por la Polinesia y Europa, por ejemplo, fueron sustanciales para sus libros Inocentes en el extranjero (1869) y A la brega (1872), inspirados en sus aventuras por esas tierras.


La casa museo del escritor Mark Twain en Hartford, Connecticut (Estados Unidos). Walter Bibikow GETTY IMAGES.
Seis años más tarde publicó la primera novela que le daría una gran fama mundial: Las aventuras de Tom Sawyer, basada en sus días a orillas del río Misisipi. También se hizo notar con Las aventuras de Huckleberry Finn (1882), obra ambientada también cerca de aquel río que tanto significó en su vida y producción, aunque no tan autobiográfica como la anterior.
 
“Con un estilo popular, lleno de humor, Mark Twain contrapone en estas obras el mundo idealizado de la infancia, inocente y a la vez pícaro, con una concepción desencantada del hombre adulto, el hombre de la era industrial, de la ‘edad dorada’ que siguió a la guerra civil, engañado por la moralidad y la civilización. En sus obras posteriores, sin embargo, el sentido del humor y la frescura del mundo infantil evocado dejan paso a un pesimismo y a una amargura cada vez más patente, aunque expresada con ironía y sarcasmo”, citó Miguel Ruiza en uno de sus artículos biográficos. 

Biblioteca privada de Mark Twain, en su casa de Connecticut. Foto: The Mark Twain house & museum.

Pero no todo fue un sueño dorado en su vida. Al respecto, Ruiza agregó: “Una serie de desgracias personales (entre ellas la muerte de tres de sus hijos y de su esposa), así como un grave quebranto económico, ensombrecieron los últimos años de su vida. En una de sus últimas obras, El forastero misterioso, manifestaba que se sentía como un visitante sobrenatural, llegado con el cometa Halley, y que había de abandonar la Tierra con la siguiente reaparición del cometa, tal como efectivamente sucedió”.

Twain murió el 21 de abril de 1910, a los 74 años de edad. Por sus obras obras, de gran inspiración y evocación sureña, Mark Twain fue considerado uno de los más destacados autores de su época y, como dijeron algunos, se lo apodó como el Dickens norteamericano.

A 111 años de su fallecimiento, destacamos cinco de sus mejores libros:

  1. Las aventuras de Tom Sawyer

    Esta novela narra algunos días de la vida de Tom Sawyer y las aventuras que vive con sus amigos: las travesuras infantiles en la escuela, los juegos en el bosque, el intento de cumplir el sueño de convertirse en pirata para buscar tesoros, y hasta el hecho de ser testigos de un horroroso crimen. Tom es un niño idealista que cree en la justicia y piensa en los demás. Su inolvidable amigo Huckleberry Finn, es un chico que vaga por las calles, abandonado por sus padres y cuestionado por la mirada prejuiciosa de los adultos, pero admirado por los otros niños que ven en él la imagen misma de la libertad. En esta obra Mark Twain despliega un estilo de escritura asociada al humor y a la crítica de las costumbres morales de su época. (Ed. Longseller)

  2. Las aventuras de Huckleberry Finn

    Criticada y elogiada por igual, esta novela no solo constituye la culminación de la narrativa de Mark Twain, sino también el clásico por excelencia de la literatura estadounidense. Mark Twain, con su irónico sentido del humor y su prosa ágil y precisa, nos lleva por el Misisipi de la mano del inolvidable Huck Finn y su fiel amigo Jim, quien huye de la esclavitud. Novela sobre el racismo, la violencia, la amistad y la libertad en unos años turbulentos, Las aventuras de Huckleberry Finn es una lectura imprescindible a cualquier edad. (Ed. Penguin)

  3. Inocentes en el extranjero

    Mark Twain, entonces un joven periodista ansioso por ver mundo, se embarca en un viaje por Europa y Tierra Santa. A su regreso cuenta sus experiencias, cómo era la vida en los lugares que visitó, cómo eran sus agentes, sus ferrocarriles, sus hoteles, etc. Todo ello con una mirada libre de prejuicios, en ocasiones dura, pero siempre sincera. El protagonista se aburre en los museos, se enfada en los hoteles, se desespera con los guías, se emociona con los paisajes, se admira ante lo exótico y lo bello, se burla de lo más sagrado y echa por tierra muchos de los mitos y tópicos de la historia europea. Y lo cuenta. Pero con un humor, una ironía y una frescura que, a la vez que divertirnos, nos hace reconsiderar muchas de las ideas que tenemos de nosotros mismos. (Ed. del azar)

  4. Príncipe y mendigo

    En esta novela, dos niños, un príncipe y un mendigo, intercambian sus papeles, dejando al descubierto las enormes diferencias e injusticias sociales que existían en el reinado de Enrique VIII de Inglaterra. Si la mendicidad era una carga insufrible, no lo era menos pesada la de príncipe, sobre todo cuando se era un niño. Una novela que muestra la importancia de ponerse en el lugar de otro antes de criticar, juzgar o condenar. (Ed. Zig Zag)

  5. La vida en el Misisipi

    Mark Twain publicó La vida en el Misisipi (1883), fruto de sus experiencias como piloto en un vapor fluvial antes de la guerra de Secesión. Se considera el primer original mecanografiado que llegó a un editor. Sus páginas, al alcance de todos los públicos, están repletas de anécdotas de la no siempre sencilla vida en el río, recuerdos personales de Twain y numerosos hechos históricos, como la expedición de Hernando de Soto. Pero quizá lo más importante del libro sea que Twain contribuye, si acaso no inventa, a la creación del mito del Misisipi como el gran río de Estados Unidos de América. (Ed. Reino de Cordelia)