Marcos Mundstock, adiós a un artista distinto
Sus risas, sus carcajadas, su humor inteligente, su barba canosa, su ser luminoso, hicieron de Marcos Mundstock un artista diferente e imprescindible. Fue actor, redactor publicitario, guionista, locutor y pieza clave de Les Luthiers.
Fue un artista ingenioso con las palabras en lengua española, de humor rápido, una figura querida y respetada en todo el mundo. No había guión que se le resistiera. Su manera de abordar un texto, de hacer pensar y hacer reír a la vez, hilarante y ecléctico como pocos, uno de los integrantes más poderosos de los ya poderosos Les Luthiers.
Trabajó con Tato Bores, creó personajes inolvidables como Mastropiero, que fue concebido para entretener a sus amigos de la facultad en su Santa Fe natal. Después de un breve paso por la carrera de Ingeniería, estudió locución en el ISER, y en paralelo al grupo de humor, trabajó como locutor. Se destacó como actor en varias películas argentinas, entre ellas, "El cuento de las comadrejas", la última en la que intervino. Junto a Les Luthiers recibió premios y reconocimientos en todo el mundo como el Premio Max de las Artes Escénicas y el Premio Princesa de Asturias de la Comunicación que se otorga en España, país que lo adoptó como artista y como ciudadano, otorgándole la nacionalidad española por carta de naturaleza.
Se fue un artista distinto; una figura con una impronta única.