Valeria Edelsztein: "La curiosidad es un gran alimento para hacernos preguntas"
Valeria Edelsztein: "La curiosidad es un gran alimento para hacernos preguntas"

Valeria Edelsztein: "La curiosidad es un gran alimento para hacernos preguntas"

Infancias
Entrevistas
La científica y divulgadora Valeria Edelsztein presenta su nuevo libro y explica cómo se cuentan historias de ciencia a niños y niñas.

Valeria Edelsztein es Doctora en Química, investigadora, docente universitaria y divulgadora científica. Durante 2018 y 2019, junto a Nadia Chiaramoni, trabajó en el podcast Contemos Historias, orientado a niños y niñas, sobre el contexto histórico y los acontecimientos previos a los inventos y descubrimientos fundamentales de la ciencia y sus protagonistas, como Lise Meitner, Hedy Lamarr o Isaac Newton.

 


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Edelsztein ha publicado varios libros de divulgación, entre los cuales se destacan Científicas: cocinan, limpian y ganan el premio Nobel (y nadie se entera), de 2012; en 2016, Ciencia para pasar el invierno fue seleccionado como libro juvenil internacional en White Ravens (International Youth Library) y obtuvo la Mención de Honor en el premio Leeureka! al mejor libro informativo para niños. En 2017, publicó El embarazo y Ciencia pasar la primavera (para curiosos de 8 a 108 años), de Ediciones Iamiqué.

También es autora de libros de texto escolares, como Manuales de Físico-Química, de la editorial Estación Mandioca, Separatas "200 años de ciencia argentina para el Proyecto Bicentenario", entre otros). 

 

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A continuación, Valeria Edelsztein cuenta en qué consiste su nuevo proyecto editorial y cómo es la tarea de narrar historias sobre ciencia para las infancias.  

-¿Qué vamos a encontrar en este nuevo libro sobre ciencia explicada a niños y niñas?

-Contemos Historias es un libro sobre historias de la ciencia y sus protagonistas. La idea es lograr un acercamiento a la historia de la ciencia en contexto para personas de 9 años en adelante con propuestas interactivas. Van a encontrar historias increíbles y fascinantes, descubrimientos y errores catastróficos, intrigas, contradicciones, personajes misteriosos y científicas maravillosas. También datos curiosos, actividades y experimentos para meter manos a la ciencia.

 


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-¿Cómo empezó el proyecto de Contemos Historias

-Contemos Historias comenzó como un proyecto propio de comunicación de la ciencia en formato "hilos" de Twitter. Luego, se convirtió en un podcast gracias al trabajo colaborativo con gente increíble como Nadia Chiaramoni y Mariano Pagella, pero, en esta oportunidad, retomé la idea original, la de la comunicación escrita. Por eso el libro recopila las historias que fui escribiendo a lo largo de los años, muchas de las cuales pueden encontrar en mi cuenta de Twitter @valearvejita con el hashtag #ContemosHistorias.

-¿Cuáles son tus historias preferidas? ¿Quedó alguna por contar?

-Creo que todas las historias del libro pueden calificar como "mis favoritas" en algún sentido. Es muy difícil elegir porque cada una tiene su particularidad: algunas por lo inverosímil, como el robo del cerebro de Einstein, otras por lo increíblemente divertidas, como la de los arenques, otras por lo fascinante, como la de las medallas Nobel y los nazis. Pero si tengo que elegir una, no puedo más que nombrar a mi científica favorita de todos los tiempos: Hedy Lamarr, inventora, actriz de Hollywood, inspiración para la imagen de Blancanieves y quien sentó las bases de lo que más adelante se convirtió en... ¡el Wi-Fi!

 


Hedy Lamarr. RTVE.

 

 

-¿Quiénes realizaron las ilustraciones del libro y cómo fue la dinámica de selección?  

-Las ilustraciones las hizo Candela Insua con quien tuvimos idas y vueltas en relación a la búsqueda de la estética, con la editora, y ella con la ilustradora. Finalmente decidimos que fuera algo en el estilo más cómic, pop, para acompañar las historias de manera fresca y pensando sobre todo en el público al que iba dirigido, que iba leerlo, porque es un libro que está pensado para los nueve años en adelante. Así que la idea era elegirlas en ese sentido. En cuanto a la selección, una vez que las primeras ilustraciones estuvieron hechas las miré, a mí me interesaba sobre todo que no se antropomorfizaran algunas. Por ejemplo si vamos a poner una célula o un estómago, que no tuvieran caritas era importante. Después de todo ese intercambio, finalmente quedaron aquellas ilustraciones que me parece que son un complemento excelente para el libro.

