Lev Tolstói, el realismo literario de un autor universal
200 años de Fiódor Dostoievski
“El verdadero profeta del siglo XIX no fue Karl Marx, sino Dostoievski”, dijo una vez Albert Camus. Hoy, a 200 años de su nacimiento, homenajeamos la obra e influencia del escritor ruso que, aún hoy, contribuye a seguir repensando los rincones más luminosos y oscuros de la existencia humana. Además, en el Centro Cultural Kirchner, la soprano argentina María Belén Rivarola y la pianista rusa Irina Dichkovskaia celebrarán su natalicio, con un recital que reúne canciones y piezas para piano de Piotr Ilich Chaikovski y Sergei Rachmaninoff.Nikolái Gógol, el escritor ruso que satirizó la cultura zarista
Narrador, poeta y dramaturgo, el autor ruso del siglo XIX no solo logró innovar en la literatura de su tiempo, sino también inspirar a los grandes de la generación posterior: Turguénev, Dostoievski y Tolstói. Si bien siempre se consideró defensor del zarismo, sus textos dieron lugar a distintas interpretaciones para criticar esa misma forma de gobierno imperialista. A 212 años de su nacimiento, conversamos con el escritor, crítico y traductor argentino Eugenio López Arriazu, quien nos acerca más a la obra y legado de uno de los autores más notables de las letras rusas.Marina Tsvietáieva, la mujer que vivió en verso
Considerada una de las figuras más relevantes de la literatura rusa del siglo XX, este 8 de octubre se cumplen 128 años de su nacimiento. En esta nota, conversamos con la mexicana Selma Ancira, crítica y traductora que trajo al español casi toda la obra de la poeta moscovita, y quien nos cuenta más sobre su valor literario y trágica historia de vida.En el seno de una familia aristocrática rusa, Lev Nikoláyevich Tolstói nació el 9 de septiembre de 1828, en Yásnaia Poliana. Si bien perdió a sus padres desde muy pequeño, sus tías se encargaron de que el joven conde Lev -título nobiliario heredado de sus progenitores- recibiera una educación de primera calidad. En la Universidad de Kazán, estudió Letras y Derecho, pero abandonó sus estudios para volver a la vida de su pueblo de nacimiento. Allí, tomó conciencia de cómo vivía la servidumbre que trabajaban en su hogar. Esto marcó un antes y un después en su vida.
Más tarde conoció Moscú y San Petersburgo, donde comenzó con ciertos problemas de juego, alcohol y deudas. En 1853, a sus 25 años, se declaró la Guerra de Crimea entre el Imperio ruso y el Imperio otomano. Tolstói no dudó en luchar en allí. Sin embargo, problemas de salud lo alejaron de su actividad militar y fue cuando comenzó a dedicarse a la literatura.
Escribió cuentos, novelas, ensayos, textos pedagógicos y didácticos. En su producción literaria, Tolstói mantuvo un estilo marcadamente realista con una enorme presencia de la crítica social. Fue más que incisivo, sobre todo, contra la Iglesia ortodoxa y el Imperio zarista. Infancia (1852); Adolescencia (1854); Juventud (1856) fueron sus primeras novelas. Entre sus cuentos: La redada (1852); La tormenta de nieve (1856); De los recuerdos del Cáucaso. Degradado (1856); La mañana del terrateniente (1856), entre tantos otros. Y, en relación con sus textos más ensayísticos, ¿Qué es el arte? (1897) es uno de los más renombrados.
Tolstói junto a su mujer, Sofía Behrs.
Con 82 años, Lev Tolstói murió de neumonía en 1910, en la estación ferroviaria de Astápovo, mientras se alejaba de su familia. Había tomado la decisión de abandonar el hogar porque ya no compartía la sujeción a un estilo de vida aristocrático que no lo representaba de ningún modo. Había decidido también donar sus pertenecias y esto provocó una gran crisis con su mujer, Sofía Behrs. Aquella localidad rural donde dejó su último aliento, hoy lleva el nombre de Lev Tolstói.
A continuación, compartimos cinco de sus mejores obras:
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Guerra y Paz (1865-1869)
Considerada como una de las grandes obras de la literatura rusa del siglo XIX, la novela narra las peripecias no solo de un momento histórico crucial, durante medio siglo de historia rusa desde las guerras napoleónicas, sino también todas las vicisitudes que atraviesan algunas de las familias más aristocráticas de Rusia. De corte realista, con una crítica social incisiva y un desfile de personajes interesantes, Tolstói construye un relato épico que oscila entre Moscú y San Petersburgo, palacios y campos de batalla, donde la revolución llegará a lo más hondo de la condición humana.
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Anna Karenina (1875-1877)
A partir de cierta decadencia que se intuye sobre el imperio zarista, el autor retrata la moral y las frivolidades de una época que atraviesan y condicionan a la joven aristócrata que le da título a la novela. El escándalo, los rumores, la apariencia social y hasta la tragedia giran en torno de esta heroína enamorada que, fiel a su corazón, llegará hasta las últimas consecuencias. Tal vez, la novela romántica rusa más importante desde su publicación.
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La muerte de Iván Ilich (1886)
Inspirada en una crisis que sufrió al cumplir su quinta década de edad y, luego, el cambio radical que le dio a su vida a partir de ese momento, Tolstói le dio forma a otro de sus textos más conocidos. Por su parte, Iván Ilich parece tenerlo todo. Sin embargo, la monotonía constante comenzará a resquebrajar algo más que su propia rutina y a cuestionarse de qué se trata aquel “todo”. Además, la llegada de un personaje especial le mostrará otras perspectivas, quizá, para completar su íntima y personal transformación. Según Vladimir Nabokov y Mahatma Gandhi, la mejor obra de toda la literatura rusa.
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Resurrección (1899)
La última novela que Tolstói publicó en vida: una historia de culpa, arrepentimiento y redención, a partir de cierta relación que hubo una vez entre una joven (ahora caída en desgracia y devenida en prostituta) y un príncipe seductor. Ella está a punto de ser enjuiciada por supuestos delitos y confinada en Siberia; él es parte del jurado y cree en su inocencia. Tolstói describe con maestría cómo se impartía la justicia de la época y la complejidad social que atravesó la sociedad rusa a finales del siglo XIX.
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La sonata a Kreutzer (1889)
Hay quienes dicen que, en esta novela, Tolstói expresó sus propios celos a partir de cierta “obsesión” por parte de su mujer, Sofía Behrs, con el músico y compositor Serguéi Tanéyev. Pózdnyshev, su esposa y un violinista, los personajes de la obra, afrontan aquellas mismas tensiones que darán lugar a un torbellino de emociones, sentimientos e, incluso, irracionalidades. Tolstói reflexiona, en este texto, sobre los desbordamientos, precipitaciones e intentos de posesión que, muchas veces, provocan las pasiones humanas.