El luthier Víctor Paz y el arte de hacer bombos
El luthier Víctor Paz y el arte de hacer bombos

El luthier Víctor Paz y el arte de hacer bombos

Arte
Victor Paz y una familia de hacedores de bombos.

Mario Paz nació en Suncho Corral, un pueblito ubicado en el corazón de Santiago del Estero. Es uno de los fabricantes de bombos más reconocidos del país. El sello Mario Paz bombos se puede encontrar en un patio de tierra como en un rascacielo en Japón o en Nueva York, pero el viaje inciático fue en bicicleta.

Una tarde de siesta santiagueña, después de recorrer 20 km en bicicleta, llego a su destino.

"Mi papá en la secundaria tenía un grupo de folclore donde tocaba la guitarra y a su compañero se le rompió el parche del bombo. Conocían a un señor que arreglaba bombos que vivía a 20,30 km campo adentro. Como el único que tenía bicicleta del grupo era mi papá, entonces se cargó el bombo y fue a la casa de don Maldonado. Él le dijo que vuelva al sábado siguiente que le iba a enseñar como arreglar el parche", cuenta Víctor Paz, el hijo menor de Mario, que reside en Buenos Aires y es luthier de bombos legüeros.

"No sabemos por qué don Maldonado hizo eso de quererle enseñar a un chico desconocido, si fue porque estaba solo o si fue un momento de pura generosidad". La pregunta resuena en Víctor porque aprendió, desde que nació, que el oficio de artesano se transmite intrafamiliarmente.


Los hermanos Paz trabajando en el taller

"El taller está en el patio de mi casa y con mis tres hermanos de niños estuvimos siempre dando vueltas por ahí, viendo, jugando, molestando. Este trabajo tiene la característica de que se aprende haciendo, es práctico, acumulativo y es a prueba y error. Los cuatro hemos elegido el oficio y lo hemos incorporado como forma de vida, y mi sobrina Jazmin, que tiene 19 años, también trabaja en el taller. Nos planteamos como luthiers, como artesanos pero también como emprendimiento que tiene una marca, una forma de comunicar, una estructura que nos sostiene. Y en principio eso se pudo lograr porque mi papá puedo acceder a la educación pública que le permitió proyectar un poquito más allá y después vinimos nosotros, que pudimos estudiar un poquito más y potencializamos y expandimos el emprendimiento".

Los bombos

El legüero es el bombo más conocido del folclore. Se llama así porque su sonido se puede escuchar a más de una legua. La leyenda cuenta que un carnicero santiagüeno, que vivía en medio del campo, tenía un bombo para avisar a los vecinos que había carne a la venta. Un golpe para avisar que había carneado una vaquillona, otro tipo de golpe para avisar que el carneado era un ternero, y otro si era una cabra.

El bombo y la caja vidalera son de los más antiguos instrumentos criollos fusionados entre el tambor africano y los instrumentos de las comunidades originarias. Los africanos esclavizados que llegaron durante el Virreinato del Río de La Plata trajeron con ellos sus tambores. Esa percusión se fusionó con los ritmos que utilizaban las comunidades indígenas para realizar sus ceremonias.

Los Paz fabrican ocho medidas de bombos legüeros, también cajas y sacha bombos, que es un bombo mas pequeño que produce sonidos agudos y es una creación original de Mario Paz junto a otros amigos.

"La caja cambia de nombre de cuerdo al sitio que habita y tiene diferentes matices de sonido porque acompaña al canto y al timbre de quien canta. La caja vidalera o bagualera, que se usa mucho en la zona de Salta, tiene un sonido más tristón porque entona canciones que añoran a un muerto o una pérdida. La caja chayera en La Rioja tiene una vinculación más religiosa: la caja coplera es más picaresca, tiene contrapuntos. Con el bombo pasa parecido. Mercedes Sosa decía que el sonido del bombo es el canto de la tierra. Cómo estés vos y cómo te conectes con la tierra, es el sonido que va producir el bombo. El bombo se afina con tu energía porque depende de un nivel de tensión que es impreciso; depende del clima, de dónde se lo toque y quién lo toque".

