"Hijxs. Poéticas de la memoria", en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno
"Hijxs. Poéticas de la memoria", en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno

"Hijxs. Poéticas de la memoria", en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno

Arte
Historia
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Organizada por la BNMM, la exhibición expresa las manifestaciones de una nueva voz colectiva, surgida a mediados de la década de 1990. Federico Boido, coordinador de la muestra, nos cuenta más sobre estas expresiones artísticas que se configuraron al calor de las movilizaciones y los reclamos contra el negacionismo de la dictadura militar y la impunidad como políticas de Estado.

"Hijxs. Poéticas de la memoria" exhibe cuadros, fotografías, instalaciones y películas de más de cuarenta artistas, junto con un gran registros de movilizaciones callejeras, escraches y algunos textos literarios una generación que transformó las formas de intervenir públicamente.

Este tipo de prácticas y acciones, dicen desde la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, "conjugaron arte, política y movilización callejera en acciones colectivas como los escraches, encontrando en el arte herramientas para encarnar la búsqueda de la identidad desde nuevas perspectivas. Otros lenguajes, tonos y formas propios, dispositivos que tensionaron los vínculos entre el tiempo y el espacio, poéticas que pusieron en cuestión las narrativas lineales y redefinieron las fronteras entre lo público y lo privado. Una generación, en términos culturales y afectivos, reunida en torno a intereses, temas, formas de representación, tópicos e imaginarios compartidos".

Grupo de Arte Callejero (GAC).

La exposición, que inaugura hoy a las 18 h en la Explanada Juan José Saer y se exhibe en las salas Leopoldo Lugones y María Elena Walsh de la planta baja y en la Plaza del Lector Rayuela, puede visitarse a partir del jueves 16 de septiembre de lunes a viernes de 10 a 16 h, y hasta el 31 de marzo de 2022.

Los artistas que participan de la exposición son: Gabriela Bettini, Camilo del Cerro, Guadalupe Gaona, Inés Ulanovsky, Lucila Quieto, Verónica Maggi, Verónica Villanueva, Soledad Francesio, Soledad Nívoli, Julieta Colomer, Grupo de Arte Callejero (GAC), Etcétera, María Giuffra, Tomás Alzogaray Vanella, Jorgelina Molina Planas, Margarita Solé, Marcela Cabezas Hilb, Andrea Suárez Córica, María Toninetti, Marta Dillon, Julián Axat, Emiliano Bustos, Juan Aiub, Nicolás Prividera, Félix Bruzzone, Alejandra Szir, María Ester Alonso, Laura Alcoba, Mónica Zwaig, Carla Maliandi, Florencia Ordóñez, Ángela Urondo Raboy, Ernesto Semán, Mariana Eva Pérez, Paula Bombara, Julián López, Raquel Robles, Ignacio Lescano, Ronith Gitelman, Andrés Habegger, María Inés Roqué, Natalia Bruschtein, Virginia Croatto, Gabriela Golder, Lola Arias, Analía Miller y Violeta Burkart Noe.
 
Por su parte Federico Boido, coordinar de la muestra e integrande de la Dirección de Investigadores de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, nos cuenta más sobre esta exposición que aborda las producciones artísticas de una generación atravesada por el horror y el dolor del periodo más espantoso de la historia argentina.  

Familia IV (2010), de María Giuffra.

-¿Cómo está conformado el relato y la perspectiva curatoriales para esta muestra? 

-La exposición "Hijxs. Poéticas de la memoria" busca indagar sobre las producciones artísticas, culturales de la generación de lxs hijxs. A mediados de la década del noventa, en el contexto de una política de Estado negacionista de la dictadura militar, de indultos que buscaban clausurar las querellas por el pasado reciente, una nueva voz comenzó a circular: la voz de lxs hijxs. Mediante un repertorio de preguntas sobre cuestiones antes invisibilizadas, esta generación nucleó, por un lado, al conjunto de hijxs de víctimas del terrorismo de Estado, tanto a lxs organizadxs detrás de la agrupación H.I.J.O.S. como a aquellxs que no se encuadraban en la militancia, pero también a quienes, sin ser hijxs de desaparecidxs, se inscribían en una misma identidad generacional. ¿Qué condiciones de escucha se estaban desarrollando para que estas memorias subterráneas pudieran hacerse visibles?

