Cosquín: la historia del festival que celebra seis décadas de folklore

La historia

Cuando hace sesenta años un grupo de vecinos de Cosquín decidió reunirse en la plaza Próspero Molina juntando sillas y convocando a los músicos locales, nadie imaginaba que ese encuentro espontáneo se convertiría en el festival de folklore más importante de la Argentina.

Seis décadas transcurrieron desde aquel entonces, seis décadas donde el escenario Atahualpa Yupanqui fue testigo de innumerables acontecimientos que marcaron los destinos de la música popular argentina. Desde la aparición de Mercedes Sosa (por entonces una ignota cantora tucumana), invitada por Jorge Cafrune allá por los sesenta, o Teresa Parodi que con su “Pedro canoero” irrumpió en la escena nacional en 1984 y fue bendecida con el mayor galardón: la Consagración de Cosquín. También hubo momentos más recientes cuando a mediados de los años noventa se produjo la llamada “ola del folklore joven” que iniciaron Soledad, Los Nocheros, Los Tekis, entre otros. Esta nueva camada sirvió para que también el festival renovará sus votos con el género y poblara sus grillas con propuestas innovadoras.

Cosquín es el escenario del folklore, su catedral, el sitio al que todo artista del género desea llegar. Para muchos, es “la vidriera” y una suerte de termómetro porque si el público celebra una presentación la suerte de una figura puede cambiar para siempre. Sucedió con la coplera salteña Mariana Carrizo (Premio Consagración 2004), cuando subió solo junto a su caja bagualera, un lunes por la noche, y recibió una verdadera ovación de la gente que no la dejaba ir. Su presentación inicial de once minutos terminó
extendiéndose a más de treinta. Fue un shock para una artista independiente y más aún del interior del país. Ese año, el público la consagró y fue una de las premiaciones más celebradas en la historia del festival, reconocimiento que compartió con el violinista Néstor Garnica.

Otro hecho que marcó un antes y un después en el festival fue la consagración del Chaqueño Palavecino, el ex chofer de colectivos que entre viaje y viaje entre Salta y Chaco, se hacía tiempo para cantar en peñas y festivales de la zona. Su perseverancia lo condujo hasta Cosquín y el público, definitivamente, lo acompañó. Hubo un año, en 2006 cuando estaba en el tope de su popularidad, que sorprendió a todos ingresando a caballo por las calles laterales al escenario mayor y consagrando un asado en el mismo espacio, para sorpresa de propios y extraños.

Cosquín 2020

Esta edición promete celebrar de principio a fin estos sesenta años de historia. Ya confirmaron su presencia los “históricos” como Soledad, Los Nocheros, El Chaqueño Palavecino, Teresa Parodi, Jairo, Los 4 de Córdoba, Dúo Coplanacu y muchos más. Pero como el festival trató de abrirse siempre a otros géneros, aparecen en la programación Los Tipitos, Fito Páez y La Mona Jiménez, que ya estuvo hace unos años pero esta vez se suma a la “noche de yapa” el lunes 3 de febrero, para celebrar a Cosquín con el “folklore de Córdoba”, el cuarteto.

En paralelo al festival, Cosquín ofrece múltiples actividades como la tradicional Feria de Artesanías Raúl Cortázar (instalada en la Plaza San Martín) que convoca a los mejores artesanos del país, el Encuentro de Poetas al que llegan voces de toda Latinoamérica, los escenarios callejeros que brindan espacio a los nuevos artistas y las tradicionales peñas nocturnas que copan la atención del público una vez finalizado el festival.
Cosquín no se agota en la programación artística, hay mucha oferta y mucha demanda.
Serán diez días, a partir de este viernes, donde el folklore será celebrado y donde público y cantores reanudarán su comunión anual.