El potro: Horacio Guarany
El potro: Horacio Guarany

El potro: Horacio Guarany

Efemérides
Hace 95 años nacía una de las figuras más carismáticas del folclore argentino. Su canción "Si se calla el cantor" se convirtió en un himno para la generación de los años '60 y '70 y aún hoy se levanta como bandera. En el aniversario de su natalicio compartimos algunas reflexiones de este cantor, poeta, guitarrero y filósofo de la vida.

Horacio Guarany nació el 15 de mayo de 1925 en Las Garzas, un pequeño pueblo ubicado en la zona del chaco santafesino, y lo bautizaron con el nombre de Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo. Hijo de padre hachero y madre trabajadora de la tierra, las penurias vividas por su familia bajo el dominio de La Forestal, una empresa inglesa dedicada a la explotación del quebracho, grabaron a fuego la memoria de Horacio quién, años más tarde, edificaría poesías sobre la base de aquel sufrimiento.


Foto: La izquiera diario

La vida de Guarany fue un torbellino de emociones que se convirtieron en su escuela. A los seis años, su padres no podían alimentar a aquellos catorce hijos por lo que Horacio fue enviado a vivir y a trabajar con unos familiares que tenían un boliche. Allí conoció la farra, el desacato del vino, la ternura de las mujeres de la noche. Como en cada episodio de su vida y  con una sensibilidad a flor de piel, esos recuerdos se plasmaron en canciones y en enseñanzas.

(En el boliche) Salía a varear a los caballos, tenía que aguantar a los mamados, pero aprendí mucho. Ese sacrificio que fue criarme sin mi madre fue una universidad porque me prendía de todos los que hablaban, de los payadores, de los cantores, de las mujeres de la noche... A veces las camas no alcanzaban y me sacaban de mi cama pero esas muchachas de la noche me acariciaban y para mí eran como mi madre. Cuando me ponían la mano en la cabeza yo les decía “mama” y era una muchacha de la noche, prostituta que le llaman.

No tener mi madre ha sido para mí el peor castigo de la vida y hasta ahora lo siento. Pero la vida es así, éramos muchos hermanos y no podíamos estar juntos y bueno… Me dolió tanto siempre (…) Yo nunca lloré, empecé a llorar a los 24, 25 años porque para qué iba a llorar si nadie me iba a consolar. El ser humano se defiende.

Escuchar "La villerita"

A los 17 años Horacio viajó a Buenos Aires a probar suerte como cantor. Trabajó de cualquier labor que encontraba mientras cantaba en barsuchos de La Boca tangos y boleros para sobrevivir. Cuando conoce a Herminio Jiménez y José Asunción Flores, músicos paraguayos exiliados en la Argentina, tiene su golpe de suerte y comienzan sus primeras presentaciones profesional. Ellos, además, lo acercaron al Partido Comunista, signo que marcó su identidad política y musical.

A los 17 años vine a Buenos Aires.  De dónde viene? me preguntaban. De donde el tiempo se hace macho. De donde las manos se quedan ciegas de tanto hachar en vano en monte ajeno. Desde donde siempre se esta solo, de donde no queda ni un solo juez o comisario amigo. Desde donde la tierra mal parida solo da algodón que nunca abriga. Donde los niños quedan ciegos para no ver el llanto de la madre. Donde las hembras mal paren bajo un techo y se sacuden la sangre y nuevamente al yugo. De donde La Forestal arranca con su garfios de hambre en hambre el intestino, donde la boca reseca de tabaco amargo vomita el odio en un cuajarones de sangre. Desde allí desde el remoto trajinar del monte, me viene harando este campo hecho alarido, recitaba el potro.

Su debut en Radio Nacional (1957) fue justamente interpretando el tema de Ramón Ayala El Mensu, que narra las penurias de la vida de un peón rural. Desde entonces, sus composiciones y su repertorio se llenaron de voces que  reflejaban las historias de los pueblos explotados y el sufrimiento de los trabajadores, de los humildes. Esos combativos actos poéticos lo llevaron tanto a llenar teatros en Moscú como al exilio, la persucusión y las listas negras. 


Canciones e intérpretes prohibidos por la última dictadura cívico-militar

A los militares que me persiguieron, que me rompieron tres veces la casa, nunca los odie, digo 'pobres tipos que tienen que llegar a esa bajeza porque por discrepar ideológicamente con un compatriota lo hechan del país, que pobre tipo, que infeliz! Es un desgraciado ese tipo. No les tengo bronca, me dan lástima, porque es tan linda la vida'.

Es una vergüenza muy grande que todavía el hombre use esos métodos cuando discrepa con el otro. Todo lo que sea arbitrario es injusto, no se puede echar de un país a un cantor, es muy triste, me da mucha vergüenza.

