Maratón de lectura a 101 años del nacimiento de la poeta Olga Orozco
Maratón de lectura a 101 años del nacimiento de la poeta Olga Orozco

Maratón de lectura a 101 años del nacimiento de la poeta Olga Orozco

Letras
En un nuevo aniversario del nacimiento de la poeta pampeana, conocemos la casa de su infancia, un museo que conserva su esencia y promueve su legado.
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100 años de Olga Orozco
El Ministerio de Cultura de la Nación rinde homenaje a la poeta pampeana Olga Orozco en el centenario de su nacimiento. Siete expertas en su obra nos cuentan sobre su enigmática figura.

Olga Orozco nació el 17 de marzo de 1920 en Toay, provincia de La Pampa. Su casa, ahora Museo, le rinde homenaje con una maratón de lectura en el jardín. La poeta nació y vivió allí hasta los ocho años, cuando sus padres Carmelo Gugliotta y Cecilia Orozco decidieron mudarse a Bahía Blanca y posteriormente a Buenos Aires.

La casa, de su propiedad hasta 1928, tiene mucho valor en la obra de la escritora. Cuando obtuvo cierto reconocimiento en su profesión en los años '90, Orozco quiso comprarla a la provincia y transformarla en un espacio cultural, con intención de donar su propia biblioteca. Dos años más tarde, el espacio se convirtió en la Casa de la Cultura de Toay. Allí presentó su último libro, También la luz es un abismo.

 

 

En 1999, luego de la muerte de la poeta, se donaron su biblioteca y algunos otros objetos personales representativos de su producción poética. Con una parte del dinero obtenido, en 1998, del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo se realizó un acondicionamiento de la institución que se reconfiguró en 2003 como Casa Museo Olga Orozco para la preservación, consulta y difusión de su obra. 

En 2006 fue declarada Lugar Histórico Nacional por la Comisión Nacional de Monumentos (Ley Nº 26.156) y de interés para el Patrimonio Arquitectónico y Bien Patrimonial de la Provincia de la Pampa (Ley Nº 2083). A través de un convenio de colaboración, es co-gestionada por la Municipalidad de Toay y la Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa.

 

 

La casa museo comenzó una reforma en 2016 para su puesta en valor, que incluyó acciones de mejora en la gestión de sus colecciones, organización estable del personal de la institución, adecuación de espacios de trabajo y puesta en funcionamiento de las áreas de Educación e Investigación.

Su reapertura, a principios de marzo de 2019, brinda la oportunidad de volver a transitar la casa natal de la poeta y permite adentrarse en el espacio simbólico de su literatura. 

El acervo de la casa museo se compone de la biblioteca personal de Olga Orozco, que fue legada a la Municipalidad de Toay -propietaria actual del edificio- y está integrada por 4500 volúmenes y 500 revistas. Algunos de esos ejemplares son primeras ediciones de obras de escritores argentinos notables, muchos de ellos están dedicados y otros son ediciones limitadas. La mayoría de las revistas, editadas en nuestro país y el resto de América Latina, son literarias. Muchos de estos volúmenes ya no se publican. El material es de libre consulta para estudiantes e investigadores.

Podemos encontrar además el archivo personal de la autora integrado por recortes de diarios y revistas, entradas a espectáculos, tarjetas personales y empresariales, invitaciones a eventos y presentaciones de libros, un importante número de folletos turísticos de los años '60 y blocs de notas.

 

 

El resto de la colección de la casa está compuesta por muebles de dormitorio, su escritorio, máquina de escribir, objetos de decoración, souvenirs de viajes y su guardarropas con accesorios.

 

La vida de Olga

Olga Orozco fue una poeta vinculada con diferentes movimientos: el surrealismo, el Romanticismo alemán, la Generación del '40, la vida mística y el periodismo. Mantuvo especial amistad con los poetas Oliverio Girondo y Alejandra Pizarnik.

Se dedicó al esoterismo y al tarot además de publicar artículos en la revista Claudia y el diario La Nación. Utilizaba diversos seudónimos y heterónimos como Valeria Guzmán, Carlota Ezcurra, Martín Yáñez, Sergio Medina Richard Reiner, Valentín Charpentier, entre muchos otros. Sus poemas son una construcción rítmica, con tintes oníricos y metafísicos.

