El fanzine y la novela gráfica en nuestro país
El fanzine y la novela gráfica en nuestro país

El fanzine y la novela gráfica en nuestro país

Arte
En el Día Nacional de la Historieta Argentina, entrevistamos a Daniela Ruggeri y Sole Otero, dos historietistas con perspectiva de género que protagonizan la escena actual del universo del cómic nacional.

¿Qué es el fanzine y que representa en la cultura argentina?

Un fanzine es una publicación periódica independiente y autogestiva de tirada limitada, realizada íntegramente de manera artesanal en el cual el artista trabaja desde el diseño a la distribución. Muchos fanzines fueron hechos con métodos de impresión económicos y rudimentarios en los cuales  el editor absorbía los gastos de producción.  

Dicha publicación tiene sus orígenes a fines del siglo XIX, cuando surgieron fanzines de ficción amateur. En los años treinta surgieron publicaciones de ciencia ficción, cercanas a los actuales cómics. Con el surgimiento de tecnología para copiar papel, el formato evolucionó hacia una publicación más sofisticada. Llegando a los años sesenta, sus temas estuvieron más relacionados a la rebeldía y la protesta social frente a la política.


Fanzine AKFAK. Zinerama.

En Estados Unidos apareció la revista Zap Comix, una publicación muy influyente para los editores independientes que, si bien no era formalmente un fanzine, abordaba temas tabú y de contracultura.

Desde la década del '80 en adelante, los fanzines se convirtieron en la clave de la evolución de la Historieta Argentina. A fines de la década, Javier Doeyo creó Comic Magazine, una publicación que tuvo apenas cuatro números, publicados entre octubre de 1989 y septiembre de 1990. En ella participaron especialistas del cómic como Fernando García y Hernán Ostuni, Andrés Accorsi (AKFAK, Comiqueando y actual Club del cómic), José Luis Tasinazzo; Marcelo Ciccone y Joche (Surmenage), Javier "El Niño" Rodríguez (Kaput), Pablo J. Muñoz (HGO) y talentos surgidos del suplemento Óxido de la Revista Fierro como Esteban Podetti y Roberto Cubillas.

 


Fanzine Comiqueando. Zinerama.

 

Entrevistamos a Daniela Ruggeri, editora, gestora cultural y docente, organizadra de la Feria Dibujadxs, uno de los eventos de fanzine e historieta independiente más convocantes de Buenos Aires.

Ruggeri estudió en la Escuela de Enseñanza Artística Rogelio Yrurtia, donde se recibió de maestra de dibujo y actualmente cursa el Profesorado Superior en Nivel Terciario y estudió Artes Visuales en la Universidad Nacional de las Artes. Fue una de las impulsoras de Panxa Comics, donde experimentó con fanzines, publicaciones y libros-objeto, de su obra y la de otros autores.

-¿Cuál es tu experiencia en el mundo de la historieta, concretamente en el fanzine?

-Desde 2010 a 2019 sostuve con otrxs compañerxs un proyecto editorial bastante híbrido que se llamó Panxa Comix. En ese espacio autogestivo sacamos distintas publicaciones dedicadas en su mayoría a la historieta y producciones visuales relacionadas a ese lenguaje. Fue un lindo campo de experimentación, donde me dediqué a coordinar algunos zines y revistas colectivas, libros de otrxs autorxs y una cantidad de zines y libros-objeto propios. Panxa tuvo desde muy temprano su propio taller, con una clásica fotocopiadora fanzinera y todo, y esto habilitó a que el proyecto fuera, sobre todas las cosas, un alegre caos de experimentación de formatos y soportes.

Por otra parte, y en correlación con el proyecto de Panxa, me sumé desde 2014 a organizar el encuentro Dibujadxs, que es una feria que se realiza desde 2010 y que reúne dos veces al año en el Teatro Mandril del barrio porteño de Balvanera a una enorme porción de la producción actual de historieta y fanzine visual. Este rol me permitió ser testigo de primera mano del enorme crecimiento en la producción de la edición autogestiva de historieta nacional en los últimos años. Un verdadero lujo. 


