El chamamé, camino al reconocimiento universal

Algunos años atrás, era impensado imaginar que el chamamé estaría a punto de recibir el máximo título mundial que puede otorgárele al Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que otorga la UNESCO. Y no porque no lo mereciera, sino por el prejuicio que recaía sobre él: antiguamente, el chamamé era una música relegada en los festivales de más renombre por ser considerado un género menor, solo para “divertir” a las clases bajas. Por este motivo, era imposible divisar en alguna grilla nacional a los chamameceros, y si aparecían solo era un nombre consagrado y casi siempre en un horario ingrato.

Sin embargo, hoy es moneda corriente verlos en programaciones como la de Cosquín, La Tonada en Tunuyán, La Chaya en La Rioja y hasta La Serenata a Cafayate en Salta, festivales y fiestas muy cerradas a un estilo musical que de a poco fueron abriéndole las puertas a otros géneros amigos.

Corrientes es sin dudas la cuna del chamamé, "la capital mundial", tal como lo anuncia el locutor oficial de la fiesta cada noche y cada luna chamamecera que se vive en la capital correntina desde hace 28 años. Esta edición, que tendrá lugar del 12 al 21 de enero en el anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola,

estará marcada por ser la primera con la postulación de la UNESCO sobre los hombros. Es casi un hecho que el género antes marginado esté tocando su techo en breve y sea mirado por los ojos del mundo a través de la distinción de la UNESCO.

Gabriel Romero, presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, explica algunos conceptos acerca de la fiesta más importante que vive la provincia y la región una vez al año. “El chamamé es la identificación de una música regional no solamente a nivel de Argentina, sino también de Brasil y Paraguay”. El funcionario no puede dejar de hacer referencia a la distinción que podría recaer próximamente: “Buscamos un reconocimiento internacional y universal de una música que representa a la región; entendemos que en medio de un contexto tan globalizado poder reafirmar las identidades regionales es fundamental”.

“Lo de la UNESCO es muy importante porque significa un reconocimiento universal, formar parte de la lista representativa de los bienes inmateriales de la humanidad. Después de años de que el chamamé tuvo como un lugar casi de segunda dentro del folklore, llegar a este reconocimiento es muy importante”.