En la casa de Toay su abuela Laureana le contaba relatos de brujas y hadas. Una amiga de su madre le enseñó la magia de las cartas del tarot. En Desde lejos, su primer poemario publicado en 1946, ya se observa una impronta mística, que continuó desarrollando durante toda su obra. 

 


Ilustración: Matías De Brasi. Agencia Paco Urondo.

 

La casa

Temible y aguardada como la muerte misma
se levanta la casa.
No será necesario que llamemos con todas nuestras
lágrimas.
Nada. Ni el sueño, ni siquiera la lámpara.

Porque día tras día
aquellos que vivieron en nosotros un llanto contenido hasta palidecer
han partido,
y su leve ademán ha despertado una edad sepultada,
todo el amor de las antiguas cosas a las que acaso dimos, sin saberlo,
la duración exacta de la vida.

Ellos nos llaman hoy desde su amante sombra,
reclinados en las altas ventanas
como en un despertar que sólo aguarda la señal convenida
para restituir cada mirada a su propio destino;
y a través de las ramas soñolientas el primer
huésped de la memoria nos saluda:
el pájaro del amanecer que entreabre con su canto las
lentísimas puertas
como a un arco del aire por el que penetramos a un clima diferente.

Ven. Vamos a recobrar ese paciente imperio de la dicha
lo mismo que aun disperso jardín que el viento recupera.

Contemplemos aún los claros aposentos,
las pálidas guirnaldas que mecieron una noche estival,
las aéreas cortinas girando todavía en el halo de la luz
como mariposas en la lejanía,
nuestra imagen fugaz
detenida por siempre en los espejos de implacable destierro,
las flores que murieron por sí solas para rememorar el fulgor
inmortal de la melancolía,
y también las estatuas que despertó, sin duda a nuestro
paso,
ese rumor tan dulce de la hierba;
y perfumes, colores y sonidos en que reconocemos un instante del mundo;
y allá, tan sólo el viento sedoso y envolvente
de un día sin vivir que abandonamos, dormidos sobre el aire.

Nadie pudo ver nunca la incesante morada
donde todo repite nuestros nombres más allá de la tierra.
Mas nosotros sabemos que ella existe, como nosotros mismos,
por el sólo deseo de volver a vivir, entre el afán del
polvo y la tristeza,
aquello que quisimos.

Nosotros lo sabemos porque a través del resplandor nocturno
el porvenir se alzó como una nube del último recinto,
el último, el vedado,
con nuestra sombra eterna entre la sombra.

Acaso lo sabían ya nuestros corazones.

(Del poemario Desde lejos, de 1946)

 

 

A 101 de su nacimiento

La actividad que celebra el natalicio de la escritora consiste en una maratón de lectura continuada en voz alta, un homenaje y un encuentro significativo con la lectura e interacción con los lectores.

Leer a Olga colectivamente representa un ritual en el vaivén de esa palabras, una demarcación del territorio,  un paisaje verbal inconmensurable, una lucha de luces y sombras entre los hechizos del tiempo en donde la pregunta del ser toca el horizonte de la pampa misma.

La actividad se llevará a cabo el miércoles 17 de 10 a 17 h. Respetando los protocolos de sanidad se dividirán los lectores por horario. Cada lector tendrá 10 minutos para la lectura, distribuidos en cuatro minutos para leer dos poesías, tres minutos para entrar y tres minutos para salir del espacio. La voz de Olga en audio señalará el inicio de la maratón. Participarán docentes, estudiantes, poetas, escritores, amigos del museo y la comunidad. La maratón será transmitida vía streaming por la municipalidad de Toay. Podés verlo en este link.

 

 

Inscripciones: [email protected] o al teléfono 02954-835880

Casa Museo Olga Orozco, Av. 13 de Caballería, Toay, La Pampa.

 

 

Fuentes: Agencia Paco Urondo, El País, La Nación, El Placard, Facebook Casa Museo Olga Orozco.
Agradecimientos: Municipalidad de Toay, Secretaría de Cultura de La Pampa, Adriana Maggio, Daniela Rodi, Liliana Touceda, Rodrigo Perez, Emilce Aimar.