Mariano Moreno, el fuego de la revolución
Mariano Moreno, el fuego de la revolución

Mariano Moreno, el fuego de la revolución

Historia
Efemérides
A 243 años de su nacimiento recordamos a Mariano Moreno, una de las personalidades más radicales y visionarias de los inicios del proceso emancipatorio nacional. En esta nota repasamos su vida, ideas y actuación política, y seguimos sus huellas a través de objetos, publicaciones, enigmas y controversias.

“Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila”

Mariano Moreno

 

Su vida

Mariano Moreno nació en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1778. Fue el mayor de 14 hijos de Manuel Moreno y Argumosa, funcionario de la Tesorería de las Cajas Reales llegado al Río de la Plata desde Santander, España; y de Ana María del Valle. En esa época muy pocas mujeres sabían leer y escribir en Buenos Aires, la madre de Moreno era una de ellas y fue quien le enseñó sus primeras letras. 

A pesar de tener casa propia en el actual barrio de San Telmo y hasta algunos esclavos, los recursos económicos de los Moreno eran insuficientes para pagar los estudios del mayor de los hijos. Luego de terminar la primaria en la escuela del Rey, Mariano Moreno fue admitido como oyente en el Real Colegio de San Carlos. Allí su vocación por el estudio llamó la atención de uno de sus maestros, el franciscano y poeta Fray Cayetano Rodríguez. Bajo su protección, Moreno pudo acceder libremente a la biblioteca del convento de San Francisco donde se inició en el pensamiento teológico. Rodríguez también lo puso en contacto con el sacerdote Felipe de Iriarte, quien hizo gestiones para que pudiera continuar sus estudios en la Universidad de Chuquisaca, en Perú. 

En noviembre de 1799, Moreno inició un viaje hacia el Alto Perú que le llevaría más de dos meses y sería la antesala de una nueva etapa en su vida.

En Chuquisaca, luego de doctorarse en teología empezó a estudiar derecho. Al mismo tiempo comenzaron a abrirse nuevos horizontes en su formación con el descubrimiento de intelectuales de la Ilustración francesa como Voltaire, Montesquieu, Diderot y Rosseau. De este último comenzó entonces una traducción de El Contrato Social, que va a publicar años más tarde en pleno fervor revolucionario. 

Otros autores que marcaron profundamente a Moreno en esos años fueron Juan de Solórzano y Victorián de Villaba. En su Política Indiana, Solórzano bregaba por la igualdad de derechos para los criollos en relación con los españoles, mientras que Villaba en su Discurso sobre la mita de Potosí denunciaba la esclavitud a la que eran sometidos los indios en las explotaciones mineras. 

Cerro Rico de Potosí imagen de 1553.

En 1802, Moreno conoció de primera mano la realidad de las minas de Potosí. Desde una posición de claro rechazo por este sistema de explotación escribió entonces la Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios, en la que decía: “Basta considerar el insufrible e inexplicable trabajo que padecen los que viven sujetos a este penoso servicio, para que cualquier imparcial quede plenamente convencido de la repugnancia que en sí encierra con el Derecho de Gentes, de la libertad y aun de la misma naturaleza”.

Retrato de María Cuadalupe Cuenca de Moreno realizado por platero de Perú en 1804.

En 1804, Moreno conoció a María Guadalupe Cuenca, una joven de Charcas que por mandato materno estaba a punto de consagrarse a la vida religiosa. Al poco tiempo se casaron en la catedral de Chuquisaca y un año más tarde tuvieron a su hijo Marianito. Pero la tranquilidad para la nueva familia resultó efímera. En esos años Moreno se desempeñaba como abogado en el estudio jurídico de Agustín Gascón, donde ejercía la defensa de indígenas contra el trato abusivo de sus patrones. En uno de los juicios inculpó, entre otras personalidades poderosas, al intendente de Cochabamba. Las presiones políticas no tardaron en obligarlo a emprender el largo viaje de regreso a Buenos Aires, con su esposa y su hijo de apenas ocho meses.

