Conocé a los ganadores del programa Ibermemoria sonora, fotográfica y audiovisual
Conocé a los ganadores del programa Ibermemoria sonora, fotográfica y audiovisual

Conocé a los ganadores del programa Ibermemoria sonora, fotográfica y audiovisual

Los trabajos sobre el archivo de Memoria Trans y el archivo del musicólogo Carlos Vega fueron los proyectos argentinos ganadores en la convocatoria de la que participaron 20 países
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Los archivos sonoros y audiovisuales son parte de la riqueza patrimonial de la región iberoamericana y de cada uno de los países que la integran. Muchos de ellos, hete aquí el inconveniente, corren el riesgo de desaparecer por causa del desinterés, el desconocimiento del valor de los documentos o bien, por falta de recursos tecnológicos.

La convocatoria del programa “Ibermemoria, preservando el patrimonio sonoro y audiovisual en Iberoamérica”, buscaba, precisamente, ideas para preservar este tipo de patrimonio. La convocatoria contó con 214 proyectos, correspondientes a 20 países. Tres fueron los ganadores, y dos de ellos son argentinos.

Conocé los 2 proyectos:

Archivo de la Memoria Trans

Cecilia Estalles es fotógrafa y en medio de una investigación sobre travesticidio conoció a María Belen Correa, una trans que vive en Alemania, exiliada en los ‘80, como muchas otras, escapando de la persecución policial. Fascinada con la novedad de las redes sociales, María Belen creó un grupo cerrado de Facebook con la intención encontrarse con viejas compañeras,  compartir fotos y recuerdos. Ese grupo fue creciendo de a poco, y en cada memoria individual se comenzó a tejer y a narrar una historia colectiva.

“Empezamos de forma autodidacta y viceral. El grupo se empezó a llenar de fotos y las empezamos a compilar. Primero fotos de los ‘80, ‘90 y ahora estamos buscando registros de los ‘60, ‘70. Es difícil porque mucha de las chicas perdieron sus fotos en los allanamientos en sus casas de aquellos o las dejaron en las casas de sus padres, a las que no volvieron más o sus familiares eligieron ocultar porque era un vergüenza tener una hija trans”, cuenta Cecilia.

Mirando las fotos fueron señalando “ésta se fue, a ésta la mataron, ésta murió” lo que origen a la primer muestra del archivo.

Son nueve las integrantes a cargo de este proyecto
donde se comparten anécdotas, fotos, testimonios, cartas, postales, de la comunidad travesti, trangénero y transexual. Ibememoria les va a permitir  comprar equipamiento, scaners, computadoras para trabajar con los mas de 7000 documentos que forman parte de su acervo y que crece y crece cada día. También crear una plataforma web donde alojar los materiales y sea de libre acceso el catalogo.

“Con el proyecto vamos a poder contratar a dos conservadoras y a otra persona más para que nos asesore y capacite en la parte de digitalización y catalogación.  Queremos acondicionar el material, limpiarlo, ponerlos en contenedores de guardado libres de ácidos y poder sistematizar el archivo de una manera que nos sirva a nosotras. Nos interesa consolidar un archivo vivo, que se vincule con el arte, que participe en exposiciones de fotografía contemporánea, y al que todo el mundo tenga acceso”.

De un pasado atravesado por la exclusión y la violencia, florece un espacio donde reunir a las sobrevivientes y sus historias, donde preservar la memoria de esos cuerpos que sufrieron los atropellos de la policía, el abandono del Estado y la hostilidad de la sociedad. Una colección donde hay vidas borradas que se reconstruye histórica y políticamente a través de sus sobrevivientes.

Digitalización, restauración y acceso público de archivos sonoros de carácter etnográfico, realizados por el musicólogo argentino Carlos Vega y sus colaboradores, entre 1931 y 1965.

Carlos Vega pasaba sus tardes de juventud tocando la guitarra por las plazas de Cañuelas. “Ahí anda el loco Vega con sus canciones”, decían los vecinos. Ese loca pasión por las melodías y por los instrumentos lo llevó a recorrer durante 30 años la Argentina, y decenas de países hermanos para conocer, desde sus raíces, la música tradicional, rural y criolla de cada rincón.

Con sus grabadoras y cuadernos de apuntes, donde sigilosamente catalogaba día, lugar, género y compositor, Carlos Vega y sus colaboradores, Isabel Aretz y Jorge Novati, armaron así uno de los fondos documentales sonoros más importantes del país, que conserva piezas únicas en el mundo. Esos registros hoy forman parte de Archivo Científico del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” (INMCV).

“Todo el fondo documental es una joya en sí mismo, porque son los viajes que hizo Vega durante la década del ‘30 al ‘60. Esta compuesto por documentos sonoros, fotográficos, fílmicos y escritos. En particular, con el proyecto Ibermemoria vamos a trabajar en  la digitalización, restauración y acceso público de cerca de 1700 discos grabados sobre diferentes soportes como cartón parafinado, acetato, celuloide, acetato sobre cartón,  acetato sobre metal y cintas magnetofónicas. También vamos a digitalizar los cuadernos de viaje y los informes, que son material de apoyo para la interpretación de los datos que están allí grabados”, describe Lisa di Cione, una de las integrantes del proyecto.

El INMCV funciona un Laboratorio de digitalización y restauración sonora que cuenta con un variado equipamiento para realizar las tareas de digitalización y restauración. Además, la Fonoteca Nacional de México, una referencia indiscutida en la región, brindará asesoramiento técnico al proyecto. El plan de trabajo es, en una primera instancia, realizar un diagnóstico del estado de los audio a preservar, y a partir de lo cual se conformará un equipo de digitalizadores a cargo de las tareas rudimentarias, bajo la supervisión de los especialistas. Luego, se implementarán las condiciones para garantizar la ampliación del acceso público del material digital.

En Argentina son escasas las instituciones que conservan “joyas” sonoras como las que se encuentran en el INMCV. Un ejemplo son los 140 discos de cartón parafinado en los que Vega registró sus primeros viajes. “Son soportes que están en altísimo grado de deterioro, no por haber sido mal conservados sino por el soporte en sí mismo, ya que son de cartón, cubiertos con una capa parafina, que con el tiempo y la temperatura se van deteriorando y hace que también se se deteriore el registro”, indica Lisa.

“Gracias a Ibermemoria vamos a poder adquirir algunos insumos que nos faltan como algunas púas especializadas para discos de 78 revoluciones, que se fabrican a pedido y hay pocos fabricantes en el mundo. Queremos que el fondo documental este online. Actualmente lo visitan investigadores y especialistas de todo el mundo, pero este trabajo va a permitir que una mayor cantidad de público tenga acceso y conozca registros sonoros y fotográficos únicos”.