Horacio Guarany pisó el escenario del Festival de Cosquín el mismo año de su inauguración, 1961. Desde entonces y con las más diversas performances, su presencia en la plaza Próspero Molina se convirtió en una leyenda. Cuando entonaba sus canciones como ”Guitarra de medianoche", “Caballo que no galopa", "Puerto de Santa Cruz", "Piel morena”, "Milonga para mi perro", “La guerrillera”, “Regalito”, "Río San Javier", "Canción del adiós”, el público emocionado acompañaba el ritual de su presencia y lo aplaudía de pie. Este caudillo salvaje que recuerda haber grabado 57discos y más de mil temas, decía que las canciones se le presentaban de repente y las escribía de un tirón. 

La música es la savia de la vida, nace con el hombre, no se inventa. Un santiagueño escribe chacareras, por qué no escribe characareras un porteño? Un sureño? Porque la música esta dentro de uno.

Las canciones siempre tiene un cometido, siempre tienen un destino. Es muy raro que el que compone de verdad haga una canción por hacerla. Siempre tiene un motivo.

Cuando estaban los tontos de turno, los enanos de la mente, me prohibían cada vez que yo hablaba. Mis amigos me decían ‘no hables mas, para que hablas, para que te metes, ya te prohibieron en Cosquín, te allanaron la casa, no hables mas!’ Y yo decía: ‘pero si el cantor que se siente portavoz del pueblo, que está apoyado por el pueblo, que el pueblo lo apoya comprando sus discos, sus localidades, aplaudiéndolo…si el pueblo te apoya y cree en vos cómo no vas a decir las cosas que crees que son injustas para el pueblo, si no la decís vos que tienes micrófono y hasta cierta inmunidad por tu nombre, qué quieres que diga el obrero, el luchador, el sindicalista…yo tengo que hablar, yo tengo que decirlo’. Y como tanto me acosaban que no hable más, fue cuando compuse Si se calla el cantor, calla la vida.


Si se calla el cantor fue grabada en 1972

Polémico y controversial tanto arriba como debajo del escenario, Guarany se sentó a comer asados con los referentes de todas las facciones polīticas. Acusado de ser un comunista que apoyaba a un liberal como Menem, Guarany respondía diciendo que “(…) Soy amigo de Menem, como lo soy de Alfonsín, de Duhalde o de Pierri. Soy amigo de Menem por las farras que hacíamos juntos, pero menemista no…” En esas farras nació slogan de la campaña política de Carlos Menen 1989 “No los voy a defraudar”. Guarany reconoció, a un medio de comunicación sureño, ser el mentor de la famosa frase. 

El mundo esta tan mal porque ha dejado de lado los verdaderos valores por los valores materiales. La gente cree que teniendo plata ya es feliz , ya es rico, ya es sano y el dinero es la negación de la vida. El peor peligro del hombre es el dinero. El dinero corrompe, destruye al hombre porque destruye los verdaderos valores. Le hace creer que es poderoso porque tiene plata. El mundo (...) está mal en todas partes porque esta edificado sobre bases falsas. Hay que cambiarlo todo. Los comunistas lo quisieron hacer y les fue para la mierda, pero quisieron hacerlo, quisieron cambiar el mundo.

 


Guarany junto al líder sindical Agustín Tosco. Foto: Télam

Famoso por su gusto por el vino, la bebida lo hizo trastabillar mas de una vez en los escenarios, pero "la gente me perdona hasta cuando me equivoco", decía con su humor irónico característico. La historia de que en su casa de Luján llamada Plumas Verdes, salía vino en vez de agua de las canillas, cierta o no, forma parte de una de las anécdotas más divertidas de la mitologia popular

Yo amo el vino pero no para la borrachera. Tengo muchos respeto por el vino. Amo el vino porque es la única alegría que tiene el pobre, el trabajador, el obrero, que viene cansado, no tiene Mar del Plata, Punta del Este, no tiene riqueza pero se toma un vinito. Ese vino amo, amo el vino que tomaba mi padre, hachero del monte, cuando después de tanto trabajar toda la semana con el hacha, el domingo se tomaba un vino y cantaba. Que cosa mas maravillosa, el vino le devolvía el canto.

Horacio Guaraní murió en el 13 de enero del 2017, a los 91 años. Si bien filmó películas, grabó decenas de discos, centenares de canciones, obtuvo de los más diversos premios y reconocimientos en el mundo entero, su mayor satisfacción fue formar parte para siempre del cancionero popular argentino.

 

Fuente:Entrevista Canal Encuentro, programas "Calle Descartes, número 16: Horacio Guarany" y "Como hice - Historia de las Mejores Canciones Argentinas"/Entrevista en programa Ecos de Mi Tierra, TV Pública, octubre 18 del 2009/Página 12, entrevista de Cristian Vitale, febrero 2012.