La primera de las invasiones inglesas encontró a Moreno trabajando como abogado, relator de la Real Audiencia y asesor del Cabildo de Buenos Aires. En uno de sus diarios dejó testimonio sobre esos días “Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1.560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad".

La reconquista de Buenos Aires de Charles Fouqueray, 1909 - Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y la Revolución de Mayo.

Con la llegada al gobierno del virrey Baltasar Cisneros, en julio de 1809, se acentuaron las diferencias entre los comerciantes españoles, que monopolizaban los negocios con las metrópolis europeas, y sectores ganaderos cada vez más urgidos por exportar y comerciar libremente, sobre todo con Inglaterra. En ese momento la actividad comercial en el Río de la Plata se encontraba al borde de la parálisis.

En defensa de las posiciones librecambistas, y revelando también su visión independentista, Moreno lanzó su célebre Representación de los hacendados, en la que decía: “Nada es hoy tan provechoso para la España como afirmar por todos los vínculos posibles la estrecha unión y alianza con la Inglaterra. Esta nación generosa que, conteniendo de un golpe el furor de la guerra, franqueó a nuestra metrópoli auxilios y socorros, es acreedora por los títulos más fuertes a que no se separe de nuestras especulaciones el bien de sus vasallos (…) Acreditamos ser mejores españoles cuando nos complacemos de contribuir por relaciones mercantiles a la estrecha unión de una nación generosa y opulenta, cuyos socorros son absolutamente necesarios para la independencia de España”.

A diferencia de figuras como Castelli, French o Beruti; Mariano Moreno no tuvo una actuación destacada en las jornadas previas al 25 de mayo de 1810. Ese mismo día fue puesto al frente de las Secretarías de Guerra y Gobierno de la Primera Junta. A partir de entonces, su visión revolucionaria comenzó a desplegarse impulsando la apertura de puertos al comercio exterior y la reducción de derechos de exportación, entre otras medidas destinadas a mejorar la economía y la situación fiscal. Además fundó la biblioteca pública, devenida en la actual Biblioteca Nacional que lleva su nombre, y el órgano de comunicación oficial del gobierno revolucionario: La Gazeta de Buenos Ayres. La publicación era dirigida por el mismo Moreno, quien de forma permanente comunicaba políticas de gobierno y exponía sus puntos de vista sobre los acuerdos comerciales con Inglaterra como una necesidad táctica para hacer sostenible la independencia de España.

“El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparte a manos llenas. Pero miremos sus consejos con la mayor reserva, y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes, que se dejaron envolver en cadenas en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y abalorios…” Mariano Moreno en La Gazeta de Buenos Ayres.

La Gazeta de Buenos Aires - Biblioteca NacionalPagina de la Gazeta de Buenos Ayres, 1810 - Biblioteca Nacional "Mariano Moreno".

A pocos meses de comenzada la revolución un levantamiento en Córdoba, al mando de Santiago de Liniers, intentó revertir el curso de los acontecimientos. Una vez derrotada la asonada, la Junta ordenó el fusilamiento de los cabecillas. La orden de fusilar a Liniers recayó sobre su antiguo compañero de armas Francisco Ortiz de Ocampo, quien se negó a cumplir las órdenes. Finalmente la sentencia fue cumplida por Castelli, pero esto no aplacó la indignación de Moreno con Ocampo: “¿Con qué confianza encargaremos grandes obras a hombres que se asustan de una ejecución?”. Esa misma radicalidad revolucionaria encarnó las páginas del Plan Revolucionario de Operaciones, cuya autoría se atribuyó a Mariano Moreno. Además de propuestas estratégicas como la promoción de insurrecciones en la Banda Oriental y el Sur del Brasil, fingir lealtad a Fernando VII para ganar tiempo o la expropiación de las riquezas de los españoles, el libro recomendaba seguir “la conducta más cruel y sanguinaria con los enemigos” para lograr la independencia total.

