Fuente Monumental Las Nereidas, breve historia de una obra maestra
Fuente Monumental Las Nereidas, breve historia de una obra maestra

Fuente Monumental Las Nereidas, breve historia de una obra maestra

La escultura de Lola Mora fue presentada al público el 21 de mayo de 1903, y trasladada quince años después a su actual ubicación, en la Costanera Sur, por las críticas que generaron los desnudos de la escena. A pesar de los vaivenes, la obra fue declarada Bien de Interés Histórico Artístico Nacional en 1997.
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La Fuente Monumental Las Nereidas fue presentada al público el 21 de mayo de 1903, en la actual intersección de las calle Perón y la Avenida Leandro Alem, en la Ciudad de Buenos Aires. Iba a ser emplazada en donde se encuentra la Pirámide de Mayo, pero la decisión se vio interrumpida cuando un sector de la sociedad se escandalizó por las escenas de desnudo.

El monumento de Lola Mora (Lee también ¿Quién fue Lola Mora?) representa el nacimiento de la Diosa de Venus, que es asistida y sostenida por dos criaturas que dan nombre a la obra: las nereidas. Estas ninfas del océano, hijas del dios del mar, Nereo, representan en la mitología griega, además de belleza y seducción, cierta compasión por los navegantes y la humanidad. La fuente la completan tres tritones montados en sus caballos, emergiendo del agua.

Crónica de un escándalo

En ese momento, Adolfo Jorge Bullrich era el intendente de la Ciudad de Buenos Aires; fue él quien le encargó el monumento a la artista Dolores Candelaria Mora Vega, que se encontraba estudiando en Italia con el pintor Francesco Paolo Michetti y con el escultor Giulio Monteverde. A pesar de no tener el consentimiento del Consejo Deliberante, el intendente, miembro de la masonería, siguió adelante con la decisión.

El primer modelo de la obra fue en arcilla, pero con dimensiones mucho más pequeñas. Luego, ayudada por los talleristas profesionales y los estudiantes, como solían trabajar los artistas del Renacimiento, construyó con yeso otro modelo del mismo tamaño que la actual.

El resultado final se transformó en una escultura de aproximadamente 6 metros de alto y 13 de ancho, construida con mármol de Carrara, que llegó a la Argentina desde Italia a finales de 1902 para ser parte de la fuente. Lola ya había vuelto al país por aquel entonces.

El 21 de mayo de 1903 fue inaugurada y, por 15 años, permaneció en el mismo lugar. Se pensó en mudarla a Mataderos, primero, pero se llegó a otra determinación. En 1918, con ayuda de la propia artista, la Fuente de las Nereidas fue trasladada a un lugar más alejado de la ciudad: la Costanera Sur, en el actual barrio de Puerto Madero. La mudanza fue una victoria de los conservadores que querían alejar la obra del Centro y la mirada de todos.

La artista debió acatar la decisión y expresó sus sentimientos: “No pretendo descender al terreno de la polémica; tampoco intento entrar en discusión con ese enemigo invisible y poderoso que es la maledicencia. Pero lamento profundamente que el espíritu de cierta gente, la impureza y el sensualismo hayan primado sobre el placer estético de contemplar un desnudo humano, la más maravillosa arquitectura”.

Desde 1918 se encuentra en una de las entrada de la Reserva Ecológica de Buenos Aires, en la Costanera Sur y, desde 1997 por decreto presidencial, está declarada como Bien de Interés Histórico.