Crímenes de familia, la última película de Sebastián Schindel, disponible en Cine.AR
Crímenes de familia, la última película de Sebastián Schindel, disponible en Cine.AR

Crímenes de familia, la última película de Sebastián Schindel, disponible en Cine.AR

Cine
Entrevistas
Dirigida por Sebastián Schindel y protagonizada por Cecilia Roth, Miguel Ángel Solá, Benjamín Amadeo, Sofía Gala Castiglione y Yanina Ávila, Crímenes de familia aborda situaciones cotidianas vinculadas con la violencia de género, la salud y la educación sexual, la precarización laboral, la justicia, la discriminación y la mirada del afuera. La película, basada en hechos reales, está disponible en Netflix y a través de la plataforma Cine.AR.

Crímenes de familia cuenta la historia de Alicia, una madre desesperada que hará lo imposible para evitar que su hijo Daniel sea condenado a prisión acusado de intento de homicidio de su ex-esposa, Marcela. En medio de todo el proceso, Gladys, la empleada doméstica de Alicia, es también acusada de un homicidio que terminará de sacudir por completo a la familia. 

En esta nota conversamos con Sebastián Schindel, quien nos cuenta cómo fue el proceso de realización de la película.

-¿Cómo se siente estrenar una película pensada para cine pero lejos de la pantalla grande?

-Es una sensación rara; es distinto a un estreno de cine pero en el contexto actual es lo mejor que nos podía suceder. La película estaba programada para mayo, incluso en marzo ya habíamos empezado a trabajar en el lanzamiento del estreno y apenas empezamos nos agarró la cuarentena. Pensamos que iba a durar poco, y se extendió, pero siempre digo que no nos tenemos que enojar ni con la cuarentena ni con el virus porque sería agregar un problema al que ya implícitamente nos trae. Lo que tenemos que hacer es aprender a convivir con ello de la mejor manera posible, dentro de las dificultades que a todos nos trae. En este marco, creo que haber tenido la posibilidad de estrenar en Netflix, para todo el mundo, y en simultáneo en Cine.ar de manera gratuita en Argentina, es un privilegio único.

-La película está basada en hechos reales, ¿cómo se fue encontrando con esas historias y cómo se fueron ensamblando?

-Yo vengo del género documental, durante más de quince años me dediqué a hacer documentales. Soy profesor de cine documental en la Universidad de San Martín (UNSAM) y en la Universidad del INCAA, así que para mí es muy importante trabajar con hechos reales. Cuando trabajo con hechos reales, documento muchísimo, investigo y esa es mi fuente de inspiración, de trabajo. Para esta película trabajé con dos casos puntuales que me impresionaron mucho, y que luego modifiqué para que transcurrieran en el marco de la misma familia. También investigué otros casos, y consulté con investigadores, con sociólogos, con antropólogos; entre ellos, a Beatriz Kalisnky, una antropóloga del CONICET que investigó mucho sobre infanticidio y otro tipo de situaciones. ONU Mujeres me dio una mano importante, me asesoró, me puso en contacto con ONGs que trabajan con temas de violencia doméstica. Todo esto es parte del trabajo de mi investigación y es la materia prima de la cual se nutre el guion.

-En el proceso de construcción del guion, ¿pudo hablar con las protagonistas reales o su testimonio lo obtuvo a través de las causas judiciales?

-En este caso puntual no pude hablar con ningún protagonista pero sí tuve acceso a los expedientes judiciales, que son públicos y uno puede ir y consultarlos. Además de esto, me vinculé con muchísimas especialistas que trabajan en la temática y me mantuve muy atento a casos similares a los que cuenta la película, que tristemente salen en los diarios cada dos por tres.

-¿Qué casos inspiraron la película?

-Los dos casos originales en los que me inspiré sucedieron hacen muchos años y pasaron desapercibidos para la opinión pública, pero luego comencé a investigar un montón de otros casos. Casos que tuvieron repercusión en la opinión pública sobre infanticidio y feminicidio hay un montón, aunque la película no está inspirada puntualmente en esos. Por mencionar algunos: el famoso caso de Romina Tejerina, que pasó hace bastante; y más recientemente, el de Patricia Solarza me impactó mucho. Patricia falleció cumpliendo condena en prisión por un caso de homicidio agravado por el vínculo; un caso confuso que no se sabe si fue un aborto inducido o espontáneo. Patricia Solarza falleció en prisión, cumpliendo condena, estando esposada a la camilla donde supuestamente la estaban atendiendo. Patricia murió el día anterior a que iniciáramos el rodaje de la película. 

-Crímenes de familia aborda temas como violencia de género, embarazos no deseados, legalización del aborto, la solidaridad entre mujeres. ¿Influyó la agenda feminista en el proceso de elaboración de la película?

-No es algo que haya pensado de manera consciente. Empecé a trabajar con la idea de hacer esta película en 2014, cuando todavía no se había dado la explosión que se dio muy poquito tiempo después con respecto a la lucha de las mujeres por recuperar ciertos derechos y denunciar situaciones de vulnerabilidad, abuso, violencia. De ahí que esos cinco años que me llevaron hacer la película, y el haber sido testigo de las luchas por la no criminalización del aborto, del movimiento #Metoo, me tocaron e influyeron en el pulido del guion.

-Los testimonios tienen un rol central en la película. Los “hechos” no se ven sino que se cuentan. ¿Cómo llegó a la decisión de darle ese rol protagónico a la palabra?

