José González Castillo, las mil caras de un poeta
José González Castillo, las mil caras de un poeta

José González Castillo, las mil caras de un poeta

Música
Teatro
Efemérides
Escritor, dramaturgo, guionista de cine y letrista musical, dejó una gran cantidad de obras como "El Parque", "La mujer de Ulises Luiggi", "La serenata", "Los invertidos" y una infinidad de composiciones inmortalizadas a través del tango. Hoy, a 136 años de su natalicio, lo homenajeamos recordando parte de su vastísima obra y legado cultural.

Autor, dramaturgo, director y letrista de tango argentino, José González Castillo nació en la ciudad de Rosario, el 25 de enero de 1885. Se dice que a partir de los nueve años, vivió en Orán, Salta, educado por un sacerdote. Sin embargo, con el tiempo, se alejó de la formación eclesiástica para adoptar las ideas anarquistas. En Buenos Aires, realizó según distintos críticos un gran aporte a las artes escenénicas y al tango. 

Durante su primera juventud, ejerció distintos oficios: en Rosario fue periodista de algunos diarios de la época y, ya en Buenos Aires, peluquero en el barrio porteño de Boedo. No obstante, la vocación de escribir fue la que nunca abandonó. En 1905, con una compañía integrada por panaderos entre los que circulaba cierto ideario anarquista, estrenó su primera obra, Los rebeldes. Luego, a lo largo de la primera década de ese siglo, se estrenaron Del fango, por la compañía de Pepe Podestá en el Teatro Apolo; y Entre bueyes no hay cornadas; El retrato del pibe; Luigi; La telaraña. Con estas obras, su nombre cobró un reconocimiento notable, entre los artistas y creadores de la época.

En 1911 viajó a Chile donde realizó diversas actividades políticas. Allí escribió La serenata con la que obtuvo el Primer Premio de un concurso que había sido organizado por el Teatro Nacional. Al regresar a Buenos Aires continuó con su labor teatral y puso sobre el escenario El mayor prejuicio; Los invertidos; El hijo de Agar. En 1915, encabezó una compañía de corte tradicional, con la que representó obras como Juan Moreira; Santos Vega, y Martín Fierro en el Teatro San Martín.

Escena de Los invertidos. Se representó por primera vez el 23 de septiembre de 1914.

Las letras del tango

El primer tango de González Castillo fue ¿Qué has hecho de mi cariño?, escrito para la obra Don Agenor Saladillo en 1918, con música de Juan Maglio. Además, se trata del primer tango que compuso para Carlos Gardel. Después siguieron Clarita con música de Domingo Fortunato; Páginas de amor, con música de Luis Riccardi; Griseta, con música de Enrique Pedro Delfino; Silbando, con música de Sebastián Piana y su hijo Cátulo Castillo; Sobre el pucho, con música de Piana; entre tantas otras.

González Castillo, de esta manera, abrazó muchas de las composiciones de tinte más popular. Con Sobre el pucho (1922), dicen los que saben, se afianzó en el género y marcó un nuevo rumbo en el tango. Y es que, en muchas de estas obras, González Castillo describió diferentes elementos que hacen al mundo mítico del tango: el callejón, el farolito, el organito o la calle de tierra. Presentó está obra con Sebastián Piana, autor musical, en el concurso de los cigarrillos “Tango”, y obtuvo el Segundo Premio. Y llegaron muchas más letras que lo posicionaron como uno de las letristas más populares de entonces. 

González Castillo y su hijo, Cátulo.

Textos para ver

González Castillo también escribió los guiones de varias películas mudas, como Nobleza gaucha (1915), Resaca (1916) y Juan sin ropa (1919). Entre ellas se destacó la primera, en la que utilizó textos propios y del Martín Fierro, de José Hernández; Fausto, de Estanislao del Campo, y Santos Vega, de Rafael Obligado. La película tuvo en su momento una extraordinaria repercusión entre el público. También compuso distintos libretos en la época del cine sonoro: La ley que olvidaron (1938), que dirigió José Agustín Ferreyra y protagonizaron Libertad Lamarque, Santiago Arrieta, Herminia Franco y Pepita Muñoz; y Juan Moreira (1936) según la novela de Eduardo Gutiérrez.

Por otra parte, José González Castillo, junto con César Garriogós y otros amigos intelecutales, fundaron el 12 de febrero de 1928, la Universidad Popular de Boedo, que durante más de veinte años se ocuparon de diversas actividades culturales, destinada a los sectores más vulnerables. Cuatro años después, en Boedo 868 fundó la Peña Pacha Camac, la cual funcionó como un gran centro de cultural popular, donde se ofrecieron clases de dibujo, pintura, música y declamación.

Reivindicación

Sin embargo, como dice la investigadora argentina en artes, Natacha Koss, “a mediados de la década del 50, José González Castillo se había convertido en un ilustre desconocido de la escena teatral nacional. Seguía siendo recordado como figura del tango, como ‘padre de’ Cátulo y, tal vez, como factutom de Argentores. Pero la realidad era que sus obras casi no se representaban”. Y agregó: “Recién en 1990 Alberto Ure lo sacó del olvido con la laureada puesta de Los invertidos”.

En relación con las artes dramáticas, José González Castillo fue un innovador en varios aspectos. Al respecto, Koss comenta: “Por ejemplo, siendo un intelectual de principios del siglo XX, supo ver las virtudes tanto de lo culto cuanto de lo popular. En su conferencia ‘El sainete, medio de expresión teatral argentino’, dictada en 1937, se adelanta a las modernas teorías de Jean-Marie Pradier o de Richard Schechner, al afirmar que el teatro es un rasgo cultural característico del ser humano. Se desprende de los pensadores que sostienen el origen grecolatino de la escena y alega: ‘El teatro debió ser el medio natural de expresión artística de los hombres congregados en familias y pueblos… Antes que aprender a cantar, a bailar, a tocar un instrumento, a pintar o a esculpir –artes que llamaremos individuales–, el hombre, en su vida de relación, debió ‘hacer teatro’, propiamente dicho”.

A sus 52 años, murió en Buenos Aires el 22 de octubre de 1937. Sin embargo, su vastísima obra continúa dando de qué hablar. Por eso hoy, a 136 años de su nacimiento, lo celebramos y homenajeamos como uno de los autores argentinos que más ha aportado a la escena cultural del país.