Más allá de la agrupación H.I.J.O.S., una serie de producciones estéticas y prácticas culturales empezaron a reflejar, construir y elaborar nuevas preguntas y experiencias. Una nueva comunidad cultural y afectiva, vinculada en torno a intereses, temas, formas de representación, tópicos e imaginarios compartidos más allá de las diferencias. Esta generación encontró en el arte herramientas para encarnar la búsqueda de la identidad desde perspectivas capaces de trascender modos y estrategias cristalizados. Nuevos lenguajes, tonos y formas a través de las cuales problematizar sus experiencias y la posibilidad de transmitirlas; dispositivos que tensionan los vínculos entre el tiempo y el espacio; poéticas que ponen en cuestión las narrativas lineales, redefinen las fronteras entre lo público y lo privado y cuestionan figuras como las del héroe, el traidor y la víctima. 

En la exposición, este conjunto de obras se organiza a través de tres ejes o conceptos: Territorios, Archivos, Infancias (y exilios). En el eje Territorios se trabaja sobre ese primer impulso identitario en los noventa a través de las prácticas de los colectivos artísticos que participaban de los escraches y cuyas obras intentaron redefinir, re pensar la trama urbana y los lugares de memoria (señaléticas, mapeos colectivos). 

En relación al eje Archivos, con las narrativas inauguradas por lxs hijxs, el archivo se amplía. Al acervo documental, histórico e institucional que recuperan las organizaciones de derechos humanos a la hora de denunciar los crímenes del terrorismo de Estado, se incorporan nuevos ítems que pertenecen al archivo personal y familiar de lxs hijxs. Desplazadas muchas veces de la impronta tradicional de la denuncia y de la recuperación épica de los padres, estas poéticas abrieron un camino donde lo estético se teje con lo afectivo. Las fotos de unas vacaciones en familia, un diario íntimo que retrata escenas olvidadas, los juguetes de la infancia, objetos en desuso y papeles viejos están en el centro de muchas de estas obras, que van a la conquista del archivo personal, revuelven el álbum familiar y lo convocan a decir    algo nuevo sobre sí mismxs y sobre su pasado como afirma la artista Andrea Suárez Corica, “un modo de transformar una ausencia eterna en una presencia infinita.” 

Por último las Infancias: muchas de estas producciones artísticas recuperan la voz infantil. Pero, ¿qué tipos de infancia configuran estas narraciones? ¿Qué formas e imágenes elaboran? ¿Cómo representan las voces de la niñez en dictadura y su multiplicidad de experiencias? La reconfiguración familiar en función de la militancia, los secuestros, asesinatos o desapariciones de los padres, las infancias húerfanas o clandestinas, el exilio, el nacimiento en cautiverio y la apropiación, la búsqueda y la restitución identitaria forman parte de la compleja trama que distingue las experiencias de la generación de lxs hijxs de otras atravesadas por el terrorismo de Estado. Las producciones artísticas se hacen eco de estas problemáticas y, asumiendo que la voz infantil es la voz de la pregunta, ensayan distintas formas de recrearla. Dentro de esta sala de la muestra, también se aborda la experiencia singular de los exilios.En las obras de lxs hijxs del exilio hay recursos narrativos y elementos comunes en las obras, atravesadas por los recuerdos de una infancia en el exilio y la dificultad de volver -en muchas casos, llegar por primera vez- a Argentina: las cartas de un familiar en un país lejano, los diarios íntimos y cuadernos de la infancia, los mapas, las fotos, el problema del lenguaje, los olores, el sabor de la comida. 

 La guardería, de Virginia Croatto.

-Entre todo el acervo expuesto, ¿qué tipo de piezas se destacan y por qué?  