Santiago del Estero, además de ser la provincia mas antigüa de la Argentina, tiene una tradición asociada al bombo, a la chacarera y las familias de artistas: Los Hermanos Ábalos, los Carabajal, los Farías Gómez, Los Coplanacu, Los Chazarreta. "¡Es que nuestras madres paren hijos artistas!", comenta con alegría Víctor Paz.

"En casi todas las casas de Santiago hay una play station, un bombo y una guitarra. Son elementos que conviven y son parte de la vida cotidiana. Por eso también, los músicos santiagüeños, por más que en algún momento quieran incursionar en el jazz, siempre vuelven a tocar el bombo".

Los árboles

El monte santiagueño le provee a la familia Paz de la madera del ceibo con el que construyen las cajas de resonancia y del quebracho blanco con el que arman los aros.

"Nosotros, a diferencia de otros colegas, vivimos el momento de cortar el árbol, que es un momento muy trabajoso y muy doloroso. Hay que elegir la planta, que tiene entre 60 y 80 años, bajar los nidos, medir que el árbol caiga en un lugar donde no nos lastime a nosotros ni a nuestras herramientas. Realizamos un solo corte al año durante el otoño, cortamos entre quince y veinte árboles. Esa madera se deja estacionar por un período de tres a seis años. Los bombos que hoy estamos vendiendo son de una madera que cortamos en el año 2013, 2015".

El proceso

Si pensamos como una máquina, se puede decir que los Paz realizan 54 pasos para construir un bombo: cortar el árbol, manipular la madera por fuera y por dentro, a medida que se va secando, labran con el hacha, cepillan con las garrotas, lijan. Ahuecar con las gubias de manera gruesa, media y fina. En simultáneo trabajan el quebracho blanco, que es la madera dura que se usa para construir los aros. Trabajan también el cuero crudo para el parche y para el tiento.

Para la familia Paz los procesos son dinámicos. "En mente abierta siempre entran nuevas ideas" es de sus premisas preferidas. El trabajo artesanal no está atado a una única manera de hacer sino que buscan enriquecerse de nuevas invenciones para mejorar la calidad de su trabajo.


Mario Paz junto a sus hijos

A finales de los '80, Mario Paz incorporó la motosierra para poder extraer más troncos del mismo tronco, como un efecto mamushka. Antes, el ahuecado se realizaba prendiendo fuego el centro del tronco y se desperdiciaba todo el corazón de la planta. La nueva herramienta permitó optimizar el recurso.

En el trabajo artesanal hay varios condicionamientos que influyen a la hora de producir, cuenta Víctor Paz: "hay condicionamientos climáticos que nos determinan el tiempo de trabajo. En Santiago, entre octubre y marzo hace un calor muy intenso, entonces las horas de trabajo se reducen. Otros tienen que ver con el cansancio propio porque el cuerpo no te da para hacer todo en simultáneo. Y también se pone en juego un factor emocional, porque hay días que sentís que no podés trabajar tal cosa, entonces trabajás otra cosa o sino tomás mate y no haces nada". 

"Hermanos del Ceibo"

La reserva ecológica y forestal "Hermanos del Ceibo" se encuentra en el departamento Silipica, a 20 minutos de la ciudad de Santiago, y es el sueño cumplido de Mario Paz.

El proyecto tiene como objetivo la recuperación del monte nativo para aprovechamiento futuro del ceibo y quebracho blanco en la producción artesanal de bombos y se enmarca en la ley de Protección Ambiental de los Bosques Nativos Ley Nacional 26.331. También desarrollan un proyecto educativo-turístico tanto a las escuelas como a los visitantes de ocasión, donde se pueden tomar clases de bombo legüero, participar en los procesos de construcción del instrumento y recorrer los senderos rodeados de árboles nativos.