Dentro de la Junta de Gobierno, Mariano Moreno representaba el ideario más jacobino de la revolución. Su deseo de transformaciones económicas y sociales profundas lo enfrentó con la postura más conservadora de Cornelio Saavedra, que fue la que finalmente se impuso en el poder político del Río de la Plata.

Transformado en un obstáculo para los planes saavedristas, Moreno fue designado para una misión de compra de armamento en Europa. El 24 de enero de 1811 partió a bordo de la fragata Fame. El 4 de marzo, luego de un período de enfermedad nunca del todo explicado, Mariano Moreno murió en el mar del Brasil, donde fue arrojado envuelto en una bandera inglesa.

Meses más tarde, al enterarse de la muerte del Secretario de la Junta, Saavedra lanzó su famosa sentencia: “Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego."

Detalle del cuadro Los últimos momento del Dr. Mariano Moreno de Egidio Querciola, 1911 - Museo Histórico Nacional.

 

Mariano Moreno en museos y espacios culturales nacionales

Una recorrida por algunos de los espacios que guardan nuestro legado histórico y cultural nos permite tomar un contacto cercano con distintos vestigios tangibles de la vida de Mariano Moreno

En el Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y la Revolución de Mayo se encuentra el escritorio, ya restaurado, en el que su pluma revolucionaria plasmó la mayor parte de su ideario independentista. También se pueden ver el título de abogado que le fue otorgado en el período que pasó en Perú, un retrato suyo acompañado de los de otros integrantes de la Junta de Gobierno y un curioso relicario que perteneció a su madre Ana María del Valle.

En las salas del Museo Histórico Nacional, el visitante puede ver una cigarrera que tiene grabados su nombre, una referencia a su título de doctor en leyes y la frase: “Viva Fernando VII - Viva el Rey”, junto al escudo de armas de la corona española. Este museo también alberga a la que, como resultado de las disputas por las representaciones de la historia, se terminó por configurar como la imagen canónica de la figura de Mariano Moreno. Se trata de la pintura Moreno en su mesa de trabajo, realizada por el artista chileno Pedro de Subercaseaux en 1908 por encargo de Adolfo Carranza, el creador del Museo Histórico Nacional. La imagen nos muestra a Moreno en pleno acto de elaboración de su pensamiento.

Moreno en su mesa de trabajo
Moreno en su mesa de trabajo de Pedro de Subercaseaux, 1908 - Museo Histórico Nacional.

Casi frente a su mirada podemos ver un objeto curioso que podría remitir, por ejemplo, a un instrumento de investigación astronómica. En realidad se trata de una escribanía con forma de globo, realizada en plata Sheffield, que en su interior tiene un frasco para la tinta y otro para la arenilla que se usaba como secante. Además, tiene pequeños orificios para colocar la pluma y el abrecartas. Una escribanía idéntica, que forma parte de la colección del museo del Cabildo, perteneció a Cornelio Saavedra, el gran adversario de Moreno. Ambos objetos quizás hayan sido regalos de diplomáticos ingleses para mantener buenas relaciones con dos figuras fuertes de la revolución, de las que se conocían sus posiciones enfrentadas. 

Escribanía inglesa de Mariano Moreno - Museo Histórico Nacional.

Las horas finales de Mariano Moreno están representadas en el cuadro pintado por el italiano Egidio Querciola en 1911 Los últimos momentos del Dr. Mariano Moreno. La imagen nos muestra al revolucionario en una sencilla cama en su camarote del barco que lo llevaba a Europa. Uno de sus acompañantes sostiene su mano derecha y parece escuchar unas últimas palabras mientras se va apagando la llama de su vida de revolucionario.

Ultimos momentos del Dr. Mariano Moreno de Egidio Querciola, 1911 - Museo Histórico Nacional.