Revista Kirk

 

-¿Cuál es el panorama del fanzine en la era digital?

-Hay varios aspectos a considerar pero creo que me voy a concentrar en dos que encuentro muy significativos. Por un lado, las plataformas de intercambio de información en internet (desde los viejos foros a las actuales redes sociales) parecieran haber "alivianado" al soporte papel en las dinámicas de la circulación de información. Eso no es lineal ni sólido, pero algo de esto sucede y creo que habilita una exploración editorial renovada en el formato zine. 

El zine visual de los últimos años es un fin en sí mismo, no necesariamente un medio para eventualmente llegar a otras esferas de lo editorial, se nos ofrece como un campo de experimentación muy rico como para ser un mero "hago un zine hasta que me descubran". Esto se da por muchos factores: uno es la expansión en el acceso a una diversidad de procesos técnicos y materiales y herramientas (es sencillo conseguir una variedad de papeles, diversos métodos de impresión). Otro, un punto de contacto con otras disciplinas más experimentales (muchos recursos del libro objeto o del libro de artista entran a jugar en la misma cancha que procesos editoriales más usuales). Los límites disciplinares se hacen en muchos casos difusos y en mi opinión es de lo más bienvenido. 

Para volver a internet, otro punto a considerar es el de la circulación de data, información técnica, consejos, ejemplos de todo el mundo para observar y generar filiaciones. Hay una retroalimentación entre quienes producen zines y una enorme cantidad de experiencias intercambiadas. 


Feria Dibujadxs. Crédito: Lucy Roldán.

Y un punto fundamental, creo, es el de la consolidación de espacios autogestivos de circulación e intercambio. Las ferias y encuentros en los últimos años se hicieron más regulares, más convocantes, y en esos espacios se da la magia que solidifica el fenómeno: lxs lectorxs compran directo de lxs autorxs y además de poder obtener arte a un precio accesible, pueden entablar diálogo, conocer los procesos detrás de las obras y eso, les aseguro, es contagioso. Un Dibujadxs tenés un grupo de adolescentes corriendo de puesto en puesto y dos Dibujadxs después, están del otro lado de la mesa. Y ni nombremos los significativo que es encontrarnos quienes producimos en cada feria para intercambiar información útil, experiencias o coordinar proyectos comunes. Más allá de la coyuntura pandémica actual, que golpeó fuerte al sector, en una observación general de los últimos años, este ámbito de producción crece cada vez más, en cantidad y en diversidad.

-¿Qué autores recomendarías de la disciplina?

-Es tan grande el campo que es difícil escoger. Puedo, en primer medida recomendar el Festival Vamos las Pibas, que nuclea productoras y productorxs de historieta que convoca a lesbianas, mujeres, no binaries, trans, travestis y otras identidades disidentes para hacer circular, vender y visibilizar su material. Aunque la feria en estos momentos no pueda realizarse, en su perfil de redes sociales, @vamoslaspibasfestival, están compartiendo a un montón de autorxs y realizando entrevistas, es un excelente punto de partida para asomarse a la enorme variedad de producción de la historieta nacional hoy en día. Dibujadxs va a realizar su última edición en el primer momento en que se permita, nos pueden seguir en @dibujadxscomics.

Hay proyectos editoriales fanzineros muy interesantes, como In Bocca al Lupo, Blackbird Zines, la revista cordobesa "Las Fieras", la revista "Club Vampire", sólo por nombrar algunos. Como editoriales de historieta que producen libros de historieta y en algunos casos también publicaciones de formato más fanzinero, puedo recomendar Purple Comics, Gutter Glitter, Wai Comics, Mafia, Barro, Clan de Fomento. Todas ellas son extremadamente variadas entre sí, para que si alguien prefiere la aventura y otrx prefiere lo experimental, puedan encontrar proyectos afines. Hay realmente un montón, en todo el país. Nombro algunas sólo para que sean una oportunidad de encontrar a las demás linkeando y meterse en este verdadero camino de ida.


