El legado afro en Alta Gracia
El legado afro en Alta Gracia

El legado afro en Alta Gracia

Afro
Conocé la historia de los afroargentinos a través las paredes, visitas guiadas, actividades y colecciones del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers
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El 20 de mayo de 2013, el Congreso de la Nación promulgó la ley 26.852, que instituye al 8 de noviembre como el Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro, en homenaje a María Remedios del Valle, afroargentina nombrada capitana del Ejército del Norte por el General Manuel Belgrano, debido a su valor en el campo de batalla. La emblemática fecha invita a reflexionar acerca de nuestra identidad colectiva en la que el aporte de los esclavizados africanos y sus descendientes ocupa un lugar muy importante.

El Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers revela en sus paredes, en sus visitas guiadas y a través de sus colecciones y actividades parte de la historia de los afroargentinos y de la provincia de Córdoba.

Los Jesuitas llegaron a la provincia y se instalaron en la actual Manzana Jesuítica, en 1599. Paulatinamente, establecieron un sistema cultural-social único en la América hispana en el que el rol de los esclavos africanos fue clave. El sistema educativo- evangelizador que implementó la Compañía de Jesús se organizó alrededor de instituciones jesuíticas como el Colegio Máximo, la Universidad y al Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat, entre otras. Ante la necesidad de solventarlas, los religiosos consiguieron, además, tierras para ponerlas a producir. Así adquirieron lo que hoy conocemos como las Estancias Jesuíticas de Córdoba de Caroya, la de Jesús María, la de Santa Catalina, la de Alta Gracia, entre otras.
Las estancias se conformaron como unidades productivas que procuraban no solo el autoabastecimiento de cada una de ellas, sino que aseguraron un excedente que les permitió mantener los gastos de las instituciones educativas y demás ministerios pastorales. Así, por ejemplo, la Estancia de Altagracia (actual Museo Jesuítico) mantenía los gastos del Colegio Máximo.
La principal mano de obra la constituyeron los negros esclavos; eran los encargados de las tareas que demandaba la explotación de la estancia. Fueron ellos el soporte económico en los puestos, en los telares, en la huerta y en el transporte de las carretas de bueyes que trasladaba los productos por diferentes postas. Fueron además el servicio doméstico, trabajaron en la herrería y en el molino. Produjeron vino, hornearon ladrillos, fabricaron muebles y carretas.

Además, los trabajadores africanos esclavizados fueron los encargados de construir la iglesia, sus propias viviendas, la casa de los Padres y el obraje, trabajando conjuntamente con arquitectos jesuitas, constructores africanos y afrodescendientes. Por eso, actualmente se puede hablar de una arquitectura afrojesuita, debido a que también se convirtieron en espacios habitados por los esclavizados.


El Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers devela en su arquitectura parte este legado muchas veces olvidado. La institución nos invita a reflexionar sobre la identidad cordobesa, una identidad obtenida por el aporte de los esclavos africanos y sus descendientes.