Tarkovski y la lluvia
Tarkovski y la lluvia

Tarkovski y la lluvia

¿Cuál es el enigma que se esconde detrás de este elemento que aparece recurrentemente en sus films? Desentrañamos esta pregunta en seis frases del cineasta ruso
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¿Cuál es el enigma que se esconde detrás de este elemento que aparece recurrentemente en sus films? Ninguno. Presente en muchas de sus películas, existen muchas teorías y conjeturas respecto al uso de la lluvia en los films de Andréi Tarkovski, parte de las constantes de su narrativa fílmica, así como otros elementos naturales, los sueños, Dios y el mundo espiritual, el mundo del arte, entre otros. Y en no pocas oportunidades el cineasta ruso mencionó que le causaba rechazo que los críticos y el público intentaran buscar explicaciones o enigmas secretos escondidos tras la lluvia que aparecía en sus obras, así como tras otros elementos recurrentes.

Tarkovski sentía un gran rechazo por los rótulos y sostenía que lo que buscaba en sus películas era mostrar su propio mundo interior, no volcar en sus films contenidos ocultos mediante símbolos o metáforas rebuscadas. De hecho, lo que solía decir en las entrevistas cuando le preguntaban por la aparición del agua y la lluvia era que no tenía ningún significado especial, simplemente que el agua era parte del paisaje en el que había crecido.

Al igual que otros grandes creadores del séptimo arte, Andréi utilizó recuerdos de su infancia para convertirlos en algo superior, que, mediante la universalidad del arte lograra interpelar y captar la sensibilidad de cada espectador. En sus películas utiliza imágenes que provienen de su vida personal, y, a la vez, todo está atravesado por la inmensa naturaleza que recuerda al hombre su  insignificancia dentro del vasto mundo. Pero además, Tarkovski se sentía atraído por el agua, elemento que adquiere gran protagonismo en sus films: como río, lago o lluvia filtrándose a través del tejado de una casa. Manantiales, pozos de aguas, pantanos, lluvia y nieve. Su imagen o su sonido. Habitaciones inundadas, canillas que gotean, jarras y vasos llenos de agua o agua derramada.

En las siguientes 6 frases, el Tarkovski devela el misterio de la lluvia:

  1. (...) He tenido muchas ocasiones de hablar con mis espectadores. Y muchas veces he tenido que percatarme de su escepticismo frente a mis afirmaciones de que en mis películas no hay ningún símbolo o metáfora. Muy a menudo, incluso con apasionamiento, se me pregunta por el significado de la lluvia. Por qué aparece en todas las películas. Y por qué aparece siempre el viento, el fuego y el agua. Preguntas de este tipo me confunden”.
  2. “Se podría decir que los aguaceros son característicos de la región en que me crié. En Rusia hay largas temporadas de lluvia que despiertan la nostalgia. Y también se podría decir que a mí no me gusta la gran ciudad, sino la naturaleza, y que me siento extraordinariamente a gusto cada vez que me alejo de los logros de la civilización moderna y voy a mi casa de campo, alejada más de trescientos kilómetros de Moscú. La lluvia, el fuego, el agua, la nieve, la escarcha y los campos son elementos del ambiente material en que vivimos, son -si se quiere- una verdad de la vida".
  3. "Por eso me afecta cuando me entero de que las personas, en vez de disfrutar sencillamente de esa naturaleza que se ha incorporado a las imágenes, van buscando en ella un sentido oculto. En la lluvia se puede ver, sin más, mal tiempo, mientras que yo lo utilizo de una forma determinada, como un ambiente estético, que marca el desarrollo de la acción. Pero eso no significa -ni mucho menos- que en mis películas la naturaleza sea símbolo de algo".
  4. "En las películas comerciales parece que ni siquiera existe la meteorología. Allí todo está marcado por las extraordinarias condiciones de luz y de interiores para conseguir unas tomas rápidas. Aquí todo marcha según el guión, y nadie se pone nervioso por los tópicos de un ambiente reproducido tan sólo de manera aproximada, por el descuido en los detalles. Pero cuando el cine le trae al espectador el mundo real y le permite observarlo en toda su plenitud, casi «olerlo», sintiendo sobre su propia piel la humedad o la sequía, entonces se comprueba que ese espectador hace mucho que ha perdido la capacidad de entregarse a esa impresión de forma emocional, simple, en un sentido inmediatamente estético. Por el contrario, continuamente se está sometiendo a un control, se está examinando y preguntando por el porqué y el para qué”.
  5. “El único motivo es muy simple: en la pantalla, yo quiero mostrar de la forma más perfecta posible mi propio mundo ideal, tal como yo mismo lo siento y lo percibo. No escondo ante el espectador intenciones especiales ni me dedico a jugar con él. Le muestro el mundo tal como a mí me parece, en su máxima expresividad y precisión. Tal como expresa, de la forma más perfecta posible, el sentido no perceptible de nuestra existencia”.
  6. “Siempre hay agua en mis películas. Me gusta el agua, especialmente los arroyos. El mar es demasiado vasto. No le temo al mar, pero me resulta muy monótono. En la naturaleza me gustan las cosas más pequeñas. Prefiero los microcosmos, no los macrocosmos; opto por las superficies limitadas. Me encanta la actitud japonesa a la naturaleza. Se concentran en un espacio confinado que refleja el infinito. El agua es un elemento misterioso - debido a su estructura. Y es muy cinético, transmite movimiento, profundidad y cambios. Nada es más hermoso que el agua”.