-En la vasta producción estética y política de lxs hijxs se destaca la capacidad anfibia de desplazarse por las diversas disciplinas artísticas. La escritura de prólogos y reseñas, los proyectos editoriales colectivos, las producciones artísticas conjuntas, entre otras diversas formas de intercambio, dan cuenta de una extensa red relacional y un intenso diálogo, una trama de comunidad. Por ello, en las salas de exposición conviven obras con distintos soportes: desde fotografías que dialogan con poemarios a fragmentos de películas con novelas o cuadernos de artistas, incluso carteles de tránsito de la obra Carteles de la memoria del Grupo de Arte Callejero. 

-Mediante estas obras visuales, ¿qué lecturas cree que se habilitan acerca de la memoria colectiva, el derecho a la identidad y el negacionismo? ¿Qué relación encuentra entre las artes visuales y aquella búsqueda de la identidad? 

-Creo que las narrativas de lxs hijxs trajeron nuevas preguntas y nuevas formas de abordar ese pasado. La búsqueda y la construcción de una identidad encontró en el arte un laboratorio, un espacio de experimentación capaz de iluminar nuevos sentidos a partir de las huellas del pasado. ¿Cómo se construye una imagen allí dónde hay una ausencia? A ello, muchxs de lxs artistas proponen dispositivos, procedimientos para recuperar y construir imágenes imposibles a la vez que recupera la dimensión afectiva y filial y continuar marcando la ausencia En estas narrativas también se detecta la búsqueda de aspectos íntimos, la búsqueda de cartas, fotos, palabras para recuperar algo de aquello que fue arrasado por el terrorismo de Estado. En ese gesto de búsqueda parece cifrarse uno de los núcleos centrales de estas narrativas.    

Collage de la serie "Los cuadernos del exilio" (2010), de Tomás Alzogaray Vanella.

-¿Las marchas colectivas siempre tuvieron su propia forma de estetización? ¿Se fue intensificando, sobre todo, desde el regreso de la democracia? ¿Cuáles son algunas de sus características?

-En la exposición se recuperan algunas experiencias ligadas al activismo político y artístico. En los noventa la renovación de las voces, también supuso una renovación de las prácticas políticas. Surgió, entonces, el escrache a represores como intervención en el espacio público, una nueva forma de denuncia que ponía sobre la mesa la falta de respuestas a los crímenes de la dictadura: “si no hay justicia, hay escrache”. Es en este contexto que se reunió el Grupo de Arte Callejero (GAC), una colectiva que conjuga arte, política y movilización callejera en una novedosa propuesta de intervención. Mapeos de los barrios, carteles y señaléticas que denunciaban los espacios donde funcionaron centros clandestinos de detención e identificaban domicilios de los represores, murgas y artistas callejeros conformaban una mística de pertenencia en función de una denuncia: la vigencia del terrorismo de Estado. La campaña “El genocida en tu barrio” interpelaba a lxs vecinxs y buscaba generar fisuras en el tránsito normal de espacios que, a través de esta práctica, fueron inscriptos como lugares de memoria. Frente al olvido como política de Estado, el escrache como espacio vital y festivo, de intervención directa en la arena pública, de interpelación a una comunidad que no podía excusarse en la ignorancia o la indiferencia. Una experiencia artístico-política similar desarrolló el colectivo Etcétera, cuya participación en escraches y movilizaciones estuvo signada por la  carnavalización. A través de performances, de parodias a curas, militares y genocidas, este grupo sumó el componente humorístico a esta renovación de las formas de lucha.

-¿Qué cosas tener en cuenta a la hora de recorrer la exposición?

-La exposición tiene la expectativa de abrir preguntas sobre el tema, más que ofrecer respuestas. Que funcione como una invitación a continuar indagando y quienes la visiten puedan consultar luego el acervo de la Biblioteca sobre la temática. 

"Hijxs. Poéticas de la memoria" tendrá un catálogo impreso y un podcast con lecturas que realizarán los propios autores de libros expuestos en la muestra. Entre ellos, Marta Dillon, Félix Bruzzone y Laura Alcoba.

Foto de portada: obra de Inés Ulanovsky.