La Biblioteca Nacional “Mariano Moreno” tiene a disposición del público, para su consulta en línea, numerosos ejemplares de la Gazeta de Buenos Ayres: el medio de comunicación creado y llevado adelante por el propio Moreno para mantener a la comunidad de la época al tanto del curso de la revolución y comunicar sus propuestas para avanzar en el camino de la emancipación.

Para consultar los ejemplares de la Gazeta de Buenos Ayres ingresar acá.

Enigmas y controversias en torno a Mariano Moreno

Sobre su imagen

La vida breve pero intensa de Marino Moreno dejó tras de sí una estela de misterio e incertezas sobre algunos aspectos, que todavía hoy parecen estar lejos de resolverse de manera definitiva.

Una de las controversias entre los estudiosos de la figura de Moreno gira alrededor de su fisonomía. Posiblemente el retrato realizado en 1808 por el platero peruano Juan de Dios Rivera sea la única pieza contemporánea a su vida que podría dar cuenta de su aspecto físico. Sin embargo, un cuadro pintado a casi cien años después de la Revolución de Mayo por el pintor chileno Pedro Subercaseaux por encargo de Adolfo Carranza es el que logró imponerse como imagen canónica en la iconografía morenista.

Retrato de Mariano Moreno de Juan de Dios Rivera, 1808 - Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y la Revolución de Mayo.

Sobre el Plan Revolucionario de Operaciones

Una copia del texto que se conoció como Plan Revolucionario de Operaciones, fue descubierto en el Archivo General de Indias por el historiador Eduardo Madero entre 1186 y 1887, su autoría fue atribuida a Mariano Moreno. El escrito consiste en un exordio seguido de nueve artículos que contienen instrucciones de política exterior e interior, medidas militares, económicas y propuestas para alcanzar objetivos tácticos y estratégicos. También tiene un apéndice con cinco actas sobre los pasos previos que dio la Junta de Buenos Aires al momento de la elaboración del Plan. Tras su publicación en 1896 la historiografía argentina rápidamente se dividió entre quienes no dudaron de la autoría de Moreno y entre quienes la negaron. La disputa al respecto sigue abierta. Entre los que niegan que la pluma de Moreno sea la responsable del Plan de Operaciones, hay quienes sostienen que podría tratarse de un refrito apócrifo de la novela histórica de estilo gótico El cementerio de la Magdalena de Jean Baptiste Philadelphe Regnault-Warin, que narra la conspiración contra el rey Luis XVI y su esposa María Antonieta, que dio lugar a la revolución francesa de 1789.

Fragmento de primera página del Plan Revolucionario de Operaciones, edición de 1896.

Sobre su muerte

A los pocos días de partir rumbo a Europa, en enero de 1811, Mariano Moreno comenzó a manifestar síntomas de un malestar indeterminado. El capitán del barco inglés en el que se encontraba le hizo tomar entonces un vomitivo de uso habitual en la época. Se pudo saber que la dosis, de cuatro gramos y medio, era excesivamente alta tal como lo explicó luego el hermano de de Moreno, Manuel: “Si Moreno hubiese sabido que se le daba tal cantidad de esa sustancia, sin duda no la hubiese tomado pues a la vista del estrago que le causó y revelado el hecho, él mismo llegó a decir que su constitución no admitía sino una cuarta parte de gramo y que por tanto, se reportaba muerto. Aún quedó en duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra sustancia corrosiva, la que le administró, no habiendo las circunstancias permitido la autopsia cadavérica. A ello siguió una terrible convulsión, que apenas le dio tiempo para despedirse de su patria, de su familia y de sus amigos.”

Si los planes de la Junta contemplaban su muerte, su destierro o ninguna de estas opciones es un enigma que permanece irresuelto. Lo cierto es que a las dos semanas de su partida el gobierno de Buenos Aires le dio a otro funcionario una misión idéntica a la que estaba llevando a Mariano Moreno camino a Europa.

Fuentes: lae.princeton.edu, www.elhistoriador.com, Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y la Revolución de Mayo, Museo Histórico Nacional, Biblioteca Nacional "Mariano Moreno".