El CASo celebra los 35 años de Archivo P.A.I.S.
El CASo celebra los 35 años de Archivo P.A.I.S.

El CASo celebra los 35 años de Archivo P.A.I.S.

Arte
Una colección de audios con voces anónimas conforma una inusual muestra de arte sonoro en la Casa Nacional del Bicentenario. En esta nota, el artista Nicolás Varchausky explica los orígenes de la iniciativa y el interés que le despierta la musicalidad de la palabra hablada.
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Suena una voz infantil que dice “Se-compran colchones, tambores, refrigeradores…” y la escucha atenta permite reconocer el alta voz del vendedor ambulante en los barrios y la musicalidad presente en los sonidos cotidianos. El audio de esa voz anónima es parte de Archivo P.A.I.S, una exposición que celebra los 35 años del proyecto homónimo del compositor y artista sonoro Nicolás Varchausky.

La inusual muestra -presentada por el Centro de Arte Sonoro (CASo) en la Casa Nacional del Bicentenario (CNB) - despliega la colección de grabaciones de voces habladas y anónimas que Varchausky viene realizando desde adolescente en espacios públicos y no lugares de ciudades de todo el mundo.

Curada por Sebastián Vidal Mackinson, la exposición respeta la organización del catálogo de Archivo P.A.I.S en su plataforma online y divide los discursos registrados en económicos, religiosos, institucionales y artísticos. Así, el CASo se asume como una sede temporaria del Archivo donde además se exhiben dispositivos de grabación y documentos que atestiguan las distintas configuraciones que asumió el proyecto a lo largo de las décadas.

Hasta el 31 de octubre, el público puede escuchar el Archivo P.A.I.S. mediante un sistema de cables de acero y alambrado de metal resonante que con un estetoscopio diseñado especialmente por el artista reproduce distintas grabaciones. Además, puede acceder a una serie de videos y piezas infográficas que analizan la musicalidad de algunas de las grabaciones para poner en evidencia los ritmos y melodías ocultas en la oralidad.

A lo largo de su carrera, Varchausky utilizó además las grabaciones como insumos para piezas musicales y obras de arte sonoro. Una demostración de esto se podrá apreciar el jueves 30 a las 18 h en el patio de la CNB en donde presentará su disco Ex votos electrónicos, diez piezas breves que compuso utilizando exclusivamente audios del Archivo P.A.I.S..

En esta entrevista, Varchausky amplía sobre el origen de la iniciativa y cómo explora allí las tensiones entre sonido y sentido de la voz hablada.

-¿Cómo está organizada la muestra?

-Está armada como una sede temporaria del Archivo P.A.I.S porque despliega diversos dispositivos de escucha que nos permiten entrar en contacto con los audios. También se exhiben los aparatos de grabación que fui utilizando a lo largo de estos años, desde el primer walkman a casete que me regalaron mis padres hasta los que uso ahora, que grabo con teléfonos celulares y con un dispositivo portátil que se llama Zoom. También están todos los formatos físicos de estas grabaciones (casetes, dats, minidiscs, etc.) y una estación de escucha con videos de análisis y de comparaciones entre voces.

-¿Cómo empezaste a coleccionar sonidos y en qué momento te diste cuenta de que estabas ante una obra artística en sí misma?

-Empecé a grabar allá por el año 1986, en mi adolescencia, cuando mis padres me regalaron un grabador de walkman a casete. Grababa de todo: desde conciertos y recitales hasta audios en el colegio, amigos, profesores, ambientes, ruidos y voces.

Me gustaban muchos las voces habladas. A lo largo de los años empecé a interesarme particularmente en ese tipo de producción oral y en la musicalidad presente en esas voces y también en lo que decían y cómo lo decían.

Más o menos a partir de los años 1999-2000 ingresé a un proyecto de investigación y empecé a entender que toda esa práctica que yo venía realizando (y que parecía que iba a seguir haciendo) la podía pensar en sí misma como un proyecto artístico y de investigación o, en otras palabras, investigar con herramientas artísticas. A partir de ese momento, decidí organizar esos registros con un criterio, le puse un nombre al Archivo, y empecé a considerar esa práctica y el Archivo en sí mismo como una obra artística.

-¿Cómo fue evolucionando la toma de sonidos desde lo técnico hasta lo conceptual?

-Desde lo técnico, algo que el Archivo P.A.I.S. termina generando es una pequeña y doméstica historia de la evolución de los dispositivos portátiles de grabación de audio. Empecé con walkmans, después incorporé un DAT (que es como una casete digital portátil aunque no tan práctico pero de calidad superior), seguí con minidiscs (que sí eran mucho más práctico y grababan en formato digital) y después ya, grabadores digitales (que graban en una tarjeta de memoria SD) e incluso el celular.

Conceptualmente, si bien empecé y sigo grabando un poco de todo, en relación al proyecto de Archivo PAIS en sí lo que fue pasando es que lentamente me fui concentrando y focalizando en la voz hablada anónima en espacios públicos.

Eso fue algo paulatino, pero que ya en los primeros años empecé a tener claro que de todo lo que grababa había algo que se destacaba por un interés especial vinculado a escuchar la oralidad desde la materialidad misma, desde la entonaciones, los patrones rítmicos, los contornos melódicos, las complejidades tímbricas, pero también como todo eso se vinculaba con lo dicho, con lo textual, con lo semántico que estas voces proponían.

-Escuchando los audios es imposible no es esbozar una sonrisa al reconocer algunos sonidos como familiares. ¿Hay poética en la cotidianidad?

