Los viajes de Domingo Faustino Sarmiento
Los viajes de Domingo Faustino Sarmiento

Los viajes de Domingo Faustino Sarmiento

En el Día del Maestro, a 130 años del fallecimiento del prócer, recordamos el costado más aventurero de Domingo Faustino, a través de sus viajes y sus anotaciones

El 11 de septiembre de 1888, fecha que dio nombre a la calle del barrio de Belgrano, Domingo Faustino Sarmiento fallecía en la capital paraguaya de Asunción, hundido en la misma pobreza en la que había nacido. Sin embargo, en los 77 años que vivió, el “padre del aula” tuvo la posibilidad de conocer Europa, Asia y Norteamérica; su último viaje fue póstumo, cuando trasladaron sus restos hasta el cementerio de la Recoleta, donde todavía descansa.

En el Día del maestro, a 130 años de su muerte, el Museo Histórico Sarmiento, a sala llena, homenajeó a su prócer con distintas actividades durante todo el día; entre ellas, la muestra “Expandiendo Horizontes”, que se inauguró con música, público y una mesa redonda de especialistas que hablarían de los “Viajes de Sarmiento” y su costado más aventurero.

Los disertantes coincidieron que después de visitar Europa, Asia y Norteamérica, la percepción de la educación pública y la política cambió en Sarmiento para siempre. Las observaciones que realizó durante todo su recorrido se publicaron dos años más tarde, junto con su libro de gastos, objeto que puede verse en la muestra actual del museo.

La moderación estuvo a cargo de Rodolfo Giunta, quien adelantó que el eje temático, los viajes del sanjuanino, se ubican entre 1845 y 1847, años en los que visitó España Francia, Italia, Alemania, Argel y EE.UU.

Cualquier forma de educación es un acceso al conocimiento”.

  • Sarmiento por Adriana Amante, Doctora en Letras.

Las cartas que escribió Sarmiento durante sus viajes producen fascinación y algo de ellas aparecen como indicios en el Facundo. En ellas se percibe que fue un maestro de la expresión, tenía una increíble capacidad para reproducir imágenes con palabras. Describió tormentas sobre el Río de la Plata y hasta podríamos asegurar que inventó algunas.

Sarmiento fue un gran lector de libros de geografía y de viajes. Era lo que más gustaba. Tuvo una gran predilección con los mapas, algo que puso en práctica durante el diseño de La Pampa.

Más que un maestro era un gran aprendiz. Comprendía el mapa de proyección mercator como una dimensión del tiempo, del espacio y del dinero. Inspirado en una clase de geografía que tuvo en París, compró el libro de gastos y hoy podemos pensarlo como su novela jamás escrita.

Su libro de viajes se relaciona directamente con la educación popular. Gracias a esa experiencia, Sarmiento cambió para siempre, encontró su destino.

Algo que aprendió en sus recorridos por diferentes países y modelos educativos fue la importancia de la formación de maestros. Celebra la novedad de la lectura, de la conferencia oral. Pensaba que aquellas personas que tuvieron que trabajar desde muy jóvenes podían completar su educación asistiendo a lecturas. Porque cualquier forma de educación es un acceso al conocimiento y es el único camino que conduce hacia el crecimiento de un país.

Para él, la educación universal era una forma de conectar a la gente con el mundo”.

  • Sarmiento por Hernán iglesias Illia, Coordinador de políticas públicas de la Jefatura de Gabinete.

Cuando viajé a Nueva York, recorrí todos los lugares en los que estuvo Sarmiento. Hoy, muchos años después, recuerdo que el libro de viajes es una bisagra en su vida, por lo político y como persona.

Cuando decía “civilización o barbarie”, Sarmiento pensaba en Francia. Volvió solo y sin dinero y se dio cuenta de que la había idealizado. En ese momento decide irse a EE.UU. y en seis semanas se enamora del país del norte. Retorna a Buenos Aires con una completa transformación ideológica.

En EE.UU. lo que más le impactó fue la organización de la sociedad. Los trenes y el telégrafo como objetos modernos que impulsan la comunicación. A partir de esa visión, trajo a la Argentina el poder de la inmigración, de las comunicaciones y el de la educación universal. Era una forma de conectar a la gente con el mundo. Pensaba que lo que hace un país es la manera en que vive la sociedad, no lo que hacen los gobiernos. Una idea que todavía es vigente.

“España era un país encantado, algo fantástico que era imposible de imitar”.

  • Sarmiento por Fernando Martínez Nespral, Arquitecto.

Sarmiento era un destacado en su época. Muchos escritores han hablado sobre sus viajes durante el siglo XIX, pero ninguno como Sarmiento. Su desarrollo de la imagen y del mundo hispano, nadie es tan imaginativo como él.

En aquella época era común entrar a España por un camino de Andalucía, para él fue el objetivo del viaje, decía que España era un país encantado, algo fantástico que era imposible de imitar. En realidad, la modernidad no había llegado a España y aún mantenía su encanto. Cuando llega a Barcelona se siente fuera de España, ya no observa el lado primitivo, porque esa sí era una ciudad moderna. Todos los modelos que elogia en sus libros son los que luego aplicará en Buenos Aires.