Las mujeres universitarias de 1918
Las mujeres universitarias de 1918

Las mujeres universitarias de 1918

Efemérides
Invisibles para el registro documental, para el año de la Reforma Universitaria las mujeres ya llevaban tres décadas en la Universidad. Habían egresado de diferentes carreras y estaban organizadas.
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No aparecen en las imágenes ni firmaron los documentos que pasaron a la historia, sin embargo, ahí estaban. Para el momento de la Reforma Universitaria varias mujeres circulaban por las instituciones de estudios superiores y las luchas por sus espacios y reivindicaciones eran una constante.

Una mujer destacada en 1918 fue Prosperina Paraván, que entonces estudiaba Odontología, una carrera que recién nacía. En diciembre de 1917 las autoridades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) decidieron cerrar el internado del hospital de Clínicas, sitio donde los alumnos del interior tenían hospedaje y comida. Esa fue la chispa que encendió el fuego de la Reforma. Entre otras protestas, los estudiantes decidieron no matricularse para las clases de 1918 ante lo cual el rectorado decidió dar por terminados los cursos sin que comenzaran. Allí fue cuando tomó cuerpo la rebelión estudiantil. Paraván marchó por las calles de Córdoba e hizo frente a la represión policial. Ella formó parte de los que trabajaron en las propuestas de reformas del plan de estudios de Odontología y de la normalización de su centro de estudiantes.

La primera mujer en recibirse de partera fue Ángela Sertini de Camponovo, quien egresó en 1894 de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Las carreras relacionadas con la medicina fueron las primeras en las que dejaron huella las mujeres, siendo las primeras profesionales parteras, médicas y farmacéuticas. Quizás porque el nexo entre ellas y estas disciplinas estaba naturalizado, así como sucedía con la enseñanza: las esposas y madres habían sido históricamente las encargadas de cuidar de la salud y las enfermeras en el hogar. Así, el hecho de que las mujeres estudiaran estas carreras no implicaba una ruptura brusca con el orden de cosas socialmente establecido.


Guardia estudiantil previa a recibir el título de médico, en la Maternidad Nacional, 1964. Gentileza:Jorge Zatti/Universidad Nacional de Córdoba


Fue la médica graduada Julieta Lanteri quien, al año siguiente de la Reforma, se presentó como candidata a diputada nacional al argumentar que, si bien estaba prohibido que las mujeres pudiesen votar, la norma no decía nada sobre que pudieran ser candidatas.

Lanteri advirtió que la obstetricia -que por esos días era patrimonio casi exclusivo de las mujeres- comenzaba a ser una actividad cada vez más interesante para los varones. Cuando a comienzos de siglo la obstetricia médica se separó de la práctica y empezaron a haber cátedras diferenciadas, Lanteri dijo a sus colegas parteras que si ellas no continuaban con su formación universitaria se iban a quedar con las tareas menos calificadas y rentables económicamente porque esos lugares iban a ser ocupados por hombres.

Lanteri formó parte de la primera asociación profesional de mujeres, la Asociación Obstétrica Nacional. Años antes, en 1904, había impulsado la creación de la Asociación de Universitarias Argentinas. En 1910 participó en la realización del Primer Congreso Femenino Internacional.


Julieta Lantieri en 1911, cuando logró votar por primera vez


La Universidad Nacional de Córdoba elaboró un índice de mujeres graduadas en dicha institución. Del periodo 1884-1950 registran: Angela Sertini de Camponovo, en 1884; Clementina Álvarez Villafañe, en 1887; la italiana Antonieta Bellochio, en 1888; la francesa Margarita C. de Dulue, en 1890; la italiana Rosa Giobellino, en 1891; las italianas Catalina de Clericci y Francisca Violetta C. de Martucci, junto a la francesa Paulina Martín de Mollo, en 1892; y la italiana Livia de Zacañini, junto a la española Ema Sales, en 1893, obtuvieron su título de parteras en la Facultad de Medicina.

En la Facultad de Ciencias Médicas aparecen tres mujeres inscriptas en la carrera de Odontología en 1917 y una graduada en 1920. En la carrera de Medicina, la serie consigna 79 alumnas de un total de 1.101 estudiantes para 1923; y dos graduadas mujeres en una cohorte de 164 graduados, en 1930.

La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales consigna en 1923 a las primeras cinco estudiantes, entre 305 varones. Al año siguiente aparece la primera graduada dentro de una cohorte de 47 egresados.

En el caso de la Facultad de Ciencias Exactas, la presencia es exclusivamente masculina hasta los años '40 y '50.

 

Fuente: Disertación de Araceli Bellota y Ana Laura Martin en mesa de debate “Mujeres en la Reforma: ¿sujetos ausentes o sujetos invisibilizados?” /Agencia universitaria de comunicación de la ciencia, el arte y la tecnología, Universidad Nacional de Córdoba.