Día Internacional de los Museos 2021: entrevista con María Isabel Baldasarre
Cada año desde 1977, el Consejo Internacional de Museos (ICOM) elige un tema para que el 18 de mayo los museos y sus profesionales reflexionen al respecto. El lema de este año, “El futuro de los museos: recuperar y reimaginar“, invita a compartir la creación de nuevas prácticas, nuevos modelos de negocio y soluciones para los retos sociales, económicos y medioambientales. El objetivo de esta fecha es concientizar sobre la relevancia de los museos como medio de intercambio cultural, el enriquecimiento de las culturas y el desarrollo y colaboración hacia la comprensión y paz entre los pueblos.
María Isabel Baldasarre, directora Nacional de Museos, comparte las actividades virtuales a realizarse en esta fecha y reflexiona sobre los desafíos que supuso transitar el 2020.
-¿Cómo fue la organización de los eventos para este Día Internacional de los Museos 2021 en un contexto tan adverso? ¿Cuáles son las expectativas frente a la propuesta "Tan lejos, tan cerca. Proyectos para acercar distancias en los Museos de Europa y Argentina"?
-El contexto pandémico en que nos encuentra este Día Internacional de los Museos nos enfrentó nuevamente a pensar actividades virtuales para activar los museos y sus públicos. Aprovechando esa coyuntura y la del formato virtual, junto a la red de Institutos Nacionales de Cultura de la Unión Europea en Argentina (EUNIC), apostamos a diálogos que difícilmente podríamos concretar de modo presencial. Se trata de poner en común experiencias entre museos argentinos y europeos que a simple vista parecen muy lejanos, pero que sin duda han tenido puntos de encuentro a la hora convocar e interpelar a sus públicos en este complejo presente que compartimos desde diferentes enclaves geográficos. El Museo Terry de Tilcara dialogará con el Museo Dauphinois de Grenoble; el Museo Nacional de la Historia del Traje de Buenos Aires hará lo propio con su par, el Museo del Traje de Madrid y el Palacio Nacional de las Artes socializará sus estrategias con el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Liubliana (Eslovenia).
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-¿Cómo será la dinámica del Conversatorio Virtual Museos de Código Abierto: Experiencias de Investigación sobre los Patrimonios Nacionales?
-Se trata de un conversatorio abierto a todo público. Se va a trasmitir en las redes de Wikimedia y Museos y Patrimonio. Se trata de una mesa de trabajo de equipos de investigación y programas públicos de algunos museos nacionales en la que se van a presentar líneas de investigación, se reflexionará sobre las tácticas de divulgación respecto los acervos, y las diferentes labores que se llevan adelante en los museos.
-¿Cómo nace el Programa de Cultura y Conocimiento Abierto en colaboración con Wikimedia Argentina?
-Creemos que el trabajo colaborativo con Wikimedia es una excelente oportunidad para visibilizar el acervo patrimonial y el trabajo que se desarrolla en los museos, y sumar la visión específica sobre ciertos bienes y prácticas para contribuir a la construcción de conocimiento colectivo, a la vez situado y localmente relevante. La realización de actividades en conjunto con uno de los sitios de acceso abierto más consultados de la web -que además se interesa por chequear y homologar la información que sube- es una instancia fundamental para la difusión y el mayor conocimiento de los museos y colecciones públicas.
-En los últimos tiempos ganó fuerza la idea que sostiene que los patrimonios son políticos, ¿qué reflexión puede compartir al respecto?
-La creación de un acervo -elegir qué se transforma en colección pública con sus consecuentes acciones de guarda, cuidado y divulgación- implica toda una serie de decisiones de índole estética, práctica, histórica y económica, entre otras.
Es necesario ponderar el impacto de ese bien o esa práctica en el presente, pero también su relevancia en el pasado, y lo más complejo, imaginar cuál será la mirada futura. Los acervos que permanecerán en el tiempo como colecciones públicas implican tomas de decisión política como tener una perspectiva federal, diversa, inclusiva de las diferencias, atenta a las variables de género a la hora de gestar o ampliar una colección, pero también al momento de contar su historia y proyectar sus derivas es un proceso sin duda permeado por ideologías. ¿Qué entendemos por patrimonio? ¿Sólo son objetos o también son las experiencias comunitarias que les dan sentido? Asumir la complejidad de esas decisiones y estar abiertas y abiertos al debate y a la multiplicidad de miradas creo que es parte central de una política cultural que asume sus desafíos pero que también es consciente de sus responsabilidades.
-La perspectiva de género atenta a las mujeres, disidencias y diversidades cobró protagonismo en las agendas de los museos. En este sentido, ¿cuál es el rol de las mujeres en la construcción de políticas culturales?
-Este es un momento único para las mujeres porque la coyuntura actual marca que nuestras voces no pueden ser más desoídas a la hora de diseñar políticas de gestión. Por supuesto, el significante “mujeres” es muy amplio y es imposible pensar en una sola agenda o toma de posición única respecto de las que se suponen son sus demandas, derechos e intereses.
Lo que sin duda quedó en evidencia es que una mirada feminista, puesta en acto no sólo por mujeres sino también por todxs aquellos/as/es que se desempeñan en la gestión cultural, es fundamental para ampliar las perspectivas, convocar otras voces y ser diversos. Los museos les hablan a sus comunidades y toman decisiones sobre sus recintos y colecciones, sobre sus exhibiciones y sus programas públicos. Es importante detenerse a pensar qué estructuras de poder se siguen perpetuando en esos procesos y trabajar para tratar de desmontar los supuestos que muchas veces damos por sentados a la hora diseñar e implementar políticas.
-La pandemia evidenció carencias en muchos sectores, ¿qué evidenció en el ámbito de la cultura?
-Evidenció, aún más, la precariedad e inestabilidad de las condiciones en que producen y trabajan muchos creadores y artistas. No contar con estructuras que los cobijen y permitan previsibilidad o con el derecho básico de ser remunerados por sus producciones fue algo que se percibió como nunca antes en este contexto. Creo que más allá del dramatismo de la situación en general y la particular de cada uno, la pandemia ayudó a volverlas visibles y se hizo imprescindible comenzar a planear estrategias en búsqueda de darles respuesta. Los tarifarios generados por los propios artistas son una de esas estrategias, desde los Museos Nacionales trabajamos para que todas y todos los artistas y trabajadores de la cultura que forman parte de nuestros proyectos reciban una remuneración acorde.
-De alguna manera, el contexto actual pone en crisis el paradigma de las muestras masivas ¿Cómo imagina el después de los museos? ¿Cuáles son los nuevos paradigmas vinculados a los museos a partir de la coyuntura mundial?
-Si algo quedó de manifiesto es que las exposiciones comúnmente denominadas “blockbusters” y aquellos museos que se nutren del ingreso masivo de público que paga las entradas entraron en crisis en este contexto. Sin embargo, eso no significa que los museos como recintos que nuclean a los públicos no sean necesarios. Ya lo hemos visto con las aperturas de museos y espacios culturales que tuvimos desde fin del año pasado, en una coyuntura tan desoladora como la actual, el estar con otras y otros disfrutando de un evento cultural, de una exposición, de un concierto o una película se vuelve como algo primordial, como una estrategia de supervivencia. Somos seres gregarios, la energía que se activa cuándo compartimos experiencias junto a otros es algo de lo que creo jamás podremos prescindir, necesitamos vitalmente de lo colectivo.
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