Las obras de “Nuestro Teatro”, a punto de estrenar
Las obras de “Nuestro Teatro”, a punto de estrenar

Las obras de “Nuestro Teatro”, a punto de estrenar

Teatro
Se trata de las piezas seleccionadas mediante el concurso del Teatro Cervantes que comenzaron a ensayar para subir el telón de manera online. En este marco, la directora Lorena Vega nos cuenta cómo fue trabajar en este contexto para el estreno y filmación de “Civilización”, la primera obra elegida de la convocatoria.

Desde septiembre, el Teatro Nacional Cervantes retomó las actividades internas con un protocolo sanitario específico para el edificio, que fue aprobado y consensuado con todos los gremios presentes en la institución y según la normativa de la Comisión de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT), de acuerdo con las últimas disposiciones de las autoridades del Gobierno Nacional y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

De esta manera, comenzaron las tareas de ensayos, montaje y filmación de las obras seleccionadas en el Concurso “Nuestro Teatro”. En este sentido, se programó un esquema de regreso a la actividad de manera gradual y paulatina, con una dotación mínima indispensable de personal, que ya trabaja por turnos y en equipos reducidos, bajo estrictos controles sanitarios que se realizan en cada uno de los espacios.

A la fecha, el Teatro Cervantes-Teatro Nacional Argentino cuenta con los elencos completos de las diez primeras obras que se representarán en la sala María Guerrero, sin público y con todo listo para ser filmadas y luego difundidas mediante el Cervantes Online. Entre ellas: Civilización (escrita por Mariano Saba y dirigida por Lorena Vega); Asteroide. Fin de un mundo imposible (escrita por María Zubiri y dirigida por Cecilia Meijide); Al hueso (escrita por Santiago Dejesus y dirigida por Pompeyo Audivert); Al oeste del amor (escrita por María Figueras y dirigida por Santiago Gobernori); El derecho de las cosas (escrita por Guillermo Arengo y dirigida por Analía Couceyro); La pasión según Teresa Von Hauptbanhof (escrita por Cristian Palacios y dirigida por Nayla Pose); El ojo del destino (escrita por Francisco Estrada y dirigida por Mariela Asensio); Puzzle (escrita por Sergio Omar Lupardo y dirigida por Santiago Doria); Blizzard (escrita por David Angel Gudiño y dirigida por Laura Fernández), y Camarín 19 (escrita por Vera Czemerinski y dirigida por Alejandra Flechner).

Próximos a comenzar los estrenos de las obras en Cervantes Online, conversamos con Lorena Vega -directora de Civilización, la primera seleccionada del Concurso "Nuestro Teatro"-, quien nos cuenta cómo es la experiencia de dirigir, montar y ensayar una pieza teatral, en el actual contexto de emergencia sanitaria. 

La directora Lorena Vega. Foto: Sebastián Freire.

-¿Cómo nació la obra Civilización? 

-La obra pertenece a Mariano Saba y, en las charlas previas a los ensayos, me compartió que la obra surge del interés por la ranchería. Se trata del primer teatro que hubo en este territorio que, después, sería la Argentina. Allí se produjo un incendio y eso da cuenta de que tenemos una genealogía de teatros incendiados. Coincide también que había una epidemia de viruela en esa época, por lo cual resonaba con el contexto para la convocatoria del Teatro Cervantes-Teatro Nacional Argentino. El concurso se llamó “Nuestro Teatro” y se organizó en el marco de la pandemia con el fin de promover el trabajo del sector de las artes escénicas. Saba participó del concurso y fue uno de los veintiún ganadores a nivel nacional. Luego, la dirección del teatro y su equipo de producción convocaron a directoras y directores. Me asignaron la obra y, en todo sentido, la acepté contenta: por tener trabajo; por volver a trabajar en una sala de ensayo de modo presencial; porque me interesaba mucho trabajar con un texto de Saba a quien conozco como compañero no solo del área de teatro independiente, sino también del trabajo que venimos haciendo junto con el equipo de “Teatro x la identidad”.  

-¿Cómo definirías la propuesta? 

-Es una obra en clave de humor, que es un registro que me gusta mucho. El componente narrativo sobre la epidemia de viruela nos permitió jugar adrede el tema del distanciamiento en la ficción colaborando con las necesidades de la realidad. Pude trabajar con un equipo actoral y un equipo creativo que proviene del teatro independiente y la mitad de las personas no habían trabajado previamente en el teatro oficial de manera que hubo muchos motivos para transitar la experiencia con emoción. El grupo lo conformaron en actuación Julieta Brito, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni, Mariano Sayaveedra y Gonzalo Urtizberea. Y en las áreas creativas Celeste Etcheverry en escenografía; Julieta Harca en vestuario; Soledad Ianni en iluminación, Agustín Flores Muñoz en música, y Jazmín Titiunik en coreografía.

-¿Cómo es trabajar y ensayar en medio de una pandemia? 

