Día de la Música: la celebración de los organismos estables nacionales
Día de la Música: la celebración de los organismos estables nacionales

Día de la Música: la celebración de los organismos estables nacionales

Música
Efemérides
Desde el año 1594, cada 22 de noviembre se celebra el Día de la Música. Integrantes de los elencos estables se suman a la celebración con testimonios sobre la importancia de la música en sus vidas.

La música se define como la combinación ordenada de ritmo, melodía y armonía, que resulta agradable a los oídos, generada a través de la voz o de instrumentos musicales.  

Intérpretes, integrantes de los coros y orquestas nacionales, expresan el significado de la música en sus vidas y revelan algunas de las composiciones que más los conmueven.   

 

David Morales, tenor del Coro Polifónico Nacional de Ciegos "Carlos Larrimbe"

 

“Ingresé a cantar desde el año 1990 en este organismo. Canto desde chico, me gusta mucho la música, creo que es una de las cosas más linda que me pasó en la vida. Toco la guitarra para mí, una cuestión personal. Este trabajo me ayudó a crecer en la vida, a desarrollarme como ser humano y a la vez, también, a formar mi familia. La obra que recuerdo con mucho placer es el Réquiem de Fauré porque me parece una obra muy bonita que la hice con el Coro Nacional de Ciegos, hace unos cuantos años atrás”.

 

Ana Escalada, contralto del Coro Nacional de Jóvenes

 

“Para mí la música es parte de mi vida, es el motor y sin ella no sería la misma persona. El coro ha cantado infinidad de obras importantísimas que me han llenado el alma como sinfónico corales, a capella y en distintos idiomas. Recuerdo muchas obras, pero una que me ha gustado mucho cantar es el Gloria de la misa en sol menor de Bach”.

 

Andrés Arsenio, tenor del Coro Polifónico Nacional

 

“Para mí la música fue y es un maravilloso medio de expresión que me permitió, desde el piano, el canto y la composición, trabajar y sostenerme con este maravilloso arte que atraviesa cualquier barrera. La obra que elegiría, en este caso, es la Octava Sinfonía de Gustav Mahler".

 

Maria Isabel Sanz, directora del Coro Nacional de Niños

 

“La música ocupa un lugar central en mi vida y es por eso que decidí dedicarme a ella como profesión. Para mí es una compañía que me produce enorme felicidad y un gran disfrute interior. Siempre les digo a los chicos del coro que la música vive cuando la interpretamos. Mis recuerdos y emociones se despiertan cuando hacemos juntos Serenata, de Franz Schubert, porque la canté de pequeña y la acompañé en el piano siendo joven. Hoy, cuando la dirijo, aflora en mí la misma felicidad que sentía de niña”.

 

Luis Roggero, primer violín concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional

 

“Mi relación con la música ha sido básicamente de alegría, con esfuerzos, por supuesto, pero siempre me ha traído muchas satisfacciones como es poder hacer música con grandes instrumentistas y grandes personas. Me ha servido de apoyo, de soporte, en los momentos en que la vida, por ahí, no se pone tan fácil. Para mí una de las obras más emblemáticas es el Concierto en red de Beethoven, que lo escuchaba de niño, subido en una silla, a un viejo Winco Phone que teníamos. Eran cinco discos de pasta, que se daban vuelta, y era una versión de Jascha Heifetz con la BBC de Londres dirigida por Toscanini; el disco era de la RCA Víctor. Tenía el logo de un perrito escuchando un fonógrafo y el perrito daba vuelta muy rápido porque eran 78 revoluciones por minuto. Cuando pude hacer ese concierto, por primera vez, con la Sinfónica Nacional, bajo la batuta del maestro Pedro I. Calderón, fue de gran emoción para mí. La otra obra muy importante en mis sentimientos fue el Gurre Lieder, de Schönberg, que hicimos también bajo la batuta del maestro Calderón, pero además se nos adosó la Filarmónica de Buenos Aires. Fue un concierto precioso que hicimos las dos orquestas en conjunto”.

 

Cecilia Ferrare, primer oboe de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos "Pascual Grisolía"

 

“Hace 25 años formo parte del organismo. La música es, para mí, la forma de expresarme, de expresar lo que soy y lo que siento. Me conecta con mi alma, con la parte más bella que tengo, la más profunda, que muchas veces, en lo diario, perdemos en el camino, en lo cotidiano. Tocar el oboe es un regalo que me dio la vida. Cada vez que lo toco siento que estoy adentro de la madera, saliendo como sonido por las llaves. Amo tocar, amo estudiar. Una de las obras que más me gusta es el Concierto Doble, de Bach, para violín y oboe, que tuve la oportunidad de tocar, hace dos años, con mi amiga del alma y de la vida. También me gusta Camille Saint-Saëns, que tiene una sonata muy bella, y que también tuve la oportunidad de tocar con mi mejor amigo, el año pasado. Hay muchas obras que me representan, donde siento que hay parte mía también pero estas son las que más amo tocar y los compositores que más me gusta ejecutar y escuchar”. 

 

Laura Politi, oboista de la Orquesta Nacional de Música Argentina "Juan de Dios Filiberto"

 

“La música, para mí, es una energía increíble que me acompaña toda mi vida, me divierte, me hace feliz, pero también me exige y me compromete. Siempre, cuando estoy tocando o cuando escucho, la música me transforma. No podría decir sobre una obra o sobre una interpretación que sea para mí la más importante, porque sólo el hecho de estar con mi oboe, en un escenario tocando, ya es maravilloso. Lo que sí puedo contar es que los conciertos que más disfruto, humana y musicalmente,  son con mi orquesta, con la Filiberto, y esto me hace muy feliz”.