Los medios comunitarios en los 100 años de la radio
Los medios comunitarios en los 100 años de la radio

Los medios comunitarios en los 100 años de la radio

Efemérides
En ocasión de celebrarse los 100 años de la primera transmisión de radio en la Argentina, desde el Ministerio de Cultura de la Nación y la Secretaría de Gestión Cultural, compartimos un texto de Ernesto Lamas, publicado en la revista Caras y Caretas, sobre la importancia del rol de las emisoras comunitarias, populares, indígenas, sindicales y alternativas, y el trabajo cotidiano que desarrollan en todo el territorio nacional para fortalecer nuestras comunidades.
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Las otras radios

Las radios comunitarias tienen un lugar destacado en los 100 años de historia de la radiodifusión argentina. Guiadas por el sueño utópico de Bertold Brecht que imaginó a la radio como el más maravilloso medio de comunicación si además de hablar pudiese escuchar, miles de comunicadores en todo el país apagaron las radios para hacer sus radios.

Un breve repaso por la historia encuentra antecedentes en emisiones de radio clandestinas en los años ‘70 en Córdoba y, en plena dictadura, radios que interfirieron la televisión cuando pasaban partidos del mundial ‘78 con proclamas contra los militares. Ya en democracia, entre 1984 y 1987 surgen experiencias de muy baja potencia, con transmisiones irregulares y clandestinas. Las primeras radios comunitarias que lograron emitir con horarios de corrido de lunes a domingo con programaciones estables datan de 1987. A partir de ese año se vivió un surgimiento explosivo de emisoras en frecuencia modulada que no contaban con los papeles exigidos por el decreto/ley de radiodifusión que dejó el gobierno de facto. De pronto ocuparon el dial miles de radios en todo el país. Desde las entidades de medios hegemónicos se las denominó “piratas” o “truchas”. Muchas eran pequeñas radios comerciales, algunas fueron iniciativas de radioaficionados con deseo de experimentar. Y en medio de esa explosión aparecieron otras radios, medios de comunicación que también eran proyectos políticos-culturales creados con el objetivo de contar con una voz pública, que diera cuenta de otras miradas que no tenían aire en los medios tradicionales. Propusieron democratizar la comunicación para democratizar la sociedad desde la diversidad cultural de la comunidad a la que pertenecían. Se llamaron a sí mismas radios comunitarias, populares y alternativas.

 

En los años 90 resistieron las políticas neoliberales y fueron de los pocos medios que denunciaron el vaciamiento del Estado y el empobrecimiento de los sectores populares, al mismo tiempo que las empresas de medios comerciales consolidaban sus posiciones dominantes negociando con el gobierno y presionando al Congreso de la Nación para que no aprobara una ley de la democracia. Las radios comunitarias se organizaron en redes nacionales para compartir producciones y noticias. También para comenzar una lucha que tuvo como resultado la Ley de servicios de comunicación audiovisual en el año 2009, en la que por primera vez se reconoció la legalidad de medios audiovisuales sin fines de lucro, que en la práctica son mucho más que eso.

 

Las radios comunitarias no se definen por la baja potencia o por no vender publicidad. Hay radios comunitarias con coberturas limitadas y muy pocos ingresos, y también existen las que cubren varios kilómetros a la redonda y lograron una sostenibilidad económica digna, tanto con ingresos publicitarios como de diversas iniciativas en la que sus audiencias son protagonistas. Se definen por representar proyectos de vida ligados a luchas y reivindicaciones de grupos y movimientos diversos. Son medios de gestión social sin fines de lucro, en su mayoría organizados en cooperativas, asociaciones civiles y mutuales que se gestionan con prácticas participativas. En sus más de 30 años de existencia las radios comunitarias, resistieron la persecución, ganaron una batalla enorme por el derecho a la comunicación y además tuvieron tiempo para correr límites. Es comunitaria (Paj Sachama) la primera en el país en transmitir con energía solar en el monte de Santiago del Estero. Otra comunitaria fue la primera en salir al aire desde un centro de salud mental con programas realizados por internos. En una comunitaria (La Tribu) se produjo por primera vez en el país un podcast en el año 2005 y en una radio comunitaria de Córdoba (La Ranchada) sonó por primera vez el cuarteto, muy popular en la provincia. Son innumerables los ejemplos de radios comunitarias que marcaron un camino luego recorrido por medios públicos y comerciales.

La diversidad y el pluralismo las distingue en el mapa de medios. Radios campesinas como la red que fundó el Movimiento Campesino de Santiago del Estero que cuenta con 6 radios al aire, o Radio Tierra Campesina, una de las FM de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza. Sindicales como la Radio Germán Abdala de ATE Capital o SubteRadio de los trabajadores del subte. Pueblos originarios cuentan con 40 radios en 14 provincias. Un buen ejemplo es la primera en estar al aire, La voz indígena de Salta con participación de las comunidades wichi, guaraní y toba o Radio Puelmapu de la comunidad mapuche en Neuquén. Personas con discapacidad como Radio Braille de Santa Fé que trabaja con personas ciegas. Migrantes como Radio Integración Boliviana del barrio de Tolosa. De salud mental como La Colifata, Villeras como La Milagrosa de Ciudad Oculta en Buenos Aires. Gestionadas por estudiantes como Radio Revés de Córdoba. Y más: la primera radio cooperativa del país, FM En tránsito de Castelar, una que nació estudiantil y se transformó en comunitaria urbana, FM La Tribu y otra como FM Alas de El Bolsón cuyos radioparticipantes en 1999 rodearon la casa desde donde transmitía cuando las autoridades quisieron cerrarla y no pudieron. Muchas hoy integran la Red de Puntos de Cultura del Ministerio de Cultura de la Nación.

 

 

Hoy que la radio cumple 100 años de vida, hay alrededor de 300 emisoras en todo el país que se reconocen como comunitarias, populares o alternativas. Surgen nuevas emisoras por internet impulsadas por cooperativas o asociaciones civiles y sostenidas por el aporte de socios o clubes de oyentes. Conviven con las radios analógicas y nuevos medios alternativos al mismo tiempo que reclaman el derecho a la comunicación también en territorios digitales.

Las radios comunitarias son parte de la historia y del presente de la radio. También del futuro. Crean nuevos modos de interpelar a las audiencias con la diversidad y el pluralismo como bandera para sumar interlocutores y no seguidores. Con la conciencia de que cada nuevo emisor es un ataque a la concentración de medios tienen el desafío de consolidar sus redes y ocupar nuevos espacios.

 

Por Ernesto Lamas, Comunicador y docente argentino. Fue uno de los fundadores de FM La Tribu.

Publicado en la revista Caras y Caretas, agosto 2020