-Ensayar en medio de la pandemia no fue fácil por diversos motivos. Desde los logísticos por lo que implica la coordinación de todo al salir de las casas, sumado a eso los temores al contagio, y también hay cuestiones específicas de la actuación en sí, por ejemplo, hablar detrás del barbijo o la máscara transparente genera un desgaste en la voz. Pero aún con todas esas circunstancias en danza la experiencia de Civilización fue rotundamente positiva, porque quienes teníamos miedo de salir fuimos comprobando que, cumpliendo el protocolo, podíamos hacer nuestro trabajo. Hacer nuestro trabajo también nos mejoró el ánimo y, por otro lado, en términos técnicos la práctica escénica se constituye por leyes y consignas que organizan las piezas teatrales. De manera que “el distanciamiento” puede operar como un “procedimiento” o como una “consigna” de la obra y convertirse en juego. Quienes investigamos la escena nos entrenamos para trabajar con obstáculos y sortear dificultades. Así que la imposibilidad de tener contacto en la actuación fue un desafío y le encontramos aristas estéticas. 

Foto: Sebastián Freire.

-¿Cuáles son los protocolos que se llevan adelante para los ensayos?

-En cuanto a los protocolos fueron así: nos trasladamos con movilidad propia y, si no la teníamos, el Teatro Cervantes se hacía cargo de nuestro traslado. Algunxs fueron en sus autos, otres en bicis, y otres en taxis. También hubo una compañera que prefería caminar para hacer ejercicios y recorría cincuenta cuadras por día. Al llegar había que limpiarse los zapatos, oler un papel que se sumerge en un frasco con alguna fragancia y decir qué fragancia era. Nos tomaban la temperatura y nos teníamos que poner alcohol en las manos. Siempre tener barbijo y el teatro nos dio las máscaras trasparentes. En el ascensor podían subir solo dos personas por vez, y alejadas allí dentro. Y en la sala de ensayo con la cantidad de metros que permiten conservar permanentemente la distancia entre las personas, había mesas y sillas rotuladas con los nombres de lxs integrantes. Las jornadas de ensayo fueron de cuatro horas y, cada dos horas, había que ventilar el lugar. En varias oportunidades hubo visitas de personal que controlaba que no faltaran los insumos necesarios como alcohol y papel descartable, etc. 

-¿Cómo se desarrollan las filmaciones? ¿Es igual que un film o se atienden otras cuestiones para conservar aquello que es propio del teatro?

-De los diez días de ensayo solo los dos últimos fueron en la sala María Guerrero, la sala más grande del Teatro, donde se filmarán todas las obras de CABA. En el caso de Civilización, utilizamos el escenario de modo tradicional. Tuvimos en cuenta las posiciones de cámara para que en determinados momentos las actrices y los actores privilegiaran la expresividad hacia el lente. El área de iluminación hizo ajustes para que se pudiera ver por cámara el color exacto que necesitábamos dado que en vivo no se ve igual que en cámara. Por otro lado, actrices y actores utilizaron micrófonos, que no es un material excluyente en el teatro pero si se tratara de una función presencial probablemente no lo hubiésemos elegido ya que el elenco tiene mucha potencia vocal y la sala tiene muy buena acústica. La idea fue hacer la obra sin detenciones. Al momento de filmar corrió como en una función. El registro que quedó de la pieza tiene la impronta de haber sido en vivo, incluso la gente presente del teatro se reía en voz alta.

-Sabemos que el teatro filmado no es teatro. ¿Creés que la pandemia cambiará la experiencia teatral como la conocemos? 

-A medida que va transcurriendo el tiempo y vamos conociendo trabajos que surgen en pandemia, investigaciones y propuestas estéticas que se pudieron ver en este tiempo, creo que se puede pensar que sí se sumarán otras maneras de generar experiencias artísticas y contenidos artísticos. Pero no creo en la desaparición del teatro tal como lo conocemos. Pienso que la actividad escénica con público debería volver de a poco como lo están haciendo otras disciplinas y, luego, con la llegada de la vacuna, ya podremos retomar la práctica reencontrándonos con el contacto y los nuevos sentidos que surjan de la huella que dejará este tiempo. 

-¿Qué sucede con los espectadores? ¿Qué respuestas observás? ¿Se mantiene el acercamiento y el interés por la producción teatral?

-Pienso que las y los espectadores se sintieron acompañadxs al inicio de la cuarentena por los materiales teatrales que se empezaron a compartir. También creo que ellxs acompañaron colaborando con las producciones cuando empezaron las acciones con “gorra virtual” o incluso pagando entradas de proyecciones o “entradas a futuro”. Aunque con el paso de los meses esas colaboraciones fueron mermando debido a la crisis económica. No tengo duda de que si se fomenta la circulación de los materiales creativos que tenemos en tanto obras de teatro como las nuevas expresiones artísticas online el público va acompañar, apoyar y disfrutar. Solo es cuestión de acceso al conocimiento de las producciones y los materiales artísticos que tenemos. Tuve la experiencia de hacer el streaming de Yo, Encarnación Ezcurra, a través de Teatro El Picadero. Es un unipersonal escrito por Cristina Escofet y dirigido Andrés Bazzalo. La respuesta fue buenísima. Se vendieron las entradas como si hubiésemos llenado la sala tres veces y sucedió en septiembre, ya muy avanzada la cuarentena. 

-¿Qué cosas tener en cuenta a la hora de mirar teatro filmado y disfrutarlo más?

-La calidad en la que se está filmando es cada vez mejor, así que propongo que traten de generarse el momento como un ritual. Tratar de estar cómodxs, de apagar la luz del ambiente y, en lo posible, que no haya mucho ruido alrededor. Después, lo que sigue es siempre una experiencia muy personal: si quieren mirar comiendo algo o bebiendo algo que les guste mucho, está muy bien también. Es un muy buen plan.