"Ahí está el corazón de mi papá. Yo he crecido escuchando esa idea de mi papá de tener un lugar donde sembrar las plantas. Es un reflejo de la posición política de mis padres, de pensar al hombre como parte del medio natural. Al momento tenemos casi 500 ceibos y 150 quebrachos blancos en pleno crecimiento".

Junto a la Facultad de Forestales de la Universidad de Santiago del Estero coordinan el trabajo de poda y riego asistido, conviertiéndose en el unico proyecto en toda América que se realiza sobre siembra sistemática de ceibo en zona no húmeda.

- ¿Cómo se le pone precio a un instrumento 100% artesanal, creado para que dure más de 100 años y realizado en condiciones de producción sustentable?

- Después de realizar más de 54 pasos para hacer un bombo, ¡hay que venderlo! Nosotros hacemos instrumentos únicos y tratamos de ponerle el valor con el mayor respeto posible. Lo consideramos teniendo en cuenta nuestra marca y a quién le vendemos. Al público extranjero le vendemos en dólares y al nuestro, en pesos, por ejemplo.

Entre el 2005 y 2010 fuimos poniendo precio en valor productivo, pero después lo fuimos ajustando a la inflación. Tiene que ver también con que, por ejemplo, los cueros que usamos, nos lo vende  un oligopolio y el precio lo determinan ellos. Santa Fe le vende a Resistencia, Resistencia le vende a Santiago y al distribuidor le compramos nosotros. En el país de la leche y el cuero, esos productos son carísimos.

Repique mundial

En Chile, Uruguay, México, hace unos años también en Venezuela, Colombia y Ecuador. En Texas, Califoria y Nueva York. En España, Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra y hasta en Japón piden Mario Paz bombos. Músicas argentinas, como Mariana Baraj por ejemplo, tocando los bombos de la familia Paz en sus giras mundiales, les abrieron muchas puertas. 

"Mi papá se emociona mucho y está muy agradecido. Él vivió el boom del principio, que fue a mediados de los '90, donde empezó a ver que había demanda de músicos de otros lados, pero no sabíamos cómo mandarles los instrumentos. En Santiago no hay aduana y la internet a nuestro barrio llegó hace cinco años recién. Cuando le contamos por dónde están viajando los bombos, se asombra y se enorguellece a la vez, porque en la actualidad él está dedicado 100% a la reserva y de las ventas nos encargamos nosotros. No esperaba que los cuatro continuemos con su labor y que la hayamos elegido en un marco de libertad". 

Exportar Cultura

El Ministerio de Cultura de la Nación, a través de su Secretaría de Desarrollo Cultural, y junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y la Dirección de Asuntos Culturales, presenta "Exportar Cultura". Se trata de un ciclo de encuentros virtuales con personalidades de distintos sectores de las industrias culturales, para compartir un espacio de reflexión, capacitación e intercambios de experiencias en el proceso de internacionalización de los bienes y/o servicios culturales.

El Programa ofreció siete encuentros virtuales en los que participaron referentes de las artes visuales, el diseño de indumentaria, la industria editorial, la música, los videojuegos, el sector audiovisual y el diseño gráfico, con el fin de compartir sus diversos recorridos en el camino hacia la exportación y reflexionar sobre los desafíos que presenta este momento de pandemia. Gracias a la respuesta de los participantes, las charlas del programa continúan.

Cómo participar

Los encuentros tendrán lugar los jueves a las 17 h, mediante este link de la plataforma Zoom donde los participantes deberán registrarse previamente.

Quienes no se inscribieron a ninguna de las charlas deben hacerlo para participar y si ya lo hicieron, ese link les servirá para todos los encuentros que restan. La plataforma Zoom enviará, una hora antes, un recordatorio para conectarse.

Luego, la actividad podrá ser visualizada a través de la plataforma Formar Cultura y los canales de Youtube de Cancillería Argentina y de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI).

 

 

Fotos: gentileza Víctor Paz