Sole Otero. Web oficial.

 

Sole Otero es diseñadora textil, historietista e ilustradora infantil. Sus historietas se publicaron como webcomics y en 2015 su primer libro La pelusa de los días fue editado en España. Formó parte del colectivo latinoamericano Historietas Reales y del colectivo internacional Chicks on Comics de 2008 a 2017. Es docente de ilustración analógica y digital, historieta y tira diaria. Además, dicta seminarios de narrativa cromática.

Trabaja en novelas gráficas, historietas para chicos y libros álbum. Por su trabajo ha sido invitada a diversos festivales de ilustración e historieta en Chile, Perú, Brasil, Colombia, Bolivia, España y Finlandia, y ha participado de exposiciones colectivas en Francia y Alemania.

Publicó, entre otros, el fanzine La de las botas rojas, las tiras Siempre la misma historia y las novelas gráficas Poncho fue, Pangea e Intensa.

-¿Cómo y cuándo decidiste que querías dedicarte a esto?

-Bueno, no hubo ni un cómo ni un cuándo muy específico. Fue bastante gradual cómo se fue dando el dedicarme a la profesión porque lo que yo decidí en algún momento fue estudiar Diseño varias ramas diferentes, y empecé a trabajar de ilustradora. Las historietas siempre las hice como hobbie y fue como que cada vez se fueron volviendo más importantes para mí pero no se volvieron ni un trabajo ni una profesión porque no viví nunca de ellas. De hecho, me vine a Francia porque estoy intentando vivir de las historietas acá pero todavía no lo consigo así que no sé si decir que es mi profesión. Soy ilustradora sobre todo y no hay nada de eso que haya decidido: se fue dando y me fui sintiendo cómoda con ese trabajo.


Neoverso.

-¿Quiénes te influenciaron particularmente?

-Mis influencias fueron muchas porque fui soy como muy cambiante y se fueron modificando con el paso del tiempo: cuando era chica leía mucho Mafalda y Asterix, después pasé a leer manga  como Ranma o Evangelion y después pasé un poco a las historietas americanas y europeas. Pasé a leer a Liana Flynck, Camille Jourdy, Manu Larcenet, Chris Ware, Daniel Clowes, Marjane Satrapi, Art Spiegelman, muchísimas influencias tanto de la historieta francesa como del under americano. Y dentro de lo nacional o más cercano, Power Paola es una gran referente. Fuera de la historieta, también me gusta mucho leer literatura en general, soy muy fanática de Kurt Vonnegut, Nick Hornby, el realismo mágico, la ciencia ficción, entonces tengo como muchas influencias de estos géneros también del cine, sigo a muchos directores. A veces no encuentro como dentro de las historias el estilo que me gustaría ver y lo voy encontrando en otras ramas del arte que por ahí tienen más producción.

-¿Qué artistas de la actualidad podés recomendar?

-Liana Flynck me gusta muchísimo, Eleanor Davis, Bretch Evens, Olivier Schrauwen, Nick Drnaso, Emil Ferris son autores que vengo leyendo mucho. Otros que puedo mencionar son Rutu Modan, Aisha Franz, Tommy Parrish y Michael Deforge.

-¿Qué temas crees que deberían tratarse en la industria del cómic que aún son difíciles de plantear para los públicos?

-Creo que en estos últimos años se plantearon muchísimos temas dentro de la historieta, así que ya creo que no quedan muchas cosas que sean como tabú o que no se puedan tratar dentro de la historieta. Los libros están, quizás le falta al público tradicional de la historieta llegar a ellos pero están ahí. No sé si hay un tema que se está quedando afuera. Me parece que es cuestión de saber cuáles son los libros y de que te llegue nomás.