"Juana de América", la gran poeta uruguaya
"Juana de América", la gran poeta uruguaya

"Juana de América", la gran poeta uruguaya

Letras
Efemérides
Desde la poesía, Juana de Ibarbourou incursionó en el vanguardismo, en el surrealismo y en el misticismo. Obtuvo el Gran Premio Nacional de Literatura de Uruguay y fue propuesta para el Nobel.

Hija de Vicente Fernández, un inmigrante gallego, y de Valentina Morales, bisnieta de andaluces, Juana Fernández Morales nació el 8 de marzo de 1892 en Melo, Uruguay. A los 20 años se casó y tomó el nombre por el cual se haría conocida en el mundo: Juana de Ibarbourou.

Sus primeros poemas fueron publicados en diarios bajo el seudónimo de Jeannette d’Ibar.

En 1919, luego de publicar su primer libro Lenguas de diamante, le escribió al poeta español Miguel de Unamuno, quien le respondió: “Me ha sorprendido gratísimamente la castísima desnudez espiritual de las poesías de usted, tan frescas y tan ardorosas a la vez”.

En esos años, el gobierno uruguayo le ofreció una cátedra de Lengua y Literatura en el Instituto Normal, se adaptó su libro Páginas de literatura contemporánea como texto escolar y se empezó a hacer famosa.

En 1929 fue proclamada “Juana de América” en el Palacio Legislativo del Uruguay, ceremonia que presidió el poeta “oficial” uruguayo Juan Zorrilla de San Martín y que contó con la participación del ensayista mexicano Alfonso Reyes.

En La rosa de los vientos, publicado en 1930, se sumergió en el vanguardismo, incluyendo imágenes surrealistas. Con Estampas de la Biblia, Loores de Nuestra Señora e Invocación a San Isidro, publicados en 1934, transitó la poesía mística.

Publicó libros de cuentos y de teatro. En 1938, fue invitada a un acto en la Universidad de Montevideo para hablar de su poesía y su obra creativa. Frente a la poeta chilena Gabriela Mistral y a la poeta argentina Alfonsina Storni dio una conferencia titulada “Casi en pantuflas”, en la que rompía la idea romántica que trataban de erigir sus contemporáneos hombres y contó que el acto de creación poética ocurría en soledad, en un ambiente cotidiano.

Fue una poeta genial que en su vida privada sufrió violencia de género por parte de su marido y su hijo y se hizo adicta a la morfina.

Ocupó la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Escritores en 1950. Cinco años más tarde su obra fue premiada en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, y en 1959 el gobierno uruguayo le concedió el Gran Premio Nacional de Literatura, otorgado por primera vez aquel año. En 1959 fue propuesta para el Nobel de Literatura y una recopilación de su obra se publicó en ediciones Aguilar, en España.

Sus sentimientos son el eje central de sus versos. En uno de los más conocidos, Vida garfio, se imagina muerta aunque continua viviendo por el amor.

Vida garfio

Amante: no me lleves, si muero al camposanto
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
Alboroto divino de alguna pajarera
O junto a la encantada charla de alguna fuente.

A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
Donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
Alargados en tallos, suban a ver de nuevo
La lámpara salvaje de los ocasos rojos.

A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
Más breve. Yo presiento
La lucha de mi carne por volver hacia arriba,
Por sentir en sus átomos la frescura del viento.

Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
Podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
En medio de las sombras estrujadas y prietas.

Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
En la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
Yo subiré a mirarte en los lirios morados!