-Es una pregunta muy interesante porque esa fue una decisión inicial, desde el génesis. Como la idea surge de esos dos casos judiciales que investigo tuve acceso a las grabaciones, testimonios y filmaciones del juicio oral. Fue ahí que dije que intentaríamos construir una película de juicios pero no como hacen los norteamericanos, que es todo un género en sí mismo, sino como son verdaderamente los juicios en la Argentina, que se basan en el testimonio, en escuchar gente que cuenta, que son testigos o protagonistas de los hechos. Fue una decisión bastante arriesgada. En la película tenemos poca acción y mucho testimonio. Las cosas no se ven, se cuentan. Yo tenía muchas ganas, como cineasta, de experimentar ese camino y estoy viendo las reacciones del público en las redes sociales y veo que funciona y gustó.

-Usted habla de un espectador activo, que se cuestione y reflexione. ¿A qué se refiere con ello?

-Hay espectadores activos y pasivos y todos somos en algún momento alguno de ellos, depende de la película que estemos viendo en ese momento. Si estamos viendo una película de aventuras, de Hollywood o de superhéroes, seguramente nos convirtamos, queriendo o no, en espectadores pasivos donde la película se nos caiga en la cabeza. Esto no es ni bueno ni malo, estamos pasando unos noventa minutos muy entretenidos. El espectador activo es un espectador que tiene que ir pensando y reflexionando a medida que ve la película. Una película de aventuras, en la que pasan cosas emocionantes todo el tiempo, no nos da tiempo a pensar y a reflexionar, por eso digo que la película se te cae en la cabeza. Que no se confunda esto con un juicio de valor; me encantan esas películas y las consumo con mucho placer. Pero también consumo y disfruto con mucho placer películas más complejas que requieren de un espectador activo que al tiempo que está mirando la pantalla tiene que pensar, haciéndose preguntas, sacando conclusiones. Entonces por ahí hay un ritmo más lento y si lo hay es para dejarle un momento al espectador para pensar. También sé que los públicos no son todos iguales. El público norteamericano, por ejemplo, no está acostumbrado a esta clase de ritmos, entonces dice: “esta película es europea, es de autor”. Está acostumbrados a un ritmo mucho más frenético.

-¿Qué cuestiones son centrales en sus guiones?

-En las películas que hago me gusta que haya un espectador activo, e invitarlo a pensar, a reflexionar, a que saque sus conclusiones y no que la película las saque por él. Cuando escribo un guion no solo pienso en lo que va a pasar en pantalla, porque no creo que la película transcurra solo en el rectángulo de la pantalla. Creo que la película transcurre en la mente del espectador. Lo mismo cuando uno lee una novela, es decir, nadie diría que la novela transcurre en las hojas del libro; no, la novela transcurre en la mente de aquel que la está leyendo. Lo mismo pasa en una película.

-Los protagonistas principales de Crímenes de familia son la actriz Cecilia Roth y el actor Miguel Angel Solá. ¿Pensó en ellos desde un principio?

-Cecilia Roth sí, estuvo desde el inicio mismo. Cuando tuve el primer borrador se lo acerqué, queríamos que lo hiciera ella y finalmente lo logramos. El resto del elenco se armó más cerca del rodaje, el año pasado. Y ahí buscamos un marido y un hijo para Alicia. Quedaron los actores en los que pensamos y a los que llamamos primero. Miguel Ángel Solá se sumó gustoso ni bien lo convocamos; lo mismo sucedió con Benjamín Amadeo y Sofía Gala.

-¿Cómo fue el proceso de construir el personaje de Gladys, encarnado por Yanina Ávila, que no es actriz profesional?

-Fue un trabajo totalmente distinto al del resto del elenco, que son actores muy importantes y de larga trayectoria. Ella no es actriz profesional, si bien tenía experiencias porque hizo un hermoso papel en Una especie de familia, la película de Diego Lerman, y acá tenía que hacer un personaje que tenía ciertos puntos en común con ese. Yanina tiene un talento propio, una luz, algo innato. La acompañé en eso y también con un grupo de contención y asesoramiento. Y otra de las casualidades, muy interesante, es que cuando nos contactamos y empezamos a preguntarle si le interesaba hacer este trabajo, nos comentó que tenía un hijo, de tres años, que se llama Santi. En ese momento dije: "ya está; esto es una señal del destino. Yanina tiene que hacer este papel y Santi tiene que hacer de Santi". ¡Incluso en el guion Santi ya se llamaba Santi! Y no es casual, porque Santi es Santiago [del Estero], de donde es el personaje de Hermógenes en El Patrón y Gladys era la esposa de Hermógenes en El Patrón, no son nombres causales.

-En diálogo con El Patrón justamente, ¿qué puntos en común puede establecer?

-Esta película tiene un diálogo permanente con El Patrón: radiografía de un crimen. El personaje de Gladys, que interpreta Ávila, es casi la versión femenina del personaje de Hermógenes, que interpreta Joaquín Furriel, pero es mucho más terrible en el caso de Gladys porque además de tener una historia similar a la de Hermógenes, es mujer y ser mujer en esas condiciones es estar expuesta y ser vulnerable a un montón de situaciones horrendas que es un poco lo que cuenta la película. Hay muchos puntos de contacto, si uno mira las dos películas juntas va a encontrar un montón de guiños que están puestos por aquí y por allá.

 

Crímenes de familia

Dirigida por Sebastián Schindel y protagonizada por Cecilia Roth, Miguel Ángel Solá, Benjamín Amadeo, Sofía Gala Castiglione, Yanina Ávila y Marcelo Subiotto, con la participación especial de Paola Barrientos, Diego Cremonesi, Claudio Martínez Bel y María Marull.
Guion a cargo de Sebastián Schindel y Pablo del Teso. Producido por: Buffalo Films y Magoya Films. Productores Ejecutivos: Hori Mentasti, Esteban Mentasti, Guido Rud