Esculturas: conocé el patrimonio de los Museos Nacionales desde tu casa

Ante el cierre preventivo que ha implicado la pandemia del COVID-19, los museos del mundo han puesto todos sus esfuerzos en acercar al público sus colecciones a través de recorridos y visitas virtuales por sus salas.

Para que el arte y la historia formen parte de nuestras actividades diarias presentamos a continuación una serie de esculturas pertenecientes a la colección de algunos de nuestros Museos Nacionales.

"Combate de box" - Museo Casa de Yrurtia

Escultura realizada por Rogelio Yrurtia, emplazada en el jardín de la Casa Museo. En el año 1942, Yrurtia y su esposa, la artista Lía Correa Morales, transfieren al Estado Nacional su casa del barrio de Belgrano con su mobiliario y obras de arte, en agradecimiento y devolución al pueblo argentino por todo lo recibido. 

Soldado de la Guerra de Secesión - Museo Histórico Sarmiento 

(Samuel Conkey, Nueva York,1830-1904)

Augusto, el albacea de Sarmiento, indica que su abuelo había comprado esta escultura en Estados Unidos. La obra fue patentada en 1866 y se exhibió en la National Academy en 1867. 

El yeso representa a un joven soldado de la guerra de Secesión, recostado sobre un tronco, con su caja de municiones, una cantimplora, su cinturón y una bayoneta a su alrededor. El joven sostiene su cabeza con la mirada en el suelo mientras mantiene su puño cerrado, posee un pañuelo atado en su pierna, está herido en el campo de batalla. Para la familia de Sarmiento este soldado tenía una herida similar a la de Dominguito en su tendón de Aquiles, cuando falleció en la Batalla de Curupaity.

En la base se escribieron dos versos del poema In The Wilderness, escrito en referencia a la Batalla de Wilderness ocurrida entre el 5 y 7 de mayo de 1864, cuyo autor es George Henry Boker, y que fue compilado en el libro Poems of the War. 

“At Once There Circled In His Waking Heart /A Thousand Memories Of Distant Home.” Una aproximación a su traducción podría ser: Una vez allí circularon en su corazón despierto mil recuerdos de su lejano hogar.

 

"Margarita" - Museo Mitre

(Pierre Oge, 1887. Bronce patinado)

Representación del personaje de Margarita de Fausto*. Figura femenina de pie, con la cabeza inclinada y contemplando una flor que sostiene en sus manos; peinada con trenzas y en vestido largo, recogido a su izquierda mediante una escarcela.

Fausto es el protagonista de una leyenda clásica alemana, un erudito de gran éxito, pero también insatisfecho con su vida, por lo que hace un trato con el diablo, intercambiando su alma por el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. Se trata de la obra más famosa de Goethe y está considerada como una de las grandes obras de la literatura universal. En esta obra el personaje de Margarita es una de los principales, es el amor de Fausto y, a su vez, se ve envuelta en sufrimiento y dolor por culpa de ese amor, y termina pereciendo en los brazos del protagonista.

 

"La Eterna Primavera" - Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD)

(Auguste Rodin (1840 - 1917). Francia, primera década siglo XX)

Este mármol pertenece a una serie ejecutada en el taller de Rodin en Meudon durante la primera década del siglo XX. Rodin tenía entonces 67 años y delegó el pase al mármol a Louis Mathet (1853-1920), su colaborador de mayor confianza. En 1927 G. Grappe sostiene que el modelo de esta pareja entrelazada surgió en Rodin ya en 1883, en la época inicial de su relación con Camille Claudel y en contemporaneidad con la otra pareja de Paolo y Francesca, que luego se bautizaría como “El Beso”.

En el caso de La Eterna Primavera fue expuesta en el Salón Nacional de Bellas Artes de Paris, en 1897. El interés despertado desde entonces impulsó a Rodin a realizar varias versiones en mármol y en bronce sobre el mismo modelo, si bien incorporando leves variantes. Hay ejemplares en mármol en los museos del Hermitage de San Petersburgo, Metropolitan de Nueva York, Soumaya de Mexico y Thyssen Bornemisza de Madrid, y de bronce en el Museo Rodin (tres) y los Museos de Bellas Artes de Boston, de Arte de Filadelfia y Soumaya. La expansión de las formas en el espacio, el erotismo en la relación de los cuerpos, la fluencia de músculos que se elongan, el predominio de las 'veladuras' sobre el perfilado; en definitiva, el triunfo del temblor de la materia que parece agitarse y vivir.