 

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-¿Te contaban historias sobre descubrimientos científicos en el colegio? 

-Cuando era chica yo no tenía una marcada vocación científica. Hay personas que ya de chiquitas saben a lo que quieren dedicarse, no era mi caso. Cuando mi mamá me preguntó, a los siete años, qué quería ser cuando fuera grande yo le dije que quería cortar y vender pollo. La ciencia la descubrí bastante más tarde. Siempre fui muy curiosa y me gustaban los juegos de ingenio y demás y eso sí me lo comentaba mucho mi familia. Me acuerdo que me compraban libros de acertijos matemáticos y muchos de estos que vienen para hacer sopas de letras y crucigramas, entonces siempre estuve muy alimentada desde ese lugar y a mí me gustaba mucho realmente hacerlos. 

También tenía esos famosos libros de preguntas y respuestas como "¿por qué llueve?" o "¿cómo se forma un arcoiris?", con breves descripciones orientadas a una explicación científica; eso lo recuerdo. Me alimentaban desde esos espacios, pero no recuerdo que me hayan contado historias sobre descubrimientos. Tenía un libro que se llamaba La historia de los inventos, un libraco enorme, de esos pesados, con las hojas de colores brillantes, con ilustraciones, y recuerdo que pasaba horas mirando eso porque me parecía fascinante, pero no esta manera de contar las historias, que creo que enriquece bastante la manera en la que podemos incorporar la información o incluso el devenir histórico de la concepción del conocimiento científico. Eso sí que no lo recuerdo, no recuerdo haber escuchado historias sobre descubrimientos científicos.

-¿Qué le dirías a las niñas con interés en la ciencia? 

-Ya que les interese está buenísimo, es un excelente punto de partida para seguir investigando, curioseando y haciéndose preguntas. A veces la pregunta es, sobre todo en público infantil o adolescente, “¿por qué contar estas historias, cuál es el objetivo?”.

Yo no quiero que todo el mundo se dedique a hacer ciencia. No me interesa que todas las personas que hoy tienen diez años sean científicas, pero sí me parece que es algo muy importante que sepan que existe ese universo posible, que sepan que es algo a lo que se pueden dedicar. Que así como pueden ser arquitectes, psicólogues o músiques, también podrían dedicarse a la ciencia. Eso es algo que, generalmente y sobre todo en las chicas, no suele aparecer como posibilidad. Y esto es porque en las películas, dibujos animados, libros, en la escuela, incluso a veces dentro de la familia, se muestra a las personas que hacen ciencia con ciertas características con las que no se pueden identificar: en general son varones, blancos, cis, heterosexuales, de centros urbanos, medio locos, que trabajan en soledad, en un laboratorio. Esos estereotipos terminan influyendo, eventualmente, en nuestras elecciones vocacionales y profesionales, en particular en el caso de las chicas.  

 


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Entonces creo que la idea de poder expandir ese universo, y decirles que sí pueden dedicarse a la ciencias si es lo que les interesa, es algo muy potente. Además de presentar esos universos posibles, mostrar que hay referentes en el área, que hay un montón de mujeres trabajando en ciencia y tecnología en nuestro país y a nivel regional y global. Que se empiecen a ver esas caras, esos trabajos, esos nombres. Creo que en ese sentido, la visibilización cumple un rol muy importante. 

A quienes ya están interesades en la ciencia, y eso ya es un paso adelante, me parece que lo fundamental es que estén haciéndose preguntas y que puedan ir tratando de encontrar qué es aquello que más les interesa dentro del enorme universo que es hacer ciencia. Si les interesa más mirar las estrellas, les interesa más el contacto con la naturaleza, entender cómo fue que llegamos las diversas especies a existir, o cómo podemos leer en las rocas la información del pasado. Hay muchas ramas. 

Y quizás ir tratando de encontrar cuál es esa especialización dentro de la ciencia que les gusta. Pero sobre todo mantener en la cabeza que hacer ciencia es hacerse preguntas y puede ser un trabajo; una profesión a la que pueden dedicarse, y también puede ser que si eligen otro trabajo, otra profesión o estudio, la ciencia puede seguir siendo algo que les acompañe durante toda su vida porque, en última instancia, como decía recién, la curiosidad es un gran alimento para hacernos preguntas y las preguntas son la base de la investigación científica, así que aunque no se dediquen profesionalmente, podrían seguir empapados en ese mundo y leer, interesarse, escuchar y ver. E incluso, eventualmente, cruzar sus futuras disciplinas con alguna disciplina científica; la interdisciplinariedad puede ser muy interesante también. 

 

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Agradecimientos: Penguin Random House Grupo Editorial.