-La respuesta breve es sí. Depende claro del punto de escucha. En todo caso, hay una escucha poética de la cotidianidad y creo que el Archivo desarrolla y profundiza mucho en este tipo de escucha. Por eso en las fichas asociadas a cada grabación que están en el Archivo on line, transcribo los textos dichos. Creo que ahí aparece la dimensión poética. De hecho, estoy trabajando en un poemario a partir de textos de los audios que están registrados, que espero salga en breve.

-Resulta difícil no relacionar Archivo P.A.I.S. con la obra de John Cage.

-Tienen relación, en un punto. Cage es el compositor que nos invita a escuchar los sonidos del mundo musicalmente. Re-dirige la atención de la escucha a todo el campo sonoro. Sin embargo, me parece que, si bien escucha los sonidos del mundo, no escucha el mundo que portan esos sonidos, el mundo que traen. La escucha de Cage sigue siendo una escucha desconectada de las fuentes y de las implicancias que esas fuentes proponen. Es una escucha reducida, en términos Schaefferianos. Una escucha del mundo exclusivamente desde lo material.

Me parece que justamente en eso se diferencia mucho de Archivo P.A.I.S porque lo que se propone esta iniciativa es incorporar el sujeto de la enunciación, propone incorporar una escucha del contexto en el que fueron producidos esos sonidos, reconstruir en la escucha no solo la materialidad sino la fuente y la locación de esas voces.

Y esto está vinculado con lo que a mí me interesa de los aportes del arte sonoro. El arte sonoro como disciplina se ha destacado por incorporar todas estas posibilidades, todas estas referencias que portan los sonidos. Creo que a Cage no le interesaba traer esas referencias.

-Por otra parte, Michel Chion hablaba de la relación entre sonido e imagen. ¿Qué le aporta la espacialidad de la muestra a estos archivos de audios?

-Chion lo hablaba en el contexto de lo audiovisual. Pero sí ha aportado herramientas de análisis que se pueden trasladar a otras instancias donde lo sonoro se relaciona, además de con lo espacial, con lo arquitectónico u otras materialidades.

Creo que en la muestra una de las cosas que ocurre es que se proponen distintas situaciones de escucha, distintas maneras de entrar en contacto con el material, incluso literalmente, porque justamente para escuchar los audios hay que usar un dispositivo que armé: un estetoscopio estéreo intervenido que hay que apoyar con distintas superficies resonantes como, por ejemplo, cables de acero y planchas de metal desplegado. Esos dispositivos cuando la gente los usa no suenan en el aire, no se escuchan en la sala. Esto me permitió tener mucho audio sonando al mismo tiempo y que convivan sin molestarse.

Hay una propuesta de nuevas maneras de escuchar, nuevas formas de entrar en contacto con los materiales sonoros y creo que ahí se abre la posibilidad de otras interpretaciones y otras producciones de sentido. Esto aparece en la muestra no como una forma de resolver un problema museográfico sino que, para mí, como el Archivo es dinámico y es un proceso, lo que que quiero es mostrar los saberes y dispositivos que fui generando en cada instancia del Archivo P.A.I.S. como una forma de ponerlo en valor.

Archivo P.A.I.S. se puede visitar hasta el 31 de octubre, de jueves a domingos de 15 a 19 h, con entrada gratuita, por orden de llegada hasta completar el aforo.

Sobre el artista

Nicolás Varchausky es compositor, artista sonoro y docente-investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Universidad Nacional Tres de Febrero. Su producción artística incluye obras electroacústicas e instrumentales, performance, instalaciones, proyectos de archivo sonoro y sitio específico. Su obra investiga las relaciones posibles entre sonido, espacio, memoria y palabra hablada en contextos tecnológicos. Desde hace más de 30 años lleva adelante el proyecto Archivo P.A.I.S., una colección de registros de voces anónimas que exploran las tensiones entre sonido y sentido en la voz hablada como material musical. Dirige el sello de música electrónica experimental Inkilino Records. Ha realizado música original para teatro, danza y cine, y recibió diversas distinciones entre las que se destacan la Mención Honorífica en el Prix Ars Electronica, la Beca Nacional a la Creación Artística del FNA y el premio Germaine Derbecq otorgado por la Asociación Argentina de Críticos de Arte. Recientemente, ha recibido la Beca IBERMÚSICAS, comisiones del CETC Centro de Experimentación del Teatro Colón y los Ferienkurse für Neue Musik Darmstadt, y el apoyo del Instituto Goethe, el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras CMMAS, la Bienal de Performance y la Fundación Pro Helvetia. Realizó su doctorado en The Centre for the Digital Arts and Experimental Media (DXARTS), University of Washington, Seattle, USA.

Sobre el Centro de Arte Sonoro (CASo)

El Centro de Arte Sonoro (CASo), dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, es el primer centro permanente en el país dedicado a promover este campo disciplinar. Tiene su lugar físico en el tercer piso de la Casa Nacional del Bicentenario desde su creación en 2017. Allí cuenta con la única sala de exhibición en el país dedicada al arte sonoro. CASo comprende al arte sonoro como una expresión del arte contemporáneo y como una disciplina de saberes específicos y capacidades críticas. Sus ejes principales de acción son tres: escucha, comunidad y tecnología. Estas categorías se ponen en práctica, se cuestionan y se problematizan a través de diversas acciones: exhibiciones, talleres y clínicas de formación, actividades de auditorio, residencias, Radio CASo y publicaciones.Los destinatarios de las acciones de CASo son músicxs, artistas sonorxs y de distintas disciplinas, investigadorxs, aficionadxs y el público general.