Cómo cuidar tu guitarra en la playa
Cómo cuidar tu guitarra en la playa

Cómo cuidar tu guitarra en la playa

Verano
Hablamos con luthiers y nos dieron estos consejos para que disfrutes de "una que sepamos todos", sin que tu instrumento sufra
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La combinación entre playa y música es una de las más populares del verano. Desde el circuito de bandas que hacen temporada girando por los balnearios hasta las rondas de guitarra improvisadas sobre la arena como excusa para socializar, esa alquimia estival construye recuerdos que después nos hacen asociar a cada verano a un disco o una canción en particular. ¿Cómo hacer para que tu guitarra vuelva sana y salva de los atardeceres playeros? Con la ayuda de los luthiers Alejandro Llamosas –rosarino y miembro de la Asociación Argentina de Luthiers– y Flor Centurión –porteña y con más de diez años en el oficio– te damos algunos consejos para cuidarla.

  • La primera medida es bastante evidente: hay que cuidarla del agua. A toda costa, evitá que se moje.

  • Mantenerla alejada del sol también es importante. Tratá que no le pegue muy fuerte y que no le de directo. Siempre que puedas, resguardala abajo de una sombrilla.

  • Cuidá que la arena no se meta en el instrumento. “Me ha pasado repararlos y eso termina termina siendo abrasivo y perjudicial internamente”, dice Llamosas.

  • Usá remera siempre que toques. La idea es no apoyar el instrumento donde uno pueda transpirar, ya que el ph de la transpiración es un ácido bastante fuerte y tarde o temprano termina perjudicando la guitarra.

  • Antes de los viajes de ida y de vuelta, aflojale las cuerdas. Los cambios bruscos de clima y humedad son perjudiciales para el instrumento. En la guitarra criolla hay más de 40 kilos de tensión, al aflojarlas se evita que se rajen ante el cambio brusco de temperatura. Cuando llegues a destino, dejá que se aclimaten unas horas y, entonces sí, volvé a ajustarlas.

  • Siempre trasladala en su estuche, pero tené cuidado: si bien evita el paso del sol en un primer momento, después de una hora ya comienza a hacer un efecto invernadero. Una alternativa es abrirlo y que funcione como sombrilla de la guitarra a la sombra.

  • Por si te agarra una lluvia imprevista, es una buena idea que tu funda sea impermeable.

  • Siempre que vayas a tocar, asegurate de tener las manos limpias y secas.

  • Si estás en un fogón, mantenela alejada del fuego. La temperatura elevada puede deformar la madera.

  • Para puristas: si viajás a un lugar con clima muy seco, podés llevar un higrómetro –un elemento que mide la humedad del aire–.

  • Si viajás en auto de día, llevala dentro de la cabina y no en el baúl, para evitar el calor excesivo. Y si te bajás por un buen rato, no la dejes en el auto.

  • Si viajás en avión y tenés que despacharla, hacelo en un estuche rígido.

  • Si podés elegir, tratá de no llevar una guitarra de madera maciza. “Hay muchas opciones económicas en el mercado con maderas terciadas y barnices industriales resistentes. Estos instrumentos no tienen tanta calidad sonora, pero son ideales para disfrutar de viajar y hacer música a la vez. No requieren tantos cuidados, podés exponerlos al sol y ser el centro de atención en las fogatas”, dice Centurión. También podés optar por un charango o un ukelele.

  • Llevá un juego extra de cuerdas.